Horas después… Reinaldo se encontraba sentado en la elegante sala de juntas, rodeado por Iñaki, José Manuel y Ahmed. Frente a él, un montón de documentos esperaban su firma, pero su mente estaba lejos, perdida en pensamientos sobre Charlotte. —Entonces, ¿qué os parece si añadimos una piscina en la azotea de las residencias? —propuso José Manuel con entusiasmo. Ahmed asintió. —Me parece una idea estupenda. Atraerá a más compradores de alto rango. —Reinaldo, ¿tú qué opinas? —preguntó José Manuel, notando la distracción de su socio. Reinaldo parpadeó, volviendo a la realidad. —Eh... sí, claro. Una piscina sería fantástica. ―Hombre, parece que Rey tiene la atención dividida hoy, está en Shock jajaja―comentó Iñaki su amigo abogado feliz por su gran tajada que se iba a llevar en ese ca

