Capítulo XII. Disputas en puerta por resentimiento

2151 Words
Ben Castaires. Detective de inteligencia. Habilidad:Desconocida. Estado: Útil.  — ¿Qué acabas de decir? — Pregunté con los ojos abiertos de par en par. En mi cabeza no se encontraba una posible explicación lógica, es decir, ambos eran hermanos y compartían sangre. El estaba preocupado en el Palacio imperial e intentaba mantener a la chica despierta, las personas cercanas a ambos hermanos sabían que había existía el sentimiento de protección y amor entre ellos entonces... ¿Qué podría valer la pena para que sacrificara la vida de su hermana? En ese momento una posibilidad llego a mi cerebro, el joven rubio de ojos grises a veces actuaba era conocido por actuar de una manera diferente, fuera del ortodoxo causando admiración y temor. No tendría problemas en crear un plan para tender una emboscada a su objetivo poniendo a su hermana menor de carnada, apreté los puños estando completamente seguro de esa posibilidad.  — Eres un ser despreciable... — ¿Como puedes hacerle eso a tu propia hermana? — James me alejo de un empujo, sujeto al nombrado por el cuello de la camisa — Alison te adora, ¿Acaso sientes al menos culpable por esto? ¡Esta siendo operada de emergencia por tu culpa!  — El chico de mechones azules en su rostro estaba empezando a perder la paciencia, sus labios estaba apretados por la ira y una vena brotaba de su frente.  — Ustedes no tienen moral para decirme nada — Dijo con simpleza, tomo con fuerza la muñeca de James alejándolo de su cuerpo mientras una mueca de asco aparecía — Ben, uso a los civiles de los campos carnada para atrapar a un terrorista ¿Cuantos muertos tienes entre tus manos? Tú eres conocido como el sepulturero* porque hiciste que unos delincuentes cavaran sus propias tumbas — Soltó la muñeca del chico con cabello azul, mientras una sonrisa sobria aparecía en sus labios — Basándose en sus acciones, ustedes no pueden decirme nada, porque ambos son incluso peores que yo, la única diferencia es que esta vez use la debilidad de ambos. Eso era cierto, no teníamos una conciencia extremadamente limpia como para reclamar sus acciones, pero eso poco nos importaba porque para ambos la joven rubia era una debilidad que no podía tocar. Alison nos recordaba que eramos humanos, nos recordaba que aunque la realidad fuera horrible nosotros podíamos buscar la manera de sobrellevarlo e incluso hacer que fuera mas agradable.  — Las debilidades nos hacen más fuertes  — Dijo James mirándolo con odio  — Ella nos recuerda que somos humanos, es una pena que no puedas entenderlo. Tu hermana es nuestra debilidad eso nos hace mas fuerte porque queremos protegerla — Protegerla de personas como tú o algún peligro que dañe su cuerpo  — Espeté con repulsión    — Se nota que hicieron buen trabajo — Dijo irónico pasando una mano sobre sus cabello que parecía brillar como el oro — Porque justamente estamos ahora en la clínica, esperando que salga de una operación   — Eres un cínico* ¿Al menos tienes sentimientos? — Dije apuntándole con uno de mis dedos conteniendo las ganas de arruinar su rostro perfecto — Dudo mucho que puedas estar en la clasificación de humano después de lo que le hiciste a Alison  — ¿Crees que somos humanos? — Cuestiono causando que un escalofrió recorriera mi columna vertebral — Es patético que aun pienses esas cosas. Santino nos escupido los zapatos después de decirnos esas palabras, James me miro rápidamente antes de levantar el puño para golpear a su rostro, el impacto fue en la nariz rompiendo la misma, con una sonrisa divertida aprovechando el momento le di un golpe en el estomago mientras escuchaba como el aire se escapaba de sus pulmones. Se lo merecía, esta vez no lo dejaría molestarnos con su falsedad.  El rubio se movió al lado izquierdo para poder esquivar un nuevo puño golpe del joven de cabello gris, giro hasta clocarse detrás de nosotros sin que pudiéramos darnos cuenta porque estaba usando su habilidad mejorada. En estos momentos quería poder saber cual era mi habilidad única. Un impacto  de unas botas militares golpeo mi espalda antes de caer de cara contras las baldosas claras azules. El cuerpo musculoso de Santino se coloco sobre mi espalda, sujeto las hebras de mi cabello y empujo mi rostro contra la cerámica con fuerza mientras escuchaba a James gritar y sus pasos comenzaban a acercarse a nosotros. No podía moverme, pero aun así intentaba levantarme para que este cayera de espaldas y poder subirme a su cuerpo y moler su rostro a golpes  porque en verdad se lo merecía, escuchamos unos pasos venir a nuestra dirección, delante de mi para ser específicos, cuando mi rostro fue alzado pude observar a una figura borrosa por la perdida de sangre*, un grito de espanto femenino fue dado por esa extraña figura.   — ¡Alguien llame a seguridad!  — Grito una mujer al fondo del pasillo Sentí los dedos de Satino como garras sobre mi cabello tirando hacia arriba nuevamente, pero este jalón se detuvo abruptamente. Use la oportunidad para usar las manos e impulsar mi cuerpo causando que cayera con un sonido seco, cuando me levante James estaba sobre el proporcionando varios golpes sobre su rostro perfecto, me acerque a el con la intención de golpearlo varias veces con patas en las costillas. Su cuerpo estaba retorciéndose como un gusano buscando esquivar los golpes perfectos del joven de cabello azul sobre él.  — Tú no mereces ser llamado un héroe — Dije esas palabras con asco, el se detuvo y empezó a reír de manera amarga. El joven de cabellos grises detuvo su puño confundido porque ¿Quién en su sano juicio ríe cuando esta recibiendo golpes en la cara? El rubio rubio contaba riéndose mientras se burlaba de nosotros. Sus ojos fríos y calculadores observaron a quien le había causando que sangre saliera de su sien, me pareció espantoso ver como podía sentir emociones y después no hacerlo.  — ¿Tú lo mereces?  Esa fue la gota que colmo el vaso, reanudamos los golpes. James continuo dando golpes a su rostro con fuerza suficiente para herirlo pero no para lastimarlo de gravedad como me hubiera gustado que fuera mas grave. Santino parecían no estar bien de la cabeza pero eso no evito que le diera una patada en las costillas, de sus labios un fuerte grito salió. Una sonrisa de satisfacción apareció en mi rostro pero cuando me preparaba para dar otras sentí un piquete en mi cuello, a los pocos segundos me sentía mareado y me aleje para apoyarme en la pared.  — ¡Alguien ayude a esos dos hombres! — Gritó una mujer Escuché pasos antes de perder la conciencia.  Bip, bip, bip. El sonido de las máquinas, así como el sonido de un goteo interrumpieron mi descanso. Estaba en paz, no sentía nada y ninguna preocupación me molestaba. Abrí los ojos con cuidado pero rápidamente una luz blanca causo que los volviera a cerrarlos, mis cosas nasales fueron invadidas por el olor fuerte de antiséptico*, esto me permitió hacer unas suposiciones. Me debía encontrar en una sala de la clínica.  — Estoy molesta con ustedes — Dijo una voz familiar causando que volviera a abrir los ojos encontrándome con un techo blanco  — Alison, hermana no ha sido mi culpa — La voz de aquel ser insoportable estaba del lado derecho  — Tus amigos de repente estaban atacándome — Alison, tu nos conoces desde que somos niños  — La voz de molesta de James llego a mis odios  — Nunca usaríamos la violencia si no tuviéramos una razón. Eres un imbécil, ¿Cómo puedes decir que no es tu culpa? Tonando en cuenta todo lo que nos dijiste — Eso no fue mi culpa  — Volvió a decir con una voz de fastidio  — No, entonces la culpa la tiene la Reina de Inglaterra — Dije Irónico antes de suspirar, me intente sentar sobre la camilla  — Espera déjame ayudarte — Dijo James. Se acercó a mi cuerpo, sentí el frió metal que era perteneciente con de sus anillos. Su mano se coloco en mi espalda, uso un poco de fuerza para ayudarme a sentarme, me apoyo para mantenerme en mi lugar mientras con un botón ajustaba la camilla buscando que estuviera levantada ligeramente, los mechones azules de cabello estaban sobre su frente cubriendo sus ojos grises. En silencio me ayudo a recostarme en el respaldar de la camilla recien acomodada, en ese tiempo corto logre darme cuenta que su rostro estaba lleno de pequeños raspones, su labio estaba roto y uno de sus ojos morado. — Te vez horrible  — Dije con una pequeña risa, el rodeo los ojos antes de farme un jalon de la oreja  — ¡Auch! Suelta mi oreja — Callaté  — Ordeno volviendo a jalar de la misma Mientras me quejaba por el maltrato  — a veces el chico podía usar un comportamiento similar al de una madre con nosotros dos  —, escuche una risa suave y dulce. Mis ojos buscaron el rostro de Alison que mantenía las mejillas sonrojadas, estaba intentando usar una de sus manos para cubrir sus labios porque sentía vergüenza que la vieran reír. Ella estaba sentada con la espalda apoyada en la cabecera de la camilla, mantenía sus brazos cruzados. Una serie de cables estaban conectados a su pecho, eso era lo que lograba suponer porque unos cables de diferentes colores salían de su camisa morada. Dos maquinas estaban al lado de la cama, en su brazo estaba una instalada una vía, se dio cuenta que la estaba observando e intento alejar su mano de sus labios para colocar una cara mas seria, pero termino cruzada de brazos e inflando sus mejillas, sus cabello rubio como el oro estaba desordenado causando que mi corazón se tranquilizara. Mi alma se sentía aliviada, ella aun estaba viva frente a mi. No había dejado este mundo atrás, aun estaba bendecido con su presencia, aunque la mayor parte del tiempo teníamos pequeñas discusiones por tonterías no podía ver una vida sin ella, sin esas sonrisas. Cada vez que la podía ver, mi corazón por alguna razón palpitaba con mas fuerza causando que me confundiera, pero intentaba no pensar  no tomarle importancia. Aunque se estuviera despeinada para mi me parecía hermosa, ella desinflo sus mejillas causando que una pequeña sonrisa apareciera en mis labios.  — Te vez adorable cuando estás enojada  — Cállate — Espetó molesto Un fuerte dolor de cabeza se instaló en mi cerebro, empecé a pellizcar el puente de mi nariz buscando alejarlo pero el intento fue fallido.  — Tienes dolor... Déjame llamar a una enfermera — James susurro en mi oído  — ¿Por qué estaban peleando?  — Quiso saber la joven impaciente  — No puede existir una justicificación, para que los tres hombres mas importantes de mi vida terminaran en una pelea de puños en el pasillo, mientras esperaban saber por mi estado de salud. El joven de cabello azul, se acerco al cuerpo de la chica mientras esta lo miraba de mala manera. La rubia aun no podía comprender porque razón estábamos en esa situación, era sorprenderte ver que aun después de todo lo que estuviera pasando no fuera capaz de entenderlo por si misma: ¿Acaso ella no podía ver que la falta de protección su hermano, no era extraño? — Te falta odio  — Dijo el joven al lado de la chica, mientras colocaba una sabana sobre su cuerpo para cubrir sus hombros. Alison se movió rechazando el acto generoso de su amigo, mientras una gota de sudor escapaba de la frente del chico de ojos grises con disgusto. —  Estoy intentando hacer algo lindo por ti —   No lo quiero  —Dijo como una niña pequeña en pleno berrinche  — Quiero una respuesta  — Eso no es importante — Santino dijo mientras giraba a verlo, estaba con una venda sobre su frente y varios parches — Alison, aún estás débil para preocuparte por cosas como estas.  — Tu hermano tiene razón, por ahora debes concentrarte en sanar — Dije sonriéndole divertido de ver sus mejillas sonrojadas Escrito: 16/17 - Octubre - 2021 Publicado: 17 - Octubre - 2021 Hora: 11h 48. Hora de Venezuela. Notas de la autora. *Sepultero, es una persona que tiene el oficio de enterrar a los difuntos. *Cínico, es una persona que actúa con falsedad o desvergüenza descaradas . *Los sangrados severos pueden provocar una pérdida de visión súbita completa, mientras que los leves provocan visión borrosa o la aparición de unas manchas flotantes en la visión. Los traumatismos oculares, las intervenciones quirúrgicas y los problemas vasculares son sus causas más frecuentes.   *Antiséptico, los antisépticos son sustancias químicas que, aplicadas de forma tópica sobre la piel intacta, las mucosas o las heridas, reducen (o eliminan por completo) la población de microorganismos vivos en dichos tejidos.       
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