EL PECADO DE ENAMORARSE

Capítulo 2 parte 4

Claramente y sin dudas, ya era  un difícil dilema en el que ahora se estaba viendo envuelto y cada vez controlaba menos. Por más que lo intentara, la humilde joven que trabajaba en su casa estaba en su mente día y noche, no sólo en su mente, también se estaba ganando un apartado en su corazón. Entre vueltas y vueltas en su cama pensaba: -no le puedo hacer esto a Chantelle, tampoco a mi madre- ignoraba por un momento la situación y retomaba: -de verdad me gustaría por una vez decidir sobre mi vida y mis sentimientos, no se porqué pero siento tanto que Annya es la indicada-

Mientras pensaba cientos de cosas, el tiempo se fue rápidamente y cuando por fin decidió dormir, ya era hora de levantarse  así que no consiguió descansar.  Y para completar, al despertarse y dirigirse hacia la cocina la primera persona que vio fue la angelical empleada que tanto interés le causaba.

Emotivamente, ella lo recibió con un saludo, como si intentara confundirlo luego del malentendido del día anterior:

-Buenos días Josef, ¿descansó bien? ¿le preparo el desayuno ya?

Él no entendía el porqué de su actitud pero respondió con normalidad:

-Dormí muy bien, tuve una buena noche y descansé de maravilla. ¿Cómo amaneció usted? Tengo que admitirle que es muy juiciosa; apenas me despierto y ya tiene la mayoría de la casa impecable.

-Sólo hago mi trabajo joven, uno debe destacarse en todo lo que haga.

Un suspiro salió de Josef y agregó:

-Y déjeme decirle que realmente se destaca, por esa  y muchas cosas más.

Annya no pudo evitar sonrojarse con sus palabras pero al mismo tiempo quería evitar cualquier tipo de relación con él. Estaba segura de querer alejarse y dejar fluir su relación con Chantelle, así que en respuesta simplemente dio la espalda mientras le servía su desayuno en la mesa.

Josef pudo notar su incomodidad así que decidió disculparse por sus palabras y terminó por decirle que no era su intención hacerla entrar en disgustos y que intentaría no volver a hacer comentarios de ese tipo pues simplemente era un halago, a lo que ella contestó asintiendo con la cabeza mientras un “eso espero, que no vuelva a ocurrir” le llegaba a Josef como un disparo al pecho. 

Capítulo 3

Tras lo acontecido Josef comprendió que Annya realmente no quería interferir más en su relación, pero por otra parte puso en tela de juicio lo que ella había mencionado, y se le ocurrió que tal vez, como suele pasar comúnmente, estaría utilizando la estrategia de ignorarlo para intentar olvidar lo que sentía pero en el fondo deseaba algo más.

En consiguiente, como decisión después de analizar la situación,  tomaría un poco de distancia de Annya pero no del todo. Es decir, seguiría con la intención de conquistarla, pero también le daría su espacio para descubrir realmente cuáles eran sus intenciones. Mientras tanto, debía seguir en marcha su relación con Chantelle que poco a poco se convertía en un círculo amoroso.

Una tarde, Louise notó que Annya llevaba días con una actitud extraña, pensativa y muy preocupada; no la percibía centrada por completo en sus labores y esto le generó intriga,por lo que decidió llamarla a su cuarto para que tuvieran una charla y quizás brindarle alguna ayuda o consejo.

-Señora Louise acá estoy, ¿hice algo malo, o algo que le haya disgustado? lo puedo remediar- Mencionó Annya adelantándose a los hechos sin saber el porqué  de la conversación.

-Tranquila niña que usted no ha hecho nada malo, no sea tan prevenida conmigo que por el contrario estoy encantada con su trabajo acá en la casa. Si la llamé es porque hace días vengo notando una actitud distinta en usted, no sé qué pueda ser. Tal vez problemas de su familia, un enredo sentimental… Se me ocurren muchas cosas y no me gusta verla así. ¿Se encuentra bien o hay algo en lo que le pueda ayudar?- preguntó Louise inquietamente.

Esta charla la tomó por sorpresa y por un momento intentó fingir que nada ocurría, pero segundos después refirió:

-Muchas gracias por preocuparse por mí y mis problemas. Y sí, la verdad si me pasa algo pero son bobadas de jóvenes. Señora Louise, ¿alguna vez llegó a sentir cosas por una persona ajena? ¿cómo hace uno para dejar de sentir esas cosas?

-De todo me esperaba menos que su preocupación fuera por esto, pero hablemos… es algo que a muchos nos ha pasado.  Cuando yo tenía su edad pasé por algo similar, me enamoré perdidamente de un hombre que ya tenía pareja. Por más que intenté alejarme y que supe que estaba mal, no pude, en los sentimientos no manda nadie Annya, así que lo mejor que se me ocurrió hacer fue luchar por esa persona, contra todos los obstáculos y finalmente lo logré y fui muy feliz, de allí nació Josef pero lamentablemente ese hombre del que hablo murió hace algunos años. Lo que si le puedo dar como consejo es que luche por ese amor, y si él le corresponde mejor todavía.

Sus palabras hicieron eco en su cabeza y lo único que consiguió fue terminar más confundida de lo que ya estaba. Agradeció  nuevamente por la preocupación que mostraba, y prosiguió a terminar los deberes de la enorme mansión.

Al finalizar, pidió permiso a Louise para salir a distraerse, a despejar su mente pues lo sentía necesario, a lo que su patrona accedió sin problema alguno.

Annya salió a un parque que se encontraba cerca al lugar, compró una cerveza para calmar su estrés y pensar un poco.

Le dio muchas vueltas al asunto pero siempre llegaba a la misma conclusión: se estaba enamorando perdidamente del hijo de su patrona y estaba decidida a estar con él, total había recordado que Josef le mencionó alguna vez que ya no sentía lo mismo por Chantelle y dudaba de su compromiso.

Transcurridas unas dos horas retornó a la mansión  y como primer paso para cumplir con lo que quería, se le ocurrió la idea de un leve cambio de look, aunque era hermosa y encantadora, quería resaltar un poco más su tímida belleza.