CAPITULO 14

256 Words
Me obligué a mirar la pantalla. Mis ojos, que se negaban a ver, se abrieron de par en par. La tableta no mostraba sangre ni violencia, sino una intrincada red de nombres, fechas y cifras. Era el mapa de un imperio criminal. Y en el centro de la red, había un nombre. El nombre de mi hermano. Y a un lado, Azrael. El miedo que sentía se mezclaba con una extraña y retorcida fascinación. Él no era un hombre. Era un monstruo. Y de alguna manera, yo era su igual. -Esto no es lo que parece- susurré, mi voz era un hilo de seda roto. Su sonrisa era un depredador. -No mientas, mi amor. Me lo prometiste. Me obligué a tomar la tableta, y mis manos se cerraron en puños. No podía huir. No podía escapar. Tenía que enfrentarlo. Y entonces, en el centro de la red, vi un nombre que me heló la sangre. El nombre de un hombre que había sido traicionado por mi hermano. Un hombre que, en su dolor, se había convertido en un monstruo. En ese momento, no vi a un asesino. Vi a un hombre que no pedía disculpas por lo que era. Y en sus ojos, vi un reflejo de mí misma. La misma frialdad que yo había sentido cuando maté a mi hermano. Y supe que, a partir de ese momento, ya no era la chica del callejón. Ahora era la reina de la oscuridad. Y mi reino, mi amor, era el que él había construido para mí.
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