Señor Luthor

Siempre pasa algo

Patrick regresó al auto y vi la hora, eran casi las tres de la tarde y no habían comido y tampoco tendía ganas de ir de a trabajar, así que decidió tener un momento a solas con su novia. Condujo hacia Luths, el restaurante con temática romántica de su madrastra, no le esperaban. Pero le apetecía una comida libre de dramas con su próximamente esposa, aurora le miró confundida antes de bajar del auto, ella le tomó de la mano y le preguntó si no tenía suficiente con el almuerzo que tuvieron y le desayuno con sus hijos.

La pareja ingresa al lugar y los empleados le dan una mirada a Patrick, antes de ponerse a correr para darles una mesa. Patrick saludó al Chef, Xavier, que quién deseaba conocer a la nueva Señora Luthor.

Aurora sonrió con amabilidad y estrecho su mano, luego les dirigieron a una mesa un poco apartada y les sirvieron el vino favorito del Señor Luthor. Patrick chocó sus copas y ella le dio un soro a la bebida, él estaba agotado, eso era evidente. Aurora tomó la mano de Patrick, sobre la mesa y enlazó sus dedos.

—Patrick me encanta el lugar, lo romántico y que se te haya ocurrido, pero... ¿qué hacemos aquí? A las cuatro y media de la tarde.

—Tuve suficiente drama por el día. Se suponía que iba a ser especial, al menos tranquila, íba a ver el traje si me quedaba bien y ninguno de mis hermanos apareció. —Aurora contuvo la risa. — Los anillos, fui esta mañana y no los han adecuado a la talla; los pedí hechos a mano, no entiendo por qué hay que adecuar. Mi cuñada acaba de tener una crisis existencial. En mi familia siempre hay algo. ¿En serio, quieres casarte conmigo? —Aurora sonrió y tomó un sorbo de vino. —Es mucha familia, trabajo e hijos, y eso… me resulta un inconveniente cuando quiero solo paz y normalidad. —Ella le mira encantada antes de reír.

—Me alegra que seas tú.

—A mí también—Respondió él, la primera vez que la vio, ella estaba en un rincón intentando pasar desapercibida, él se acercó y ella sonrió, se presentó como Aurora, sin apellido, porque ella no representa un apellido o eso piensa, conforme pasan los días, Patrick se ha olvidado de vengarse o algún plan, lo único que quiere es que sea real, poder disfrutar del amor, de la persona que tiene al lado, la magia en sus ojos y en su boda, ella forma en la que le toca.

—¿Quieres bailar conmigo? —preguntó Patrick y ella sonrió.

Se puso en pie y caminó a su lado, compartieron un par de bailes que alzó comentarios entre los que conocían a Patrick, los meseros había otro que era distante con su anterior esposa, y con Aurora, parecía no poder despegarse de su cuerpo.

Ella le tomó de la nuca para acercarlo a sus labios, Patrick esperó con ansias el toque de sus labios, Aurora decidió simplemente trabajar la guardia y disfrutar de cada momento, eso era lo único que Patrick había propuesto desde el inicio y lo que ella había querido desde el segundo uno en el que sus miradas se encontraron, la pareja pidió que les empacaran la comida, Patrick se acercó a la cocina y el sous chef le preguntó:

—¿Tienes prisa?

—Sí, mi hija ha llamado.

—Claaaro, la niña a en plena tarde.

—La niña—respondió y se rió.

Él tomó la bolsa y fue hacia el auto, Aurora estaba esperándola, tan emocionada y excitada ante la idea de lo que pasaría esa noche. Por supuesto, la vida no siempre te abre el camio, al llegar a casa, se encontraron con “la niña” que previamente Patrick había mencionado, echa un puño entre las cobijas, llorando en el sofá.

—Hola, peque —le saludó su padre. —¿Qué pasó Mer?

—No quiero hablar ahora, tal vez, mañana.

El celular de Meredith sonó, ella tomó el teléfono y lo apagó antes de tirarlo sobre el sofá.

—¿Estás molesta con Hugo? —se aventuró a preguntar Aurora. —¿Terminaron?

—Definitivamente, sí —replicó la joven y se fue a su habitación.

—Lo voy a matar—murmuró Patrick. —¿Qué te hizo? —preguntó mientras la seguía, pero el teléfono de la portería sonó nuevamente.

Él fue a contestar y le informaron que Hugo estaba abajo, pero Meredith dio órdenes para no dejarle pasar. Patrick fue hacia el lobby porque necesitaba entender y Aurora se quedó congelada en la cocina, buscó un poco de chocolate para hacerle una bebida caliente a su hijastra, luego, le preparó un emparedado con los panes que Adrian envía y lo calentó como su padre hacía, también el jamón y un poco de pollo, encontró aguacate que suele hacer feliz a su hijastra y cuando todo estuvo listo fue a su habitación.

—Mer, todos… todos hemos tenido el corazón roto, pero, el estómago vacío te puede matar o dar gastritis. Así que más te vale abrir y comerte todo lo que te preparé.

La joven reconoció que no había almorzado y se puso en pie para abrir a su madrastra, se limpió las lágrimas de los ojos y la invitó a pasar. Aurora se acostó en el rincón de la cama que Meredith tenía pegada contra la pared, ella le rodeó con su brazo y le limpió las lágrimas.

—¿Qué pasó, nena, puedes contarlo?

Los dos contaron la misma versión, Meredith salía de su pasantía con Bradford. Hugo quedó en recogerla para llevarla a casa y asilo hizo, pero Meredith, quería salir, ir al mall o a comer, é tenía que ir a su trabajo sí o sí y le dijo que solo era dejarla y verse muy fugazmente, la joven se enojó y le reclamó porque sentía que no tenía tiempo para ella, pero ella había cancelado todas sus citas y ya no iban al mismo colegio por lo que no se veían en los recreos y pasillos, como si fuese poco, él estaba en finales y era complicado.

—Señor Luthor, sé que no debería decirle esto, pero no soy tan inteligente como ella. Yo necesito sentarme y estudiar, todos los días, tengo que practicar con mi banda, y estoy ahorrando para pagarme la carrera de aviación. La quiero, adoro a Meredith, de todo corazón quiero que sea feliz, lo que pasa, es que ella no hace nada y todo le sale perfecto. Ponle cualquier pieza y la toca como los dioses, no le parece difícil ninguna materia porque todo se lo sabe, es preciosa, pero, está en este edificio desperdiciándose porque usted no le exige, la que le exigía a Mer era su mamá, y la verdad, se está aprovechando de la situación para no hacer nada.