Capitulo 9. Te quiero

4951 Words
Sebastián El tiempo es algo inevitable que no transcurra sin embargo era la primera vez que disfrutaba de este, era completamente extraño como una solo persona tenía el poder de hacerte tan feliz, con su mirar, sus sonrisas, sus caricias…. Estaba perdido y completamente enamorado de Sakura Santana algo que nunca creí que pasaría. -Quien diría que algún día tú tendrías esa sonrisa tan patética- dijo Monica entrando a mi oficina y distrayéndome de mis pensamientos. -No tengo ninguna sonrisa- respondí poniéndome serio. -A mí no me engañas Sebastián, esa sonrisa no la había visto nunca en ti- Gruñí por lo bajo porque a pesar de todo era cierto pero me costaba demostrar mis sentimientos con alguien más que no fuera Sakura. -Sabes le has hecho tanto bien, hace tiempo no la veía así tan feliz desde que…- se quedó un momento callada como recordando aquello, su mirada que estaba perdida encontró la mía y en ella pude percibir la duda, como si estuviera decidiendo en contarme algo dentro de mi suplicaba que lo hiciera, era verdad que aquello llevaba unas semanas sin atormentar a Sakura, y también sabía que debería esperar que fuera la misma Sakura quien me lo contara sin embargo deseaba por fin saber aquello, que era eso que le había causado tanto dolor? Y sobre todo quien necesitaba que me aclararan eso ya que desde aquella vez que platique con Fernando Slim tenía el presentimiento que él tenía algo que ver pero a la vez eso no podría haber sido posible porque él estaba casado y Sakura no podría, el solo pensar eso de ella me hacía sentir miserable, ella no era así y mucho menos pudo haber hecho algo semejante. -Bueno eso ya paso- dijo después de aquella pelea mental que tuvo hace unos segundos. -Monica- dije pidiéndole que confiara en mí. -Eso no me corresponde, en fin solo venía a presumirte que este fin de semana viajare a la playa y adivina con quién? Con nuestra adorada Sakura- Salí de mis pensamientos donde estaba buscando la manera de lograr convencer a Monica de que me dijera lo de Sakura pero con aquello dicho por ella, es decir como estaba eso de que se irían a la playa? Sakura no me había dicho nada al respecto… -¿Qué? - fue lo único que pude emitir. La risa de Monica hacia que me exasperara más- te la robare todo un fin de semana, te imaginas Sakura y yo en la playa en bikini con el sol y el mar y cientos de muchachos peleándose por quien nos pone bloqueador- La imagen de aquello se me vio de inmediato a la mente haciendo que la sangre me hirviera ante la sola idea de que Sakura estuviera en la playa sola, en bikini y rodeara de hombres. -En este momento consigo un pasaje y voy con ustedes- dije tomando mi teléfono, pero la risa de Monica me desconcertó y me hizo mirarla de mala manera, ya me imagino lo que estaría pensando de mí, quizás que era un celoso, un controlados pero al demonio Sakura era mía y no permitiría que ningún imbécil se le acercara. -Ha eso he venido querido primo, vengo a solucionarte tus problemas- la sonrisa que hizo me hizo dudar en si debía confiar en mi prima. Sakura Me encontraba en mi departamento empacando mi maleta y es que había olvidado el viaje que había planeado con Monica hace unos meses atrás y por más que había tratado de cancelar ella no había aceptado, ni por más que me escudara en el trabajo ni eso había servido. Y luego estaba Sebastián el muy desgraciado no me contestaba las llamadas y cuando pase a verlo a su oficina antes de irme resulto que se había ido a una reunión de negocios, según su secretaria aquella mujer tan despreciable y lo peor es que no había forma de avisarle de mi viaje y lo peor era que no se había atrevido a llamarme, estaba que reventaba de coraje y si él no quería saber de mi al diablo yo me iría. Y sin más en cuanto termine mi maleta salí hacia al aeropuerto. En cuanto llegue busque a Monica por todos lados pero no había señal de ella, quizás hubiera cambiado de opinión y el viaje quedo para otra ocasión, sin embargo mi teléfono comenzó a sonar, conteste enseguida sin fijarme de quien se trataba. -Bueno- respondí tratando de controlar mi nerviosismo. -Sakurita- me dijo Monica y debo admitir que al escuchar su voz tuve cierta desilusión. -Donde te has metido, no has visto la hora?- -Se me ha hecho algo tarde, pero llego en unos minutos así que aborda en avión ahí nos vemos- Sin darme tiempo a responder algo más colgó. Escuche como hacían el anuncio para abordar y comencé a caminar hacia la puerta le entregue mi boleto y ella me permitió la entrada pero antes de transbordarla mire mi celular, esperando que la llamada de Sebastián llegara pero esto no paso, decepcionada pase por aquella puerta para abordar el avión. Al abordar ubique mi lugar, acomode mi maleta y aproveche que Monica aún no llegaba para ubicarme en el asiento que estaba al lado de la ventana, trate de relajarme y mirar hacia el pasillo esperando la llegada de Monica pero esta no llegaba y en mi mente se cruzó alguien más, alguien de cabellera castaña, y ojos de color ámbar, exasperada por no saber nada de el decidí tratar de dormir, ya Monica llegaría, así que me recosté y cerré los ojos, no sé cuánto tiempo llevaba así hasta que sentí que alguien rosaba su hombro con el mío, lo cual indicaba que Monica ya estaba ahí pero al abrir los ojos y mirar hacia el otro lado no me encontré con ella sino con la persona que menos lo imagina, ahí al lado mío se encontraba Sebastián. Sebastián Sakura no me miraba con buena cara y entendía el porqué, prácticamente me había escondido de ella toda larde pero no porque no quisiera estar con ella sino más bien porque Monica hacia lo había querido asegurándome que sería una gran sorpresa para Sakura y aunque no estaba del todo de acuerdo tuve que aceptar ya que gracias a ella y su pasaje podía ir con Sakura y ser yo el único que le pusiera bronceador… bueno primero tenía que contentarla. -¿Que se supone que haces aquí?- dijo a manera de saludo. -Hola preciosa- respondí acercándome hasta ella para darle un beso cosa que no paso ya que ella de inmediato se alejó. -Hablo en serio Kennedy- -¿Kennedy? Cuando me llamo por mi apellido y no por mi nombre supe que estaba verdaderamente enojada, Monica cuando regrese te juro que lo pagaras me dije a mi mismo. -Estoy esperando una respuesta- dijo enarcando una de sus cejas haciéndola lucir de los más atractiva. -Sakura yo…..- -Sakura nada, como es eso que te estuve llamando y no respondías y ahora estas aquí?- -Yo….- -Tu nada, donde estabas?- Estaba cansándome el hecho de que Sakura no me dejara hablar, si quería una explicación tendría que callar y escucharme sin embargo no estaba dispuesta hacerlo. -Responde- -Se puede saber porque no me habías dicho de este viaje antes?- respondí un poco cansado por la actitud que estaba tomando. Ella me miro enojada e hizo un gesto inflado sus cachetes lo cual me hizo desistir de mi supuesto enojo. Respire un poco para poder hablar y poder encontrar las palabras exactas. -Preciosa- dije tratando de tomar su barbilla pero ella se apartó de nuevo.-El motivo por el cual no te respondí es…..- -Estamos a punto de despegar, podrían abrocharse sus cinturones por favor- apareció en ese momento la azafata interrumpiendo así lo que iba a decir. Sakura aparto la mirara enseguida de mí, hizo lo que pidió aquella mujer y después fijo su mirada en la ventana, y yo no pude más que odiar aquella mujer. El avión llevaba alrededor de 10 minutos de haber despegado y Sakura aún mantenía la vista puesta en la venta y yo no podría estar más molesto así que sin importar nada decidí terminar con esto. Pero de nuevo aquella mujer apareció ofreciéndome algo de tomar, a lo cual negué pero parecía renuente a querer irse. -Algo más en lo que pueda ayudarle?- pregunto pero antes de responder un bufido proveniente de mi acompañante me alerto que estaba prestando atención y entonces por mi mente comenzaron a surgir varias ideas, acaso seria Sakura una mujer celosa? Quizás podríamos averiguarlo, sin embargo así de rápido como aprecio esa idea la deseche de igual manera. -No gracias- dije. -Aquella mujer pareció molestarse un poco con mi respuesta y la verdad poco me importaba eso pero enseguida volvió a sonreír. -Si cambia de opinión, estaré por allá, solo pregunte por Natalia- y estaba dispuesta a por fin marcharse pero Sakura se levantó de su asiento y sin importarle paso entre la azafata sin importar darle un empujón en el trayecto, la miro y sin decir nada más comenzó a caminar por el pasillo yendo hasta los baños. Aquella mujer la fulmino con la mirara y yo no podía hacer más que aguantarme las ganas de reír. -No entiendo cómo le permiten el paso a primera clase a gente con tan poca categoría- dijo mirándome como si esperara que la apoyara en aquel comentario y aquello lo único que ocasiono es molestarme. -Disculpe a mi novia, no suele tomarle mucha importancia a quien no se lo merece- respondí y sin más aquella mujer se fue. En cuanto la vi desaparecer por completo de mi vista me encamine hacia los baños en donde estaba Sakura, no tuve que esperar mucho pues ella salió casi enseguida parecía que se había mojado un poco el rostro y su cabellera ahora la llevaba en una trenza parecía tan entretenida en sus pensamientos que no se percató de mi presencia así que aprovechando aquello la tome de la mano y la conduje de nuevo al baño. Alguien podría decirme porque los baños de los aviones eran tan chicos a duras penas cabíamos Sakura y yo y no es que quisiera a alguien más aquí con nosotros más bien me incomodaba un poco no tener más espacio para moverme mejor. -¿Que estás haciendo?- me pregunto Sakura y por primera vez pude ver cierto asombro en su mirada. -Si estoy aquí es porque he querido y porque deseo estar en todo momento contigo, y porque Monica me ha dado su boleto- eso último lo dije sonriendo- sé que debí responderte pero quería darte una sorpresa- Sakura me miraba como analizando todo lo que acababa de decirle- Has venido para estar conmigo o para cuidar que nadie se me acerque?- ¿Como era posible que pudiera conocerme tanto? Ni yo mismo me conocía como ella parecía conocerme y era algo que me asustaba pero también me encantaba. -No te mentiré, también he venido a eso- Comencé a imaginarme que con esto su enfado incrementaría ya que pensaría que quizás no confiaba en ella y aunque eso era una mentira era difícil que me creyera después de lo de aquella noche en la discoteca. De repente sonrió desconcertándome por completo y dejándome prendado de su sonrisa. -Nunca imagine que fuera tan celoso señor Kennedy- respondió posando sus manos detrás de mí cuello. Gruñí por lo bajo por aquello pero entonces recordé por qué estábamos aquí- Y usted no se queda atrás señorita Santana, sino explícame porque se marchó en cuanto la azafata se acercó a mí- Ahora fue el turno de ella de gruñir pero no la deje decir nada porque en ese momento la bese, bese aquellos labios que me llamaban a gritos y los cuales yo deseaba cubrir con los míos, el beso comenzaba a ser cada vez más demandante, mas apasionado así que decidí bajar un poco la intensidad y en cuanto ella me miro, con las mejillas algo ruborizadas y los labios hinchados por aquel beso me dieron ganas de estar en casa precisamente en su cuarto. -Sabias que una de mis fantasías es hacerlo justamente en el baño de un avión- dijo mordiendo su labio inferior con lo cual solo hacía que mi excitación creciera. -Sera un placer cumplir aquella fantasía- dije regresando mis labios a su boca. Sé que en un momento me había parecido de lo peor que los baños fueran tan pequeños pero en este momento lo agradecía así podía disfrutar más del cuerpo de Sakura, y aunque para ella solo fuera un encuentro carnal para mí era algo más, tuve que acallar varias veces sus gemidos con mis labios y también los míos pues no podíamos perder del todo el control exponiéndonos que nos descubrieran, Sakura mordió mi cuello y clavo sus uñas en su espalda cuando llego al éxtasis y eso solo ayudo a que yo llegara más rápido al mío callándome mordiéndome el labio y escondiendo mi cabeza en su cuello. Nos quedamos unos segundos así, en silencio lo único que se podía escuchar era nuestras respiraciones aun agitadas por aquel encuentro, nuestros cuerpos estaban algo sudados y no era para menos sin embargo aún podía sentir el placer de aquello que solo Sakura podía causar en mí. -Ahora entiendo porque son tan chicos estos baños- dijo Sakura en son burlón y yo no pude más que sonreír. Se veía tan tranquila, relajada con las mejillas aún más sonrojadas, sus labios aun hinchados y aquella trenza que llevaba había quedado en el olvido, se veía tan hermosa que las ganas de decirle te amo crecían y crecían pero gracias a dios alguien toco ocasionando que nuestras miraran se dirigieran esta vez a la puerta. Rápidamente ambos comenzamos alistarnos temiendo que aquella persona que estaba afuera llamara a alguien para que abriera la puerta, Sakura comenzó a reír al ver mi nerviosismo y aunque para mí eso no tenía mucha gracia prefería verla con aquella sonrisa que me desarmaba. -Hay alguien allá dentro?- pregunto una voz femenina una muy parecida a la de la azafata que despertó los celos de Sakura, la mire, ella también me miraba y ensanchando su sonrisa abrió la puerta sin más, sin importarle mi negativa con la cabeza y en efecto había tenido toda la razón era aquella mujer quien al vernos abrió los ojos de una manera verdaderamente sorprendente. -Perdona nos hemos quedado encerrados- fue lo único que dijo Sakura pasando a un lado de ella, eso era algo que me encantaba de ella y sin más salí detrás, sin prestar ninguna atención a nadie más. -Aún falta para que lleguemos, que tal si duermes un rato- le dije a Sakura, ella asintió y se recargo en mi hombro poco a poco su respiración se hizo acompasada y lenta y supe que se había quedado dormida, para mí era tan dichoso el poder tenerla ahí, recargue un poco mi cabeza sobre la de ella sintiendo como también me dejaba vencer por el sueño. Sakura Por fin habíamos llegado a Malibu una playa situada asl sur de California, nunca antes había estado aquí sin embargo después de a ver visto un documental quede tan encantada que desde entonces quise venir. Llegamos al The Ritz uno de los mejores hoteles y de ser sincera uno de los más hermosos que he visto. -Cuarto juntos o separados?- pregunto la recepcionista del hotel, Sebastián me miro supongo preguntándome. -Juntos- respondí a lo cual ella asintió. El cuarto al igual que la recepción era verdaderamente hermoso, pero no quería quedarme aquí sino salir y disfrutar de todo Malibu nos ofrecía y Sebastián parecí entenderme, así que después de un baño nos dispusimos a recorrer todo el lugar. Yo deseaba recorrer Malibu completamente pero sabía que era algo verdaderamente difícil pero lamentablemente eso sería algo imposible, habíamos viajado el jueves por la tarde noche y llegamos el viernes por la tarde ya que el vuelo había sufrido un retraso y por turbulencia en fin, así que por hoy no habíamos podido recorrer muchos lugares. Al día siguiente Sebastián fue el primero en levantarse aún el sol no hacia acto de presencia y no entendía bien a qué lugar me podría estar llevando siendo aun muy temprano pero me aseguro que me gustaría. Llegamos a lo que era el mar y gracias a dios opte por ponerme algo fresco aunque no había traído mi bikini pero no era a la playa donde pasaríamos un rato sino que Sebastián me guio hasta un barco, un barco con fondo de cristal y una torre tour submarino pegada, era verdaderamente relajante estar ahí, sintiendo la brisa del mar llenándote por completo y ser presente de como los rayos del sol acariciaban tu piel y se cristalizaban en el mar, logrando la clarides de este permitiéndote ver a los peces de aquella zona, sentí que alguien me miraba, era Sebastián quien parecía algo maravillado, quizás por el paisaje. Tenía que darle las gracias, no recordaba a ver escuchado de esto pero que él me trajera era algo verdaderamente maravilloso. -Gracias- le dije acercándome a él y abrazándolo por la cintura. -El me beso la frente y susurro –Aun no termina y tenía razón de repente la torre de observación bajo al mar era una experiencia agradable, era como estar verdaderamente dentro del mar y no pude aguantar un pequeño grito de felicidad, diría que era como el acuario que visite aquella vez con mis papas… y entonces no pude evitar sentirme algo triste sin embargo sentir la mano de Sebastián tomar la mía alentándome a seguir y no perderme de nada me hizo regresar. Estábamos a 4 metros bajo la superficie del mar, bajamos por lo que parecía ser una escalera de caracol y en ese trascurso pude presenciar una maravilla de peces. No tenía ni idea de algunas especies de peces y otras las conocía tal era el caso del pez loro quien poseía una variedad de colores, en algunas ocasiones sentí el flash de una cámara sobre mí pero no le tome mucha importancia, estaba eufórica, prácticamente corría de aquí para allá y le explicaba en ocasiones a Sebastián sobre algunos peces, el me miraba con tanta atención que a veces me sentía algo avergonzada pero no me importaba porque en verdad estaba disfrutando. Aquella excursión término alrededor de las 12 del día, creí que tendríamos que decidir a que otro lugar podríamos ir pero tal parecía que Sebastián ya tenía todo un itinerario planeado y de aquel asombroso mundo marino pasamos a vivir una experiencia más cercana pues fuimos a bucear, muy pocas veces había hecho aquello pero esta vez acompañada por Sebastián había sido una de las mayores experiencias. En verdad que le estaba agradecida por este viaje que prácticamente se había ido volando, casi no habíamos hablado mucho pero las palabras sobraban, me sentía tan cómodo con él, su presencia era necesaria en mi vida. El atardecer comenzaba aparecer y Sebastián me guio hasta otro hermoso lugar, era verdaderamente hermoso, estaba lejos de las multitudes, un lugar tranquilo, mi sorpresa fue que al llegar ahí ya nos estaba esperando una mesa con los manjares más deliciosos que pudieran encontrarse ahí, mire a Sebastian supe que aquello era cosa suya, me sentí un poco incomoda por las fachas en las que me encontraba sin embargo el parecía tan relajado. -Espero te haya gustado- me dijo. -Como no gustarme, en realidad me ha fascinado, no tenía idea que conocieras todos esos lugares- -En realidad ha sido por eso que no te respondí las llamadas el otro día, me pase casi toda la tarde averiguando sobre estos lugares y haciendo las reservaciones- Aquello que dijo había dado un vuelco a mi corazón, él había hecho todo eso por mí, me había regresado a la infancia, me había hecho tan feliz. -Gracias- fue lo único que dije y el me regalo la sonrisa más hermosa que haya visto en mi vida. No quería marcharme de aquel lugar así que ambos nos quedamos a contemplar el atardecer, cerca del mar, a la orilla de este mejor dicho, ambos sentados en la arena yo recostada en él, en esos momentos sentí una sensación de calidez estando ahí con él una que no había sentido desde la muerte de mis padres, me sentía tan segura, tan bien a su lado. Y entonces no sé cómo sucedió, ni siquiera sé si yo planeaba decirlo pero las palabras brotaron solas. -Te quiero- le dije, el me miro sorprendido y no me importaba que aquello tal vez nos costara la relación porque él no pudiera sentir lo mismo que yo, necesitaba decírselo y que él lo supiera. De pronto una sonrisa se formó en sus labios y me miro con tanta ternura, roso su mano contra mi mejilla de una manera tan delicada que por efecto me llevo a cerrar los ojos. -También te quiero- me dijo ocasionando que lo mirara ahora yo sorprendida, y concluyo aquella declaración con un beso…. Sebastián Ella me había dicho que me quería, Sakura me quería….. me quería a mí, esas palabras me sonaron a gloria y no pude aguantar más y seguir guardando este sentimiento y aunque no hayan sido las palabras que en verdad quería decir por el momento bastaban. Nuestras bocas se unieron en un solo compas demostrando aquello que nos habíamos dicho hace unos minutos. Poco a poco la fui recostando en la arena, sin despegar su boca de la mía, quería hacerla mía de eso no cabía duda pero esta vez quería disfrutarla más, quería hacerle sentir lo que ella despertaba en mí, así que sin prisas me dedique a besar un rato más su boca, aquella boca que tanto me gusta, poco a poco voy bajando por su cuello, sus hombros descubriendo las sensaciones que le hago sentir y que ella me hace sentir a mí, me dedico a besar todo su cuerpo queriendo y esforzándome en que esta vez sea ella quien más lo disfrute. Esta vez no hay prisas y ambos lo sabemos, roso sus piernas con la yema de mis dedos descubriendo que posee una piel tan suave y tersa, me enloquece sentir sus pequeñas manos subir por mi espalda y por mi pecho, el sentirla despeinándome, los gemidos que emite me saben a gloria, disfruto completamente de ella, me dedico a darle un poco más de placer aquellas zonas que sé que la enloquecen, sus pechos, sus piernas, su espalda quiero y deseo que esta vez quede grabado en ella, miro su rostro el cual es iluminado por las estrellas que ya adornan la noche que nos ilumina, de la arena que nos abriga en nuestro encuentro y del mar que es nuestro cómplice más silencioso, ella esta sonrojada, con los ojos cerrados y los labios hinchados como en la mayoría de nuestros encuentros sin embargo este es diferente, se puede sentir el amor, que nos profesamos, esto ya no es solo sexo, no para mí, esto es hacer el amor. Ella abre los ojos dejándome ver aquel verde esmeralda que esta vez tiene un brillo completamente diferente, uno que no había visto antes, le pido permiso para entrar en ella aun aunque ya lo haya hecho en varias ocasiones y la calidez que me abriga en ese momento es embriagadora, es como si estuviera en casa, en mi hogar y no puedo evitar gemir ante tan delicioso placer, como dije esta vez no hay prisa así que los vaivenes son más lentos, mas desquiciantes, mas placenteros, no quiero parar, no quiero que esto termine sin embargo comienzo a sentir que el clímax se acerca, así que me atrevo a tomar su mano uniéndola a la mía siendo correspondido, ella después de un rato volvió a cerrar los ojos pero no quiero terminar así, deseo que me mire. -Mírame- se lo pido y ella lo hace de inmediato. Y es su mirada quien me envuelve en aquel clímax no sin antes sentir como ella también es envuelta en el mismo placer que yo. -Te quiero- me dije con la voz entre cortada por tan grande placer. -Te quiero- respondo yo aunque en realidad las palabras correctas sean te amo….. La brisa del amanecer comienza a sentirse y siento moverse a Sakura entre mis brazos buscando calentarse, después de aquello nos quedamos profundamente dormidos y agradecía el hecho de que esta parte de la playa estuviera desierta, la miro y aparto unos mechones de pelo que se cuelan sobre su rostro y al verme sonríe. -Hace frio- murmura contra mi pecho ante lo cual asiento. -Sera mejor irnos, tenemos que volver, nuestro vuelo sale en un par de horas- digo y en realidad no quiero irme, deseo quedarme aquí con ella por siempre, sin embargo sé que eso es algo verdaderamente difícil y que aunque no quisiera era hora de regresar a la realidad, aunque una realidad diferente porque ella me quería. En cuanto abordamos el avión que nos llevara de regreso. Sakura me pide que acomode bien todos los recuerdos que trae, que compramos durante el trascurso del día anterior e inclusos lo que acababa de comprar hace unos minutos y cuando por fin me siento a su lado me mira con alegría. -Ha sido el mejor fin de semana que he tenido, gracias- me dice. El anuncio de que nos abrochemos los cinturones para despegar se hace presente y después de unos minutos Sakura se acerca hasta mí, rosando sus labios en un corto beso, se acurruca de nuevo en mi hombro y sé que se quedara dormida en cualquier momento pero antes de que esto suceda la escucho susurrar un –Te quiero… Sakura Me encontraba bastante cansada por el viaje pero había valido la pena, cada minuto pasado con Sebastián había valido de eso no tenía ninguna dudo, le agradecía verdaderamente a Monica la idea y de darle a Sebastián su boleto, sin duda alguna sería un viaje que llevaría siempre guardado en mi memoria y como no si le había confesado que lo quería y el a mí. Nunca espere que esto pasara, esta simple idea nunca cruzo por mi mente aunque siendo completamente sincera conmigo misma no me arrepentía de nada. El avión estaba por aterrizar y Sebastián aun dormía por fin tenía el placer de verlo dormir, tan tranquilo como si nada le preocupara, lucia tan inofensivo, tan lindo. Sebastián despertaba en mi tantos sentimientos unos viejos y otros completamente nuevos, se tallo un poco los ojos como queriendo quitar los restos del sueño y sonrió al mirarme. -Hemos llegado dormilón- le dije. -Solo estaba descansando los ojos un momento- respondió. -Pues para lo que para ti fue un momento para los demás fueron horas- dije burlona. El solo sonrió aún más y me beso la mejilla. En cuanto el avión aterrizo fuimos unos de los primeros en bajar y para nuestra suerte Carlos nos estaba esperando en la sala de espera por suerte ya me veía un poco más a la cara, recuerdo que los primeros días después de que nos encontrara a Sebastian y a mi juntos me esquivaba y cuando llegaba a mirarme cierto sonrojo aparecía en su rostro lo cual era algo inevitable que no me ocasionara risa. -Buenas tardes señor Kennedy, señorita Sakura- nos dijo a forma de saludo. -Buenos días Carlos- respondí. Carlos ayudo con las maletas a Sebastian.-¿A casa?- pregunto en cuanto nos subimos al carro, el me miro y negué quería ir primero con Monica le dije a lo cual asintió. Carlos nos dejó en casa de Monica y después se fue con las maletas solo nos quedamos con la de los recuerdos, siendo sincera me sorprendía que fuera Carlos quien fuera por nosotros y no ella, pero no le quise dar mucha importancia quizás Sebastian fuera quien se lo pidiera a Carlos. Llame una vez a la puerta y no hubo respuesta, una segunda y lo mismo paso, mire a Sebastián desconcertada y el solo se encogió de hombros. -Quizás no esté en casa- dijo. -Solo una vez más- respondí pero lo mismo pasó. Estaba por tocar una última vez cuando los brazos de Sebastian me rodearon por la cintura y me atrajeron hacia su cuerpo. -Quizás esta ocupada, que te parece si mejor nos vamos a casa y pasamos el resto de la tarde en la cama- Su propuesta era tentadora y me hizo sonreír y estaba dispuesta aceptar cuando un ruido proveniente del departamento de Monica me alerto y el sonido de la puerta abrirse me hizo dirigir mi mirada hacia aquel lugar encontrándome con un hombre que solo traía puestos los pantalones, abochornada aparte la mirada para ver su rostro arrepintiéndome a la vez, y es que, ¿Qué demonios hacia él en el departamento de Monica. -Francisco- fue lo único que dije sintiendo quizás lo que había sentido Carlos esa vez que me encontró a mí y a Sebastián. -¿Lo conoces?- me pregunto Sebastián quien aún me mantenía abrazada por la cintura. -Monstruo- fue la respuesta de mi hermano- se puede saber qué hace ese mocoso abrazándote?- hablo de nuevo. -¿Mocoso?- pregunto Sebasy a la defensiva y sabía que tenía que intervenir antes de que esto terminara mal. -Sebastián- él es mi hermano Francisco, Francisco él es mi novio Sebastián- -Tu hermano?- -Tu novio?- preguntaron los dos al unísono. -¿ Francisco porque tardas?- se escuchó la voz de Monica y después apareció está envuelta en una sábana- -Sakura- dijo y yo no podía sentir más bochorno en ese momento, dios que más podría pasar….
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD