Capitulo 1

1678 Words
Graciela monta en su auto un Honda Accord del año que había comprado con muchos sacrificios y ahorros. Sonrió al recordar el rostro de Arnold Stone al ella tratarlo con la punta del pie. No merece menos, él como todos los hombres de su nivel son unos aprovechados. Quieren que le rindan pleitesía y con ella eso no va. Ella conoce muy bien los de su clase, primero, sonrisitas, luego flores, una cena y zas, creen que se ganaron una noche de sexo desenfrenado. Aprieta el volante de su auto de solo pensar en que eso solo buscan, una noche de sexo y si te vi ni te conozco. Son unos inconscientes sin una chispa de responsabilidad en su vida. Enciende su auto y sale del estacionamiento de la compañía Stone. —Llegue —dice una vez dentro de su apartamento. No era lujoso, pero vivía cómoda con su hijo y su madre. Su papá había fallecido hacía algunos años atrás dejándolas desamparadas y con algunas deudas que tuvo que cubrir ya que su madre no pudo volver a trabajar. — ¿Cómo estás? —pregunta su madre secándose las manos con el mantel. Estaba cocinando la comida favorita de su hija. Estofado de res con majado de papas. Alice es una mujer joven de algunos cuarenta y ocho años, quedó viuda hace menos de cinco años, pero aún parecía que fue ayer que su amado Mark las dejó para morar con el señor. — Cansada —dice tirando su bolso al sillón reclinable que está al lado de la puerta—. ¿Dónde está Dominic? —pregunta Graciela al no ver a su hijo viendo sus acostumbradas y divertidas caricaturas. —Le di un delicioso baño y se quedó dormido. —dijo su madre dando un respiro. Dominic consumía sus energías, aunque en la semana iba a la escuela igual en dos horas que lo tenía en la casa hasta que Graciela llegue, es suficiente para su corazón. —Bien – dice Graciela caminando hacia la habitación que comparte con su hijo. Entra y sonríe al verlo en su cama. Es tan hermoso, había heredado de ella el color de sus ojos con el de color de piel de su padre, está cruzado en la cama como todo hombrecito. Se acerca para acomodarlo, pero el niño comienza a despertar. El niño abre poco a poco sus ojos acostumbrándose a la luz. Ve a su mami y se le tira en los brazos, quien lo recibe con todo el amor del mundo. Su hijo lo era todo en su vida. Desde que supo de su embarazo fue la mujer más feliz del mundo. Cuando le dijo a Derian su novio de la universidad y primer y único hombre en la intimidad. Este insinuó que ella era una zorra y que no se haría cargo de la criatura. Hasta se atrevió a ofrecerle dinero para que abortara. Ella muy digna lo rechazó y desde entonces ha trabajado duro para salir adelante con su hijo y su madre, que tampoco puede trabajar por la lesión en la cadera causada por el accidente donde murió su padre. Fueron tiempos difíciles en los que se prometió nunca más volver a creer en promesas de hombre y mucho menos de hombres ricos que solo quieren divertirse a cuenta de mujeres ingenuas como ella. Nunca más dejará que nadie la pisotee. Ella sola sacará adelante a su hijo y lo llevará como orgullo. Muchas personas le recomendaron llevarlo a que pasará manutención ya que el muy idiota es hijo único del gran magnate John McCallister, pero ella no quiso. Si lo desprecio sin saber que era ahora tampoco tendrá derecho a saber que existe. Graciela beso y abrazó fuerte a su hijo. —Ven, vamos a jugar —dice con una sonrisa. Ella vivía por jugar con su hijo y pasar tiempo de calidad. Nunca salía de la casa, vive del trabajo a la casa y viceversa. Las únicas veces que sale es con su hijo al parque. Su madre se pasa la vida regañandola, le dice que si sigue de esa manera se quedara sola para siempre, pero eso a ella no le preocupa. Ya tiene lo que un hombre puede darle. Tiene a su pequeño Dominic ya no necesita nada más de un hombre. Estudió su carrera de contabilidad contra viento y marea. Su embarazo, la muerte de su padre no fueron impedimentos para terminar su carrera. Eso le dio más valor para seguir adelante y así sacar a su familia de la desgracia en la que habían caído. Se forjó una muralla de metal en su corazón. Muchos han sido los hombres la han cortejado en especial en la empresa. El señor Gardener su jefe inmediato se puede contar como uno de ellos. Este último es un hombre joven de apenas unos treinta y cinco años, pero está casado y ella nunca será la querida de ningún hombre por más guapo que fuera. Eso nunca se lo perdonaría. Mucho menos hacerle eso a una mujer inocente. —Graciela tiene una llamada —dice Alice su madre sacándola de sus pensamientos. — ¿Una llamada, te dijo quién es? – la mujer solo le entrega el teléfono inalámbrico. —Hola bella —dice Desirée, la secretaría de Gardener con la muela de atrás. No es que se llevará con Graciela, pero si el hermoso de Arnold Stone la estaba buscando seria por dos razones y en cualquiera de las dos ella podrá sacar ventaja si ese hace su amiga. —Hola Desirée, —saluda Graciela al reconocer su voz—. ¿Qué se te ofrece? —pregunta preocupada, ella nunca la había llamado. Ella no había puesto en su currículo el número de tu móvil, solo el de su casa por una emergencia. Pensó en Arnold Stone, luego del enfrentamiento pudo pasar por la oficina de Gardener y solicitar su baja. Si eso era así no le importaba, ella no le iba a implorar y mucho menos a pedir perdón. —Te llamo porque Mel y yo vamos a salir —respira tranquila al escucharla— y nos preguntamos si deseas hacerlo con nosotras, así podemos distraernos de tanto trabajo, ya que el joven Stone —Blanqueo sus ojos al escuchar la mención del susodicho— dio el día libre de mañana. —dice Desirée y Graciela niega. —No, mis tardes y fines de semana son para mi hijo. Lo siento, pero gracias por… —se ve interrumpida por su madre que le quita el teléfono. —Si ira, espérenla en una hora, ¿Dónde dijiste que irían? —pregunta Alice evitando que su hija le quite el teléfono. —Iremos al Galaxy Pop en la 173 st —dice Desirée. —Bien espérenla allá. – termina la llamada. —mamá qué hiciste, ¿Cómo haces compromisos por mí? —dice enojada Graciela. —Tienes que salir y divertirte o vas a morir vieja y arrugada con el pésimo humor que te cargas. Tú no eras así, eras alegre y divertida, ahora ve, busca un hermoso vestido te vas a poner hermosa y vas a ir al Galaxy Pop donde te esperan tus amigas. —Que no son mis amigas. —dice blanqueando sus ojos. —Lo que sea, vamos, enfila a arreglarte. —Graciela comienza a arrastrar los pies hasta su armario, sabía que su madre no pararía hasta no verla arreglada y lista para una noche larga. ●●● ¡Bum, bum, bum, bum! Se escuchan los altavoces de la disco. El local está a reventar. Arnold estaciona su moto en el VIP y entra con su estilo de hombre despreocupado al Galaxy Pop, el local de su mejor amigo de la infancia Derian McCallister. Lleva unos jeans desgastados y rotos a la altura de la rodilla, su chaqueta negra favorita, una camiseta de manga corta blanca y sus botas para moto. —Un whisky a la roca —dice al hombre de la barra. El ambiente está perfecto para relajarse después de una semana tan agitada. Su hermano se fue a las vegas a casarse y ha dejado todo a su cargo. Bebió un sorbo del vaso de cristal que contenía el líquido ambarino y sonrió. No entiende porqué le pasa en ese momento el rostro de la contable de la compañía por su mente. Esa altanera a la que quería castigar y enseñarle quien es el que manda. —A qué debemos el honor que Don hombre responsable Arnold Stone visite mi humilde local. Escucha a su espalda la voz de su amigo. —voltea y lo saluda con un abrazo. —Necesito distraerme, no han sido meses fáciles ya sabes. —Derian asiente. —Nada que no se te quite con una buena sección de sexo desenfrenado. Aquí tengo a las mejores y lo sabes. —dice Derian haciendo alusión a las chicas que trabajan para él en el local contiguo. Su local contaba con tres fases, el pop donde llegan todo tipo de personas donde beben y bailan, el área de juegos al azar y el área que denomina la Zona Roja donde hay hombres y mujeres dispuestos a todos para complacer a los clientes. Esta última zona es exclusiva para los que practican diferentes áreas de su sexualidad. Allí se encuentra la comunidad b**m como Swingers, entre otros que solo van a probar de cada cosa un poco. Los participantes de esta zona son clientes exclusivos que pagan una membresía y tienen derecho a la parte VIP de las tres áreas. —Por eso vine, necesito sacar mis frustraciones de las mejores maneras. —dice con una sonrisa en sus labios. Tenía planeado una sección larga con dos hermosas morenas. Les enseñaría quien manda. —Bien, cuando estés listo me dejas saber, tengo unas Baby’s nuevas que están para chuparse los dedos. —dice Derian. —Ya lo creo – dice Arnold mirando a la puerta donde entraban sus empleadas, Melanie, Graciela y la otra chica que no recordaba su nombre.
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