Capitulo 4 Algo más..

2811 Words
Dios! La cabeza me estaba matando y por si fuera poco el teléfono no dejaba de sonar torturándome, no recordaba casi nada de la noche pasada, creo me había extralimitado en tomar, tenía vagos recuerdos como haber llegado al bar, pedir un par de bebidas, tomar un poco y después de ahí los recuerdos son algo borrosos, recuerdo haber comenzado hablar con alguien más, no sé de quién se trata tal vez y fuera uno de los meseros. El teléfono sigue sonando aunque no sé exactamente donde se encuentra ya que no es el teléfono de casa, sino mi celular, me levanto con un poco de pesar de la cama y comienzo a buscarlo y lo encuentro entre el revoltijo de mis sabanas. 15 llamadas perdidas de Monica y 10 de Francisco, como era esto posible? Mire la hora y me percate que eran las tres de la tarde. ¿Como había podido dormir tanto? El teléfono volvió a sonar, vi que se trataba de Monica así que conteste enseguida. -Bueno- respondí. -¿Sakura? ¡Por dios! ¿Dónde diablos estas?- sus gritos fueron completamente perturbadores, tuve que alejarme el teléfono para que no continuara martirizando a mis pobres oídos. -Monica, quieres tranquilizarte- pedí llevándome mi mano libre hacía mi cabeza, ya que cada vez el dolor aumentaba. -¿Cómo puedes pedirme eso? Acaso no te das cuenta que llevo toda la mañana muerta de miedo temiendo que algo te hubiera pasado-dijo. Ahora entendía porque tantas llamadas perdidas por su parte pero de mi hermano? -¿Dime que no le avisaste a mi hermano?- dije aparentando tranquilidad cosa que no sentía en realidad. -Este...yo- En ese momento juraría que Monica dejo de preocuparse y hubiera preferido que en realidad estuviera perdida. -Monica- grite esta vez yo. -Sakura, estaba preocupada, no respondías a mis llamadas, creí que algo te había pasado, estaba asustada- Me tranquilice un poco antes de responder, no quería decir algo que en verdad no deseaba a pesar de saber lo que me esperaba con Francisco en cuanto habláramos. -Está bien, no pasa nada, estoy bien, gracias por preocuparte- -Como no hacerlo? Eres mi familia Sakura, entiendo si no quieres decírmelo ¿Pero me gustaría saber dónde estabas?- Suspire y me deje caer de nuevo en la cama, era claro que si se lo decía se molestaría y si no sé lo decía también lo haría. -Salí por un trago- dije cerrando por un momento los ojos y separándome un poco el teléfono por si gritaba de nuevo pero tal grito no llego. -Debiste haberme invitado-dijo y lo que me sorprendió un poco pero también me hizo sonreír. -Te prometo que la próxima vez si te invito- -Ok Sakura, entonces supongo que nuestro plan de hoy queda cancelado?- Ya no recordaba que hoy me vería con ella y yo con este maldito dolor de cabeza pero aun así no cancelaria. -Llego en una hora- dije. -Si te sientes mal podemos dejarlo para otro día- -No, yo llego en una hora- -Está bien Sakura y no sé te vaya olvidar la pizza- -Claro- dije levantándome de la cama. -Y una cosa más, mmmm... Háblale a Fran está preocupado por ti- Suspire- Yo hablo con él- -Gracias, nos vemos al rato- -Nos vemos- dije. Con la sola idea de hablarle a Francisco mi dolor quedo en segundo plano pero si no lo hacía no terminaría con los reproches de él y de Monica así que sin más tome de nuevo mi celular y marque su número. Sonó una vez, una segunda y a la tercera respondió. -Sakura- escuche su grito igual que el que había pegado Moni, ahora entendía porque a ella le gustaba y en verdad que harían buena pareja. -Francisco, por favor-dije. -Nada de por favor, dime dónde diablos estabas?- -Eso no te incumbe- dije molesta. -Soy tu hermano Sakura, me preocupas, me preocupa lo que estás haciendo con tu vida- -Ya soy lo bastante grande para saber lo que hago con mi vida- -No lo parece y aquí está la prueba, tenías a Moni preocupada por ti, casi llama a la policía- -No exageres- dije. -Sakura, por favor tienes que regresar a ser la misma de antes- Con la sola mención de aquello todas mis defensas bajaron, la furia que sentía bajo, es que acaso nunca lo entenderían? -Tengo que irme, no te preocupes más por mí, te quiero y cuídate- dije y sin esperar respuesta termine la comunicación. Decidí alistarme para ir con Moni, opte por usar algo casual y cómodo, antes de partir me tome una píldora para aliviar el dolor, en cuanto llegue hasta el estacionamiento del edificio me lleve una sorpresa al no encontrar mi carro ahí; el encargado me había dicho que no llegue en él, que alguien me trajo, quizás un taxi, así que supuse que lo había dejado en el bar por suerte en ese lugar me conocían así que suponía que lo cuidarían. Sin más remedio tome un taxi para ir a casa de Monica y al llegar le pediría que me acompañara por mi carro. -Hola- me dijo en cuanto llegue envolviéndome en un fuerte abrazo. -Hola- respondí. -Y la pizza?- pregunto. -No he venido en mi carro- le comunique en cuanto llegue hasta la sala. -¿ Y donde lo has dejado?- -Necesito que me acompañes a recogerlo- -¿Pero donde esta?- -Esta...-iba a decir pero el timbre sonó en ese momento interrumpiéndonos, decidí esperarla en la sala mientras abría la puerta, pasaron unos minutos y regreso pero no lo hizo sola ya que la acompañaba Sebastian. -Buenas tardes- dijo sonriendo al verme, diablos ¿No sé suponía que eso ya había cesado? -Hola- respondí tratando de no darle importancia pero en realidad me preguntaba ¿que hacia aquí? Aunque siendo su primo quizás no sea tan raro, tal vez vendría a visitarla. ¿Como podía ser tan tonta? Esto de tomar en grandes cantidades en verdad que me afectaba. -Te he ido a buscar tu departamento- me dijo como si nada, como si fuéramos amigos- aunque en realidad no sabía cuál era el tuyo así que le pregunte al encargado por ti y me dijo que habías salido, así que supuse que te encontrarías aquí, toma esto te pertenece- concluyo ofreciéndome un par de llaves que reconocí al instante. -Mi carro- dije tomándolas. -Lo dejaste ayer en el bar, pedí que lo cuidaran y decidí ir por él y traértelo- dijo. ¿Había escuchado bien? ¿Había dicho bar? ¿Carro? ¿Pero porque? Entonces los recuerdos llegaron más claros a mi mente, aquel sujeto con el que hable no era nada más ni nada menos que el y por lo que entendía él también se encargó de llevarme a casa y ahora hasta mi carro me traía. -Gracias- le dije. -De nada Sakura- respondió sin apartar la mirada de mí aunque no fue eso lo que me molesto sino que me llamara de nuevo Sakura en lugar de mi apellido. -¿Sakura?- fue esta vez Monica quien hablo con lo que ambos rompimos el contacto visual para mirarla, lucia sorprendida y hasta divertida cosa que no me gusto para nada. -Ha sido ella quien me ha pedido que la llame por su nombre- hablo el encogiéndose de hombros como restándole importancia al asunto. ¿En qué momento le pedí aquello? Quizás habrá sido en mi borrachera de ayer ¿Que más le abre dicho? Aunque no tenía sentido recordar, lo dejaría tal y como estaba. -Entonces ya que Sakura ha permitido que le llame por su nombre no creo que le moleste si te quedas acompañarnos- dijo Moni burlonamente pues entendía que en mi juicio nunca le hubiera pedido tal barbaridad. -No, pero supongo que tiene cosas que hacer- respondí. -En absoluto- dijo este ensanchando con esto más la sonrisa de Monuca- y deja de llamarme kennedy si yo puedo llamarte Sakura lo más conveniente es que tú me llames por mi nombre- -No lo creo apropiado- respondí.- Deberías pensarlo- dijo esta vez Moni. La mira mal por aquel comentario a lo cual ella sonrió aún más como si eso fuera posible. -Iré por las pizzas- dije comenzando andar hacia la salida. -¿Quieres que te acompañe?- pregunto Kennedy a lo cual me nieguen enseguida. -Deberías dejar que te acompañe, no creo que sea conveniente que manejes- volví hablar Moni. Sabía que todo esto lo hacía para fastidiar pero no dejaría que lo consiguiera, no le daría ese gusto. -Tienes razón, lo mejor será que me acompañe- dije y esta vez la que sonrió fui yo al ver su cara y es que estaba claro, no sé esperaba aquello. Le di las llaves a el para que fuera él quien manejara. -¿Cómo te sientes?- pregunto. -Bien- respondí simplemente. -¿Estas molesta?- volvió a preguntar. -No- volví hablar. -¿Te molesta acaso mi presencia?- pregunto por tercera vez. Estaba tentada a decirle que sí, que su presencia me molestaba, que odiaba la forma en la que me miraba, incluso en la que me hablaba, que todo él me ponía mal pero no lo dije, me quede en silencio y el pareció entender porque ya no dijo más aunque en mi mente al verlo de aquella manera me hizo pensar algo más. Llegamos hasta el establecimiento de pizzas el cual estaba un poco vacío, enseguida tomaron nuestra orden así que nos sentamos a esperar pero no era eso lo que yo quería así que sin importarme nada me levante ante su mirada expectante e interrogante al cual tome de la mano para que también se pudiera de pie. -Sakura. ¿que pasa?- dijo pero no le hice caso, continúe con mi andar hasta llegar al baño, al de caballeros para ser exactos, espere a que nadie nos viera y enseguida entre sin soltarlo guiándolo hasta uno de los cubículos el cual cerré. -Sakura. ¿que hacemos aquí?- pregunto verdaderamente sorprendido y para mi él verlo así solo me hizo desearlo más y es que no me había percatado de lo atractivo que era Sebastian con su cabellera color chocolate completamente revuelta e indomable, con aquellos ojos color ámbar que con solo mirarte te desarman, con sus cejas no muy pobladas, esa sonrisa encantadora y sus labios tan...carnosos y apetecibles. Sus hombros y espalda ancha, esos brazos y manos que con solo rosarte te queman y sin pensarlo más lo bese. Pareció no entender aquello que hice pero enseguida me correspondió besándome apasionadamente, al terminar con mis labios continuo con mi cuello, hombros, me quito blusa y continuo más abajo, al igual que él aparte su playera y al sentir el placer que me causaba no pude evitar clavar mis uñas en su espalda ante lo cual gimió y sonreí. Nos mantuvimos entre caricias y besos apasionados pero yo quería más así que baje mis manos hasta su pantalón para desabrocharlo. -¿Estas segura?- pregunto, ante lo cual asentí y esta respuesta le bastó para él también deshacerse del resto de mi ropa, lo vi sacar un condón de una bolsa de su pantalón y separándome un poco para colocárselo, me miro y yo solo me relamí los labios y lo vi temblar por esta acción de mi parte. -Te encanta jugar conmigo- me dijo al oído. -Dime, ¿Esta es otra de tus fantasías?- pregunte juguetona. -No lo sabía pero ahora que la estoy viviendo diría que lo es- dijo contra mis labios y enseguida entro en mí. El vaivén de nuestros cuerpos unidos era excitante, placentero, desquiciante. Nuestros gemidos y el chirrido de la puerta era lo único que podía escucharse. El éxtasis no tardaría en llegar, dios este placer solo era capaz de sentirlo con él. Terminamos completamente exhaustos y sudandos, lo mire y él a mí, nos quedamos así hasta que nuestras respiraciones se normalizaron, salió de mí y eso me causo un escalofrió, ambos nos comenzamos a vestir pero por alguna extraña razón no podía dejar de sonreír, al terminar pensando que nadie se encontraba ahí abrí la puerta como si nada pero al salir me encontré con dos pares de ojos mirándonos desconcertadamente y sorprendidos. -Buenas tardes- dije sin darle importancia, me mire en el espejo y me acomode mi cabello sin impórtame la mirada de aquellos sujetos sobre mí, Sebastian salió enseguida y sonrió ante la escena, beso mis labios, me tomo de la mano y ambos salimos de ahí aun sintiendo la mirada de aquellos sujetos sobre nosotros. Al salir nuestras pizzas ya estaban listas así que solo las pagamos y salimos de ahí, de camino no podíamos parar de reír al recordar la cara de aquellos sujetos, incluso diría que el dolor de cabeza ceso. -¿Porque se han tardado tanto?- dijo Monica en cuanto llegamos pero solo me limite a decirle que había mucha gente. Nos acomodamos en el sofá pero Moni dejo a su primo al lado mío para molestarme diría yo, la película comenzó, una de esas románticas que solo le gustaban a ella y muy a mi pesar comencé a verla pero llego la parte donde los protagonistas se entregan al amor y en ese momento sentí su mano sobre la mía, uniéndolas, lo mire y al verlo tan sonriente viendo la película y su mano unida a la mía, no pude evitar que un recuerdo llegara a mí mente. -¿Acaso te molesta que tome tu mano?- -No, en absoluto, es solo que me siento rara- -¿Rara? ¿Porque?- -Nunca nadie lo había hecho antes, bueno a excepción de mi familia y amigos- -Entiendo- dijo- ¿Y deseas que ya no lo haga?- -Esto...yo, yo no quiero que sueltes mi mano- Él sonrió y apretó mi mano sin hacerme daño. -Sabes Sakura- -¿Dime?- -Conmigo nada te pasara, siempre te cuidare...- Salgo de aquel terrible recuerdo, mire su mano aun unida a la mía, esa vez no fue porque nadie hubiera tomado mí mano antes, sino porque al sentir su mano esa vez unida a la mía, no me sentí bien, su roce no me inspiraba seguridad, calidez como lo hacía la mano de Sebastian. -Tengo que irme- dije levantándome rápidamente y rompiendo aquel contacto. -Sakura, ¿te encuentras bien?- pregunto de inmediato Monica. -Si- fue todo lo que dije. -Yo te llevo- dijo esta vez Sebastian pero al mirarlo supe que eso no sensato. -Puedo irme sola- dije tajante. -Sakura- volvió a decir él. -Entiéndelo Kennedy, quiero estar sola- y sin más me fui de ahí. ¿En qué momento había permitido que esto pasara? ¿Como había permitido que el deseo le ganara a la razón? Demonios. Me había vuelto a costar con Sebastian. Encendí mi carro y comencé mi camino de vuelta a casa, al llegar enseguida corrí a la ducha, necesitaba quitarme aquella culpa aunque para ser sincera en el fondo no deseaba quitarme aquellas caricias pero tenía que ser sensata, ya nadie jugaría con migo. El resto del día solo me dedique a estar recostada en la cama, pensando sin pensar, mirando si mirar, solo estando ahí sin estar. No sé cómo me quede dormida aquel día, el domingo había pasado y al igual que el resto del sábado también me había quedado en casa solo que esta vez sí había respondido a las llamadas de Monica, no quería que se volviera a preocupar. Ya era lunes y como todos los días salí a correr y al regresar me aliste para ir a trabajar. Al llegar todo se encontraba en calma, en cuanto entre en mi oficina Renata que ya estaba ahí, la salude y ella me dio los pendientes, los cuales no eran michos pero que decidí atender de inmediato. El teléfono de mi oficina comenzó a sonar así que conteste enseguida. -Dime Renata- -Señorita Santana- el señor Kennedy quiere verla- dijo. Sabía que esto pasaría así que decidí no retrasarlo más. -Hazlo pasar-dije. Enseguida entro con su característica sonrisa seductora y mirándome desinividamente. -Buenos días- dijo enseguida. -Muy bueno días Sakura- respondió- ¿como te encuentras hoy?- -Bien, gracias y dime se te ofrece algo?- -En realidad solo quería saber cómo estabas, ese día te fuiste tan abruptamente que me preocupe, quería llamarte pero no tenía tu número y supuse que no tomarías a bien que se lo pidiera a Monica – -Me encuentro bien- respondí simplemente. -Sakura, yo...- dijo pero no lo deje terminar. -Lo que paso, tu sabes que...- estaba diciendo pero él tampoco me dejo continuar. -Lo sé Sakura solo fue una noche- dijo con cierto reproche pero yo solo asentí- Más sin embargo para mí ha sido más que eso- y sin más se fue. Y sin pensarlo comencé a razonar en aquello último que había dicho. ¿acaso pensaba ser algo más que solo una noche? ...
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