Capítulo V. Viejos amigos

1303 Words
James. Detective de inteligencia Habilidad única. Segunda velocidad. Estado: Útil. Estaba esperando de manera tranquila a mi compañero en el cafetín de la clínica Pro-agua, Byron había salido con destino a la oficina del fiscal que trabajaba con nosotros para hablar, contarle la situación y solicitar una orden para poder ver los registros médicos sobre el niño que había quedado envuelto en el incendio del martes anterior. Las paredes del cafetín eran de color gris, la iluminación de las lámparas en el techo eran de color blanco, las mesas de madera estaban juntas dejando apenas un ligero espacio para poder moverse y la barra de madera donde me encontraba estaba vacía porque la mayoría de los médicos estaban charlando entre ellos en las mesas. Levanté la mirada encontrándome con el pequeño espejo que estaba detrás de la barra, mis ojos marrones tenían unas ligeras ojeras debajo de mis ojos, el cabello azul oscuro debido al tinte estaba desordenado y una ligera barba estaba naciendo en mi rostro, gire la cabeza hasta encontrar a la joven adolecente que atendía el lugar. —Disculpa — Llamé mirando como continuaba leyendo la revista de farándula — ¿Podrías servirme un poco más de café? Ella cerro la revista con molestia, antes de girar sobre sus talones para tomar la cafetera, se acercó a mí lo suficiente para que me diera cuenta de sus pecas mientras me servía más café. — ¿Cómo te llamas? —Ana... —Ana ¿Qué haces trabajando aquí? — Dije colocando una mano en la taza de café — Es decir, te ves joven a estas hora deberías estar en la escuela —Estamos de vacaciones — Informó ella recargándose en la barra, sus codos terminaron sobre la barra mientras su rostro descansaba en sus manos — ¿Trabajas para el servicio del Emperador? —Sí, trabajo para el departamento de detectives de la capital — Dije llevando la taza a mis labios — ¿Cuánto tiempo tienes trabajando aquí? —No debería de hablar contigo — Dijo antes de poner sus manos en la barra — Eres uno de los oficiales del emperador, nunca está al tanto de la gente que debería cuidar y jamás sale a hacer los recorridos al mes como el Emperador anterior —No mezclo la política con mi trabajo — Dije antes de suspirar, deje que el café entrara por mi garganta —Política o no, estás trabajando para el causante del sufrimiento de la mayoría de las personas — Dijo alejándose mientras movia una de sus manos con perezas —No hables de esa manera del emperador — Reprendí, la situación con el grupo insurrectos era compleja y cualquiera que en estos momentos dijera una palabra era un blanco para las sospechas — ¿O qué? — Se giró molesta, me señalo con uno de sus dedos — ¿Me van a llevar lejos como hicieron con mi hermano? ¡La policía no ha hecho nada para encontrarlo, así como no han hecho nada para encontrar al asesino que nos tiene aterrorizados! La mire con ojos calculadores, me cruce de brazos mirando como sus labios se crispaban ante la molestia dejándose llevar por sus emociones. No conteste, solamente volví a tomar la taza de café que estaba frente a mí, antes de pensar seriamente si debía pedir un pedazo de torta. Sentía las miradas de todos los presentes ante las palabras salvajes de aquella chica, aclare mi garganta en un intento por ignorar ser el centro de atención. —Formas partes de manera indirecta de esta situación, tienes tanta culpa como los políticos, deberías de ponerte a investigar en vez de estar aquí perdiendo el tiempo desde hace dos horas — Dijo antes de girarse para continuar atendiendo a los demás El cafetín se llenó de un silencio sepulcral, la tensión era capaz de verse en el ambiente y las personas esperaban que contestara, ver a un detective que era considerado uno de los héroes perder los estivos sería un gran espectáculo, para su mala suerte, no era una impresora para cumplir aquel capricho, las personas eran hipócritas. No conteste, solamente me concentre en beber el café esperando a las dos personas con las que debía reunirme para obtener pistas. Estaba esperando a una de las doctoras quienes al enterrarse que estábamos aquí dijo que deseaba hablar con nosotros pero no nos dijo la razón, cuando la vimos ella estaba en la sala de urgencias atendiendo a un niño quien llego al establecimiento con un brazo roto. Estaba pensando en las pistas que teníamos para ser el primer día de investigación: Una colilla de cigarrillo con una muestra de ADN que estaba considerablemente dañado cuyo única utilidad fue saber el género del asesino, la victima con marcas de una agresión más notoria decía que esta vez fue personal, la victima con una quemadura de segundo grado y una sospecha sobre los incendios seguidos en la cuidad que en su mayoría eran causados por los rebeldes. —… Es la mayor cantidad de avances que hemos tenido en unos meses — Dije volviendo a bajar la mirada a la taza — Pero hay algo que no me termina de cuadrar en todo esto —Lamento la tardanza detective — Dijo una voz femenina a mis espaldas, se sentó en el banquillo de al lado — Después de ese niño, me llegaron más casos de los que debía encargarme —Estudiar medicina es muy duro — Dije antes de girar la cabeza para mirarla — Eras una de las mejores notas en biología no me extraña que fueras asignada tras el segundo examen a la escuela de la capital real —Basta me harás sonrojar — Dijo ella con una ligera risa, llevo su mano a sus labios para cubrirse y mi corazón se llenó de ternura a ver que ese pequeño habito seguía allí — Han pasado varios años James, es un gusto verte —El justo es mío Karina — Dije estirando la mano colocando uno de sus mechones de cabello enrulado detrás de su oreja — Me gustaría que fueran en otras circunstancias ¿Este es un lugar seguro para hablar? —Es cierto lo que dicen, los policías siempre tienen la guardia alta — Yo empecé a reír con ganas recordando el pasado de manera fugaz — No has cambiado nada… — En sus labios estaba una sonrisa débil — Es bueno ver que el trabajo no te ha afectado, no puedo imaginar lo horrible que es —Tampoco es tan malo, además solo me muestro asi con las personas cercanas, pero volviendo al tema — Dijo colocando una mano sobre la de ella, dando unas pequeñas caricias en el dorso de la misma — Volvamos al tema ¿Es un lugar seguro? No me gustaría exponerte —Si, es seguro… — Dijo llevando una de sus manos a mi cabello para despeinarlo — Queria habarte sobre el niño, el que preguntaste en la mañana pero la recepcionista te dijo que no podía decirles nada —¿Estabas ayer? — Cuestione colocando uno de mis codos en la mesa mientras colocaba en mi mano mi mentón —Claro que estaba, es una ventaja ser de una estatura pequeña (...) Cuando trabajas en el departamento de policías de una cuidad grande, es normal mantener un estado de alerta, Karina estaba apunto de decirme note que varias personas estaban escuchando causando que insistiera en dejar el cafetín para mantener la conversación en otro lugar, ella me llevo hasta su consultorio. — Aquí no hay nadie que pueda escucharnos — Dijo en un intento por tranquilizarme — Te lo aseguro — Cuéntame — Me senté en la camilla con una ligera sonrisa, entrelacé las manos dejando que mi cuerpo se encorvara un poco
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