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LA TORRE Sello Azul

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Cristóbal está destrozado lo han dejado hundido y su corazón dejo de sentir algo distinto al dolor.

Su consuelo tiene color ámbar y sabor amargo; cuando se está tan en el fondo y perdido solo hay un camino; subir.

Encontró una oportunidad, si el motivo de haber sido desechado como un simple objeto es el dinero, entonces enfocaría todas sus fuerzas en ser el hombre con más dinero del país. Hará que todas lo deseen; se hará el más inalcanzable.

Su meta es que ella vuelva rogando por él, pidiendo más de todo el deseo que puede hacerla sentir.

Nessa ha trabajado duro para lograr todas sus metas, y ser la sexóloga más reconocida es la más grande; lamentablemente no ha podido aplicarse sus propios consejos. Cada día es más difícil lograr encontrar un motivo para seguir su única solución es huir de toda la miseria y tormento que la retiene y absorbe hacia un abismo oscuro y empezar lejos de todo.

Él tiene un plan de venganza.

Ella huye de su pasado tormentoso.

Sus caminos se cruzarán y ella descubrirá que por lo que ha trabajado tan duro lo que pensó sería el centro de toda su vida su pasión la razón de vivir no vale nada sino tiene con quién vivirlo y lo peor darse cuenta que solo le encuentra sentido si lo vive con él, con su sexy, indiferente y arrogante jefe millonario.

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Capítulo 1 - Los inicios de Cristóbal.
 CRISTOBAL Escucho el timbre de culminación de la clase y recojo mis libros rápidamente; quiero llegar con Cindy lo antes posible porque luego me toca ir a la tienda para hacer mi turno de la noche y no quiero descuidarla, además no quiero más peleas con ella por ese tema o porque sienta que yo la descuido. Camino raudo por los pasillos no puedo evitar mirar hacia la entrada de la facultad de arquitectura y dejar salir como cada día un suspiro de resignación ya que mi sueño era el ser arquitecto pero como Cindy dice hay que apuntar hacia el éxito y en la actualidad no hay mejor carrera que la del derecho, New City, se ha ido convirtiendo en una gran metrópolis y cada día surgen negocios y también discusiones sobres los derechos de las personas, así que últimamente la demanda de los abogados ha ido en auge. Así que luego de varias discusiones decidí escucharla y apostar por nuestro futuro, siendo abogado puedo optar por las prácticas en el estudio Cerruti & Asociados, y de trabajar duro podré optar en un mínimo de cinco años en adjudicarme como socio del bufete por lo que mejorare mucho nuestro tema financiero y así darle a Cindy todo lo que ella se merece como la princesa que es. No creo merecer una novia tan bella y complaciente, tiene todo para obtener lo que quiera en la vida es inteligente y está a solo un semestre de terminar, al igual que yo, la carrera de Derecho. Retomo mis pasos y sacudo la nostalgia que se apodera de mi pecho y refresco mi enfoque, el camino es hacia el mejor de los futuros y el de tener mucho dinero para poder complacer todos sus deseos. Al llegar a la salida la veo a lo lejos con sus compañeros conversando y riendo, suelta una hermosa carcajada y mi corazón late a mas no poder, amo jodidamente a esta mujer, su cabello rubio largo hasta sus caderas, su delgado cuerpo moldeado como reloj de arena y sus hermosos ojos verdosos esos que hacen que sus pecas se mezclen con su perfecto rostro, al mirarla no solo mi corazón palpita fuertemente.    Me acerco y saludo cortes mientras la tomo por la cintura pegándola a mí y robándole un beso. ―Hola, mi princesa ―murmuro luego de besarla ― ¿lista para irnos? Su hermosa sonrisa se hace presente antes de contestar y colocar sus brazos alrededor de mi cintura. ―Sí, Cristo, vámonos ―responde y mira a sus compañeros ―Nos vemos mañana, chicos, Amalia te escribo más tarde para coordinar lo del trabajo de Derecho Laboral. ―Por supuesto, amiga ―responde Amalia mientras sonríe con picardía ―tú primero desocúpate y luego conectamos. Todos ríen por su chiste interno y nos encaminamos un poco alejados de la entrada, el estacionamiento queda al otro lado del campo de futbol, pero mi auto no es un modelo que a ella le guste a pesar de que está en un muy estado, aun así no le gusta que nos vean mucho en este. Llegando al auto le abro la puerta del copiloto y luego doy la vuelta y subo al puesto del conductor, coloco nuestros libros en el asiento trasero y me giro a verla. ―Colócate el cinturón, princesa ―digo mientras introduzco la llave. ―Y si me lo pones tú ―murmura con voz ronca mientras me ve y sonríe. ―Si eso quieres, te puedo asegurar muy bien ―comento con la voz enronquecida me acerco obligando a pegarse totalmente en el asiento mi pecho rozando el suyo, giro mi rostro y paso lentamente de vuelta a mi puesto, de reojo la veo respirar un poco más pesado y sus pezones se hacen notar en su blusa ―Quieres que te lleve a tu casa ―pregunto en tono normal sin demostrar que mi cuerpo arde en deseo, ese deseo que ella misma me ha mostrado poseía en mi interior.    ―Sabes que no ―dice jadeante mientras pasa sus manos suavemente por sus muslos subiendo un poco su falda corte tubular ― me quedare en tu lugar ―concluye y sé que esa es su manera para referirse a mi pequeño apartamento. Arranco el auto y no digo nada más, me concentro en conducir mientras ella se remueve lentamente en el asiento desabrocha los primeros botones  de su blusa u el suave movimiento de sus dedos  por el borde de esta me hacen soltar un bufido. ―Sé que estás haciendo, y digo que no deberás esperar a llegar ―declaro firme. Sé lo que quiere y que es algo irrazonable cuando tiene el libido elevado, disfruto esa parte de ella a mas no poder y admiro que sea segura y abierta en cuanto a sus deseos, pero no me arriesgare a que nos descubran o multen, tampoco quiero exponerla solo por estar calientes. Conduzco con más velocidad al verla quitarse la tanga de encaje blanco y tomarla en su mano guiándola hacia mí, antes de colocarla en bolsillo la restriega contra mi evidente erección lo que me hace jadear un poco. ―Compórtate ya falta poco ―digo con vos entrecortada y ella solo suelta una risita. Nuevamente se ubica en su puesto y yo suelto el aire retenido, su mano izquierda de pronto se coloca al final de mis cabellos y comienza acariciarlos lentamente jugando un poco con ellos entre sus dedos, con este gesto y los pequeños jalones que da siento un mayor deseo de llegar al apartamento de inmediato. Entramos al estacionamiento subterráneo del pequeño edificio, y apenas se pasa la vigilancia su mano baja directa a mi erección apretando con fuerza haciendo que gruña por el placer.   Al estacionar solo saco su bolso y camino rápido hacia su puerta ayudándola a salir por lo que inmediatamente se acerca y me murmura sobre los labios: ―No puedo esperar más, Cris, te necesito ―murmura dejando su aliento mentolado rozar sobre mis labios y el deseo por besarla me embarga, pero sé que si la beso ahora terminaremos aquí lo que ella tanto anhela.  ―Vamos ― digo jalándola de la mano y cerrando la puerta de un golpe. Caminamos con paso apresurado hacia el pequeño elevador y el sonido de sus tacones solo nos llena de expectativas. Cuando el ascensor llega nos apresuramos a entrar, lo malo es que este vacío, lo bueno es que son privados y solo reciben un llamado a la vez con la llave. Presiono el piso diez que es el último, aunque no es el único apartamento que está en ese piso mis vecinos son bastantes discretos y jóvenes por lo que no se escandalizan al vernos algunas veces enfrascados en un beso apasionado.   Apenas las puertas se cierran siento sus manos abrazarme desde atrás su pecho pegado a mi espalda y sus manos recorrer hacia abajo cuando llega a mi cintura la sostengo por la muñecas mientras deja un mordisco en mi espalda, aprieto los dientes para no gemir alto. El Tim del elevador nos anuncia nuestra llegada y nos encaminamos a la entrada de mi lugar como ella lo llama. Al traspasar la puerta una vez cerrada enseguida me giro y la dejo recostada sobre esta, coloco sus manos sobres su cabeza y tomando con una mano la cuerda que siempre reposa en el gancho sobre la puerta le ato las manos con agilidad dejando enganchada en este. Muevo mi nariz por su cuello y voy bajando por medio de sus pechos, dejando salir mi lengua y desabotonado el resto de los botones que quedan abro su blusa y un hermoso brassier en encaje blanco me saluda. No espero tiempo y la tomo por el cuello elevando su rostro hacia mí y entonces le doy lo que viene deseando, la beso con posesión, asalto su boca mientras ella me devuelve el beso con la misma intensidad y su cuerpo se mueve hacia el mío, la aprieto más sobre la madera y adoro mentalmente sus hermosos zapatos de tacón alto que hacen que nuestras cinturas se nivelen deliciosamente para la fricción. Siento sus dientes morder mi labio inferior y sus jadeos bajos, su respiración acelerada  y su cuerpo ardiente me dejan claro que será un encuentro explosivo. Recorro nuevamente su mentón dejando besos y mordiscos en el recorrido, mis manos a su espalda desprenden el broche de la falda que cae rápida al piso y luego es arrojada lejos por sus pies, dejándola expuesta para mí, acaricio sus costados bajo su atenta y ardiente mirada, quito el broche delantero del brassier y me dispongo a disfrutar de su cuerpo con mi boca. Perdidos en el estaxis terminamos en la cama, ella sobre mí y yo instándola a ir más rápido con mis manos, el lugar, como lo ha nombrado, se ha vuelto una caja de gemidos, gruñidos y exigencias de placer y deleite y lo que se pronosticaba como un encuentro rápido se ha alargado un poco más y nos hemos perdido en las maravillosas oleadas de placer que nos otorgamos, las siento chupar en el nacimiento de mi cuello con fuerza lo que me da el indicativo que está llegando al clímax, unas cuantas embestidas más con fuerza nos hace culminar a los dos.     Jadeantes y agotados nos tumbamos en la cama ella a un lado y yo girado hacia ella, como siempre acariciando su hermosa piel pálida y tersa, me deleito con su suavidad y respiro hondo, me levanto con esfuerzo y tomo una ducha mientras ella dormita un rato. Camino a la cocina y le sirvo un vaso con jugo de naranja que es su favorito y el cual nunca falta desde que estamos juntos, me encamino hacia la cama con solo el Jean puesto y me siento a su lado escuchándola rezongar cuando mis dedos fríos pasan por su columna. ―¿Te quedarás? ―consulto bajo para no perturbarla. ―¿Qué? ―dice girándose y tomando el vaso de mis manos una vez se percata de este y entonces sé que no acabara nada bien, una vez más ― no digas que tienes irte ―Sí, tengo que hacer el turno nocturno hoy ―la miro arrugar su perfilada nariz ―Hasta cuando estarás con ese mediocre empleo, debes buscar algo mejor… Dice mientras se levanta y camina rauda hacia la puerta del baño, cerrándola de golpe. Ya sé lo que se viene en lo que salga y viendo la hora me termino de vestir, cuando estoy pasando la franela por mi cabeza, escucho la puerta nuevamente golpear.     ―Realmente no sé hasta cuando estarás en esa basura de lugar, estas a un paso de graduarte, tienes que enfocarte con el ensayo de presentación para las prácticas del bufete, lo tienes listo, lo has repaso si quiera con el profesor de tutoría ―reclama exaltada y es igual a siempre. ―No puedo dejar el supermercado hasta asegurar las pasantías, sabes muy bien que esa es mi mayor entrada de dinero ―le recuerdo ya un poco cansado de lo mismo.  ―Sí, siempre es el mismo cuento, por qué no buscas algo mejor, en otro horario. ―Ya cambie el horario porque no quería que me pudieran ver nuestros conocidos en el horario diurno, sabes lo que me costó hacerlo, el horario nocturno es el mejor pagado. ―Oh, el mejor pagado, no veo cual es el beneficio aquí  ―dice señalando mi espacio, al que ella llama el lugar de manera despectiva. ―Estas aquí metido en esta caja de fosforo y manejas el carro más antiguo del mundo, realmente tienes que mejorar la visión de futuro, te lo digo si quieres ver futuro debes aumentar tu ambición, porque te estas quedando en conformarte con lo mediocre. ―¿Qué significa eso? ―pregunto entre confundido y molesto. ―Sabes muy bien lo que significa, Cristóbal, no está en mis planes conformarme con la típica vida de cultura pueblerina, estamos presenciando el pleno crecimiento de esta ciudad y ahora es que tendremos oportunidades para surgir, solo los mediocres se conformarían con el trabajito que le da buen dinero para mantener los gastos patéticos del día a día. Me quedo parado sin pestañar y sin lograr moverme, realmente me dejan en desconcierto sus palabras, pero no sé si es solo eso o el temor que me da el trasfondo de sus palabras. Un silencio se hace presente por un momento hasta que su voz se escucha alta desde la puerta: ―Ahora que esperas, no creas que me voy a ir en taxi a ver con quien sabe que loco me encuentro, por lo menos tu auto huele a limpio ―suelta mientras me mira con la nariz arrugada y sus labios haciendo una pequeña trompa, sus brazos cruzados sobre su pecho. ―Muy bien ―digo dándome por vencido la última vez que discutimos la rabia le duro un par de semanas que para mí fueron una real tortura, solo la veía cuando íbamos y veníamos a la universidad. Tomo las llaves del auto y reviso rápidamente como está quedando el apartamento, sigo hacia afuera y cierro la puerta, cerciorándome que queda bien cerrada. Al llegar al elevador ya se encuentra pegada en una esquina, imagino que uso su llave para llamarlo. Marco el piso y no decimos nada, hablarle solo empeorará la situación así que declino por hacerme transparente, al llegar la dejo salir primero y la miro caminar con ese paso firme con el espectacular cuerpo y su radiante cabello seducirme, embelesarme al movimiento de sus caderas, a su presencia, estoy jodido por completo por ella la siento en la piel, en mi latir, y es agónico pensar que en estos momentos solo se distancia de mí haciéndome sufrir su ausencia, torturándome con un ¿y sí? Le abro la puerta y como la reina que es se sienta dignamente, cierro suavemente la puerta y me encamino hacia mi puesto, al entrar ya se ha colocado el cinturón y entonces decido que mejor conduzco sin perturbar su santo estado de malhumor. Detengo el auto junto a la entrada principal de su casa, sus padres están llevando los negocios de bienes raíces de la ciudad y como todo en este momento va en accenso, así que se han beneficiado muchísimo, mejorando notablemente su economía y posición en la creciente sociedad adinera que se desarrolla en New City. Me bajo raudo mientras ella toma su bolso y quita el cinturón; le abro la puerta y quedándome con la mano tendida como otras veces, pasa por mi lado y cuando estoy resignado a que esto se extenderá, devuelve sus pasos y me deja un beso, algo frío aun así no es corto. ―Buenas noches, Cristóbal. ―Se despide. Entra sin decir más y resignado retomo el camino hacia el supermercado, voy muy tarde y Nikolay me va a matar porque de seguro lo he hecho esperar; luego de unos minutos llego al aparcamiento del lado de los empleados y dejo mi auto allí, tomando mis cosas de la universidad me bajo rápidamente hacia la entrada de los trabajadores. Camino hacia el vestidor donde dejo los cuadernos, tomo el uniforme y me coloco todo raudo, una vez listo me acerco a la oficina del supervisor de bodega donde está Nikolay revisando unos papeles y colocando quizás chequeando información en la computadora. ―Amigo, te debo una gran disculpa ―suelto apenas entro; este levanta su cabeza posando su atención en mí y aunque me estoy preparando para lo que será otra regañina más, pero esta no llega. ―Cristóbal, no importa, lo bueno es que ya estás aquí, además hoy no hay molestias que valgan, te tengo una excelente  noticia, Marcano, el gerente nocturno más inepto que he conocido en mi vida, fue despedido hoy, y adivina a quien estamos postulando para que sea el ascendido ―suelta mientras sonríe y mueve sus cejas arriba y abajo seguido.        ―No, ―afirma con su cabeza ― ¿Es cierto, en serio pensaron en mí? ―Sí y por qué no, si eras el que hacia el trabajo, siempre cuidando la buena relación entre el supermercado y nosotros, además en tus turnos no falta nadie, ninguno es impuntual y la atención es tan excelente que las ventas duplican a los de otros turnos.       ―Y a ti quién te dijo todo eso ―pregunto desconcertado por no saber nada antes de lo que me comenta. ―Pues, Rosalía, la asistente de presidencia me llamó, dijo que podíamos enviarles nuestra sugerencias, pero que la balanza estaba inclinada hacia el lado del señor Illaramendi, nuestro Cristóbal, ha hecho méritos de sobra para ganar ese lugar. ―Hermano ―digo mientras nos damos un abrazo palmeando nuestras espaldas ―Te lo mereces, hermano ―responde mientras nos separamos y mi alegría no cabe más en mi pecho. ―Es una excelente noticia, realmente eso me anima muchísimo sobre todo el día de hoy.   ―No te voy a preguntar ―dice levantando las manos y dando un paso hacia atrás. ―Mejor ―afirmo. ―Bueno me voy, seguro te llamaran, la mercancía de hoy ya se recibió, los chicos descargaron todo, solo falta recargar los estantes y actualizar los precios, ya coloque los inventarios ―dice alejándose de la oficina y que trabajar con él es mejor siempre vamos por el mismo pensar. Rápidamente me coloco en las actividades; terminando lo pendiente salgo a dar una ronda por la tienda, veos a los chicos trabajando amenamente, el personal de seguridad atentos y una gran cantidad de clientes que para la hora ya es fuera de lo común. Luego de chequear que todo vaya bien me devuelvo a la oficina pero antes busco mis libros y apuntes para adelantar los deberes y así estar tranquilo en el momento del bocadillo nocturno con los chicos. Al sentarme frente la computadora observo un correo nuevo dirigido a mí, del área de presidencia, por lo que me apresuro a leerlo y la emoción nuevamente me embarga al confirmar lo conversado con Nikolay antes. Leo la felicitación y el bla, bla, bla hasta que llego a la parte del paquete económico que me ofrecen y donde aclaran que debido a que el horario es nocturno tendré una bonificación extra, adicional  las mejoras luego de pasar el lapso de prueba, me levanto y no me lo puedo creer cinco años trabajando duro y he conseguido un muy buen accenso, esto implica mejor muchas cosas y por supuesto que lo principal es la opinión de Cindy, podre cambiar el apartamento por uno que a ella le guste más y aunque no estoy dispuesto a cambiar mi coupé pininfarina  si podría considerar costear la compra de un auto más a su gusto, llevarla más seguido a comer en los lugares que le encantan y darle algunos caprichos a mi reina. Me siento nuevamente para culminar leer el correo y entonces me freno un poco tendría que ir a la oficina principal a las siete de la mañana, lo que me evitaría llevarla a la universidad, y realmente en este momento no puedo hacer esto, seria iniciar el contenido de una bomba; el cabreo de Cindy seria tal que me arriesgo a ser sacado de su vida de manera definitiva. Así que le doy una respuesta muy formal y agradecido donde solicito me cite para otra hora más tarde ya que debo asistir a la universidad. La respuesta llega de inmediato y no puedo evitar sonreír lleno de emoción, me encamino hacia el súper hoy el bocadillo nocturno corre por mi cuenta.    

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