1. Matanza

439 Words
1. Matanza. El dolor no para… ¿Cuánto tiempo he dormido? Realmente saber la respuesta no me importa, porque yo lo recuerdo todo. Todo. Sé, por ejemplo que he muerto. O que debería estarlo, pero incluso eso carece de verdadera trascendencia ya que no debería estar en este hoyo colmado de inmundicias y alimañas. Aunque no tengo la mínima idea del tiempo que he permanecido en este agujero, postrada como un bocadillo fácil de devorar, oliendo la fetidez de la carne en putrefacción, de eses de cerdo y otras partes del cuerpo que no se me apetece mencionarte, para que no te entren ganas de ir a vomitar, y te vayas a alejar de aquí, ya que eres la única persona… —si es que eso es lo que eres— que ha pasado por aquí, desde que tengo abiertos los ojos. Solo te diré que me han herido de muerte y que a pesar de todo, sigo con vida… o al menos eso es lo que pienso. Quizás he regresado como una no muerta, que no ha podido ponerse en pie como todo buena guerrera que se respete. Pero yo no soy ninguna clase de guerrera, lo que soy es una rebelde que ha perdido el rumbo, quizás, pero... ¿Sabes algo? Todavía recuerdo mis últimos pensamientos que me confirman que me han herido de muerte. El dolor de mis heridas no ha cesado, pero es más fuerte eso que me corroe por dentro; es el veneno de la ira y el dolor, que circulan por mi sangre que va en aumento, conforme mi anhelo va creciendo, y, solo hay una cosa que anhelo con todo el alma, y es venganza. Me vengaré de todos los que me dañaron. Uno a uno los iré aniquilando. ¿Todavía estás ahí? Aún me duelen las heridas… Pero, ya lo sé.Eso ya lo he mencionado antes; no quiero ser pesada con mis achaques. Solo debes saber que detesto este lugar, con todo mí ser; este mundo no es para mí, no es aquí dónde pertenezco, aunque no creo pertenecer a ningún lado, tan solo deseo saber el motivo por el que estoy de vuelta, en este mundo. Dime tú, ¿acaso podré algún día descansar en paz? ¿Qué no me he presentado como se debe? Pues te diré que mi nombre es… Deja que haga memoria, ya casi lo sé, ya casi lo tengo en la punta de la lengua… Ah, sí.... Mi nombre es Matanza. Pero ese no es el nombre que mi buena madre ha elegido para mí, es el que yo decido llevar desde ahora en adelante.
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