Capitulo 10. Te amo

4883 Words
Sakura Habían pasado alrededor de 10 minutos, el silencio reinaba, nadie era capaz de decir nada aunque si los ojos mataran tanto Mi hermano como Sebastián estarían muertos ahora mismo y es que nos encontrábamos en la sala de Monica esperando que terminara de arreglarse, he de admitir que sentí un gran alivio cuando ella entro casi corriendo a su recamara, seguida de un refunfuñante Francisco, en ese momento pensé que lo mejor que podía hacer era irme sin embargo no pasaron ni dos minutos cuando mi hermano apareció de nuevo ya vestido pidiéndonos que pasáramos a la sala, que Monica saldría enseguida. Y desde entonces nadie había dicho nada aunque creo que por ahora era lo mejor. -Disculpen la tardanza- dice Monica sacándonos de aquel silencio. No puedo evitar mirarla, al principio ella rehúye a mi mirada pero después de un par de segundos también me mira. -Lo siento- dice de repente desconcertando a todos por completo, incluida yo. En sus ojos veo culpa, veo algo de dolor y aunque al principio no lo entiendo me duele ver aquello en ella, Francisco se levanta de inmediato y la toma entre sus brazos. -No tienes por qué pedirle perdón- dice mi hermano- no estamos haciendo nada malo, además quién es ella para juzgarnos cuando ella lleva una vida peor- concluye mi hermano, mirándome con reproche, me hago la fuerte ante lo que ha dicho sin embargo me ha dolido, nunca creí que él me juzgara. Veo como Sebastian se pone de pie enseguida ante el comentario de Francisco sé que lo ha entendido. -Fran- habla Monica pero ni aquello rompe el contacto visual que mantengo con mi hermano. -Es la verdad Monuca quien sería Sakura para juzgarnos, cuando va por ahí acos….- pero no termino de hablar y no es porque yo lo callara sino porque Sebastián se le había ido encima. -No te voy a permitir que hables así de ella- le dice en cuanto lo tiene contra el suelo, Monica le pide de pare y mira la escena con horror y yo…yo no soy capaz de decir nada. -No te metas mocoso- habla esta vez Francisco quitándose de encima a Sebastián- seguro que tú también solo eres una aventura para ella- concluye y Sebastián está por abalanzársele de nuevo pero no lo permito. -Basta ya!- digo ganándome la atención de todos, en especial la de Fran. –Tienes mucha razón, quien soy yo para juzgarte, si solo voy por ahí acostándome con quien se me antoje- -Sakura- me dice Monica pero ignoro la súplica que lleva el solo decir mi nombre. -Quien soy yo si siempre he estado sola. ¿quien demonios es Sakura Santana? Llámame como se te antoje, no me importa porque tú tampoco eres nadie para juzgarme y si llevo la vida que llevo es porque así lo he decidido yo y ni tú, ni Monica, ni nadie va a poder cambiarlo, y las únicas personas que pudieron hacer algo ya no están, estoy sola, desde aquel día estoy sola y siempre será así, y que te quede bien gravado aquella Sakura ingenua y tonta jamás, escúchalo bien jamás va a volver-cuando termino de decir esto salgo enseguida pues sé que si no salgo de inmediato de ahí mis ojos me traicionaran. -Sakura- comienzo a escuchar la voz de Sebastián pero no me detengo, no quiero ver, ni mucho menos hablar con nadie por suerte en cuanto salgo de aquel lugar logro tomar un taxi de inmediato. Sebastián Me costaba entender como su propio hermano era capaz de decirle esas cosas, acaso no se daba cuenta que tras esa mirada fría e indiferente se podía ver dolor, el dolor que le estaban causando sus palabras, y es que quizás estaba loco pero había aprendido a conocer a Sakura y entendía lo que sentía y por eso no soporte más y quise callar a su hermano aunque lo que si no espere fue que ella le respondiera como lo hizo, sus ojos se cristalizaron más cuando dijo que estaba sola, aunque no solo fueron sus ojos sino también los de su hermano quien enseguida aparto la mirada. Quise ir hasta ella y abrazarla asegurarle que ya no estaba sola que yo estaba con ella pero cuando se llamó tonta e ingenua algo se rompió en mí, ella no era eso, no para mí, si sé que no la conocí antes de lo que sea que le haya pasado pero algo me decía que ella no era eso. Y las ganas de querer saber que era aquello que le había sucedido crecieron más pues aquello la había marcado, a ella y a todos los que la rodeaban. No justificaba a Francisco, ni mucho menos lo que le dijo sin embargo entendía que quizás para él no había sido fácil lo que le había pasado con su hermana, no saber cómo ayudarla porque para él, incluso para Monica nada de eso había sido fácil. En cuanto la vi salir prácticamente corriendo salí enseguida tras de ella sin embargo no logre alcanzarla, tenía claro que después de esto no iría a mi casa y quería ir tras de ella. Pero cabía la posibilidad de que no me abriera o que no se encontrara ahí y no me importaba porque así tuviera que buscarla por todo California lo haría porque yo no la dejaría sola. En cuanto llego a los departamentos donde vive y del cual aún no conozco el número y ni siquiera el piso donde está pero estoy decidido averiguarlo. -Busco a la señorita Santana- le digo al encargado de aquel lugar. -La señorita Santana no se encuentra y desde hace días que no viene por aquí- Quise creerle a ese hombre que en verdad Sakura no se encontraba ahí pero había algo me decía que el mentía y que Sakura si se encontraba ahí. -Entonces la esperare hasta que llegue- dije sentándome en el suelo en un rincón. -Usted no puede hacer eso, será mejor que venga otro día- respondió aquel hombre. -No lo hare y sé que Sakura se encuentra aquí así que dígale que no me iré hasta que hablemos- -Ya le he dicho que la señorita Santana no se encuentra, así que se lo pido de nuevo será mejor que se vaya- -Y yo le repito que no lo hare así que dígale que aquí la estaré esperando- -no me haga sacarlo a la fuerza, así que mejor váyase- -No me voy a ir sin hablar con ella y en vista que usted no le dirá nada, yo la buscare - y sin pensarlo comienzo a subir las escaleras no sabiendo exactamente a donde ir pero de que la encontraría de eso estaba seguro. Sakura En cuanto bajo del taxi mis ojos no aguantan más y comienzan a derramar aquellas gotas saladas, las cuales me secó de inmediato, nunca me ha gustado llorar y desde lo que paso me había hecho la promesa de no volver hacerlo sin embargo esa promesa se había roto y es que el llorar me hacía sentir tan débil. -Se encuentra bien señorita Santana?- escucho que me preguntan y logro enfocar a el encargado del edificio, es un señor de aproximadamente unos 40 años desde que llegue aquí él se ha portado muy amable. -Si- le digo fingiendo una sonrisa a lo cual el asiente y regresa hacer lo suyo. –Quisiera pedirle un favor- le digo atrayendo de nuevo su atención. -En que puedo servirle- me dice- ¿Acaso ha olvidado su llave?- Niego con la cabeza- solo quiero pedirle que si alguien viene a buscarme quien sea le diga que no estoy, podría hacerme ese favor- -Cuente con ello- dice esbozando una sonrisa. -Gracias- respondo devolviéndole la sonrisa y subo rápidamente hasta mi departamento el cual está en el tercer piso, subo rápidamente las escaleras ya que lo que menos quiero es esperar y que las lágrimas broten de nuevo. Pero en cuanto abro la puerta la oscuridad me da de lleno y recuerdo aquello que le dije a mi hermano al respecto de que yo siempre había estado sola y cientos de lágrimas comienzan a surcar de nuevo mi rostro. Es cierto que después de la muerte de mis padres yo le había pedido a mi hermano que no regresara que no desperdiciara la oportunidad que le brindaban, pero el perder a mis padres había sido algo verdaderamente doloroso y quizás Francisco también estaba sufriendo y cada quien necesitaba afrontar su dolor de diferente forma. Pero cuando más lo necesite el nunca vino y quizás también fue lo mejor el verme de aquella manera lo mataria y no puedo evitar recordar aquella última vez que lo vi. "-Yo te lo dije, te lo dije Sakura y ahora vete- me decía mi hermano parado en frente de mi cama.- Tienes que seguir con tu vida, no puedes seguir así- -Déjame sola - pedía y es que no se daba cuenta que lo que menos quería eran reproches. -Sakura- tienes que volver a ser la misma-dijo sentándose en mi cama. -Nunca sere la misma, acaso no lo entiendes- dije sentándome en mi cama- Me mataron, me mataron Fran- dije sucumbiendo de nuevo al llanto. -Sakura, yo….- -No digas más, sé que me lo advertiste, yo me busque esto- -Sakura….- -Vete, vete- Después de eso el regreso a Canada y lo entendí, me había quedado sola." Regreso de aquel recuerdo y me doy cuenta que estoy tirada al lado de mi cama, me dolía todo lo que me había dicho Fran sentía que para él me había convertido en un monstruo, como cuando me llamaba así de pequeña por fin era un monstruo. ¿Podría alguien amar a un monstruo? ¿Podría Sebastián amarme? Y entonces lo escucho, es su voz y aquello que dice es mi nombre, él está aquí por mí… Sebastián -Sakura, Sakura, Sakura - digo o más bien grito conforme voy subiendo las escaleras, algunas puertas se abren dejándome ver a las personas de aquel lugar que Alarmadas por el alborotó deciden ver que es lo que sucede sin embargo ninguna de ellas es Sakura; así que no me detengo y sigo buscando llegando al segundo piso y después al tercero pero el resultado parece ser el mismo que en un principio, hasta que de repente se abre una puerta me quedo estático mirándola porque en un principio nada pasa, lo que me hace pensar que quizás sea otro curioso y gracias a eso no me percato que el encargado ya se encuentra detrás mío y me toma de los brazos y comienza a guiarme de nuevo hasta las escaleras no puedo despegar la vista de aquella puerta y no puedo evitar gritar de nuevo. -Sakura- es lo único que digo y como por arte de magia ella aparece y me mira, luce algo pálida, sus ojos algo hinchados y rojos, aun puedo vislumbrar restos de lágrimas en ellos, su cabellera castaña luce completamente alborotada y para mi seguía viéndose hermosa aunque claro en lugar de aquellos ojos tristes y apagados me gustaría verlos resplandecer de alegría. Me zafo del agarre de aquel sujeto y corro hasta aquella puerta en cuanto ella se percató de esta acción cierra la puerta quedandose afuera. -Sakura- le digo lo cual en sí parece un leve susurro. Ella solo sonríe pero es una pequeña y tímida sonrisa y he de admitir que quedó prendada de ella ya que es la primer sonrisa que siento sincera de su parte, me mira directo a los ojos y aun sonríe, no sé qué le ha causado gracia pero sea lo que fuera lo volvería hacer con tal de verla siempre sonreír de aquella manera. -Señorita Santana- llega de repente el encargado interrumpiendo así aquel momento y con lo cual Sakura deja de sonreír y regresa a su postura natural- Lo siento trate de evitar que subiera pero…..-no termino de hablar porque ella lo interrumpió. -Lo sé es un hombre completamente necio- dijo sonriéndome de aquella manera por segunda vez.-Note preocupes Carlos yo me encargo, gracias y una disculpa por lo sucedido- concluye sin apartar la mirada de mí. Veo asentir aquel sujeto y marcharse enseguida y en su andar varias puertas se van cerrando, no me había percatado que más personas nos estaban mirando y es que para mí solo ella existía. -Me encontraste- dice y lo que siento enseguida son sus brazos rodearme en un abrazo del cual casi ambos caemos al suelo por la sorpresa, por suerte logro mantener el equilibrio evitando así la terrible caída, también la abrazo he de admitir que de una forma posesiva claro sin hacerle daño, aunque acercándola lo más posible a mí, siento su aroma a flor de cerezo y me inunda por completo, es cierto que en estas semanas Sakura había cambiado un poco, era más expresiva claro solo conmigo y no es que quisiera que lo fuera con alguien más pero en todo ese tiempo no había sentido la calidez que siento con este abrazo, con esa sonrisa. Calculo que pasan alrededor de unos minutos y después de un tiempo nos separamos, ella luce más tranquila y sé que es hora de hablar, de decirle lo que quería sin embargo no creía que el lugar más adecuado fuera en el corredor, aunque claro no sabía si me dejaría entrar a su apartamento. -Quiero que me acompañes a un lugar- dijo como si por arte de magia hubiera leído mis pensamientos, yo solo asentí y comenzamos nuestro andar no sin antes que ella pasara por su bolsa. Caminamos completamente en silencio un par de cuadras hasta llegar a lo que parecía ser un parque, ya había escuchado de este lugar pero no recordaba su nombre, pensé que quizás deseaba entrar sin embargo me guio hasta llegar a un lago y en cuanto llego se recargo en el barandal del puente de aquel lago, eran alrededor de las seis de la tarde y aun no anochecía del todo sin embargo se podía ver el reflejo ya de la luna y el nadar de dos peces uno blanco y otro n***o, nadaban en forma circular siguiéndose el uno al otro. -No recordaba lo hermoso que era este lugar, hace mucho que no veniaí- hablo sin apartar la mirada del lago- recuerdo que Francisco y yo siempre peleábamos, no me dejaba acercarme a este barandal temiendo a que me hiciera daño aunque él decía que era tan pesada que podía romperlo- sonrío melancólicamente al recordar aquello, no sé qué decir y decido que lo mejor será escucharla- solía llamarme monstruo, aunque todo eso termino cuando mis padres murieron….-se queda un momento en silencio y una lagrima abandona uno de sus ojos para recorrer un camino por sus rostro. -Nunca quise que Francisco se fuera, es decir es mi hermano lo necesitaba aunque claro el quizás necesitaba estar solo para superar todo- se encoje de hombros- Sé que para el mi vida no es fácil, ni para mí lo es, quizás piense que me estoy destruyendo y que quizás se sienta impotente al no poder evitarlo, pero lo que no entiende es que no es su culpa yo quise este estilo de vida y me duele que el piense que yo pueda ser …..- -Shhhhh- no la dejo terminar porque enseguida la tomo entre mis brazos. - No digas eso- Te aseguro que tu hermano no piensa nada de aquello se dejó guiar por el enojo pero él no piensa aquello- -Estoy sola Sebastián- dice contra mi pecho. -No, no lo estás- le digo- porque yo estoy contigo- Ella se separa enseguida de mí y me mira como si no creyera aquello. -Porque?- pregunta- acaso no te das cuenta que soy un monstruo – -No vuelvas a decir eso- le digo tomándola de los brazos. -¿Porque estás aquí Sebastián?- cuestiona de nuevo- cuestiona de nuevo. Y entonces no lo puedo callar, aquello que me calle durante el viaje, aquello que no le dije mientras hacíamos el amor, brota de mí con una facilidad. -Porque Te amo-le digo y no me importa que después de esto me pidas que me aleje de ti aun así Te amo y nunca, nunca más estarás sola porque yo siempre estaré contigo- sin esperar respuesta alguna la beso y aunque ella no me responde, el hecho de que aún no me apartara de su lado es suficiente para mí. En cuanto el aire comienza hacernos falta me separo de ella quien mantiene los ojos cerrados y no sé si esa sea una buena señal y aunque hace rato le dijera que no me importaba lo que pasara en realidad tenía miedo, miedo que ella se fuera y me dejara. Y entonces después de unos segundos ella me mira al fin pero no me gusta del todo lo que veo en sus ojos ya que un atisbo de tristeza y culpa se asoma en ellos. -Sebastian- dice en un susurro- yo… yo no- dice pero no la dejo concluir pues ya sé que es lo que iba a decirme. -Lo sé y sabes no me importa yo me ganare tu amor, eso algún día pasara, te lo juro- digo abrazándola de nuevo contra mí- solo te pido que no me apartes de tu lado- Pasan unos según y entonces la siento asentir se lo que significa esto y se lo agradecía. Nos quedamos ahí un poco más hasta que la noche se hace presente, ella está más calmada lo sé, la dejo en su casa, me da un beso y me agradece por todo, me sonríe y después entra en su apartamento, me marcho de ahí no sin antes pedirle una disculpa aquel hombre por mi comportamiento a lo cual el asiente y me dice que todo se vale por amor, asiento a pesar de que solo yo siento ese amor. Llego hasta mi casa, subo hasta mi cuarto en el cual Sakura dormía pero que esta noche no está aquí, su perfume me inunda y me dejo caer sobre la cama llenándome más con este, ahora entendía a todos aquellos de los que me burle alguna vez que sufrían por amor pues ahora yo lo hacía y dolía, como diablos duele cuando no te aman y tu si, como diablos me dolía….. Sakura Parecía que todo lo de ayer había sido un cuento de hadas o de terror como quisieran verlo sin embargo todo había sido real desde encontrar a Monica y a mi hermano desnudos, hasta la pelea con este último y la confesión de amor de Sebasy, tantas cosas en solo un día. En verdad me había ayudado mucho hablar con el aunque me sentía culpable, culpable por no sentir lo mismo que él, es decir yo lo quiero de eso estoy segura sin embargo amarlo? Eso nunca pasaría, no volvería amar sin embargo era egoísta porque aunque el me lo pidiera no podría dejarlo y es que Sebastián era mi ancla a la cordura sin él estaba perdida. Escucho como alguien llama a mi puerta y regreso a la realidad, no tenía mucho que había llegado al trabajo, últimamente estaba flojeando algo que no me podía permitir con los adelantos de algunos proyectos, lo mejor sería ponerme al corriente. -Adelante.- digo pero al principio nadie entra, lo cual me desconcierta un poco-Adelante- repito y después de uno segundos entra Monica muy cabizbaja. -Moni- digo acercándome hasta ella pero ella solo se abalanza hasta mí en busca de un abrazo. –¿Monica, estas bien?- cuestiono verdaderamente preocupada por ella. -Yo….. yo…- dice pero no es capaz de a completar la frase. -Monkca- llamo de nuevo. -Yo, yo lo siento Sakura- dice al fin y se a lo que se refiere, suspiro al sentirme más tranquila pues pensaba que algo malo le había pasado. -Hey- le digo separándome un poco de ella- No pasa nada- -No Sakura, tú te has peleado con Fran por mi culpa- dice. Como era posible que pensara que todo aquello era su culpa? Yo más que nadie sabía que esto tarde o temprano pasaría, Francisco me lo hacía saber cuándo hablaba con por teléfono y claro esta una cosa era por teléfono a tenerlo en frente mí, pensar que Monica tenía la culpa de lo de ayer era una reverenda tontería porque por el contrario ella trataba de juntarme de nuevo con él, sin embargo por el momento ella no parecía entender aquello. -No, no es así, tú y yo lo sabemos-dije y la guie hasta una de las sillas donde tomo asiento. -No Sakura, todo ha sido mi culpa, tu estas triste, Fran esta triste y es mi culpa- repitió envuelta en llanto. Monica estaba un poco más sensible de lo normal, incluso antes de que yo cambiara era demasiado sensible. -Francisco y yo estamos bien Monica, te aseguro que pronto esto quedara atrás- -No, no es así, ayer después de que fuiste Fran se puso mal, le duele todo lo sucedido Sakura- Me sorprende un poco el escuchar que Francisco estaba mal, el no solia demostrar sus sentimientos en frente de nadie, siempre era fuerte, era algo que siempre le envidie, por lo cual no me imaginaba que el pudiera haberse dejado ver mal por alguien y siendo sincera me dolía saber que mi hermano estaba así por mi culpa. -Monkca- tomo asiento enfrente de ella -Nada de esto ha sido tu culpa, esto pasaría tarde o temprano y si alguien tiene aquí la culpa esa soy yo- -Sakura- -No Monica, no pasa nada veras que pronto se solucionaran las cosas entre Francisco y yo así que tu tranquila, por el contrario deberías estar verdaderamente feliz al fin te has convertido en mi cuñada he- le digo codeándola y por fin sacándole una sonrisa. -Y tu mi prima cuñada- dice sonriendo y me abraza de nuevo pero esta vez no hay lágrimas de por medio y verdaderamente estaba feliz por ella, desde que recuerdo ella estaba enamorada de mi hermano y siempre la había considerado mi hermana y realmente estaba feliz por ellos. -Pero cuanto amor se respira aquí-escuchamos una voz que nos sobresalta y nos hace separarnos. -Creo le había dicho señor Kennedy que no tiene permitida la entrada a mi oficina- digo esbozando una sonrisa. -Quizás como tu jefe lo tenga prohibido pero como tu novio creo no lo has hecho- responde acercándose hasta mí. -Si la vas a besar solo espera a que me vaya Sebastián- dice esta vez Monica, pero haciendo caso omiso me besa. -Sera mejor que deje a los tortolitos- habla de nuevo he intento separarme de Sebastián para por lo menos asentir pero no me lo permite lo que ocasiona que sonría contra sus labios. Escuchamos el ruido de la puerta al cerrarse y después de unos segundos más nos separamos. -Hola hermosa- me dice Sebastian. -Hola tu- respondo sonriéndole. -Te extrañe- me dice. Y no puedo evitar besarlo de nuevo. -Yo también te extrañe- le digo y lo beso de nuevo. Sebastián Los días comenzaron a transcurrir y las cosas en lugar de mejorar cada vez estaban peor, necesitaba hacer algo, y es que cada vez que Momica trataba de juntar a los hermanos Santana algo salía mal, tal era el caso que la última vez Sakura le había lanzado la copa de vino a Su hermano y salio furiosa del restaurante, lo peor de todo era escucharla despotricar contra su hermano pero en las noches cuando pensaba que ya estaba dormido escucharla llorar eso me rompía el alma por eso había decidido poner manos en el asunto y es que ambos hermanos eran tan orgullosos que ninguno de los dos haría nada. Y por eso mismo le había mentido a Sakura diciéndole que tendría un comida de negocios cuando en verdad hablaría con su hermano. -Mocoso- escuche el cordial saludo por parte de este. -Santana- respondí. Enseguida se acercó uno de los meseros a ofrecernos la carta, pero Santana no la acepto. -Quiero lo más caro que tenga, al fin el mocoso paga- dijo en son burlón he de admitir que su sonrisa me estaba fastidiando pero más lo hacia el hecho que me llamara mocoso, lo hacía más a propósito porque yo no había podido contener la risa esa vez que Sakura le lanzo la copa de vino. -Y para usted señor?- me pregunto esta vez el mesero. -Lo mismo que el señor- me limite a decir a lo cual asintió y enseguida se fue. -Bueno mocoso para que me has citado aquí?- dice como siempre tan hostil. -Quiero hablarte de Sakura- digo y por un momento lo veo sorprenderse y después vuelve a su pose hostil. -Que tienes tú que hablarme de ella- responde más serio que antes. -Sakura está sufriendo, aunque no lo demuestre está sufriendo por ti- -Mira, te diré algo- dice pero no lo dejo continuar. -Deja de ser tan testarudo, demonios es tu hermana y en lugar de reprocharle deberías ayudarla, acaso no te duele verla así?- -No hables de lo que no sabes- -Es lo que das a notar, el pasado es pasado, acaso quieres perderla? – En cuanto digo esto aparta la mirada-Se que ha cometido errores pero tú no eres perfecto, nadie aquí lo es, sé que no soy nadie pero a mi si me duele verla así y yo no la dejare sola- dije poniéndome de pie dispuesto a marcharme. -No entiendes- -Claro que entiendo y aunque no sé qué es lo que la haya pasado, ni por qué haya tomado esas decisiones aun así estaré con ella. -¿La amas? ¿En verdad la amas?- -Si no la amara no estaría aquí- Después de esto el silencio se hizo presente asi que decidí mejor irme, comencé a ponerme de pie, no parecía percatarse sin embargo me anime a decir algo mas- solo quiero que me respondas una última pregunta ¿si tus padres siguieran vivos la apoyarían o le darían la espalda como lo estás haciendo tu ahora?-y sin más comencé a caminar. – y no te preocupes yo invito- concluí antes de salir del todo de aquel restaurante solo esperaba que esta vez sí recapacitara. Sakura Estaba exhausta, por primera vez me sentía así y es que no era para más tenia tanto trabajo y a eso había que sumarle las pelas con Francisco, quizás me había extralimitado la noche anterior pero él se lo había buscado, en fin las cosas con el parecían no avanzar y a eso también había que sumarle las noches que pasaba con Sebastián aunque esas en lugar de ser malas eran lo contrario, nunca había deseado a nadie como lo deseaba, no pude evitar sonreír, solo recordarlo me hacía inmensamente feliz. -Señorita Sakura- escucho la voz de Renata llamándome. -Pasa algo?- pregunto. -La buscan aquí afuera- -¿Algún cliente?- pregunto de nuevo, lo cual niega –Entonces de quien se trata?- -No quiso dar su nombre, lo dejo entrar?- Lo dudo un poco pensando de quien se podría tratar, no recordaba haber citado a nadie, quizás lo mejor sería no dejarlo entrar pero mi curiosidad gano y solo asiento a lo último dicho por Renata. Aquella persona entra de inmediato encontrándome así con el rostro de Francisco. Suspiro antes de decir algo, lo que menos quiero es seguir pelando con él. - hoy no estoy con ánimos de pelear- le digo Pero el solo me mira. ¿Acaso pretendía desesperarme para que fuera esta vez yo quien iniciara la pelea? -Puedo sentarme- es todo lo que dice desconcertándome por completo pero aun así asiento. -Francisco- digo. -Perdóname- susurra, sus ojos se cristalizan y puedo ver culpa en ellos, rápidamente me levanto y me acerco hasta él y tomo una de sus manos entre las mías. -No tengo nada que perdonarte- le digo. -Te deje sola- -Yo también te deje solo- respondo a forma de consuelo. -No, no, no si a mí me hubiera pasado aquello no te hubieras ido, te hubieras quedado, no me hubieras dejado solo pero no soportaba verte así, yo debía cuídate y no lo hice. -shhhh, no digas eso tú me cuidaste, tú me lo advertiste y no te hice caso, fue mi culpa- -No supe cuidarte- -Hey, escúchame- le digo tomando su rostro entre mis manos, las lágrimas se han hecho presente en ambos, nunca antes había visto así de frágil a Francisco y eso en verdad dolía- no fue tu culpa entiéndelo, tú me cuidaste y te estoy verdaderamente agradecida por eso, eres mi hermano nos tenemos el uno al otro sé que ya no soy la Sakura de antes pero mi cariño por ti no ha cambiado y quisiera que me perdonaras y que te quedes a mi lado- -Monstruo- me dice abrazándome y sé que al igual que yo su llanto se ha intensificado y que por fin podemos comenzar de nuevo, por fin podía tener de nuevo a mi familia conmigo. -Siempre estaré contigo Monstruo, a pesar del mocoso- dice y no puedo evitar sonreír por cómo le dice a Sebastian.-Te ama- concluye -Lo sé- me limito a decir pues entiendo que ha sido el quien ha intervenido para arreglar las cosas con mi hermano aunque aún me dolía no poder sentir lo mismo que el…..
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD