Capitulo 14

4493 Words
Sakura Los días comenzaron a pasar, las cosas con Francisco por fin se habían arreglado algo que le debía a Sebastián, sin embargo aún no encontraba la forma de agradecérselo, y es que un simple gracias para mí no bastaban. Sabía también que mi hermano le estaba al igual que yo agradecido pero conociendo a Francisco nunca lo admitiría. Escuche que llamaban a mi puerta lo cual me hizo regresar la atención a lo que estaba haciendo. -Adelante- dije regresando la atención hacia los papeles que tenía en la mano. -Hola hermosa- dijo Sebastián y en cuanto lo escucho poso mi mirada en él y no puedo evitar sonreír. -Y a que debo el honor de su visita – respondo. -Necesito algún pretexto para venir a ver a mi novia?- dice arqueando una de sus cejas lo cual lo hace ver aún más atractivo. -Depende- digo- quizás vienes hacer el amor sobre mi escritorio sin importarte que nos puedan escuchar, he de decirte que tengo un jefe muy gruñón y si se entera no sé qué será de mi- digo juguetona llegando hasta él y rodeando su cuello con mis brazos, mientras él me rodea la cintura y me acerca hasta mi escritorio para recargarnos. -Tentador- susurra antes de tomar mis labios con los suyos…Siento como una de sus manos comienza a recorrer mi pierna estremeciendome completamente ante sus caricias, rompemos el beso y comienza a bajar hasta mi cuello, sus caricias me hacen enloquecer, el sabia donde perfectamente tocarme, simplemente me encantaba, baje mis manos hasta su pantalón y comencé a desabrocharlo, sentí su excitación y ante esta acción el suelta un suspiro, sabía que no aguantaría al igual que yo y como dije en un principio, me acomodo en mi escritorio y separo esas barreras que nos separaban en mi caso solo mis bragas ya que el llevar vestido le hacía más fácil esa acción, lo sentí entrar en mi y he de admitir que cada vez que lo hace algo dentro de mi despierta, no sé exactamente que era pero me encantaba. -No aguantare mucho- lo escucho susurrar y sin más decido moverme al mismo ritmo de él lo cual ayudo a que ambos termináramos juntos, sin embargo se nos olvidó donde estábamos y un gemido proveniente de ambos se escuchó, acompañando de algo que parecía haberse caído. Y aun no podía recuperarme de aquel tremendo placer cuando la puerta se abrió y el grito de mi secretaria se escuchó primero diciendo mi nombre y después algo que no entendí muy bien y por último el ruido de la puerta al cerrarse. Sebastián salió rápidamente de mí y comenzó arreglarse, sabía que estaba avergonzado y eso le sumaba más diversión al asunto, al igual que el comencé a vestirme sin embargo no podía evitar reírme de la situación. -Sabes empiezo a creer que tu propósito es traumar a todos- digo burlona- primero Carlos y ahora la pobre Renata- El me mira completamente serio más sin embargo sé que es una seriedad fingida. -Con esto tendrás que subirle el sueldo a ambos para que no digan nada- continuo molestando pero él no dice nada si no que comienza arreglar los papeles que se arrugaron. – Te imaginas, "El gran empresario Sebastian Santana traumatiza a sus empleados con actos indecorosos"- Escucho su bufido lo cual solo hace que sonría aún mas -Sakura- dice mirándome. -¿Qué?-respondo. - ¿Imagínate que dirían tus padres o Monica?- -Pues lo mismo que diría tu hermano- dice y es esta vez el quien sonríe- además si eso pasara creme tu nombre saldría a relucir y es ahí cuando entendería que no me puedo contener cuando te miro – y sin más me vuelve a besar. Sebastián Después de aquel vergonzoso pero excitante acto regrese a mi oficina, no sin antes claro de decirle a Sakura que hoy no comería con ella, se suponía que solo iba a comunicarle aquello pero al verla todo sentido de razón y cordura desaparecía en mí y es que ella me volvía loco, me fascinaba, me encantaba aunque ahora claro está el hecho de que su secretaria nos había visto, demonios, tenía que tener más cuidado si no toda la oficina nos vería, aunque claro Sakura me aseguro que su secretaria era de confianza y que no diría nada sin embargo al salir de ahí no pude ni mirar a la susodicha y creo que a ella le pasaba lo mismo creo que los más conveniente sería que se le dieran unas vacaciones, quizás un mes o dos, la verdad no lo sé, todo el tiempo que fuera posible con tal de que olvidara lo que había presenciado hoy. El tener que reunirme con Slim no me resultaba una idea muy agradable sin embargo era algo que no podía posponer, parecía demasiado ansioso en querer vender su empresa, lo cual resultaría para ambos algo sospechoso sin embargo sería algo absurdo dudar de ellos, eran una de las familias más ricas así que por dinero no se trataba, quizás como decía él no podía hacerse cargo y después de consultarlo con mi padre hemos decidido cerrar el negocio. -Buenas tardes - me dice Slim en cuanto llega, respondo el saludo de igual forma. –Perdón por la tardanza pero tenía que pasar por mi abogado- - No hay problema- respondo. -Veo que tendremos que esperar a tu abogado- me dije haciendo una mueca de fastidio. -En lo absoluto, mi abogado ha revisado la copia del contrato y no encontramos ningún problema- -Me parece excelente y espero que te haya dicho que solo cuentas con un mes para cambiarle el nombre a la empresa de lo contrario tendrás que pagarme regalías- -Lo tengo claro y creme que eso no sucederá- -En hora buena, entonces firmemos el contrato- Dicho trámite no tardo demasiado y lo que yo más quería era largarme de ahí y contarle a Sakura, bueno en realidad a todos pero en especial a ella de este negocio lo cual nos garantizaba coronarnos como la empresa líder en el ramo sin embargo tenía que esperar pues no me había quedado más que aceptar la copa que me había ofrecido Slim por el cierre de aquel contrato. -Y dime, ya sabes quién se hará cargo de la nueva empresa?- - Es una decisión que no se ha tomado- dije tratando de cambiar de tema, aunque siendo sincero dudaba que tuviéramos un tema en común, ni siquiera en los negocios. -Es una verdadera lástima, aunque insisto en que deberías darle la oportunidad a la pequeña Sakura- He de admitir que el que alguien mire a Sakura me molesta, el que le hablen, el que le sonrían pero que puedo hacer, soy un hombre celoso pero ahora mismo estaba tragándome aquello pues la forma en la que dijo " la pequeña Sakura" en verdad me hacía hervir la sangre. -Para usted Santana- respondí tajante. -He escuchado que están saliendo- dice como si nada. -Eso no le incumbe a usted, ni a nadie- En verdad que me estaba exasperando acaso este hombre no lo notaba? O sufría de algún retraso que lo hacía querer ponerse en la boca del lobo por así decirlo. -Es cierto, ha dejado de ser tan pequeña y se ha convertido, en toda una mujer y que mujer- Conte uno… -Me imagino que es tremenda.- Conté dos….. -Y esas piernas, aún recuerdo cuando…- Pero no lo deje terminar, ni siquiera termine yo de contar pues me le fui encima aun sin importarle que ya fuera un hombre mayor pero no soportaría que hablara así de Sakura, eso ni a mí mismo me lo permitía. Pero vaya a ser mi suerte que ni un par de golpes me permitieron darle cuando ya nos estaban separando aunque no pude evitar sonreír cuando vi que la nariz de aquel sujeto estaba sangrando, él se llevó la mano enseguida a ese lugar y se quedó atónico. -Esto me lo pagaras, te lo juro- dijo. Yo trate de zafarme de aquellos sujetos que me sostenían y regresarle a dar la paliza que se merecía. -Te arrepentirás cuando te enteres de quien es ella en verdad- decía mientras se lo llevaban lejos de mi alcance. -Suelten me- demande pero hacían caso omiso, podía escuchar gritar a Slim un par de sandeces más y no fue hasta que desapareció por completo de mi vista que me soltaron. Maldito, esta vez se había salvado pero la próxima no, después de pagar los destrozos de ahí, revise el reloj y me di cuenta que ya eran alrededor de las siete, me había demorado más de lo que esperaba, sabía que Sakura ya estaría en la casa al no verme regresar a la oficina , sin embargo algo de lo que me había dicho o bueno algo de lo estuvo a punto de decir hacía eco en mí, tenía miedo, por primera vez tenía miedo. Sakura El reloj marcaba alrededor de las 10 de la noche y Sebastián aún no llegaba, estaba comenzando a preocuparme y es que en el tiempo que llevábamos juntos nunca había hecho esto, lo cual solo me preocupaba aún más y es que si le había pasado algo? No, no, calma Sakura me dije a mi misma quizás la reunión se alargó y por eso aún no llegaba y si fue así porque demonios no me avisa? Paso una hora más y decidí que era hora de salir a buscarlo pero a dónde? Y sin más decidí tragarme mi orgullo y llamarle a su secretaria quien debería saber dónde era la dichosa reunión y sentí mi sangre hervir porque yo como su novia también debería saber dónde encontrarlo, bufe esta se la cobraría, saque mi celular y comencé a buscar su número, lo encontré y dude por un momento pero cuando estaba a punto de marcar el teléfono de la casa sonó y fue Carlos quien respondió. -Residencia Slim- dijo. Me moría de la angustia esperando lo peor y el hecho de que Carlos balbuceara y a veces me mirara no ayudaba mucho, lo vi asentir varias veces y estaba dispuesta a quitarle el teléfono y preguntar qué estaba pasando cuando el dio por terminada la comunicación. -¿Y?- pregunte enseguida. -Era el joven Sebastian- dijo -Le ha pasado algo verdad? Por eso no ha llegado- dije tomando mis llaves para salir a buscarlo. -Señorita Sakura- me hablo Carlos - Necesito ver a Sebastian, necesito saber que está bien- dije retomando mi andar. -El joven Sebastian se encuentra bien- dijo ante lo cual detuvo por completo mi andar para mirarlo- Ha hablado para avisarnos que no llegara, que por favor usted se sienta como en su casa y que no lo espere- Me quede estupefacta ante lo que había dicho, acaso hablaba en serio? Sebastián hablaba en serio? -Con que eso a dicho- dije. - Si- respondió apenado -Perfecto- dije y retome mi andar hacia la puerta. -Señorita Sakura- volvió hablar. Antes de salir mire a Carlos quien me seguía para evitar que saliera.- Si el señor Kennedy regresa, dile que he decidido regresar a mi casa porque esta no lo es- concluí y sin más me fui. Y es que quien demonios se creía Sebastián, acaso era su tonta que aceptaría sus órdenes como la tonta de su secretaria, pues no es no iba conmigo y si las cosas eran así que se atenga las consecuencias. Sebastián Había pasado alrededor de media hora que había marcado a Carlos para avisarle y es que no sabía que me estaba pasando, me sentía rabioso por lo de hoy con Slim pero no entendía porque también me sentía furioso con Sakura si ella no había tenido la culpa de nada, me lleve las manos a la cabeza en un acto de pura frustración, me deje caer en mi silla ya que mi refugio había sido mi oficina, quería salir corriendo hasta donde estaba ella y hacerle el amor como nunca antes y es que la necesitaba hasta para vivir, no pude evitar preguntarle a Carlos si ella estaba despierta, si me estaba esperando, si estaba preguntando y todo eso solo me hacía desear más correr hasta ella y entonces lo comprendí, no tenía que estar aquí, mi lugar era con ella, al diablo Slim al diablo yo por tomar esta actitud, como era posible que haya creído las blasfemias de ese hombre, me odiaba por ser tan imbensil. Llego hasta mi casa y la encuentro en total penumbra, algo dentro de mi hubiera deseado que la luz de nuestro cuarto aun estuviera prendida, que ella aun me estuviera esperando pero no debo culparme más que a mí, pues no había sido yo quien había pedido que no me esperara. Sin más comienzo a subir las escaleras tratando de llegar hasta el cuarto sin hacer ruido para no despertar a alguien, abro la puerta con sumo cuidado y sin prender la luz comienzo a desvestirme y al recostarme procuro hacer el mas minimo sonido y lo consigo con éxito pero al estirar mi brazo buscando su cuerpo para abrazarla me percato que no hay nadie más, que me encuentro completamente solo en esa cama, prendo de inmediato la luz y rectifico lo de hace unos momentos. ¿Donde estaba Sakura? Me levanto y decido buscarla en el baño pero tampoco la encuentro ahí, la busco por todo el cuarto pero todo parece en vano, sin más salgo en busca de ella a la sala quizás se quedó dormida en uno de los sillones y por eso no estaba en la habitación pero al llegar ahí , tampoco la encuentro, busco en la cocina y también es en vano, no creo que haya salido a buscarme pues le había avisado que no llegaría, regreso a la sala dispuesto a marcarle hasta a su hermano para saber si tenía noticias de ella pero al llegar me encuentro con Carlos que traía un palo en mano si hubiera sido otra la situación seguro me hubiera muerto de la risa. -Joven Sebastián- me dice el aludido. -¿Donde esta Sakura?- es lo único que puedo preguntar. -Ella se fue a su casa- responde. -¿Como que se fue?- -Cuando le dije lo que había dicho, se fue no sin antes pedirme que le dijera que esta no era su casa- Solo me limite asentir y disculparme con Carlos por despertarlo y regrese a mi habitación, había hecho enojar a Sakura y con justa razón y es que había sido un idiota… Sakura Prácticamente desde que salía con Sebastián rara vez venía a mi apartamento y a veces me arrepentía de aquello porque desde entonces cada vez que estaba aquí me sentía tan sola y me era muy difícil no extrañarlo, no desear estar con él, odiaba sentirme tan vulnerable. Esa noche prácticamente no había podido dormir y es que lo extrañaba sin embargo no se la pondría fácil, quizás este sonando hasta infantil pero qué más da, me levante temprano a correr y al regresar tome un baño antes de irme al trabajo, simplemente no quería ir pero no le daría a notar el efecto que tiene en mí, sin embargo una idea cruzo por mi cabeza, corrí hasta mi closet y busque un vestido el más bonito, elegante y sexy…. Sonreí Sebastián se arrepentiría. Nunca me he considerado una persona atractiva pero tampoco me consideraba fea, sin embargo no me gustaba para nada sentir el acoso de los hombres, era repugnante la forma en la que te veían incluso aquellos que realmente eran feos pero se creían todos unos adonis, bah, no por eso dejaría de vestirme como a mí me gusta me dije. Entre a la oficina con la atención completamente puesta en mi de todos los ahí presentes y si lo sé, quizás este vestido no lo usaría para venir a trabajar sin embargo la situación lo ameritaba. Antes de llegar a mi oficina me encontré con la persona que más quería ver y al igual que los demás me miraba, aunque esa mirada era la única que deseaba ver, antes de doblar para ir hasta mi oficina no pude evitar darme una vuelta en frente de el y morderme el labio superior, ante lo cual lo vi tragar y eso fue suficiente para mi…..por ahora. -Buenos días Renata- salude a mi secretaria en cuanto llegue, otra cosa que debo admitir es que ya no me sentía tan bien con mi secretaria y es que en verdad sentía vergüenza con ella por la situación en la que me había encontrado con Sebastian. . -Buenos días señorita Sakura- me mirándome de arriba para abajo- Se ve muy linda- Sonreí sabía que era sincera y que no lo decía por compromiso. -Gracias, algún pendiente?- -Ninguno- respondió. Voltie al escuchar unos pasos y me di cuenta que se trataba de Sebastián por lo cual entre de inmediato a mi oficina, dios solo esperaba ser fuerte esta vez y no ser yo la que sucumbiera a sus encantos. Sebastián Decidí llegar temprano al trabajo pues sabía que ella lo haría, en cuanto llegue fui de inmediato hasta su oficina pero ella aun no llegaba así que decidí esperarla en el pasillo aunque no sé si fue la mejor idea, bueno en realidad si porque así no me perdí su entrada y no es que hiciera algo peculiar si no que estaba tan hermosa, hermosa era poco, se veía tan sexy, tan apetecible en aquel vestido n***o que le llegaba hasta los muslos, dejando ver sus piernas torneadas por el ejercicio, y que se ceñía muy bien a su cuerpo resaltando sus atributos, el dichoso vestido parecía que abrochaba con unas pequeñas tiritas que dejaban al descubierto sus hombros y su hermoso cuello y hubiera deseado que eso fuera todo pero no, en cuanto me vio y llego hasta mi se dio una vuelta como modelando aquella prenda y dejando al descubierto un pequeño escote en su espalda, mi corazón se aceleró y algo más abajo se entusiasmó exigiéndome hacerla mía en ese mismo momento pero en cuanto ella desaparecio de mi vista pude percibir la mirada de los demás sobre ella y eso ya no me causo tanta gracia. Como era posible que se atreviera a venir a trabajar de esa manera, demonios, sabía que lo hacía para castigarme por lo de ayer y le estaba resultando. -A trabajar- grite con lo cual todos regresaron a sus actividades mientras yo emprendía camino a su oficina, quise alcanzarla antes de que me viera pero no resulto, se percató de mi presencia antes de que llagara y entro de inmediato a su oficina. -Buenos días Señor Kennedy- dijo su secretaria en forma de saludo, yo me limite a responderle evitando cualquier tipo de contacto visual con ella, trato de entrar a la oficina pero las puertas no se abren por lo que me percato que ha puesto seguro, maldigo en mi interior, tendré que pedirle a su secretaria que me anuncie y así lo hago aun sin mirarla. Espero unos segundos y ella me mira y me dice que Sakura no puede recibirme, maldigo de nuevo, bien merecido me lo tenía y sin más decido ir a mi casa necesitaba urgente un baño con agua fría. Sakura Todo estaba saliendo como quería, de último minuto decidí poner seguro, sabiendo que así no le quedaría otro remedio que pedir ser anunciado con mi secretaria, se lo merecía, después de un rato quite el seguro, pues Renata me había dicho que lo había visto salir, pasaron alrededor de dos horas y ni señales de él, lo cual era un alivio pero entonces la puerta se abrió de repente, pensé que era él y me regañe mentalmente por bajar la guardia un rato pero gracias a dios no era el, si no mi amiga Monica. -Dime que son solo rumores- dice en cuando entra. -¿De que hablas?- le pregunto. -Sabes lo que andan diciendo haya afuera, pues te lo digo dicen que nunca antes habían visto a alguien tan sexy como tú- No pude evitar sonreír ante aquello, ya que no era el efecto que deseaba causar, bueno no en ellos. -¿Porque dicen eso Sakura?- me cuestiono. - La verdad no lo sé- respondí poniéndome en pie para llegar hasta ella. - Oh por dios Sakura, te ves asombrosa, pero Sebastián ya te vio, de seguro le dio un infarto en cuanto te vio- -No estoy segura si le dio un infarto pero lo que si se es que se debe estar arrepintiendo de lo de ayer- -¿Que paso ayer?- Sin más le conté a Monica lo sucedido y aunque era su primo sabía que había hecho mal aunque claro me pedía que no lo hiciera sufrir tanto, es decir entendía que quizás no debería de haberme enfadado pero estaba tan preocupada por él, temiendo que algo le hubiera pasado, era lo que él no entendía, mi enfado había bajado en cuanto lo vi hoy más que nada agradecía que estaba bien, que nada malo le hubiera pasado pero me las debía ya que ni una llamada pudo hacerme, eso más que nada era lo que me dolía. -Bueno tengo que regresar a trabajar- dijo Monica y en cuanto se levantó dio solo unos pasos y cayo completamente inerte por suerte estaba cerca de ella y alcance a evitar que se golpeara. -Monica- le hable pero ella no reaccionaba. -Renta, llama una ambulancia grite desesperada, sabía que lo que menos debería de hacer era perder la paciencia pero como no perderla al ver a mi amiga completamente inconsciente. -Renata una ambulancia- vuelvo a gritar.-Tranquila Monica todo estará bien, le susurro pero más bien me lo digo a mi misma….. Sebastián Después de tomar aquel baño decidí andar por la ciudad un rato y es que deseaba que Sakura me perdonara, odiaba ser ignorado especialmente por ella pero sabía que eso me lo había ganado por cabezota, tenía que hablar con ella aunque no sabía si debía mencionar a Slim, no quería que malinterpretara todo, simplemente no quería perderla, en mi corto paseo me encontré con algo que podía ayudarme a ganarme el perdón de Sakura y sin pensarlo lo compre. Al llegar a la oficina me encontré con un gran borlote, trate de buscar a Sakura pero ella no se encontraba ahí pero a la que si vi fue a mi secretaria. -¿Que ha sucedido?- pregunte. -Oh señor kennedy, que bueno que ha llegado- dijo -¿Que está pasando?- pregunte irritado. -Su prima, señor- -Que le ha pasado a mi prima' pregunte angustiado- -Ha sido una desgracia- decía irritándome más, acaso no se daba cuenta de que eso y solo lograba preocuparme aún más. -Habla ahora- grite- ¿Que le ha pasado a mi prima?- -Se ha puesto mal y se la han llevado al hospital- dijo pero no fue mi ineficiente secretaria la que respondí, si no la secretaria de Sakura-la señorita Santana se ha ido con ella, fueron al hospital donde trabaja su hermano de ella. -Gracias y por favor hágase cargo- le pedí y sin más me fui a donde me había dicho que la habían llevado. En cuanto llegue me acerque a la recepción a pedir informes, sin embargo aún no me podían decir nada, lo cual me alarmo más. -Sebastian- escuche que me hablaban y comencé a bucar de quien se trataba y me encontré con Sakura, sentada en lo que parecía ser la sala de espera, no lloraba lo cual me tranquilizo un poco, sin embargo lucia preocupada y triste. -¿Que ha pasado?- pregunte tomando asiento al lado de ella. -Estábamos hablando en mi oficina y de repente ella se desmayó- dijo con la mirada perdida. -Tranquila- le dije atrayéndola hacia mí para poder abrazarla, estaba fría y como no estarlo si no traía más que el dichoso vestido así que me quite mi saco y se lo di, ella algo dudosa lo acepto y en cuanto se lo puso volví a abrazarla. Pasaron unos minutos y comencé a preocuparme pues nadie venía a darnos informes, me puse a pensar que era muy raro que se hubiera desmayado es decir nunca denoto que estuviera enferma. -Tranquilo- fue esta vez Sakura la que me dijo- mi hermano esta con ella y no dejara que nada le pase- me dijo antes lo cual asentí, sabía que eso ella tenía razón, él la amaba y no permitiría que nada le pasara. Pasaron unos minutos más cuando vimos que Francisco se dirigía hacia nosotros, inmediatamente Sakura se levanto para ir con su hermano, yo solo me limite a seguirla. -¿Como esta?- pregunto. -Está bien- respondió Francisco. -¿Solo me dirás eso? quiero verla- demando Sakura. -En estos momentos no puedes pasar Sakura- le dijo tomándola de los brazos sin hacerle ningún daño. -¿Que tiene Francisco¿- respóndeme. Él nos miró pensativo y sabía que se debatía en decirnos o no, así que decidí intervenir. -Sakura- dije pero ella negó. -No me ire y no te dejare ir hasta que me digas que tiene Monuca- exigió. Él suspiro pues sabía que era una pelea que tenía perdida. -Antes que nada no deben decirle nada a ella, ella quería darles la noticia pero en vista de tu necedad te lo diré, Monica está embarazada, voy a ser papá.- Debo decir que todo lo demás paso muy rápido pues no sabía como pero Santana estaba en el suelo con su hermana encima de el abrazándolo por aquello que había dicho, al igual que ella me sentía feliz por los futuros padres, en especial por mi prima. Sakura no pudo pasar a ver a Monica pero Francisco le dijo que ya mañana estaría en su casa que nos fuéramos a descansar, me pidió que la llevara hasta su casa pero la lleve hasta mi casa en lugar de la suya ella me miro y antes de que comenzara a decir algo yo hable primero. -Sé que ayer me porte como un patán pero…- -shhhhh- dijo ella posando un dedo sobre mis labios- todo está olvidado Sebastián- -¿En serio?- pregunte dudoso a lo cual ella asintió. -Solo no lo vuelvas hacer- pidió y me acerque para besarla pero ella se quitó y miro desconcertada hacia la parte de atrás. -¿Qué es eso?- pregunto mirando la caja que se movía sola, sonreí pues la miraba con horror. -Es un regalo para ti- dije tomando la caja y dándosela a la vez. La miro desconfiada y luego me miraba a mí, hasta que se atrevió abrirla. -Que hermoso, siempre quise tener un perro- dijo y sus ojos se iluminaron- Gracias- y sin pensarlo me abrazo llevando consigo al perro, al separarse me miro. -Te quiero- me dijo y juro que con esto me hizo el hombre más feliz del mundo….

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