Tú verdad y la mía

1676 Words
Aurora sabía lo que era ser una decepción, ella se había esforzado por borrar eso de la memoria de su padre y de sus conocidos, pero, muchos días, se levanta con la sensación de ser una impostora. —Mi amor, qué linda. Yo no sé nada de eso, no voy a juzgarte y siempre encontraba la forma de no ir a clases. —Aurora, nada de eso ayuda. —¿Cómo sobreviviste? —Mi papá viajaba mucho y nadie quiere dejar a un adolescente solo o con una niñera a la que cree que manda. Entonces, viajaba y hacía la tarea, leía en el avión o en alguna de nuestras empresas y me hacían el examen en dirección cuando regresaba. —¿Y tus amigos? —preguntó Meredith. —Mis amigos eran mis amigos, todo el tiempo, no importaba si iba o no. Los hermanos Luthor intentaron conocer a Aurora, y se sorprendieron al notar las diferencias con su madre que no mencionaron, Aurora eres mucho más relajada, muy noble y sincera, no como decían en las revistas del corazón una perra fría, materialista, definitivamente era una mujer que valoraba mucho la ropa, los accesorios, el maquillaje y que llevaba un estilo de vida lujoso, pero, era muy amable, divertida, comprensiva. Patrick noté que se interesó por las vidas y las carreras de sus hijos y sus vidas. —Entonces, tú tienes una novia que es casi tu esposa y ti gozas de tu soltería—Percy rió. —No, solo no soy tan prematuro. —En realidad, es casi un milagro conocer al amor de tu vida mientras vas en pañales. —Lo es, estoy buscando un trabajo y quizá en unos meses cuando nos acomodemos voy a proponerle mudarnos juntos, es que ya no estamos para ser novios de manitas sudadas. —A ti las manos no te sudan, hace muchísimo Parker. —Yo creo que Sofí estará muy feliz, porque yo espero estar casada a los 24 y ya se les está pasando ese límite. —No hay límite para casarse y no todo el mundo tiene que casarse joven. —dijo su padre. —¿Tú no te casaste a esa edad? —Un poco antes, pero, no lo hagas, mira a Aurora, lo feliz que es estando soltera. —Yo viví con mi novio, como a los dieciséis y fue horrible, nos hicimos muchísimo daño, no nos hablamos, no somos amigos ni lo seremos nunca más, primero porque éramos un par de cagados y segunda porque no sabíamos lo que queríamos. —Yo creo que vivir con alguien es una experiencia indispensable. Que tal que Sofí se eche pedos en la cocina. —propone Percy y los cinco ríen. Sofía parecía del tipo que evita hacer caca porque el novio estaba en la casa, menos un pedo en mitad de la cocina, Parker sonrió porque verdaderamente estaba emocionado. Su padre evitó emitir comentarios porque llega un punto en la vida en el que no importa lo que tus padres digan, simplemente lo haces. Las entradas llegaron y Meredith estaba evitando las vísceras, su hermano le acercó un pedacito y los dos rieron. Aurora está comiendo el patacón con molleja cuando su hijastra le preguntó si su padre le había dado permiso de irse de la casa. —No, yo… Me fui. —¿A qué se dedicaba tu novio? —peguntó Meredith. —Mi ex era dueño de una discoteca, pasábamos de fiesta. —Que intenso eso, Aury. —Definitivamente, te gustan mayores —bromeó el hijo de su esposo y todos rieron, La comida estaba sorprendentemente buena, e incluso Meredith disfrutó probando las carnes nuevas. Patrick había estado muy callado escuchándolos bromear los unos con los otros, vio a Aurora y le hubiese encantado sentir amor loco, pero, lo que sentía cuando la veía era pasión. —La novia de su padre tomó un enyucado y se lo acercó a Patrick a los labios, él probó un bocado y asintió mientras masticaba. —Como comen los cuatro—les molestó el hombre. —Qué caritos. Los hermanos reconocieron que era demasiada comida, pero, todo había estado muy rico, las texturas, los condimentos, a ellos les gustaba comer bien y el lugar había dado la talla. Aurora, se lo había pasado bien, los Luthor fueron amables, cariñosos y se comportaron con toda la naturalidad. Meredith parecía sentirse un poco mejor con esa idea de que a veces cometemos errores, pero es necesario aprender que la vida no siempre va a ser como soñamos. —Yo invito hoy porque soy la colada del colado y me encantó pasarla con ustedes. Gracias por colarme —los cuatro rieron. —¿Estás segura? —Gracias, Aurora —dijeron los hermanos Luthor por turnos. —Papá, nosotros nos vamos a casa, me imagino que duermes fuera —dijo Parker mientras se despedían. Patrick se despidió de los otros dos, y le pidió a su hija no inventar más locuras, ella le di un abrazo y los tres se despidieron de Aury. Patrick regresó a la mesa con su novia y decidieron pedir una bebida más. —¿Por qué te fuiste de casa Aurora? —¿Te casaste solo por obligación o la querías? Aurora no estaba del todo feliz con esa historia, la había compartido porque su hijastra estaba encantada con la idea de casarse joven y si bien Aurora creía en el matrimonio por amor, sabía que el matrimonio por impulso era el peor tipo de matrimonio, vas conociendo a la persona en el camino, te encuentras con muchas decepciones, dolores y cometes muchos más errores. Patrick decidió iniciar porque si Aurora estaría cerca de su familia eventualmente lo escucharía. —Mercy era la mejor amiga de mi madrastra. Evidentemente mayor, se metió en mi habitación por error … Y follamos. Estaba indignada porque no era mayor de edad, pero lo hicimos un par de veces más y después se reubicó por trabajo, tuvo a Messer y cuando regresó a Mainvillage continuamos con nuestra relación ocasional. —¿Ya eras mayor de edad? —al menos. —Qué mal, sin embargo, se querían. —Estaba embarazada de dos hijos míos, sus padres ya tenían con la vergüenza de ser madre soltera con Messer y yo no quería que mis hijos fueran una vergüenza para nadie ni que creciera sin un papá, así que después de unos meses de pelear nos casamos. —¿La insultaste? —No estaba listo para ser papá, esposo o algo. —Lo siento Patrick. —Yo no tanto, la cosa es que ser papá me gustó. —tus hijos te adoran, demasiado. —Claro, soy el papá divertido. —Los dos se rieron y Aurora le preguntó como le funcionaba eso. Patrick trabajaba muchísimo y odiaba llegar a pelear así que lo que sus hijos quisieran, él les decía que sí, Mercy se había llevado los gritos, llantos y confrontamientos, que sus tres hijos siempre saben de eso, llevarla contraria era lo que mejor les salía y ponerla a prueba también. Sus hijos siempre había tenido la actitud de estar en control de todo lo que hacían como si fuesen huérfanos, evidentemente, ellos tenían dos papás a los cuales responderles con notas, reglas y demás. —¿Ahora tú? —No es tan emocionante, me enamoré, mi papá estaba muy molesto y detestaba. A mi novio. Me conseguí un trabajo y me mudé con mi novio y me llevé un golpe de realidad. —¿Cuál fue la lección? —Que los hombres no son fáciles y que mi papá una vez que otra sabe más que yo. —Sabes, en la adolescencia retaba muchísimo a mi padre y se enfermó, lo perdimos un tiempo y cuando regresó evidentemente lo fastidié, pero no quiero vivir una vida sin Ada, él sabe lo que voy a cagar antes de que siquiera lo piense, es mi amigo, mii compañero y la mayor parte del tiempo… —¿Tu papá? —Mi hermano —Los dos rieron. Aurora vio a uno de los fotógrafos que no había dejado de seguirle, se acercó más a su novio y le besó lentamente en los labios, Patrick le respondió de la misma manera, un beso lento pero igualmente sexy y apasionado. Patrick se dejó llevar como hacía mucho no hacía, Aurora de verdad estaba en todos y cada uno de sus pensamientos y era el mayor deseo que tenía recientemente era desnudarla y perderse en aurora. —¿Nos vamos? —preguntó Aurora y le hizo una seña al mesero, le entregó la tarjeta y Patrick le agradeció por la invitación. Ella sonrió complacida porque no haya sacado durante la cena esa especie de ego masculino que no le permitía preguntarle qué quería comer o dejarle pagar le encantaba. Patrick había aprendido con el tiempo que era maravilloso recibir un regalo de una mujer, así como a él le costaba tiempo y dinero dar un reglo a ellas también y la sonrisa de aurora al pagar la cena se los había demostrado. La pareja salió del restaurante y fueron hacia el auto, Patrick ayudó. Aurora a subirse y ella le dio las gracias, miró al hombre que su padre había elegido a ella y pensó que si fuese medianamente real, que si lo hubiese elegido ella no podía ser mejor, le gustaban tantas cosas de Patrick Luthor, que ya no podía ni siquiera enumerarla. Le veía y su ritmo cardiaco se alteraba, le encantaba lo alto, fuerte y sexy que era, además lo mucho que pasaba probablemente en el gimnasio, estaba segura de que en reuniones telefónicas, él cargaba pesas. Patrick además era un caballeo, siempre amable y muy dulce cuando se lo proponía, todo lo que una mujer puede soñar y hasta o que no imagina que necesita. Él se bajó del auto frente a su edificio y le fue a abrir la puerta. Aurora le miró a los ojos y se quedó en silencio pensando antes de preguntar: —¿Quieres subir?
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