Capitulo 2, parte 2

1029 Words
Dejó todo listo, impecable y se dispuso a pedirle permiso a Louise para ir a visitar a su mamá. Louise no tuvo reparos y la autorizó a salir pues no era  indispensable que estuviera allí todo el día. En consiguiente, se dirigió a la casa de Dennise y su hermano Junior quien la recibió con un fuerte abrazo y un beso, la extrañaba mucho y no tenía quien jugara con él en casa.  Se sentaron en la sala, tomaron “las onces”, hablaron de todo un poco y seguidamente almorzaron. Mientras tanto, Annya le comentó a su mamá el mal entendido con Chantelle, habló de lo molesta que se sintió después de tal humillación y también le contó acerca de los comentarios despectivos que hizo de ella mientras se dirigía a su cuarto. Muy ofuscada refirió:  -No te imaginas la ira que me dio mami, me daban ganas de cogerla de ese pelo, ¡Es que de verdad, si no necesitara ese trabajo lo hubiera hecho! -Ay hijita… La vida para uno que es pobre es tan difícil; tenemos que aguantar humillaciones, malos tratos, pisoteos, tratos inhumanos y hasta más y nos toca aguantarnos porque de ahí comemos. Tiene que acostumbrarse a que en un trabajo uno solo obedece y listo.  -No mami usted está muy equivocada, podemos ser pobres y todo, pero tampoco para dejarse humillar de cualquier forma. La próxima vez que esa señorita me haga sentir mal, yo si le voy a decir su tanto, para que me respete. -¡Oigan a esta!, usted no se va a poner de igualada en esa casa, y menos con la prometida de ese muchacho, cómo se le ocurre Annya, tiene que cuidar ese empleo y pensar con cabeza fría. No se deje llevar de la rabieta y dediquese a lo que le toque. -¡Ay ma! que pereza usted, no se ni para qué le cuento, vine a distraerme y terminé regañada- alegó mientras le alzaba la mirada a Dennise. -Ese mal genio no la va a llevar a ningún lado, pero no le diré más, porque como a mí no me hace caso. -No se enoje mamá que usted sabe que es molestando, pero es que como me va a decir que me tengo que dejar tratar así, es ilógico. -Sí, le puede sonar ilógico y todo lo que sea, pero le estoy diciendo que todo es porque uno depende de eso para comer, para sobrevivir, ¿o se le olvida cómo estábamos de mal antes de que se fuera para Medellín? -Bueno sí madre, en eso tiene razón,   y yo le prometo que le voy a hacer caso a sus consejos. Pero eso sí, si Chantelle se pasa con sus palabras o con sus insultos, tampoco me voy a quedar callada. Transcurridas algunas horas, Annya ya debía regresar a la mansión, así que Dennise la acompañó al terminal de buses para que siguiera con su destino. Se despidieron emotivamente, como toda madre volvió a darle consejos antes de subir al bus y Annya asintió a las palabras que escuchaba.   En el camino, Annya no podía dejar de pensar en Josef. No podía evitar sentir celos de Chantelle, era la primera vez que sentía tales cosas y anhelaba poder estar con él sin esconderse de nadie, sin importar el qué dirán, y sin el temor a sentirse mal por arruinar una relación de años y un futuro matrimonio.  Pero en sus pensamientos también reposaba ese rencor que estaba creciendo hacia Chantelle luego de sus malos tratos, así que pensó: ¿si ella me hace sentir mal, por qué no podría yo hacer lo mismo?. La joven inocente que llegó del campo a la ciudad, ya estaba cambiando y pensando en cosas que jamás se hubiera imaginado estando en casa con su familia. Al cabo de un rato, llegó nuevamente a la lujosa casa a continuar con la rutina. Al verla entrar, Louise de manera curiosa le pregunta: -¿Cómo le fue visitando a su familia? -Muy bien doña Louise, la verdad me hacía mucha falta pasar por la casa, mi hermano, las charlas y consejos de la mamá, y todas esas cosas que uno extraña cuando abandona su hogar. -Yo la entiendo, pero todo es parte de la vida y de crecer. En mí puede encontrar una amiga cuando lo necesite, no se sienta sola en esta casa Annya, usted se ve una niña muy buena y con ganas de salir adelante. A veces para alcanzar lo que queremos, debemos sacrificar momentos, oportunidades, experiencias y demás, pero después verá la recompensa… Yo sé por qué se lo digo. Annya tomó por sorpresa las palabras de su patrona, pues en el tiempo que llevaba trabajando allí, no habían tenido un acercamiento de esa manera. Se sintió agradecida y en confianza, y le dijo:  -Muchas gracias por todo lo que me acaba de decir, créame que lo voy  a tener muy en cuenta, y hablaré con usted cuando me sienta agobiada o triste, se lo agradezco en serio señora Louise. -No tiene que agradecerme, tranquila. Hago lo que creo que está bien, y cuando uno está tan joven ciertamente necesita a alguien que lo escuche y le ayude a desahogarse. Hablaron por algunos minutos más y después Louise se fue a descansar a su habitación, y Annya fue directo a la cocina a preparar el almuerzo, pues ya había pasado el medio día. Cocinó algo delicioso y llamó a la mesa a Josef y su madre. Esta vez, Louise le pidió que se sentara a almorzar con ellos. Annya lo dudó pues se sentía incómoda  estando al lado  del hombre que se estaba convirtiendo en un tormento para ella. Pensó unos segundos pero finalmente aceptó, pues le pareció un gesto muy amable de su patrona y no le parecía bien rechazarla. Hubo miradas incómodas, pero como pudo, la joven evitó a toda costa seguirse sintiendo incómoda, así que optó por no darle mayor importancia, y entre risas con Louise, hizo de cuenta que Josef no estuviera allí, logrando que esta vez se incomodara él y en consecuencia se retiró de la mesa.
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