Capítulo 4 Ruffalo

2826 Words
Hilary — No puedo creer que lo hayas convencido de venir así - observo a Clara que sonríe. — ¿No se ve jodidamente sexy? - mordió su labio - Simplemente me pone con solo mirarlo - abanico su mano varias veces. — ¿Eres de esas embarazadas cachondas? - la mire divertida. — Parece que sí, no puedo negarlo es algo que se me sale de control - murmura mordiendo su labio - Los otros días volví a llorar por comida, créeme no es lindo - solté una carcajada. — Yo no pienso tener hijos hasta los treinta, llevo un estricto control de eso - no mentía, lo hacía, de hecho, en las semanas peligrosas me cuida el doble. — ¿Cómo llevas que se va? - esa pregunta no me agradaba, pero no tenía de otra. — No lo sé, siendo honesta - tome un trago más de cerveza - Creo que en muchos aspectos nos ha unido más, no sé cómo explicarlo, pero… - busque las palabras - …que deje la tapa del baño levantada ya no me parece tan malo, a él no le molesta mis bragas en el baño - arrugó la nariz. — No quería tanta información - balbuceo. — ¿Qué hacen mis chicas? - Mike nos rodeó con sus brazos. — Intentamos averiguar qué pasa entre tú y Magnus - respondí. — Claro, vamos a fingir que no están babeando por sus hombres - elevo una ceja - Por cierto, Clara, las revistas no le hacen justicia - miro a Andrew. — Lo sé, esta mono ¿Verdad? - afirma despacio. — Vamos, quiero saber - lo muevo. — Veamos, era martes por la noche, el entrenador nos mato con las prácticas, estaba de mal humor, mi padre estaba enojado conmigo porque no quise ir a la casa de mi abuela - lo mire - No pongas esa cara, es una mujer antigua que habla de lo abominables que somos los homosexuales - Clara hizo una mueca - No iba a ir a cenar, así que solo lo escuche despotricar cosas cómo, “es la familia”, “no le queda mucho tiempo”, “eres egoísta” - suspira - Pero yo no estaba listo para ese rollo, así que corté la conversación y me fui a mi cuarto sin cenar, los chicos sabían que algo que me pasaba - se quedó callado. — ¿Qué pasó después? - relamió sus labios. — Bueno, me bañé y cuando salí Magnus estaba sentado en mi cama, sus ojos estaban fijos en su teléfono antes de volverse a mí - medio de su vaso - Charlamos, él sentado, yo medio desnudo, la verdad es que solo me cubría la toalla - Clara sonrió. — Con todo el agua cayendo por ese cuerpo tonificado - los tres reímos. — No sé, le pedí que se fuera, no estaba para sus cambios de humor, ni para sus inseguridades, joder ya no lo estoy más - suspiro. — ¿Qué pasó? - bebí de nuevo. — En estos momentos no me conformo con solo agua - Clara hizo un mohín - Quiero los detalles, todos, hasta los sucios - la mire. - ¿Qué? — Nada, yo también los quiero. - Mike rodó los ojos. — Le di la espalda para ir por mis bóxer, digamos que pensé que se iría, eso lo hace bien, pero en lugar de ello, solo me tomó del brazo y me hizo mirarlo - ambas lo miramos expectantes - Supongo que en ese momento tendría que haberlo alejado, pero él se acercó un poco más, mi espalda se pegó al mueve y su pecho ya estaba contra el mío - sonrió con tristeza - Estoy tan jodido por él que lo deje, deje que me besara, que su mano se metiera en mi cuerpo y pasó, simplemente paso, termine con él encima de mí, detrás de mí, arrodillado frente a mí - no había emoción en su rostro - Solo estoy esperando a irme. — ¿Qué? - Clara me robó las palabras de la boca. — Me quieren en las grandes - ahora su sonrisa era más grande - Aunque supongo que se lo tengo que agradecer a ese muchacho - señaló a mi chico. — ¿Jared? - lo observe. — Me llamaron de San Francisco, al parecer tengo manager o algo así, preguntaron por mí y tu hermana me consiguió un gran acuerdo, de hecho, mejor del que pensaba que podría recibir, catalogó mi técnica como “el brazo mágico”, supongo que tantas masturbaciones hicieron lo suyo - carcajeamos los tres. Mike era el mejor lanzando, tenía un gran potencial y que estuviera con Jared era bueno, muy bueno, sobre todo porque no estaría solo en una ciudad que no conocen, el desarraigo puede ser muy complicado, sobre todo para alguien que está tan pendiente de sus seres queridos. La música cambio y comenzamos a bailar los tres juntos, Mike se colocaba entre medio de ambas y se meneaba, por momentos miraba a Clara, en otros a mí, era el único con el podíamos hacer esto sin problema, al menos ahora. Toda la multitud enloqueció mientras un grupo de angelitas subía al escenario, Jared, Andrew y Magnus la miraron más de la cuenta mientras bebían, rechine mis dientes un poco y Clara salió pitando donde estaba su esposo. — Creo que se te está saliendo la baba - hable en el oído de Jared despacio. — ¿Qué? - me observo y eleve una ceja. — Exacto - me fui a alejar, pero me tomo de la mano. — No seas dramática, estaba pensando en otra cosa - me saque de su agarre. — Ilumíname ¿Qué pensabas? ¿El talle de su copa? ¿Su capacidad de abrir las piernas? ¿O cómo se vería tu cara entre medio de sus tetas? - subió sus cejas. — Vaya, celosa te ves peligrosa - volví a tratar de irme - Hilary, amor - me acerco a él. — Suéltame, no quiero que me toques - me retorcí, pero me volvió a pegar a su cuerpo. — No me estoy babeando por ellas, la mire sí, pero no de esa forma, tengo lo que necesito entre mis brazos - llevo su rostro al mío y lo aleje - Vamos, no seas así - rozo mi cuello con su nariz - ¿Puedo defenderme? — Puedes irte a la mierda - siseó. — Hilary - beso detrás de mi oreja. - Solo me pareció conocida una de ella - junte mis cejas. — ¿No qué eras virgen? - susurre. — No hablo de eso - bufó - Mírala, ¿no te resulta conocida una de ellas? - junte mis cejas - Hil, hablo en serio, míralas. Desvié mi vista justo cuando se estaban bajando, intentando ver a cada una de ellas que no desviaban la mirada hacia nosotros, tenía que analizar su perfil, dos de ellas no me parecían para nada reconocidas, pero la tercera se me hacía familiar, junte mis cejas y volví a mirar a Jared, no las había visto en la universidad, lo que no me dejaba un margen de análisis, la biblioteca tampoco era una opción, no estaban ahí, suspire y escuche mi nombre en el micrófono. — No pienso subir ahí - negué. — Vamos, no me dejes sola, has los coros, Mike - Clara lo observo. — Claro nena, llevo el suficiente alcohol como para hacer esto. Ambos me llevaron arriba del escenario y eligieron la canción más fácil del mundo, Clara se reía mientras los tres entonamos, sabía entonar, no desafinaba, pero cantar no era lo mío, lo hacía horrible, no para dejar sordo, pero mis capacidades vocales morían luego de la primera nota, eso sí, podía tocar la batería, era buena en eso. Seguimos cantando sin importarnos hacer el ridículo, la gente se nos había unido y todo parecía estar bien, hasta que lo vi, sus ojos cargados de malicia me hicieron recordar quien era esa rubia, Barbie Sims, la novia plástica de Ruffalo, la misma que tuvo desde los últimos años de la clases hasta ahora. — Mierda - sisee. Andrew se encaminó hasta él y estrelló su puño en la cara, Clara jadeo y Mike la sostuvo cuando quiso ir, mis ojos se desviaron a Barbie que miraba a Pablo horrorizada, camine hasta ella furiosa y otros brazos me apartaron, Andrew golpeaba el rostro de Pablo una y otra vez, Méndez se metió y lo golpeó a él también, Jared llegó a su lado y tomó a Pablo cuando quiso ir contra Andrew. Eran una masa de brazos alejándose y golpeando, golpe tras golpe el rostro de aquellos sujetos que acababan de faltarnos el respeto, grite cuando Ruffalo estaba encima de él y mi cuñado se lo saco, Clara solo gritaba que pararan, por favor. Fue cuando otro de los chicos estrello una botella contra su cabeza y la sangre broto. — Hijo de puta - los ojos de mi prima ardieron antes de estrellar su puño en su rostro. – Cabrón - Magnus la saco y lo golpeo. - No, no, sal, lo mato yo, te voy a matar - Mike me la paso. — Hazle una puta llave, pero aléjala - afirme y trabe su cuerpo. — Suéltame o te rompo la nariz Hilary - sabía que no mentía. — No, no lo harás, porque yo no te la puedo romper a ti, estas embarazada, lo que os dejara en deuda y después con dos niños no puedo golpearte, así que mantén tu cabeza quieta o te quiebro la muñeca - me observo. — No te atreverías - mi mirada se oscureció. — Pruébame - dejo de moverse. Andrew fue apartado momentos después, ambos estaban inconscientes y las sirenas de la policía sonaban a lo lejos, suspire y solté a Clara para que vaya con su marido, un que ahora no tenía color, que parecía desorientado y que no tardo en desplomarse en el suelo. Lo único que se escuchaba era el llanto de Clara y su pedido de ayuda, llame Hannah para avisarle lo que había ocurrido y ella dijo que iría al hospital enseguida, omití la parte que se pelearon, solo dije que atacaron a Andrew, era la jefa de trauma, solo tenía que pedir y coser su cabeza. Pero la vida no es justa ni divertida, cuando menos lo esperas te golpea como la botella a Andrew, la policía llego, Andrew estaba consciente, pero todos terminamos esposados, Clara estaba furiosa y no paraba de quejarse en el asiento de atrás. — Esto es injusto, ellos golpearon a mi marido, le rompieron la cabeza, tengo que ir al hospital - grito de nuevo. — No nos importa, cállese - golpearon la reja. — Genial, otra vez presas - me acomode - ¿Lista para el olor a escusado? - arrugo su nariz. — Hilary nos van a matar, nos cortarán en pedacitos pequeños y se los darán a nuestros mascotas - suspiro. — ¿Cuánto has visto a Barbie? ¿Bruno? - me fulmino - Tomare eso como un no. — Los accionistas me van a comer viva - la mire. — Sí vas a la junta con ese vestido, puede que te coman, aunque no de la forma en que crees - uno de los oficiales se rio. - Ves, el cerdo baboso está de acuerdo - dejo de reír - ¿Son conscientes que eso es un delito? ¿El acoso? - no respondieron - Supongo que conocen a Mateo Wells, así que será mejor que dejes de mirar por el espejo retrovisor. No mentía, este sujeto nos estaba bajando las bragas desde que llego y no me gustaba, Clara no dijo nada en todo el viaje solo miro por la ventana mientras procesaba la situación, yo por mi parte sabía que esto había sido un plan de Ruffalo, que lo atacara no ayudaba en el juicio, yo lo sabía y estaba segura de que Jared también. Llegamos a la comisaria y pasamos directo al calabozo, tuvimos que dejar nuestras pertenencias con una mujer para nada agradable, que nos llamó prostitutas sin problemas, Clara respiro tres veces, no quería agrandar esto, pero yo… — ¿Dónde está el espejo? - mire a todos lados - No lo veo - murmure - ¿Cómo haces para verte? - se estiro. — ¿Cómo me dijiste puta? - eleve una ceja. — Disculpa ¿te sentiste tocada? - mi cara fue de inocencia - Yo hablaba con mi prima, dijo que se veía demacrada - parpadee y Clara sonrió de lado. — No te hagas la pilla conmigo - volvió - Nombres. — Hilary Pride - me miro. — Clara Hamilton - los oficiales nos miraron. — ¿Hamilton? - hablo uno. — Sí - movió su mano - Me sacan esto, me está apretando mucho - uno de los oficiales se las saco. - Gracias. — Llévalas al calabozo… - dijo la zorra frente a mis ojos. — Pero… - uno de los chicos hablo. — Ahora. Fuimos tranquilas, los hombres ya estaban todos juntos, Andrew todavía tenía mal aspecto, Clara lo miro y suspiro antes de entrar donde un grupo de mujeres no recibió, una de ellas tenía una gran cicatriz en el rostro. — Eso es real - la señale — Hilary - Clara me golpeo la costilla. — Tan real como se ve - murmuró. — ¿Quién te lo hizo? - la mujer nos miró. — ¿Prostitutas o fiesta? - mire a Clara. — Prostituta - la señale y me golpeo - Mentira, una fiesta. - afirmo. — Tienen cara de ricachonas - nos miró. — Sus caras están en toda la ciudad - hablo otra. — Si bueno - volví a mirar a la primera - ¿Quién te lo hizo? — Mi novio - junte mis cejas. — ¿Por qué estas acá tú y no él? - sonrió ladina. — Porque él termino muerto - abrí la boca - Ese cabron no volverá a tocarme. Las mujeres nos miraron, pero yo no podía decir nada, nosotros nos peleamos en una fiesta y ella mato a su novio, aunque una parte de mí quería ayudarla, otra simplemente quería alejarse por miedo a que nos hiciera algo, pero salvo por una pelirroja en la esquina que me piso, las demás parecían agradables. — ¿Qué hicieron? - pensé. — Su marido noqueo a un chico, mi chico a otro, ella insulto un oficial y yo llame prostituta a la que me registro - subí mis manos esposadas - Por eso siguen estas. — Niñas ricas y malas, me agrada - Clara la miró. — Te pondré un abogado, te defendiste, no tienes que estar acá - miro fuera - Me estoy orinando. No vamos a hablar de lo que paso después, Clara no tenía humor, la zorra de la entrada volvió y todo comenzó, el jadeo de dolor de mi casi hermana me puso en alerta, la chica con la cicatriz me detuvo antes de que hiciera una idiotez y después me ayudo a que ella hiciera pis en la orilla de la muerte, aquel retrete público que nos tenía a las arcadas a todas. — Me agarro algún bicho y la mato, te juro que acabo con su carrera - espeto. — No hacemos esas cosas - le recordé. — Y una mierda. Espero el tiempo suficiente para que no le quedara más opción que ir al baño de acá y volvió con ella, pero otra voz surgió, dos voces, esas que me hicieron sonreír y levantarme de un salto, acaba de llegar nuestro salvador, el único capaz de poner a todos en su lugar. — Ese va a ser tu abogado, o su hermana o una pelirroja - mire a la que había en la cárcel - Más agradable que ella - se acercó. - No quieres pelear conmigo, soy cinta negra - le advertí y se frenó - Chica inteligente. — Hilary, vamos - Mateo miro dentro. — Ella necesita un abogado - la señale - Nosotras te pagamos - miro a la mujer. — ¿Quiero el expediente de ella? - sonreí - Mañana vengo para que hablemos - la chica parpadeo. — Claro, gracias. - Clara le sonrió. — ¿Qué fue eso? - Ron me hablo. — Está porque mato al novio después de que casi la mate a ella - lo mire - No podemos dejarla ahí. Uno diría que todo iría más tranquilo cuando salimos, hasta que vimos a nuestros padres. — Mierda - susurre. — Doble mierda - dijo Clara bajito. — Nos van a matar - Mike miro a sus padres. — No lo harán - Andrew los miro. Dos segundos después se hizo cargo de toda la culpa.
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