Ese mismo jueves, en el mismo momento que Daniel se venía abajo delante de Sabrina, Carly se estaba follando a Santiago como si no hubiera un mañana. Lo cabalgaba para correrse ella, ya lo conocía, sabía que un gran amante precisamente no era el chaval, así que se corría ella, y después dejaba que él jugara lo que quisiera, lo que pasó ese día. Santiago la colocó boca abajo, le puso una almohada debajo del vientre para levantarle el culo, le metió la polla en el coño y estuvo un rato bombeando, el solo se aceleraba, ella tenía que estar calmándolo para que no se corriera demasiado pronto. Cuando se cansó, se la sacó del coño y se la metió en el culo, entonces sí, en unos cuantos empujones ya se estaba corriendo. Santiago se quitó el condón, lo tiró y se estiró a descansar al lado de Carly.
—¿Qué harás el fin de semana?— Le preguntó a Carly.
—No lo sé.— Contestó.
Lógico que no lo supiera, durante mucho tiempo el fin de semana lo pasaba con su novio, o mejor dicho, ex novio, y su amiga Sabrina. Tomaban algo en el bar que trabajaba su amiga, salían los tres de fiesta, después de dejar a Sabrina en su casa se iban a follar con Daniel en el coche, ese era el plan de la mayoría de sus fines de semana.
—¿Quieres pasarlo aquí conmigo?
—¿Y tus padres? ¿Es qué no vienen nunca?
—¡Buf! Mi padre tiene negocios por casi toda Europa, siempre está de viaje, mi madre, cuando se enteró que mi padre le ponía los cuernos cada vez que se iba, le cortó el rollo, no le dejó volverse a ir solo, ahora siempre está con él. Y mi hermana mayor está casada y vive en Londres, llevándole a mi padre una de las delegaciones…
—¿Y tú?
—A mí me crio una canguro básicamente.
—Quiero decir, sí tú padre tiene los negocios que tiene, si tú hermana ya trabaja para él ¿Qué haces tú estudiando arquitectura?
—Pues Carly, tocarle los cojones a mi padre ¿O es que no lo ves? Por eso he repetido un par de cursos y este no creo que lo apruebe, me gusta la vida universitaria.
—Que fácil lo tenéis todo vosotros.
—¿Vas a venir o no? Nos lo pasaremos bien.
—No sé, lo tengo que pensar.— Se hacía la interesante Carly.
El viernes por la mañana, se presentaba Carly en la universidad con una mochila colgada al hombro, llevaba dentro cuatro bragas y alguna muda. Se fueron directamente a la casa de Santiago. Él le regaló un par de conjuntos de lencería fina, ella contentísima y emocionada, follaron por todos los rincones, hasta en una piscina interior, con agua calentita, que le enseñó Santiago.
Para Daniel y Sabrina, no fue su mejor fin de semana, él fue a tomarse varias copas al bar que trabajaba ella, Sabrina intentó controlar el alcohol que bebía Daniel para que no se emborrachara demasiado, que cogiera el puntillo estaba bien, pero que no llegara a descontrolar. Después del trabajo fueron a tomarse alguna copa más, hablaron, Sabrina ayudó en lo que pudo a su amigo, él se sintió aliviado, dentro de su dolor, de hablar con ella. Se fueron a dormir cada uno a su casa.
A esas alturas, los padres de Carly ya sabían que su hija había dejado la relación con Daniel, no le dieron mayor importancia, pensaron que sería una discusión de novios y que no pasaría de ahí.
El domingo por la tarde, después de comer, Carly estaba en la casa de Santiago estirada en un sofá con él al lado. Hablaban de diferentes temas cuando llamaron a la puerta, la abrió Santiago y entró un amigo suyo, se saludaron y le presentó a Carly.
—Ven conmigo a la cocina, traeremos algunas cervezas.— Le dijo Santiago a Carly. Su intención, era claramente poder hablar con ella a solas, así lo entendió Carly. Mientras Santiago sacaba las cervezas de la nevera.
—¿Qué te parece mi amigo?
—¿Qué me parece de qué?
—Es guapo, no me lo negarás.
—Sí, es guapo ¿Y?
Santiago se acercó a ella, le rodeó la espalda con sus brazos, le besó los labios un par de veces cariñosamente.
—Dime una cosa ¿Has hecho alguna vez un trió?
—¡Coño! Ahora lo entiendo ¿Es por eso que ha venido tú amigo?
—A mí me gustaría hacerlo.— Le decía Santiago.
—Yo… no sé, déjame que lo piense.
Salieron con las cervezas y algo para picar. Mientras bebían y comían algo, Carly pensaba en la conversación que tuvo con Daniel sobre el tema en su momento, tenía que reconocerse que era algo que había pensado que le gustaría probar, incluso, alguna vez se había hecho una paja pensando que se follaba a dos tíos a la vez. No le costó mucho convencerse a ella misma, miró a Santiago y se lo confirmó con la cabeza, Santiago sonrió, miró a su amigo y también dijo que sí con la cabeza.
Se levantaron los dos, le pasaron la mano por la espalda cada uno por un lado, fueron caminando, subieron las escaleras y entraron en la habitación de Santiago. El amigo se puso delante de Carly, le acarició la carita y la besó con lengua, ella lo aceptó, ya se empezaba a poner cachonda de pensar en lo que pasaría. Santiago se sentó en un sillón mirando, Carly lo vio, entendió que quería mirar como ella se enrollaba con el amigo, tipo cornudo consentido. El amigo, mientras la volvía a besar, le acariciaba todo el cuerpo por encima de la ropa, las tetas, los muslos, el culo y el chocho, ella no se cortaba y le agarraba por encima del pantalón la polla, moviendo la mano pajeándola.
Se desnudaron, Carly se arrodilló, le agarró la polla y se la metió en la boca, en nada ya lo tenía con la polla tiesa y gimiendo por su mamada, él la estiró en la cama, metió la cabeza en medio de sus piernas y le empezó a comer el coño. Mientras miraba como Santiago se desnudaba, Carly pensó que aquellos tíos no tenían ni puta idea de comerse un coño, ni lo hacía bien Santiago, ni su amigo. Le abrió las piernas, se estiró en medio, se agarró la polla y se la metió de golpe, delicadeza, lo que se dice delicadeza, tampoco era el fuerte de esa gente, pero qué más daba, a ella le interesaba la experiencia de follar con dos. El tío bombeó muy poco tiempo, mirando como Santiago se pajeaba lentamente, hacía una cara de vicio tremenda, Carly se subió encima del amigo, lo fue cabalgando al ritmo que a ella le interesó, era la única manera de pasárselo bien con ellos. Santiago se subió de pie en la cama, se colocó delante de Carly, ella le agarró la polla y mientras seguía follándose al amigo, se la metió en la boca chupándosela. Eso sí que excitó a Carly, por fin disfrutaba de dos pollas, una en la boca y otra metida en el coño dándole gusto. El amigo gemía, Santiago gruñía, Carly pensó que aquellos dos se iban a correr y ella se iba a quedar a dos velas.
Santiago se salió de delante, se arrodilló detrás de ella, se mojó la mano con saliva y se la pasó por el agujero del culo a Carly, ella abrió los ojos, se dio cuenta de lo que pensaba hacer Santiago, se la quería meter por el culo, ella había pensado en un trió, pero no se le pasó por la cabeza que se la follaran por delante y por detrás a la vez. Estaba tan excitada, tan caliente de ver dos cuerpos bien formados por el gimnasio, que ella misma se inclinó hacia delante para que Santiago la pudiera sodomizar. Santiago le metió la puntita, después de tener que forzar un poco por lo cerrado que lo tenía, sin parar se la fue introduciendo hasta el fondo, Carly gritó, de gusto, del tremendo placer que le produjo sentir dos pollas dentro de ella, se abrazó fuerte al cuello del amigo, se fue moviendo, follándose al amigo por el coño, que le daba un gusto tremendo, y a Santiago por el culo, que la excitaba una barbaridad. Ellos casi ni se movían, todo lo hacía ella, que cada vez exageraba más sus movimientos y gritaba más fuerte. Cuando Carly se empezó a correr, los dos tíos la siguieron, los dejó secos, no paró de moverse hasta correrse totalmente, hasta que no le bajó la calentura que había agarrado, ellos llenaron los condones de leche, pocas veces se habían corrido tanto.