Mi Jefa es una Borracha

2891 Words
JAMIE CASILLAS Es viernes son las 8:30 de la noche, estoy en un restaurant cerca de mi casa comiendo con mi madre y mis hijas después de una dura semana de trabajo, mi jefa ha estado mas insoportable de lo normal ¡y eso que no le ha llegado su periodo! ¿Cómo lo sé? ¡Todos los meses la delata un grano en la cara! Ella se queja con su prima todo el tiempo por teléfono,—L adolescencia se fue hace siglos y yo continuo con el acné.—  Se queja y esos días hasta llora por cosas insignificantes escondida. — Yo quiero pizza.—  Dice Danielle entusiasmada viendo el menú tiene tres años, y es una gordita preciosa. Tu siempre quieres pizza.— Se burla isabella de 5 cinco años, mientras esta es idéntica a su mamá peliroja con ojos verdes, es preciosa ¡no sé cómo voy a hacer cuando llegue a la adolescencia, las he criado junto con mi madre y ella es alcahueta de ellas, a mí me exigió mucho, pero con ellas les da todo malcriándolas yo también lo hago, ojala no me arrepienta. — Deberias, solicitar el puesto de abogado en el bufete, todos te conocen saben que eres eficiente, ya tienes seis meses, allí.—  Me dice mi madre mientras observa el menú. — Ya lo hice ante los socios mayoritarios, me da respuesta a fin de mes—  Le informo — Imagina la cara de tu jefa cuando te vea a su mismo nivel.—  Dice con picardía mi madre — Ese ser sin sentimientos, lo único difícil va a ser encontrar a alguien que la soporte por tanto tiempo ¡es una bruja!.—  Le respondo — Yo quiero ser una bruja.—  Responde Isabella Me rió a carcajadas de su respuesta – ¿Eso para que Isa?.—  Le pregunto entre risas. — Para que todos hagan lo que quiero y cuando quiero..— — ¿Crees que es ese el poder de las brujas?.—  Le pregunto mientras levanto la mano llamando al camarero para ordenar la comida. — Papi, obvio ella apenas te llama tienes que dejar todo para atenderla, ¡sin importar que estas con nosotras, que somos la luz de tu vida.!—  Dice exagerada — Papi ¿puedo comer helado de chocolate?.—  Pregunta Danielle sin darle importancia a la conversación que tengo con mi otra hija, esta es rubia como un sol, no sé de donde salió así…Ya que ella no es mi hija biológica. — Ese será el postre si te comes toda la cena.—  Le explico — Eso es pan comido.—  Responde sonriendo y es que ella es una comelona. — Mi madre se ríe—  Sale más caro alimentarla, que vestirla.— — A mi no me importa la ropa mami.—  Le dice a mi mamá, mis dos hijas la tratan así. ya que no tienen madre y ella las lleva y las trae al colegio se acostumbraron. — Qué tal va la tienda.—  Le pregunto a mi madre, ella es dueña de una boutique en el centro de Madrid, así que dinero no nos falta, deje de ejercer como abogado un tiempo para cuidar de mis hijas, la condición de para obtener mi puesto que me dio el socio mayoritario del bufete, fue que soportara seis meses como asistente de Cristina, yo accedí y han sido los más difíciles de mi vida, si soy sincero. — Muy bien querido, las ventas han subido mucho últimamente. — Me responde ella — No sabes cuánto me alegra.— Me quito los lentes y mi hija isabella me halaga –Tengo el papi con los ojos más bonitos del mundo mundial.—  Yo me rió tengo un ojo verde y el otro azul heterocromia, casi nadie lo nota porque los lentes los disimulan, a mí nunca me han gustado. — Eles mi plincipe.—  Murmura Danielle, cuando llega el camarero y rompe el hechizo. — ¿Me traes una hamburguesa? Por favor—  Le dice en cuanto lo ve y él me ve a mí, pidiendo autorización para anotar el pedido — Buenas noches, traiga lo que pidan.—  Le respondo y el procede a anotar el pedido mientras dice. — Buenas noches, soy Nicolas estaré  feliz de atenderlos.—  Responde el chico de unos 15 años Mi peliroja esta roja y con la cara viendo hacia el plato—  Que deseas tu Isabela.—  Le pregunta tocando su cabeza — Pizza especial responde con voz pequeñita.— — ¿De dónde la conoces?.—  Le pregunto de forma sobreprotectora, al adolescente desgarbado que anota sin notar mi cambio de actitud. — Ella es la mejor amiga de mi hermanita, estudian juntas y este es el restaurante de mi familia.—  Explica el. — Para mí, una pasta con albóndigas y para tomar una gaseosa.—  Le pide mi mamá viéndolo detalladamente — Una paella Valenciana para mí y smothie de frutos rojos para todos.—  Le pido entregándole la carta. — Enseguida se las traigo.—  Responde antes de marcharse el joven camarero. — ¿Sucede algo cariño?.—  Le pregunto a mi hija y ella niega mientras levanta su carita. — Creo que acabas de conocer a tu yerno.—  Bromea mi madre. — Mi hija se vas a casar a los ochenta años ¿verdad bebe?.— — Yo me caso a los doce.—  Dice Danielle, ya que hasta allí sabe contar y todos reímos en la mesa ¡Isabella no me respondió!, algo me dice que su adolescencia será mi pesadilla. Llega el chico amable sirve la comida y ella asume la misma actitud ¡no puede ser! ¿Cómo se me va a enamorar tan chiquita? Dicen que el amor no tiene edad ¡pero esto es exagerado!. Comenzamos a comer y mis mujeres parecen un gallinero ¡no puedo procesar lo que dicen ¡todas hablan al mismo tiempo! A mitad de la cena mi teléfono comienza a sonar, lo ignoro es mi jefa ¡Sali tarde! No puede joderme a toda hora, ¡aunque el contrato dice que debo estar disponible las 24 horas… Repica al menos ocho veces, mi familia ahora come en silencio…— Contéstale si no, no va a dejar de insistir.—  Me dice mi madre ya molesta, ella no quiere que siga con el trabajo ¡pero ya casi consigo lo que vine a buscar! — Hola Casillaaas no hip, pensabas atenderme?.—  Pregunta con voz ¡borracha mi jefa! — Estoy cenando con mi familia ¿Qué necesita?.— — Algo que tú no puedes darmeee.—  Me responde — ¿Cómo sabe que no puedo?.—  Le respondo serio. — No lo creo.—  Dice riendo amargamente — ¿Dónde está?.—  Le pregunto — En un bar, no toque si no va a comprar.—  Grita — ¿Qué sucede?— Le pregunto, el teléfono esta en altavoz — Un sujeto me nalgueo.—  Responde como si estuviera pequeña. — ¿No tienes, a quien llamar?.—  Le pregunto — No mis primos están de luna de miel y mis amigas me sacaron el culo ¡porque solo trabajo!.—  comienza a llorar, pongo a grabar la llamada es todo un espectáculo — No parece un bruja, solo esta sólita.—  dice Danielle — No la conoces.—  Le respondo en un susurro. — Casillas, el mundo me da vueltas, no puedo levantarme hip.—  Dice nuevamente arrastrando las palabras. Sé que me voy a arrepentir pero le pregunto con la mano en la cara — ¿Dónde está?— — En Chupito—  Riendo como si nada ¡es un bar de mala muerte, con mala reputación! La pueden violar. — Debo buscarla.—  Le informo a mi madre y a mis hijas. — ¿Vamos a conocer a la bruja?.—  pregunta Daniella — Si pero no le digas, que le decimos así llámala jefa.— — Okey.—  Dice ella sonriente ¡no confió en ella!. Me levanto y ellas continúan comiendo, mi madre vino en su auto así que ella las lleva a casa, en 15 minutos estoy en el bar, no cargo los trajes del trabajo, en este momento uso una playera, jeans y converse. — Suélteme.—  Le dice ella pegándole con la cartera, a un hombre que la agarro por la cintura — ¡Déjela en paz!—  Le grito llegando hasta ella. — ¿Quién eres tú para decirme que hacer?.—  Me dice el hombre envalentonado — Mi prometido.—  Dice ella dándole un fuerte carterazo que lo hace soltarla ¡Dios me libre pienso mientras la sujeto esta tambaleante. — No quiero problemas chico.—  Se aleja el borracho y ella me dice –Gracias por salvar hip me.—  Sujetándome del cuello antes de cambiarlo todo dándome un beso.                 Esta borracha, sabe alcohol, ¡pero me hace estremecer hasta la última célula ¡me está besando la mujer con la que sueño ¡todas las noches! Jamás pensé hacer realidad ni un poco mis fantasías ya que si es preciosa, pero tiene un carácter de mierda. Es osada y mete su lengua dentro de mi boca, respondo por un momento a su beso y luego la alejo,¡ sé es un error! — ¿No te gusto?.—  Pregunta haciendo un puchero. — Se va a arrepentir de eso.—  Le digo tomándola del brazo para sacarla de allí. — No me quiero ir, la noche es joven.—  Balbucea tropezándose con sus propios pies. La levanto y me la coloco en el hombro no pesa nada – Idiota cargo falda me van a ver el alma.—  dice mientras me da un nalgada, yo estoy sorprendido, pero se la devuelvo — Animal—  Me dice ella repitiendo su acción y yo aprovecho para vengarme inmediatamente nalgueándola también. — Me gustan tus nalgas.—  Me dice descarada por lo borracha que esta. Y yo le respondo,— A mi me encantan las suyas.—  Total no recordara esta conversación mañana, creo… CRISTINA FERNANDEZ Me estiro en una cama suavesita y con olor a flores, mi cama no huele a flores tengo los ojos cerrados y escucho unos murmuros –No parece una bruja.—  dice una voz pequeñita Abro los ojos asombrada y me encuentro una gordita de mirada gatuna viéndome directo a la cara — Hola—  Dice con dulce voz — Hola—  Respondo yo arreglando un poco mi cabello — ¿Dónde estoy? — Observo a mi alrededor, todo es color blanco con detalles azul cielo es hermoso y amplio, y hay otra niña sobre la cama. — Es la habitación de mi papá soy Isaella.—  Me dice sonriendo la peliroja — Es un gusto conocerte, ¿y tú eres?—  Le pregunto a la más pequeña. — Danielle, mucho gusto—  Me responde la niña de mejillas regordetas — ¿Quién es su papá?—  Jamie me dicen a la vez — O Dios mío, soñaría o le dije de verdad que me gustaban sus nalgas ¡que vergüenza! El hombre entra en piyamas, descalzo, despeinado, y sin lentes ¡se ve mejor que nunca! Trato de disimular mi asombro—  ¿Casillas como llegue aquí?—  pregunto levantándome y tengo puesta un piyama de mujer — ¿Quién me cambio?—  Pregunto viéndolo de forma acusatoria — Te traje inconsciente, vomitaste sobre ti, en mi coche, mi madre te puso su ropa y dormiste en mi cama ¡Me duele el cuello por dormir en la sala!, me molestaste en la cena que comparto con mis hijas los viernes, no deberías beber, si vas a llegar a ese estado ¡te podrían haber violado!—  Me regaña y sé que tiene razón — Vamos a comer, la abuela preparo el desayuno—  Me invita Isabella — No cariño, creo que debo irme—  La piyama es una bata de abuela ¿Cómo demonios salgo a tomar un taxi en este estado? — Yo la llevo jefa, después que me asee.—  Entra al baño durante quince minutos no salgo de la habitación y las niñas están en la cocina, Casillas sale del baño con una toalla en la cintura, ¡tiene un six pack impresionante, se que es atlético pero verlo así, mis hormonas no pueden con tanto ya ni recuerdo la última vez que tuve sexo…y debo confesar que jamás tuve un orgasmo, pero este me causa uno visual ¡Oh por Dios!. Se seca el pelo, con la toalla y no se percata de que sigo aquí cuando deja caer la toalla que tenía en la cintura — ¡Oh por Dios!—  Suelto asombrada mientras simulo tapar mi cara ¡soy una desvergonzada! La imagen de su pene no saldrá fácil de mi cabeza ¡es enorme! Mauro no tiene ni la mitad de su tamaño ¿Cómo se sentirá? Sacudo mi cabeza tratando de sacar eso pensamientos pecaminosos…  Mientras el recoge la toalla y se tapa por delante ¡tiene un espejo detrás así que sigo viendo zonas donde no llega el sol –Lo siento, creí que estaba abajo.—  Dice el colorado y con los ojos abiertos — Guao digo asombrada, tienes unos ojos increíbles.—  Se me sale al verlo sin sus lentes habituales. — Gracias, me siento un fenómeno por eso siempre uso lentes oscuros.—  Dice bajando la mirada — Son hermosos, lo siento creo que debo salir de aquí.—  Le digo mientras me dispongo a salir corriendo de esa habitación, para mi mala suerte me enredo con la alfombra tropezando estúpidamente y cayendo de cara al piso ¡No sé que me duele más, mi cara o mi orgullo!. ¡Como todo un caballero, Casillas corre a socorrerme y se le cae la toalla nuevamente. — ¿Estás bien? Pregunta y mi cara queda exactamente frente ¡a su gran pene! Intenta taparse con las dos manos y es imposible, ¡me duele la nariz! Pero no me importa, ni un poquito… Me levanto con la espalda erguida y salgo de allí, la casa es enorme camino por un largo pasillo que conduce a unas escaleras con mucho estilo, se ve que esta gente tiene dinero ¿Qué hace casillas de asistente? Me pregunto mientras voy bajando. Bajo la escalera con la imagen desnuda de mi asistente grabada en mi cerebro…pasara mucho tiempo lo para que lo olvide. Las escaleras dan a una sala y al voltear de una vez vez una cocina y comedor de concepto abierto, ¡todo es nuevo! Las niñas comen como si no hubiese mañana me quedo embelesada viéndolas y llega una señora de unos cincuenta años quizás vestida y maquillada a la moda, me siento un adefesio a su lado y tengo resaca. — Hola como esta.—  Saludo — Muy bien y tu querida?.— — He estado mejor.—  Admito Ella sonríe,—  Jamie no me había dicho que eras tan bonita y joven.—   Dice ella observadora — Gracias, el tiene suerte tiene una familia encantadora.—  Admito ante su madre — Sabes me caes bien.—  Me dice ella — Usted también me cae bien.—  Le digo sonriendo — ¿Tienes hijos?.—   — Aprieto mis labios para no gritar y niego con la cabeza — ¿No te gustan?.—  Pregunta de forma evaluadora — Me encantan, pero parece que no puedo concebir.—  Le digo con voz quebrada — ¿Quién te dijo eso?.— — Mi ex, no pudo concebir conmigo, pero esta a punto de casarse y su prometida esta embarazada.— — Disculpa creo que he hablado de mas y ni siquiera sabe mi nombre.— Le digo al ofrecerle la mano — Eres Cristina y yo soy Elena, mucho gusto querida.—  Me dice mientras me da la mano — ¿Te vas a quedal?—  pregunta Danielle — ¿Quieres que me quede?.—  Le pregunto con cautela — ¡Claro, eres muy bonita, y puedes enseñarnos tlucos.—  Dice seria — No se muchos tucos.—  Le digo riéndome — ¿Cómo es posible que una bluja no conozca trucos? Indaga seria y su abuela se rie a carcajadas — Te puedes il entonces, yo cleia que iba a volal en una escoba.—  Refunfuña — ¿De donde sacas eso?.—  Pregunto riéndome por sus cosas — Papá dice que eres una bluja y el hace lo que tu pidas.— — A tu papá.—  Digo ideando las formas de vengarme de él que va bajando las escaleras en pantalón deportivo, playera y descalzo — Tal vez invite a tu papá a volar en mi escoba un día.—  Digo en voz alta y Elena no para de reír — Querida vamos a comer.—  Invita Elena y Casillas se sienta en la mesa con cara de poker — Lo veo con sus hijas, reír y charlar ignorando mi presencia y pienso es justo lo que necesito. — ¿Cómo lo convenzo de que haga lo que quiero?—  Me pregunto pensativa mientras me tomo el café, no me ofende que me diga bruja, lo he sido y ¡estoy orgullosa de ello!.
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