Sucesos antes de que Alexander viera a Charlotte… ―El restaurante queda por allá―dijo Reinaldo mientras caminaban hacia el lujoso restaurante. Sin embargo, el hombre se detuvo abruptamente. El súbito vibrar de su teléfono celular rompió el hechizo del momento. Sin soltar la delicada mano de Charlotte, Reinaldo extrajo el dispositivo de su bolsillo. —Espera, cariño —murmuró con voz aterciopelada—. Debe ser José Manuel. Los dedos de Charlotte se tensaron involuntariamente alrededor de los suyos, un gesto que no pasó desapercibido para Reinaldo. Con un movimiento fluido, deslizó su pulgar sobre la pantalla y acercó el teléfono a su oído. —¿Rey, ya estás aquí? —La voz de José Manuel, cargada de expectación, resonó a través del auricular. —Sí, acabo de llegar, aún estoy en el lobby —respo

