Capitulo 5 Sebastian

5000 Words
Sebastian Salgo de la oficina de Sakura y me encierro enseguida en la mía, no tengo deseos de ser molestado por nadie y es que necesito pensar, nunca antes me había pasado esto, bueno solo con ella y no puedo evitar sonreír al recordarlo. Tengo 26 años y actualmente vivo en California, antes vivía en Londres al lado de mis padres aunque debo aclarar que en cuanto yo cumplí 18 me mude pero mantenía una relación muy cercana con mis padres, en cuanto termine la universidad comencé hacerme cargo del negocio familiar en la empresa que se encontraba en Londres, mi padre era el presidente de esta y no era el hecho de que yo ambicionara ese puesto pero él se había empreñado tanto en que necesitaba involucrarme un poco más que decidió que la empresa que teníamos en California debía tener un nuevo presidente y fue así que termine aquí. La empresa estaba al cargo de mi prima Monica que aunque no era la presidenta llevaba el control de esta de una manera extraordinaria aunque no todo se le atribuía a ella sino también a su amiga Sakura Santana, mi padre la había visto en un par de ocasiones y con eso había quedado fascinado; en cambio yo solo la había visto en una ocasión aquella en la cual había venido por primera vez a California para acompañar a Monica por la pérdida de sus padres, recuerdo aun ese día, cursaba la secundaria, también recuerdo que Monica estaba destrozada, no tenía mucho contacto con ella así que no sentía muy capaz de consolarla incluso mis padres con sus abrazos no podían darle el alivio que necesitaba pero ese alivio llego en cuanto ella apareció, era un poco más baja de lo que es ahora, su tez era un poco más clara que la de mi prima, su cabellera le llegaba un poco más debajo de sus hombros y de un color castaño más claro que el mío y que hasta podría parecer rojizo si no se observaba detenidamente, ella corría para llegar hasta Moniva y cuando lo hizo la abrazo tan fuerte que creí que se lastimarían pero eso o paso ya que ella al sentir el contacto de su amiga comenzó a llorar, desahogándose completamente; aquella escena rompió el corazón de todos los ahí presentes y más al ver a Sakura sucumbir a las lágrimas en un principio mantuvo los ojos cerrados pero al abrirlos tuve el placer de apreciarlos, poseían un color verde como la esmeralda que me fascino y que eran el perfecto complemento de su belleza, aborrecía a las niñas pero debo admitir que en cuanto la vi todo eso cambio porque fui yo en ese momento el que tuvo deseos de acercarme a ella cosa extraña, sin embargo no me atreví hacerlo. Mis padres quisieron persuadir a mi prima para que regresara con nosotros pero ella no acepto, los padres de Sakura hablaron con los míos y le prometieron que cuidarían de ella aunque mis padres se dedicaron también a enviarle dinero y en cuanto entro en la preparatoria comenzó a trabajar en la empresa pero tiempo después me entere que su amiga también había entrado, fue todo lo que supe, bueno a excepción de lo que mi padre contaba de vez en cuando. En este tiempo no había tenido muchas novias, pero me costaba tener una relación aunque debo admitir que no soy ningún santo. En cuanto llegue a California decidí acudir a un bar, lo más conveniente hubiera sido ir a ver a Monica pero sabía que se encontraba de viaje o eso me había dicho su secretaria así que tampoco decidí decirle nada de mi llegada, en cuanto llegue al bar me encontré con cientos de mujeres atractivas pero fue una en particular la que llamo mi atención, con tan solo ver su cabellera castaña sin pensarlo me acerque hasta ella, tomando asiento casi al lado de ella pero tal parecía que se encontraba hablando con alguien más, trate de no prestar atención sin embargo me fue difícil y más al escuchar su nombre….¿en realidad era ella? No lo sabía pero tenía que comprobarlo y en cuanto aquel sujeto se fue aproveche para acercarme y en cuanto vi sus ojos aquellas dos esmeraldas, unas esmeraldas que no había visto desde hace años y las cuales no me había sacado de la cabeza y si eso no bastaba al verla detalladamente comprobé que se trataba de ella, de Sakura, su negación a decirme su nombre me pareció graciosa a pesar de que yo ya lo sabía, la conversación con ella fluyo con tranquilidad y fue verdaderamente agradable, yo no podía quitarle la mirada de encima estos años la habían favorecido y mucho, se negó a que le dijera mi nombre aunque en ese momento fue lo mejor sino no hubiera pasado aquello entre nosotros, nunca pensé que ella fuera así, cuando la vi por primera vez juraría que se trataba de una niña tierna, amable, cariñosa y amorosa, no es que la juzgara ni nada de eso, solo que quizás me había equivocado. Al sentir sus labios tan suaves, deliciosos y hasta posesivos sobre los míos enloquecí, si no es que ya lo estaba con su personalidad tan ardiente que con solo mirarla me quemaba, no lo resistí y sucumbí a su beso, me pidió que fuéramos a un lugar más íntimo y en son de broma propuse mi carro así que no pude evitar reír y recordar que esa en realidad era una de mis fantasías, quería respetarla pero tal parecía que estaba empreñada en cumplir mi fantasía y entonces me di cuenta que no podía negarle nada, el estar con ella no solo involucro la satisfacción y el placer que se tiene en un encuentro casual porque para mí hubo algo mas pero supe que para ella no fue así más al verla partir dejándome sin oportunidad de saber de ella por lo menos en lo que restaba del fin de semana. El lunes por la mañana salí a correr, tenía mucho que no lo hacía pero algo me motivo para hacerlo aunque quías debí haber acudido a un lugar cercano de mi casa sin embargo no fue así y fui a parar a un parque que se llamaba parque pingüino un lugar algo concurrido en el cual no me imagine encontrármela por accidente, he de ser honesto una parte de mi anhelaba verla, encontrarla de ese modo aunque para ella no fue grato verme fingiendo no conocerme, tal vez me haya extralimitado en la forma en la que la trate de hacer recordar pero simplemente no pude resistirme a besar sus labios y claro que me merecía aquella bofetada que me propino, quise ir tras de ella en cuanto se fue pero decidí que no era lo mejor así que me fui a casa para arreglarme e irme a trabajar. Al llegar la mayoría del personal me miraban de forma extraña aunque eso cambio cuando se enteraron quien era; la más sorprendida al verme ahí fue Monica reprochándome mi falta de atención por no avisarle de mi llegada, trate de ser algo cuidadoso y no llamar tanto la atención de ella al preguntar por su amiga y eso funciono aunque me informo que no se encontraba ya que había pedido permiso para llegar tarde, solicite una junta en cuanto ella llegara para anunciar mi llegada aunque lo que en realidad quería era toparme de nuevo con Sakura. En cuanto la vi y ella a mi le sonreí pero tal parecía que mi presencia no le causo ninguna impresión, era como si desde un principio ella huera estado enterada de quien era pero eso era algo imposible, ella no me había visto nunca hasta esa noche en el bar, ni siquiera cuando viene por primera vez a California, trate de llamar su atención creyendo que quizás no me haya reconocido en verdad pero esto tampoco resulto, en cuanto la junta termino ella fue la primera en salir, sin decir nada ni mirar a nadie y tal parecía que esto era algo normal ya que nadie se inmuto ante su salida tan abrupta, poco a poco los demás comenzaron a irse no sin antes felicitarme y decirme mil veces que estaban a mi disposición, en cuanto la última persona abandono la sala salí rumbo al área de publicidad, necesitaba hablar con esa mujer, no era posible que pudiera ser tan indiferente; al llegar entre a su oficina ser anunciado lo cual no le agrado ni en lo más mínimo y en lugar de conseguir lo que yo quería todo salí al revés, su actitud fría, agresiva y prepotente asustaría a cualquiera, a cualquiera menos a mí. A pesar de todo no me rendiría porque no consistía solo en la atracción física que sentía hacia ella, sino que había algo más, ella poseía un aura misteriosa, enigmática que para muchos seria peligrosa y se alejarían al instante pero no para mí, yo deseaba descubrir lo que ella ocultaba, quería descubrir a la verdadera Sakura que se ocultaba en era coraza con varias capas, entendí que las cosas debían fluir de una manera más amena y quizás hasta lenta porque todo para esto podía ser raro para ella, incluso para mí lo era, nunca antes había deseado conocer a la persona solo me bastaba con tener sexo y eso era todo pero ella era diferente, no quería presionarla porque a pesar de aun no conocerla sabía que el interactuar con el resto del mundo no era lo suyo. Los días comenzaron a pasar y en este tiempo no había vuelto a molestarla sin embargo eso no quería decir que no estuviera al pendiente de lo que hacía, y si lo se puedo parecer un acosador pero maldita sea por ella lo seria y casualmente la encontré en aquel bar al cual había pasado a tomar un trago después de una reunión, la encontré algo tomada porque de no ser así no me hubiera ni hablado, ni mucho menos invitado a tomar un trago con ella y mucho menos me hubiera permitido llamarla por su nombre cuando me exigió que la llamara por su apellido y sobretodo el hecho de llevarla hasta su casa cuando la primera vez que la vi la sola mención de su casa era prácticamente un tabú. La tristeza que vi esa noche en sus ojos y con su respuesta ante mi pregunta de que fuéramos amigos supe que aquello que oculta es algo que la destroza, la hiere, que la mata cada día más, en ese momento sentí deseos de abrazarla y no soltarla, prometerle que a mi lado todo estaría bien, no sé si yo puedo curarla y si ella quiera ser curada, solo sé que por algo estoy aquí junto a ella. Al día siguiente decidí ir a buscar su carro para llevárselo a su casa, sé que ella podía hacerlo pues desde el principio me había mostrado ser una mujer independiente y para mí eso era algo de lo que me gusta de ella a pesar de ser criado de otra forma donde las mujeres no deberían ser como ella, pero para ser sinceros este era mi pretexto para verla, quien lo diría yo buscando pretextos para ver a una mujer, pero esta mujer lo valía, aunque cuando llegue a su edificio y como no sabía en qué departamento vivía me acerque a lo que parecía ser el encargado, supuse que el sabría y me diría, sin embargo en cuanto pregunte por ella me informo que no se encontraba, al principio no lo creí ya que Sakura lucia mal el día anterior y supuse que eso no había cambio mucho hoy y quizás eso era lo que le pidió Sakura que dijera al encargado para evitar visitas pero no desistí y cuestione más al respecto pero tal parecía qué estaba hablando en serio, comencé a preguntarme donde podría estar, ¿el parque pingüino? No, lo dudaba ya que era para eso, quizás estuviera en el bar? No, acababa de venir de ahí y me la hubiera topado, no tenía ni la menor idea de a que otro lugar podía haber ido, tal vez con una amiga? Pero si mal no recordaba no tenía muchas amigas a excepción de….así que sin más tome las llaves del carro y me dirigí hacia ese lugar con la esperanza de que se encontrara ahí. En cuanto llegue a la casa de Monica esta se sorprendió al verme ahí pero no cuestiono mi visita tan sorpresiva, mucho menos en cuanto le pregunte si Sakura se encontraba. Aunque ella al verme ni se inmuto, tal parecía que ella sabía cómo actuaria, ¿tan predecible era para ella? Dije el motivo de mi visita pero parecía que aquello no tenía ninguna relevancia aun tratándose de su carro, incluso Monica parecía más interesada, sabía que ella comenzaría a sospechar sino es que ya lo hacía aunque no me importaba ni interesaba ocultar, una cosa nos llevó a otra por lo cual termine siendo invitado a pasar la tarde con ellas aunque claro Sakura siendo tan sutil al mostrar su conformidad ante esto y hasta termine acompañándola por pizzas, ¿en verdad le caía mal? ¿O era así con todo el mundo? Con Monica no era así, tal vez porque eran amigas desde niñas o solo sería así con los del sexo masculino? Simplemente no pude evitar formularle estas preguntas aunque como era de esperar no recibí respuesta alguna. Lo que verdaderamente no me espere es que en cuanto llegáramos al establecimiento ella me tomara de la mano para conducirme hasta el baño de los hombres donde sobra decir lo que paso, confundiéndome cada vez más y es que acaso ella no me había dicho que no repetía? Me mofe de aquella frase y es que era raro escucharla decir de una mujer, no es que me considerara un machista ni nada de eso, es solo que esa misma frase es la que yo solía decir después de un encuentro hasta que ella apareció. Sus caricias me hacían estremecer, arder en pasión, me era muy difícil controlar mis impulsos para tomarla de la forma que deseaba pero era algo inevitable porque ella no deseaba ternura, ni amor, deseaba pasión, sensualidad. Me pareció gracioso que preguntara si esa era otra de mis fantasías, he de admitir que tengo algunas pero parecía que estas iban en aumente, en cuanto salimos ni se inmuto al ver aquellos sujetos y es que Sakura no era como todas, ella era ardiente y eso me encantaba aunque sentí cierta molestia al verla actuar tan natural, ¿Acasoso ella solía hacer esto a menudo? Aparte esa pregunta de mi mente no era momento para celos. En el camino ella pareció ser otra pero sabía que aquello también formaba parte de su personalidad. Lo sabía, el verla reír era placentero aunque intuía que esa sonrisa no era su verdadera sonrisa pero ya me encargaría de eso. Monuca nos miraba interrogante cuanto llegamos pero aun así me permitió sentarme al lado de ella, la película era romántica, no era muy efímero a esas películas y por lo que veía Sakura tampoco, en algún momento la película comenzó a llamar mi atención y fue aquella donde los protagonistas se entregaban al amor, no sé qué tonto instinto me llevo a tomar su mano y al hacerlo temí que me rechazara pero eso no paso y no pude evitar sonreír, quizás, solo quizás pudiera dejarme entrar en su vida… y justo antes de dejar seguir a mi imaginación Sakura me soltó y decidió prácticamente escapar, creí que todo estaba saliendo bien? Pero qué demonios pasaba? Que había hecho? Después de verla partir mire a Monica interrogante, ella tenía que saber algo al respecto pero en sus ojos vi cierta tristeza, dolor por su amiga, quería pedirle que me contara pero quien era yo para que lo hiciera; sin decir nada más decidí que lo mejor era irme, mi prima no dijo nada pero tal parecía que quería hacerlo sin embargo no lo hizo. Al llegar a casa no pude dejar de pensar en ella, no podía evitar que se colara en mis pensamientos, no sabía exactamente que sentía pero no quería alejarme de ella y por eso el lunes en cuanto llego fui a verla pero tal parecía que actuaría como la primera vez pero esta vez no me dejaría amedrentar, quería formar parte de Sakura, quería que me permitiera estar a su lado, quería que me quisiera, cosa extraña ya que no entendía como era posible que yo quisiera eso de ella siendo que apenas y la conocía. El llamado a mi puerta me hizo salir de mis pensamientos, fue Itami mi secretaria la que entro por aquella puerta, la mire, ¿Como era posible que usara aquello? Prácticamente parecía estar desnuda y su caminar intentando ser sexy pero que en realidad parecía patoso, estaba harto de ella y de su hostigamiento constante, no entendía como la podía haber contratado. -Señor Kennedy -dijo acercándose a mí, quedando prácticamente a mi lado.-La señorita Monica le ha traído esto- -Déjalo ahí- respondí tratando de prestarle la más mínima atención. Pero esa mujer no entendía que lo que más deseaba era tenerla lejos de mí porque se acercó aún más y siendo torpe tropezó cayendo justamente encima de mí. -Señor Kennedy- dijo posando sus brazos alrededor de mi cuello y hablando de una forma espeluznante. Estaba a punto de quitarme de encima cuando la puerta se abrió dejándome ver la figura de Sakura entrar por ella. -Kennedy necesito que…..- dijo pero no termino porque en ese momento levanto la mirada de los documentos que llevaba en la mano para fijarla en mi- Lamento la interrupción- continua hablando como si nada- Necesito que me firmes estos documentos- Mire a Sakura aterrado por lo que pudiera estar pensando pero tal parecía que esto no le importaba, así que resignado a su actitud decidí hacer lo que me pedía no sin antes quitarme a la pesada de Itami de encima con nada de delicadeza. -Déjanos solos- le dije pero ella parecía enfadada por esto y tuve que pedírselo de nuevo, al salir paso justo al lado de Sakura como retándola pero esta no le presto la más mínima atención. - ¿Que es esto?- pregunte leyendo un poco. - Es la autorización que necesitamos para la contratación del nuevo equipo de producción- Decidí preguntar más al respecto, retenerla un poco más y explicarle lo que había pasado, tome una pluma y plasme mi firma en aquellos papeles y se los ofrecí, ella los tomo enseguida pero no los solté. -Sakura- dije sintiendo su mirada sobre mí – lo que viste, yo puedo explicarlo- Ella sonrió y negó con su cabeza.- No veo porque tengas que hacerlo- -Pero yo quiero hacerlo- reafirme y ella arqueo una de sus cejas. -Lo que tú hagas con tu vida y con tu secretaria no me incumbe- -Ella no significa nada- dije poniéndome de pie y soltando así aquel folder donde yacía la información y colocándome rápidamente atrás de ella, muy cerca diría yo- La única que me interesa eres tu-continúe hablando justo en su oído no evitando rosarlo con mis labios en el proceso, esto pareció no disgustarle por lo que continúe.- A la única que deseo y necesito es a ti- volví a decir besando esta vez su delicioso cuello. -Pues creo que tendrá que quedarse con las ganas señor- dijo alejándose de mi tan rápido que tuve que sostenerme del escritorio para no caer y antes de salir se giró para mirarme de nuevo – o mejor llame a su secretaria porque parece estar urgida por un poco de su atención- y sin más salió de ahí. Maldecí interiormente, parecía que todo me saldría mal y más al sentir aquel dolor en mi entrepierna, sin más decidí regresar a mis labores así por lo menos me distraería para que aquel dolor desapareciera o por lo menos disminuyera. La semana comenzó a pasar, en todos estos días trate de tener algún encuentro con Sakura pero si no la conociera diría que me estaba rehuyendo, cuando salía a comer con Monica ella nunca iba, cuando necesitaba algún tipo de información siempre mandaba a su secretaria, necesitaba verla, hablar con ella o por lo menos que me insultara. Y fue así que por casualidad escuche una conversación entre Sakura y Monica justamente afuera de la oficina de la primera aprovechando que su secretaria no se encontraba ahí. -Itami, comunícame con Monica y dile que venga a mi oficina- pedí en cuanto regrese a mi oficina. Mi prima llego enseguida tomando asiento justamente en frete a mí. -¿Para que me necesitas con tanta urgencia?- -Lo que pasa es que necesito que me acompañes a una cena de negocios- -En verdad necesitas que vaya contigo- -sí, ¿acaso no puedes?- pregunte. -Tengo planes con Sakura- dijo aunque eso ya lo sabía – ¿Tardaremos mucho?- -No, nos tomara poco tiempo, terminando te prometo que te llevo con tu amiga- Ella pareció dudar pero al final acepto, después de hablar con Sakura salió conmigo hacia el restaurante donde no nos esperaba nadie porque he de admitir que había mentido. -¿Seguro que era en este lugar?- pregunto Monica por enésima vez. -Si- respondí. -Pues creo que se les ha olvidado y nos han dejado plantados- Había pasado alrededor de 15 minutos justo el tiempo que necesitaba para que Monica se desesperara. -Voy a marcarles- le dije poniéndome de pie para ir a un lugar aparte y fingir que marcaba, al regresar le comunique a Monica que nadie vendría, que se les había olvidado y habíamos re agendado, al principio se molestó por la falta de compromiso de aquellos sujetos y al final me pidió que la llevara hasta donde se encontraba Sakura, lo cual era el plan original. Llegamos al bar donde la encontré aquella vez pero en lugar de irme como se suponía tenía que ser me quede ante la interrogante mira da de Monica, caminamos hasta donde se encontraba Sakura pero no se encontraba sola, estaba charlando con un sujeto que a mi parecer era bastante mal encarado y Monica al ver esto prefirió no acercarse a ella pero yo era lo que más quería acercarme a ella y apartarla de ese sujeto pero Monica me tomo del brazo obligándome a tomar asiento al lado de ella y no muy lejos de donde se encontraba Sakura. Ella comenzó hablar de no sé qué, realmente no estaba prestando atención pues solo miraba a Sakura y en la forma en que aquel tipo la filtraba, escuche que Monica se disculpaba y salía de aquel lugar, le di un trago a mi Whisky y continúe mirándola y entonces lo que vi no me gusto, aquel sujeto la tomo de la mano y comenzó a guiarla hasta los sanitarios y la rabia se apodero de mi al recordar lo que podía pasar en esos lugares y en cuestión de segundos llegue hasta ella y la aleje de aquel sujeto ganándome por primera vez una mirada de sorpresa de su parte. -¿Qué crees que haces?- escuche que preguntaba aquel sujeto pero lo único que recibió por respuesta fue mi puño contra su mandíbula y después de esto comencé a guiar a Sakura hasta la salida. -hey- escuche que me decía pero no respondí solo quería sacarla de aquel lugar y en cuanto lo hice llevándola hasta un lugar prácticamente solitario, la mire, no puedo mentir me sentía furioso. -¿Que fue eso?- pregunto y pareció estar furiosa. - ¿A donde ibas con ese sujeto?- hable pues si se trataba de estar furiosos yo ganaba. -Eso no te importa-respondió. -Claro que me importa. ¿Dime dónde diablos ibas?- -No eres nadie para cuestionarme- ¿Que no era nadie? ¿Acaso estaba bromeando? No se daba cuenta de lo que sentía por ella? de lo que ella causaba en mí? -Porque no me lo permites- respondí. -Sebastiam- dijo bajando su tono de voz- Entiende entre nosotros no puede haber nada- Pero aquello que decía no era cierto, yo lo sabía así que decida demostrárselo y con la rabia que sentía en estos momentos me acerque hasta ella para reclamar sus labios en un apasionado beso. Sé que quizás estaba siendo brusco pero necesitaba clamar sus labios como míos, necesitaba apagar esta furia que ella había encendido, no tardó en responder y de darme permiso de explorar y profundizar aquel beso, no pude evitar morder y degustar sus labios, la necesitaba tanto. El aire comenzó a faltarnos así que poco a poco fui haciendo el beso más pausado, más lento hasta que se rompió por completo. -Déjame ser tu juguete, déjame ser cada noche, déjame estar contigo- y volví a besar sin darle oportunidad de responder, entregándonos al placer de un nuevo beso. Sakura No podía entender lo que estaba pasando solo era consciente de los labios de Shaoran sobre los míos fundiéndose en un beso tan excitante, no quería dejarlo ir, quería que me tomara ahí mismo, que clamara mi placer como suyo y diría que lo hubiéramos hecho sino fuera porque mi teléfono comenzó a sonar así que a regañadientes nos separamos. -Es Monica- dije y conteste enseguida. -¿Se puede saber dónde estás?- pregunto. -Enseguida voy para haya- dije. -Sakura- fue lo que escuche antes de terminar la llamada. Mire a Sebastian en sus ojos vi el deseo al que hubiera sucumbido sino fuera por Monica y sin decir más comencé a caminar rumbo hacia donde se encontraba, lo escuche suspirar y comenzar a caminar tras de mí. Nadie dijo nada más el resto de la noche y sin más cada quien regreso a su casa. Al llegar a mi casa no podía sacarme de la cabeza aquel beso, el rose de su piel contra la mia, no podía estar pensando en esto, o podía, Sebastian tenía que salir de mi vida y es que después de haberlo encontrado con su secretaria en aquella situación sentí algo que no había sentido antes pero que deje pasar así de rápido como llego, su insistencia al persuadirme cada vez derribaba mis defensas así que prácticamente toda la semana me la había pasado huyendo de el algo raro en mi pero no quería que continuara con su juego barato porque en cualquier momento caería y entonces tenía que llegar a la discoteca junto con Monica, claro que lo había visto y por eso acepte la invitación aquel sujeto pero lo que no espere y causo mi sorpresa fue que el reaccionara de aquella manera y luego su beso, me lleve las manos a los labios aun sentía sus labios sobre los míos, sacudí la cabeza tenía que dejar de pensar en eso. Mi fin de semana se me hizo completamente eterno, esta vez no había tenido pesadillas pero el recuerdo de lo vivido con el me agobiaba. El lunes como siempre me fui a correr, el aire fresco siempre me ayudaba y esta vez no fue la excepción, me ayudo a decidir que lo mejor era seguir ignorando y evitandolo y así lo hice pero para sorpresa mía así lo hizo el también. Los días comenzaron a pasar y el seguia actuando igual, no me buscaba, no me hablaba aunque yo tampoco lo hacía y eso no lo cambiaria pero por alguna extraña razón deseaba que regresaran sus continuos acosos, deseaba estar de nuevo con él, me estaba volviendo completamente loca. El trabajo como siempre me ayudaba a mantenerme distraída, era jueves y el tiempo se me había pasado volando, era alrededor de las 9 así que lo mejor era irme a casa pero al andar por los pasillos me di cuenta que no era la única ya que el pasillo que daba hacia la presidencia y la misma luz estaban aún encendidas, lo más sensato de mi parte hubiera sido irme pero no fue así, sino que comencé a caminar has aquel lugar, al llegar me percate que la puerta estaba abierta, me asome con cautela encontrándome con Shaoran Li, sentado con la vista fija en unos papeles, ya no llevaba el saco ni la corbata y los primeros botones de su playera estaban desabotonados, su cabello tan rebelde como siempre y sus ojos ámbar que derriten y al mirarlo tan endemoniadamente sexy y apetecible fue lo que me orillo abrir la puerta del todo ganándome así su mirada sobre mí. -Sakura. ¿Se te ofrece algo?- pregunto pero no respondí, yo solo deseaba sentir sus labios sobre los míos, sus manos recorriendo todo mi cuerpo, quería sentirlo de nuevo así que de inmediato llegue hasta él, lo vi ponerse de pie lo cual dificulto más un poco lo que iba hacer pero ingeniándomelas bese sus labios como tanto quería, el no tardo en corresponderme y sin importarle me sentó sobre su escritorio acercándose así lo más posible a mí, yo enrede mis piernas en su cintura dejando el mas mínimo espacio, una de sus manos comenzó a recorrer mi pierna , mientras que la otra la poso en mi espalda, las mías comenzaron a recorres su espalda, su pecho adentrándolas dentro de su playera, sin dudarlo me aparte su playera y comencé a besar su pecho, mis manos comenzaron a bajar hasta posarse en su pantalón para comenzar a desabrocharlo pero entonces el me detuvo, no pude evitar desconcertarme, acaso el ya no quería? -Sakura- dijo mirándome. - ¿Pasa algo?- pregunte- ¿Acaso no quieres?- El me miro con ternura y posos sus manos sobre mis mejillas, se acercó y beso mi frente y sin apartar sus labios comenzó hablar. -No quiero ser solo un rato- dijo separando sus labios para mirarme sin apartar sus manos- no quiero que después te arrepientas, finjas no recordar, no quiero ser solo una noche...
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