1º El lado obscuro del laboratorio

3890 Words
¿Cómo es que llegué a esto? ¿Cómo es que todo pasó? ¿Por qué? Y, aún más importante, ¿qué fue en concreto lo que ocurrió? Hace apenas un par de horas, estaba tranquila en mi laboratorio, revisando los resultados de mi último suero en los sujetos de prueba que, para mi tristeza, no había tenido el resultado que esperaba, y luego de que una sirena estridente sonara ensordeciéndome de un momento a otro y todo se volviera un caos, ahora me encuentro corriendo por los pasillos de este lugar, sin saber de qué es exactamente de lo que huyo, aunque esos sonidos que escucho me hacen no querer averiguar de qué se trata, sin saber ni entender lo que ha ocurrido y con el miedo arraigado a cada fibra de mi ser, haciendo que tiemble como hoja cada vez que me detengo por unos instantes para pensar en qué hacer. Esas pausas no suelen ser mucho tiempo, porque cada vez que lo hago, pocos segundos después, algún sonido escalofriante, proveniente de alguna parte de los pasillos, me hacen volver a correr, pero en dirección opuesta a la del origen de cualquier mínimo ruido que llegue a mis oídos.  Estoy aterrada, profundamente aterrada, no sé qué se supone que debo hacer y, hasta ahora, en todo el trayecto que llevo recorriendo, no me he encontrado con nadie, cosa que es rara, porque en este laboratorio trabaja muchísima gente y no tengo ni idea de cuánto llevo huyendo de lo que sea que me persiga.  Lo único que tengo claro, es que estoy muy lejos de mi zona de trabajo, hace rato que la he dejado atrás, y ni siquiera dudé de eso: cuando salí para intentar averiguar qué era lo que pasaba, solo escuché agónicos gritos, que desparecieron de un momento a otro, y sonidos desagradables como de carne desgarrada y huesos quebrándose como reemplazo de los anteriores. No quise quedarme a saber qué era lo que causaba esos sonidos, llámenme cobarde si lo desean, mas he visto suficientes películas de terror como para saber que, si uno escucha ruidos extraños en situaciones críticas, como en la que ahora me encuentro, no debe ir a ver qué es eso que suena, sino correr inmediatamente hacia la dirección opuesta para evitar encontrarse con lo que sea que la acecha y morir en manos del monstruo. No se necesitan ni mi título y maestría de Harvard ni mis demás acreditaciones y títulos para saber eso, es lógica básica.  El silencio por fin me alcanza nuevamente e, intentando recuperar el aliento, me detengo junto a un escondrijo en la pared, tratando de normalizar mi respiración acelerada. Suelo entrenar seguido, correr un par de kilómetros todas las mañanas, y normalmente no me agito mucho, no obstante, no es lo mismo eso, que esta pesadilla que estoy viviendo en este momento.  Como todas las demás ocasiones, y para mi desgracia, un rugido se escucha proveniente del pasillo por el que venía y eso me hace temblar hasta la última célula de mi cuerpo, haciendo que el miedo me vuelva a dominar y nuevamente salga corriendo.  Ya ni siquiera sé dónde estoy, ésta área no me es conocida; me he alejado tanto y tan distraídamente por el miedo, eligiendo cualquier pasillo que pusiera distancia entre el peligro y yo, que desconozco el área del laboratorio en la que estoy metida actualmente.  Jamás me interesó aprenderme el laboratorio por completo, lo que me importaba eran las zonas de experimentación como la mía, donde trabajaban mis colegas, las de uso común, las habitacionales y, por supuesto, las salidas. El resto, me era completamente desconocido y, ahora mismo, me estaba arrepintiendo enormemente de eso. Llevo casi tres años trabajando aquí, debí de aprender mejor el plano del lugar, a lo mejor no estaría tan perdida ahora de haber sido así.  Si no hubiera sido por los asquerosos ruidos de masticar que venían del pasillo principal, habría encarado para la salida, mas como dije, no soy una tonta protagonista de película de terror, yo no me iba a meter ahí ni loca. Es por eso que enfilé para otro pasillo, quería alejarme de lo que sea que fuera ESO, esa cosa que producía tan espantosos sonidos y tan estremecedores rugidos.  Una puerta doble aparece frente a mí al final del pasillo, y desesperada por poner alguna barrera que me proteja, aunque sea un poco, corro como loca hacia ella, atravesándola y bloqueándola con las trabas que posee, antes de darme vuelta y apoyarme en ella, intentando calmarme. No sé si esto ayudará realmente, quizás el metal de esta "barrera" no sea suficientemente resistente como para servir de protección real, sin embargo, la sola idea de que haya algo que pueda llegar a retrasar mi captura, eso me deja un poco más tranquila, aunque eso solo dura hasta que abro finalmente los ojos y contemplo con horror, el tétrico, repulsivo y cruento escenario que tengo frente a mi rostro.  Ante mí, en este lugar que creía que podría llegar a ser mi refugio, tengo lo que parece la escena más cruenta de una película sangrienta, peor que las del juego del miedo, destino final o cualquier otra que muestre escenas de destripamientos y acciones similares. A mis pupilas llegan una tras otra, imágenes de partes de cuerpo cercenadas, cadáveres, tanto completos como con partes faltantes, todos con horribles y aparatosas heridas que van desde desgarros hasta mordidas bastante grandes, casi parecidas a la de los tiburones, órganos, tanto completos como en pedazos, huesos y, por supuesto, litros y litros de sangre fresca.  El aroma ferroso que expulsa todo esto, es tan fuerte y penetrante, que casi me provoca arcadas, sumadas a las ya dadas por el panorama, pero me intento recomponer y respiro por la boca, tratando de no devolver mis propias tripas. ¿¡QUE DEMONIOS PASÓ AQUÍ!? Y aún más importante ¿¡QUÉ CLASE DE MONSTRUO, COSA O LO QUE SEA, FUE CAPAZ DE HACER ALGO ASÍ?! Inmediatamente, como si fuera un reflejo involuntario, me voleo hacia la puerta para destrabar los seguros, abrirla y huir de esta carnicería humana, mas el sonido de un nuevo rugido muy cerca, me hace recordar la razón por la que estoy aquí y me resisto. Sea lo que sea eso, ya estuvo aquí, lo que quiere decir que no hay nada más en este lugar, no corro peligro y, en caso de que haya estado siguiéndome por el olor, porque ruido no he hecho más que por mi respiración ya que mis zapatos son de suela blanda, el aroma a sangre va a cubrir el mío, ocultándome de eso.  Aunque me muera del asco y del espanto por semejante horror, decido quedarme donde estoy y tratar de analizar cómo seguir ahora, qué hacer.  Dejando de lado todo lo orgánico que está por casi todo el lugar, me puedo dar cuenta de que este sitio es como una sala de transición: el suelo es de losa como el de los baños, alcanzo a ver algunas rejillas por debajo de los cuerpos y demás, y hasta puedo ver restos de lo que parecen ser duchas y trajes especiales tanto en las paredes como entre los restos esparcidos por el suelo.  Eso me desconcierta y me hace pensar que, quizás, esta es otra entrada al laboratorio y que, esa cosa ha entrado por aquí, por lo que busco desesperada la puerta por la que ingresó, encontrándola del otro lado de la estancia, con arañazos y un pedazo faltante abajo, no obstante, entera casi por completo al fin y al cabo.  La idea de atravesar esto no me causa ninguna gracia, mas debo salir de aquí, tengo encontrar una salida y pedir ayuda, por lo que, haciéndome de tripas y corazón, y por supuesto tapándome la boca y la nariz con la bata que llevo para que el olor no sea tan fuerte, empiezo a caminar tentativamente a través de los restos, tratando de ser respetuosa con los muertos y no pisar a nadie.  En mi camino, había visto muchos destrozos, eso no lo niego, incluso sangre en algunas paredes y el suelo de varios pasillos, pero nada como esto y, a pesar de que soy científica, genetista, bióloga y que trabajo con sangre y demás, todos tenemos un límite de lo que podemos soportar y el mío está muy por debajo de esto, al parecer.  Con cuidado y vigilando dónde apoyo mis pies, avanzo a través de los cadáveres, encontrando cada vez más y más señales de ataque, de mordidas, desgarros y arañazos. Incluso en un lugar, semi-tapado por un cuerpo al que le falta un brazo y la mitad del torso, en el cual se pueden ver las marcas de los dientes afilados como sierras que lo atravesaron, un grupo de surcos, cuatro juntos paralelos, que no son otra cosa que un ENORME arañazo en la baldosa, un lugar donde ésta fue levantada y el cemento atravesado por las garras de esa cosa. La sola visión de eso me hace estremecer, imaginándome la fuerza que debe poseer esa bestia o lo que sea, para poder hacer algo como eso, prácticamente atravesó la piedra como si fuera mantequilla.  Sacudo la cabeza, tratando de no empezar a asustarme más a mí misma con la imaginación de lo que pudo haber hecho algo así, y continúo mi camino, dándome cuenta y agradeciendo, que cada vez estoy más cerca de la que, rezo, sea mi libertad. Inevitablemente, porque me tapaba un cuerpo el otro lado, termino hundiendo el pie es un abundante charco de sangre y gruño molesta por eso, solo porque podría ser un delator, una pista para seguirme, sin embargo, hago esa preocupación a un lado y sigo adelante. Ya voy a salir, debo dejar de preocuparme por eso y concentrarme en encontrar ayuda. No tengo idea de cuánto tardo, no sé, la vedad es que no controlo el tiempo porque ni siquiera un reloj llevo conmigo, lo dejé todo cuando salí corriendo, no obstante, parecen ser horas antes de que, finalmente, atraviese el campo de cadáveres y llegue a la ansiada puerta.  Asegurándome de que no esté cerrada, la empujo esperando encontrar aire fresco o un hueco de escalera o ascensor que me lleve a mi libertad tan ansiada, solo para darme de lleno con la cruel realidad y encontrarme con un nuevo pasillo, el cual, al igual que la sala que acabo de abandonar, está repleto de cadáveres, pedazos de personas y sangre por doquier.  Quiero llorar de impotencia, de la ira y la frustración que me produce la pérdida tan cruel de la esperanza que se me había formado, de la dolorosa forma en la que la realidad me golpeó, mas no me lo permito y, en su lugar, tal y como hice con la estancia anterior, me adentro en el espacio, pisando con cuidado, observando que todo el lugar está lleno de puertas a cada lado, aunque todas cerradas, ya que tienen una pantalla al lado de la misma que muestra en rojo iluminado, la palabra BLOQUEADAO, dejando en claro que la falla general de energía que hubo, no afectó el cierre de dichas áreas, sean lo que sean.  Con el ánimo cada vez más por los suelos, llego al final del pasillo y me encuentro, nuevamente, con una puerta doble, mas ésta vez no me hago ilusiones, no quiero volver a sufrir semejante decepción. A diferencia de las demás, ésta no está bloqueada y, sin muchas expectativas, empujo el metal, encontrándome con otra masacre, muy parecida la imagen a las de las dos últimas estancias que pasé, solo que el detalle de la falta de otra puerta que me guíe hacia otro sitio en lo poco del lugar que puedo ver, no hay nada más.  Lo que sí, este lugar es diferente a los demás, está más obscuro y hasta alcanzo a ver trozos de vidrio y líquidos diferentes a la sangre, manchando el suelo bajo mis pies y los cuerpos. Además, aquí hay cuerpos con batas de laboratorio, no solo uniformes de guardias e, incluso, veo un par del ejército y hasta medallas en algunas prendas. ¿Qué demonios? Paseando la mirada por el lugar, alcanzo a ver que, en el centro de la estancia, hay como un semicírculo de lo que parecen ser computadoras, un par de sillas destrozadas y, a un costado, puedo incluso ver una cámara de video. ¿Qué es este lugar? Curiosa, paso entre los restos como antes y me acerco a lo que parece ser un centro de mando. En su mayoría, como en el resto del laboratorio, todo es táctil, por lo que apoyo la palma de mi mano sobre la pantalla, que en algunas zonas presenta un par de estrellamientos, como si la hubieran golpeado con un martillo, temerosa de que no reaccione, sin embargo, contrario a mi miedo, ésta se enciende, escaneando mi huella y reconociéndome, permitiéndome acceder al sistema.  Tenía entendido que el laboratorio, al consumir tanta energía por ser tan enorme y estar dividido en varias secciones, tenía un generador propio por sección, por lo que esto, sumado a las puertas bloqueadas fuera de aquí, me hacen pensar que el de ésta área, aún continúa activo, lo cual agradezco, porque quizás pueda comunicarme con el exterior o, incluso, averiguar qué fue lo que pasó.  Ansiosa por ver qué puedo hacer aquí, empiezo a teclear un par de comandos, tratando de conseguir que el equipo responda. Gracias a Dios, la máquina aún funciona como corresponde pese a los golpes recibidos y me permite acceder al sistema principal, el cual me dice que las comunicaciones están caídas, muertas y me siento tan frustrada por eso, que siento la necesidad de darme cabezazos contra la pared. Decido que, aunque siento que lo necesito, el infligirme daño a mí misma de esa forma no me va a servir de nada, por lo que dejo ese sentimiento de lado y me concentro en encontrar explicaciones a mis preguntas sin respuestas.  Entro al panel principal de la computadora, buscando archivos de video, de datos o algo que me diga qué ocurre, no obstante, no hay mucho que no conozca ya, la mayoría de los archivos y carpetas son de los distintos trabajos de los laboratorios de mis compañeros, algunos de seguridad... Un minuto.  Una carpeta me llama la atención en particular, pues está titulada con mi nombre y un proyecto, el cual no es mío. "Cassandra.W - Proyecto Génesis", ¿qué carajo? Mi proyecto está denominado "Génoma", no "Génesis", ¿qué demonios es esto? Desconcertada, le doy doble click con mi dedo para abrirla, mas un ENORME cartel de ACCESO DENEGADO aparece en la pantalla y pide una huella dactilar de nivel diez. Mi nivel es ocho, por lo que hay poco que no pueda saber y son muy pocos los que poseen la categoría diez, por lo que esto es algo importante y quizás sea las respuestas que busco, por lo que, está decidido, necesito entrar en ella.  Me separo un poco de la computadora y pienso, ¿cómo puedo acceder? Cortar cables no es lo ideal, podría llegar a borrar la seguridad, mas corro el peligro de también borrar el archivo, y no puedo salir a buscar a alguien, primero porque es peligroso y, segundo, porque no estoy segura de encontrar a alguien con vida.  No tengo muchas opciones, por no decir ninguna, y cansada, me doy vuelta y me apoyo en la mesa de la máquina, masajeándome el puente de la nariz intentando calmarme. Casi un minuto después, vuelvo a abrir los ojos y los clavo, aunque de forma involuntaria, sobre los cuerpos a mi alrededor, haciendo que piense en algo, aunque no creo tener tal suerte. Si esos científicos estaban aquí, significa que, al menos uno, debe de tener el acceso nivel diez que necesito, por lo que, aunque me de asco y me avergüence un poco, me acerco a los cadáveres y reviso los nombres que aún son visibles en las batas a mí al rededor. Varios no tienen cabeza, ni otras partes de su cuerpo, tampoco veo muchas manos, mas finalmente tengo suerte y uno de los gafetes me da esperanza. El sexto cuerpo que reviso, tiene la identificación del dueño del laboratorio, Silas Roch, por lo que, si él no tiene acceso a eso, nadie lo tiene y, gracias a todos los santos, una de sus manos aún está intacta, por lo que la agarro y, con algo de asco, la limpio y la acerco a la pantalla, apoyándola sobre el lector de huellas.  Para mi alegría, el cartel rojo se vuelve verde y me permite acceder a la carpeta, dejando ante mí, varias más que poseen tanto archivos de video como carpetas de datos. Intrigada, cliqueo en la primera, lo que me deriva a otras varias y, entrando en la que se encuentra en el primer lugar, doy click en el archivo número uno y ante mis ojos se muestran varios archivos de fotos, en los cuales se ven fetos en diferentes etapas de desarrollo, y estoy segura de que son de varios, no solo uno, porque las fechas son demasiado seguidas y el desarrollo demasiado acelerado, como para que sea un único feto. Aun así, el nombre de la carpeta es Sjto.Prba.001, lo que supongo que significa "sujeto de prueba 001", o sea que solo sería uno, ¿o yo estoy entendiendo mal? Confundida, salgo de la carpeta que revisaba y paso a la de al lado, la cual dice Sjto.Prba.002 y la que está junto a esa, Sjto.Prba.003, y así una tras otro. No sé cuántos archivos son, ni cuántas fotos hay por carpeta, por lo que salgo de ahí y paso a la siguiente, la cual está ordenada igual, pero en ésta parece haber datos sobre cada sujeto. En las siguientes hay videos de etapas de desarrollo, que no puedo ver porque, mi suerte se tenía que terminar, no funciona el sistema reproductor de multimedia, y en el último hay una carpeta con lo que parecen archivos de texto. Cliqueo en el primero y comienzo a leer. Proyecto Génesis Superior a cargo: Dr. Silas Roch Lugar: Laboratorio Geno.Tec. de investigación y desarrollo. Orden de inicio: censurado. Objetivo: creación del soldado perfecto. Descripción:                           Con base a la experimentación genética, se busca crear soldados más eficientes y de difícil eliminación, que cubran todos los aspectos básicos y necesarios para sobrevivir en la guerra. Se busca conseguir: -Mayor resistencia. -Mayor fuerza. -Habilidades de combate. -Armas naturales. -Visión nocturna y sentidos desarrollados al máximo posible.  -Intelecto superior. -Regeneración rápida de heridas.  Por orden de (censurado) del gobierno alemán, se inicia el proyecto con base en la contratación de la Dra. Cassandra Wither y su investigación como base del mismo. Bajo absoluto secretismo, se desarrollará el proyecto con todos los medios necesarios y con estricta vigilancia del ejército alemán y la supervisión de (censurado) General del Ejército. El documento sigue, no obstante, no necesito leer más, porque lo que acaba de cruzar frente a mis ojos y fue procesado por mi cerebro, me acaba de dejar helada. ¿Qué tengo yo que ver en todo esto y qué es lo que el gobierno y el ejército han estado haciendo aquí? De un momento a otro, una luz parpadea en la parte superior de la pantalla, la cual tiene un extraño símbolo que creo identificar como iluminación. Con un tanto de reticencia por lo que puedo llegar a ver con mayor luz en éste lugar, lo presiono, pero nada ocurre. Vuelvo a hacerlo dos o tres veces, mas no sirve de nada, pareciera que esa parte de la pantalla no funciona y desisto, recordando que hay una cámara a un costado y que, tal vez y solo tal vez, aún funcione y me permita ser testigo de lo que pasó aquí.  Alejándome de la computadora, me encamino a ella y, luego de quitarle un poco de sangre con la esquina de mi bata, hago el intento de encenderla. Tarda un poco, sin embargo, enciende y, aunque la pantalla está un tanto quebrada, se puede ver bien en ella.  Busco los archivos de video almacenados en el sistema, tratando de encontrar el que me dé pistas, cuando, antes de que presione play, un sonido, bajo y metálico, sonando por encima de mí como si viniera del techo del lugar, se escucha tras de mi espalda, o sea en la pared que permanecía a obscuras, y las luces se encienden finalmente, haciendo que se me congele la sangre por el susto.  Trato de calmarme, recordándome que estoy sola y que, si algo quisiera hacerme daño, ya lo hubiera hecho en el rato que llevo aquí, y lentamente me doy vuelta, encontrándome con un panorama que no es mucho mejor que el que hay ahora tras de mí: incubadoras.  Eso es lo que hay y por montón, hileras e hileras de incubadoras, todas las que puedo ver están hechas pedazos, que es de donde vienen los cristales rotos que he visto en el piso, y con cables y tubos dentro de cada una, algunos aún manchados de lo que parece ser sangre. Con curiosidad y aprensión, me acerco un poco a ellas, hasta que me freno en seco al notar algo: una no está rota, ni tampoco iluminada, en su lugar, está abierta, con la parte frontal baja, y el borde de la misma como doblado, arrugado, y eso que es metal. ¿Qué tanta fuerza pudo haber tenido algo que estuviera ahí dentro? ¿Qué tamaño tendría? Intento no espantarme y razonar el hecho de que está vacía, que ya no hay nada aquí, mas mi consciencia me grita que es solo un deseo, que es obvio que algo malo pasó aquí y que, sea lo que sea que ocurrió, lo que salió de todas las demás incubadoras, sigue aquí por esa que no fue destruida sino abierta a la fuerza, porque esa sensación de que me acechan y esos sonidos que han estado rebotando por la estancia, no los imaginé, de eso estoy segura.  Sé que puede que esté actuando como dije que no haría, sin embargo, la cámara tiene una linterna, y si voy a morir, porque no tengo muchas opciones, fuera de esta sala también está la muerte al asecho, prefiero saberlo, por lo que, contrario a lo que me grita el instinto, enciendo el foco del aparato y me acerco a la pared de incubadoras. Como no está iluminada, como tampoco algunas más de las que están más arriba, la linterna da contra el metal y brilla, dejando a la vista más de los dobleces del metal, al igual que también la gran cantidad de líquido que se encuentra en el suelo frente a ella y, como en las demás, tubos en el interior manchados de lo que parece sangre. La diferencia está en que, algunos de esos caños, tienen puntas arrancadas o partes faltantes. ¿Qué había aquí adentro? ¿Por qué ésta está así y no rota como las demás? Otro sonido más se escucha, ésta vez directamente sobre mi cabeza y, con pánico, subo el haz de luz de la linterna, enfocando un par de orbes brillantes de color naranja casi neón, dejándome sin aliento ante semejante impacto ¿Qué es eso? 
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