Acuerdo de pareja

1875 Words
Después del postre, Patrick sugirió que se quedasen a solas para llegar a uno que otro acuerdo. Ella aceptó y pidió un segundo postre y un café. Patrick la vio saborear el pastel y los dos se quedaron en silencio hasta que ella le recordó que no era dueña de su tiempo porque tenía un jefe. —Claro, mi familia no sabe y no tienen que saber de esto, así que me gustaría fingir que te estoy cortejando y en unas semanas nos volvimos locos de amor y nos hemos casado. —Bien. —Tendrás casa, chofer y cocinera, tu vida no va a cambiar y me gustaría que te involucrases en el negocio lo más posible. No quiero que tu papá empiece con que te estoy robando. —Bien, me parece bien. —¿Tú tienes alguna petición? —Nuestra relación… —No quiero hablar de eso. Tengo que salir de la ciudad, no podemos volver a ver el miércoles, paso por ti, mándame tu dirección y una cena benéfica el sábado para levantar miradas. —Qué emoción. —respondió de forma sarcástica y Patrick se quedó en silencio, probó un pedazo de su pastel y le dio un sorbo a su café, la él arrugó la cara. —Café con azúcar, qué asco, —La gente que lo toma solo, se creen mejor que los demás. Él río y se inclinó para robarle un beso. Aurora, tenía años sin experimentar tanto contacto físico con alguien y es obvio que Patrick era de esas personas que tiene un contacto físico a nivel diez mil. Había esperado que su relación no incluyera sexo, besos o romance porque no sabía tener ninguna de las tres cosas; sin embargo, Patrick, era fenomenal. Tenía la experiencia de un hombre que disfrutaba de cualquier excusa para levantar, disfrutar de los placeres que el cuerpo femenino, pudiese dar, pero, ella, con su 1.66 cm y sus casi ochenta kilos definitivamente no podía ser su tipo. Se apartó y le empujó. Patrick le miró confundido porque si bien no había respondido a su beso al inicio, cuando comenzó a hacerlo lo intensificó con bastante rapidez, incluso había llevado una mano a su pecho, lo cual le pareció lo suficiente caliente como para empotrarla sobre la mesa y follarla como un loco, pero podía recordar que estaban en un restaurante. Su reacción podía perfectamente deberse a sus manos debajo de la mesa. Ella le toma los dedos y aparta un poco sus sillas, Patrick sonríe y ella le pregunta si quiere más pastel. —De tu boca tal vez. —Podemos dejar mi boca fuera de juego. —Vale, pero tu papá quiere un nieto, y estoy seguro de que así se hacen los bebés. Patrick decidió no ir a la oficina después de dejar a su prometida en el trabajo, sino a casa para cambiarse y bajarse toda la tensión emocional y s****l que había adquirido a lo largo del día. Estaba subiendo elevador del edificio cuando entró un mensaje por parte de su Daniela, le llegó: Patrick no quiero estresarte, pero no me hago más joven. Patrick ¿Estás escribiendo que estás vieja? Daniela Ja já, sí. Últimamente, me lo dicen todo el tiempo. ¿Qué decidiste? Patrick Voy a ir al doctor y para saber el resultado de mis pruebas y qué tal estamos de nadadores. Daniela ¿Sí me vas a donar? Aurora no parecía que fuese a enfadarse, y para consuelo de su suegro, estaba seguro de que Daniela querría ponerle su apellido de primero. Patrick Creo que sí. Daniela GRACIAS, GRACIAS, ¡¡¡¡GRACIAS!!! El hombre entró en casa, y escuchó gritos y la mesa de café rompiéndose. El hombre ve a su hijo y a su novia, la cual sigue gritando. —Qué horror, no sé que es peor; verte las tetas o qué él se haya clavado ese vidrio. —Vístanse, rápido, qué asco—repite Patrick antes de salir del apartamento. Patrick escucha a Sofía y a Parker discutir como niños pequeños, lo que son, en realidad, un par de cagados inconscientes que se atrevieron a follar en el centro del apartamento, a plena luz del día, todos podían llegar. —Mi papá, obvio, sabe que no eres virgen Sofía. —¿No te da vergüenza? —No, follar, es como cagar o tirarse un pedo, n o o o o o o o r m a l. —Vístete, te vas a desangrar y ya tienes problemas cerebrales. Ese par, había peleado desde el segundo que se conocieron y eso fue muy temprano en la vida. Los Laggun habían sido parte de la vida de los Luthor desde que Serena y Facundo comenzaron a salir, sin embargo, la relación amor odio entre Sofía y Parker se había establecido como una relación en la que había cachondeo constante, les pone de una forma u otra enojar al otro, pero no viven sin su amorcito. —Papá, ya estamos visibles—grita Parker. —No tenemos tiempo para un bebé, los dos están graduándose este año. ¿Qué les pasa? Les tengo que decir que no pueden tener sexo en el medio de la casa. ¿A estas horas de la vida? —Yo creo que se saca fácil. —¡No tires del vidrio!—gritan Patrick y su nuera, pero, es tarde. —Parker, de verdad eres estúpido—le grita la mujer y comprime la herida. Ella está haciendo su último cuatrimestre en medicina, por lo cual sabe qué hacer, de inmediato al ver la profundidad del hueco se preocupa de que haya perforado el pulmón, por lo que deciden llevarle al hospital. Los hermanos Luthor regresan un par de horas más tarde y se encuentran con una escena similar a la de un crimen, de inmediato, llaman a su padre y les informa que están en el hospital. Cuando llegan, el par tienen un montón de preguntas. —Ya conocen a su hermano, estaban besándose, se asustó cuando entré y cayó sobre la mesa. —¿Tú dónde estabas?—preguntó Meredith intentando confirmar la historia. —En el sofá. —No se estaban besando, já, qué tontos son, follando en medio de la casa. —Dice Percy mientras Sofia cambia a todos los colores. —Me regañas por un vestido y lo encuentras a él teniendo sexo en medio de nuestra casa y no le dices nada. —Obvio, nos gritó. Por eso tu hermano se sacó el vidrio, para ayudarse. —Percy ríe aún más fuerte y Patrick se cubre el rostro. —¿Se perforó el pulmón? —No, se cortó una arteria y la tela que cubre el pulmón. —explica su cuñada. —Ya ahorita lo sacan de cirugía. —Eres un mal polvo —Patrick intenta no reírse, pero se le escapa al ver la cara de decepción y vergüenza en Sofía. —Ahora, tengo que cuidarlo —se queja mientras ríe con su papá. El médico les dice que no ha sido nada, todo ha parecido bien, pero, si han tenido que suturarle, además de requerir cuidado por unos dos días. Patrick ve a su hermana y su cuñado, los cuales se acerca apresurados. —¿Cómo que Parker tuvo un accidente? —Explícales a tus papás —dice Mercy. —Se ha caído sobre una mesa y se ha arrancado el vidrio. —Que estaba haciendo —pregunta facundo. —Estaba… cambiando un bombillo. —Siento que no quiero saber y como que debería estar pagando la cuenta a medias. —Puedes cuidarlo, yo voy a ir a torturarlo. Patrick no tenía el corazón para regañar a su hijo cuando se había lastimado ya lo suficiente, le da un golpecillos en la mejilla para que despierte, y su hijo sonríe. —Dicen que es como si me hubiese hecho un neumotórax. —No entiendo nada. —Yo tampoco, pero me dieron tramal y me siento feliz. —Qué bueno—responde Patrick y sonríe. —Crees que ella quiera venir a vivir conmigo. —Las mujeres siempre quieren un diamante en el dedo, son novios hace diez años. ¿Qué estás esperando? —Siempre dice que no quiere casarse hasta concluir la especialidad. —Cómprale un anillo de promesa. —¿Hay diferentes anillos? —Los... hay... y no le pidas nada así de divertido, se te está saliendo la saliva. Su hijo se limpia y él sonríe. Sofía se queda en la puerta un par de segundos y los dos le saludan, Patrick ve a su nuera llenar de besos a Parker mientras se disculpa por haberle insultado. —¿Quieres insultarme toda la vida? —Qué básico eres, qué me estás pidiendo exactamente y la respuesta es no, porque estás drogado. —Sin pelear, por cinco minutos —les regaña Percy. El teléfono de Patrick suena. Aurora Me da vergüenza esto de saludar, y enviar el número, porque me hace parecer necesitada, pero… en fin, me diste tu tarjeta y no quiero generarme un ataque de ansiedad. Mi número, Aurora. Patrick Qué informativa, ¿eres de las que escriben todo lo que piensan y le dan enviar? Aurora Sí, ¿qué estás haciendo? Ahora sí, estoy preparada y sé cuáles son mis demandas. Patrick Mi hijo y su novia tuvieron sexo de alto riesgo. Estoy en el hospital. Escribe, te leo. Aurora ¿Tu hijo tiene SIDA? Patrick Se perforó con un vidrio porque los caché follando. Aurora JAAJAJAJAJAAJAJA Se deben estar muriendo de vergüenza. Patrick No conocen la vergüenza. Aurora dudó en escribir el primer mensaje, pero no sabía cómo se tomaría Patrick sus peticiones, que de alguna forma u otra pueden parecer descabelladas y no quería que su esposo no le tomase en serio o le odiase. Patrick Aurora, estoy esperando. —¿Quién es ella? Patrick vio a su hermana, tan escurridiza, y recordó que la mujer con la cual se iba casar era menor que la menor de sus hermanas, la rabia y la vergüenza le acompañaron. Pero bloqueó el celular antes de que ella respondiera. —Alguien con quien salgo. —Sí, ¿tuviste una cita hoy?—pregunta Meredith. —Sí. —¿La conocemos? —pregunta Serena. —No importa, mañana tacos en mi casa, invítala. —La chica del café y el otro día fue 100 % casualidad topárnosla. —Maja, pero, jovencísima —Serena le pide una foto y el celular vibra en la mano de su hermano —Sabes qué, solo i n v í t a l a. Patrick se aleja de las dos mujeres y mientras va por una botella con agua, lee el último mensaje de su prometida. Aurora No negociables 1. Habitaciones separadas. 2. Mi independencia, al menos laboral. 3. Mis fundaciones son no negociables, se mantienen, porque se mantienen. 4. Nada de contacto físico. Patrick JAJAJAJA Llama a tu papá, y cuéntale las dos últimas. Si está en mi poder no cerraré ninguna fundación y el sexo es parte del contrato, te guste o no, y hoy te gustó. Mañana a las seis hay tacos en casa de mi hermana y quiere que vayamos, mi familia es enorme, fastidiosa y muy metiche, prepárate.
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