Sexting

2238 Words
Había sido un día totalmente estresante para aurora, entregar su carta de renuncia, despedirse de sus estudiantes, todo había sido muy emocional. No le gustaban las despedidas, algunas veces es necesario. La joven fue al negocio de su amiga para tomar café, Paola sonrió emocionada y le dio un abrazo muy largo. Aurora le abrazó todo el tiempo que su amiga parecía necesitar, hasta que comenzó a llorar. Aurora le alejó un par de centímetros para comprobar si era llanto o risa. Pero era lo primer y desde que conocía a Paola la había visto llorar un par de veces, en el funeral de su abuela y cuando Magnolia, su gata, fue brutalmente asesinada por la cortadora de césped que Paola dejó encendida. —Pao, ¿qué pasa? —preguntó su hermana. Aurora la llevó a la trastienda y le dio un confite que le regaló un estudiante. Paola se sentó a llorar y Aurora le sostuvo la mano mientras esperaban. —¿Qué pasa cariño? —Me siento sola—reconoce. —Mi marido siempre está fuera por trabajo, tengo este negocio y no me puedo pasar mudando cada que él lo hace y todos mis amigos están molesto conmigo. —Eres grosera muchas veces, y todos te queremos, pero, necesitas dejar de refugiarte en el dolor y comportarte como alguien quién ama a los demás. ¿Qué pasa con Nicolás Andrés Montes. —Nada, trabaja mucho, pero, me da miedo que conozca a alguien más a agradable que yo y me deje —Aurora sonrió y le dio un abrazo. —afortunadamente, eso no va a suceder en un millón más un año, ese hombre te adora. Qué tal si le llamas y le dices que lo extrañas muchísimo y que vuelva una, ya, ya —Las dos sonríen y Aurora le presta su teléfono. Su esposo le da la noticia de que está de camino a casa para sorprenderla y ella suspira aliviada. Aurora se sentó junto a su amiga a beber un poco de té y conversar. Paola le preguntó cómo era ser madrastra de adultos y Aurora reconoció que los hijos de Patrick eran divertidos, cariñosos y era obvio que adoraban a su papá, por lo que habían logrado entender su relación. —Me gusta ese Patrick, te hace feliz y te ves bien cogida—Las amigas rieron y Aurora negó con la cabeza. —Sin comentarios. —Bueno, tal vez no te has visto ene le espejo, estás sexy, radiante, feliz, relajada y les he visto un par de veces, él se ve que te adora —Aurora intentó mantener la sonrisa, sin embargo, no dijo nada más para no arruinar la tarde con su amiga. —Sabes qué, vamos de compras, propuso Paola y la tomó de la mano. —¿Te apetece un brownie? —Me encanta, me apetece. Las amigas fueron en el auto de Paola a una tienda que Aurora no conocía, ella no se sorprendió cuando entendió que era una tienda erótica. Sin embargo, le pareció divertido ir unto con Paola, quién reconoció que había estado trabajando muy duro en quedar embarazada y ya le estaba llegando a frustrar, incluso temía que su esposo nos lo viniera para pasar tiempo con ella, se había fijado en el calendario y estaba en sus días fértiles, los dos tenían la aplicación sincronizada. —Dicen que entre más relajada estés mejor, igual él. Piénsalo de esta forma, follan enojados les sale un bebé gruñón, follan relajados, les sale un bebé tan precioso como ustedes. Patrick y yo fuimos a La casona a unos días de descanso y nos hicieron un masaje y tomamos un té relajante y lo hicimos como mil veces, deberías probarlo. —¿Tú crees? —Yo sé—las dos rieron. Aurora decidió hacer una reserva para sus amigos y regarles un fin de semana fantástico, le pasó el comprobante y le guiñó un ojo antes de ponerse a ver los juegos de lencería más sexys que había visto. Un poco de juegos de roles sacaría lo mejor de su esposo. Aurora sonrió al verle tan emocionada y siguió en busca de algo no tan específico como lo que su amiga llevaba —Mira, este para tu luna de miel. Aurora sonrió y vio uno de cuerpo, para esa noche, lo único que iba a acorde a la realidad era que ellos tenían una vida s****l más que fantástica, la hacía sentir tan conectada a él y la forma en la que lo hacían, le convencía de que le deseaba, Aurora olvidaba cualquier defecto en su cuerpo y en su relación en el segundo en el que los ojos de Patrick se posaban con deseo sobre ella. —Este está demasiado sexi, cómpratelo. —¿Crees? —Aurora no eres una modelo genéticamente modificada y que entrena todo el tiempo, pero, le gustas a ese hombre y tienes unas tetas divinas y un culo maravilloso por el que yo y otras diez mujeres pagaríamos, así que déjate de complejos ¿sí? —Tengo estrías y pancita y… celulitis en las piernas. —Yo soy flaca y seca como una hortaliza sin sol y tengo celulitis, y sufrí de acné, en la vida no se puede estar pensando en esas cosas porque te matan. Esta noche me voy a poner este outfit de angelito sexy para crear un ángel de verdad. —Los bebés cagan y lloran. —Necesitas buscar un gurú para limpiar la negatividad. —¿Tú crees? —Aury, Aury, ahora sí lo creo, pruébatelo. —Ella miró el conjunto y la dependiente se acercó a comentarle cómo funcionaba, tenía un sostén muy delgado con un encaje apenas perceptible y lo mismo las bragas, se cubría todo con cuero, así que eran dos materiales por uno. Una de las encargadas pasó por su lado y Aurora aprovechó para preguntar: —¿Este encaje cómo se llama? —Esto es comestible. —¿Comestible? —repitieron las dos sorprendidas. —Sí, siempre es dulce. —¿Tiene de chocolate? —preguntó Aurora y su amiga sonrió. Las amigas se despidieron para dirigirse a sus propias misiones, Aurora solo quería un momento sin discusiones estúpidas y mucho sexo y Paola quería lo mismo pero como resultado un bebé. La joven guardó sus compras en su bolsa y escribió a Patrick para saber si tenía planes. Patrick Voy para la casa, ¿ocupas algo? Aurora Solo pensé en un momento a solas. Patrick Sexo, ¿quieres sexo, Aurora? Aurora Qué tal si uno de tus hijos lee esto, o tus hermanos. Patrick Aurora, si quieres sexo tienes que escribirlo. Aurora No quiero sexo, iba a dártelo y lo arruinaste, ahora no sé siquiera premiarte con ello. Patrick rió con el primer mensaje, lo cual llamó la atención de sus hermanos, quienes se habían reunido para un trago después del trabajo y para asegurarse de que Drake no estuviese planeando matar a Addison, sin embargo, su hermano no apareció y Patrick terminó bebiendo un whisky con Kyle, Zack y Karl, además jugando a los dardos. No pensaba que Aurora fuera del tipo de “Sexting”, a pesar de no ser del todo s****l, la cantidad de mensajes que estaba recibiendo eran los suficientemente divertidos, podía imaginarse a Aurora roja e incómoda leyendo que para tener sexo requería escribir la palabra. Definitivamente, ella ganó, por mucho, con su respuesta. Patrrick Yo quiero todo el sexo que me ofrezcas y el que me pidas. Aurora Estoy mucho más caliente de lo que pensé hace tres minutos. Patrick ¿Voy directo a casa o tengo que pasar por algo, la tengo dura? Aurora Directo a casa. Patrick Espérame desnuda. Aurora ¿No vienen tus hijos? Patrick Corta rollos, mi hija estará con su prima y mi hermano las está vigilando, Parker con su novia y Percy se fue a pescar con Facundo y Xavi. Aurora Puede que sí te espere desnuda. Patrick Me encanta que no seas una mojigata telefónica. Kyle y Zack estaban viendo a su hermano, Karl estaba intentando leer los mensajes pero la letra se veía borrosa para él. —Patrick Luthor—le llamó Zack y le tiró un dardo hacia el pie. —¿Qué? —El sexo desde aquí parece bueno. —Soy un caballero—Dijo y tomó el dado, lo lanzó a la diana y le dio en el centro, guiñó un ojo hacia sus hermanos y tomó su saco. —¿Qué tal el sexo? —preguntó Kyle. —Sin comentarios. —Qué aburrido salir con ustedes. —¿Nada de nada? —insistió Zack. —Es fantástico—respondió y les regaló una sonrisa, una mínima. —Así que me voy, no se queden hasta tarde, no quiero llamadas de sus esposas, porque no voy a contestar. Patrick pasó comprando los condones y como siempre les hizo un hueco. No creía que sería tan fácil concebir y necesitaban ese bebé para recuperar el mayor porcentaje de la empresa, además, desde hace algunos días no sentía que fuese forzado, sino que era una relación que podía funcionar. Cuando llegó a casa se encontró con las luces tenues puestas, escribió a su hija para saber cómo estaba y que se quedaba definitivamente con sus tíos. Merme Papá, que me quedo. Y dicen que van para la finca, voy a ir porque cuando empiece a trabajar con el abuelo Bradford ya no se puede. Besos a Aury, me llaman si necesitan algo. Él solo leyó la mitad del mensaje y apagó el teléfono, la casa olía a chocolate y caminó hacia su habitación mientras se deshacía de algunas prendas. Aurora no estaba en ninguna habitación. —Aurora—gritó. —Acuéstate sobre la cama—ordenó y algo en él se encendió, su polla se puso mucho más dura de lo que estaba en el bar y todo su cuerpo deseaba expectante. —Ya. Ella caminó a paso seguro por el pasillo que había llenado e velas, caminó hacia la habitación y Patrick había encendido las luces de noche, pero no le molestó del todo, quería que pusiera atención a su taje. Patrick le miró boquiabierto, no esperaba nada de lo que había ocurrido durante los últimos treinta minutos, una llamada s****l de su novia y como si fuese poco, cuero, con tacones sexis y encaje por debajo, sumado a las habilidades dominantes de Aurora, era más de lo que podía pedir. —¿Qué quieres que haga? —preguntó Patrick embobado y Aurora sonrió. —Lo que yo quiera. —Definitivamente, me has superado como estudiante y me encanta todo lo que estás haciendo. Ella dudó y Patrick se desabotonó la camisa, para dejarla sobre la cama, despacio, se quitó los pantalones y se quedó mirando a su aurora. —Acércate—él sonrió y se puso en pie, fue hacia ella, quien le acarició antes de besarle, le encantaba cuando Aurora estaba encendida porque sus besos eran todos menos tímidos,e ran demandantes e invasivos y muy calientes, él puso sus manos encima del traje de cuero y ella se separó. —Quítate el bóxer. —ordenó y él sonrió antes de hacerlo. Ella le dio una repasada a su cuerpo desnudo, Patrick era exquisito, un premio paa la vista, le encantaban sus músculos y todos los detalles en su cuerpo varonil, pero el ardor que sentía la incitaba a quitárselo todo y darle pasa completo a la lujuria. —¿Puedo tocarte? —preguntó Patrick. —Inicia de abajo. —¿Me quieres de rodillas —ella asintió y él se acomodó entre sus piernas, besó sus dedos de los pies y ella le miró encantada. —Bésame y lámeme—ordeno, y Patrick recorrió con besos, lametones y mordiscos desde su pie derecho hasta sus muslos, el traje le permitió ver unas diminutas bragas que se moría por arrancar para disfrutar de su m*****o entrando y saliendo una y mil veces de ese hueco tan apretado, aurora gimió al sentir el aliento de Patrick sobre su zona íntima y se acarró de su cabeza. —Quiero que me folles —pidió. —Yo quiero que tú me montes solo con estos zapatos. —Aurora sonrió y le invitó a quitarle el traje de cuero, él se puso en pie y se posó detrás de aurora, le besó el cuello y le acarició un pecho. Aurora gimió encantada por el contacto de Patrick, ella tomó su m*****o, duro y grueso entre sus manos y él le mordió el hombro antes de finalmente desabrochar el traje de cuero para disfrutar de una especie de encaje delicado, que deja al descubierto la piel de Aurora, Patrick toma asiento sobre la cama y ella se gira sorprendida por la interrupción. Él sonríe y le hace una seña para que se siente sobre su regazo. —La ropa interior es comestible. —¿Eso quiere decir que puedo arrancarla?—ella asintió y Patrick le arrancó las bagas e introdujo su m*****o dentro de ella, estaba tan húmeda y apretada como esperaba. Aurora suspiró y Patrick la tomó de las caderas para establecer el ritmo de sus embestidas, cuando le vio reclinar la cabeza mordió uno de sus pechos y saboreó el material mientas escuchaba los gemidos de Aurora. Todo le pareció tan intenso y tan exquisito que no tardaron demasiado en c******e.
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