*Mis pequeñas piernas duelen de tanto correr, pero es la única orden que mi cerebro envía a mi cuerpo y mis instintos de supervivencia.
Estoy cansado, tengo hambre, mucho frío, sueño, y no puedo encontrar la casa de los abuelos. Aún así no puedo detenerme, ese tal Barry nunca se enteró que estaba escondido en el pequeño pasadizo del despacho.
Independientemente de la vida que llevaron mis padres yo soy un niño bueno y no merecía esto, tampoco mi hermana mayor. Ahora los tres están muertos y me dejaron solo.
Paso frente a un callejón donde veo varios contenedores de basura y decido caminar hasta allí. Tal vez encuentre algo que pueda comer y saciar un poco mi estomago.
¿como llegue a este punto? Tengo solo once años y soy consciente de todo por lo que estoy pasando.
Estábamos los cuatro tranquilamente en el salón y mi padre tocaba en el piano cuando llegaron.
- ¿que haces mocoso? - un hombre alto y gordo con un delantal blanco esta frente a mi - deja de hurgar mi basura y lárgate de aquí.
- solo estoy buscando que comer señor
- no me interesa ¡vete! - me jala del brazo tirandome al suelo...
...No se donde estoy y el sueño me esta venciendo. Llego a lo que parece ser un parque pero esta oscuro y no logro ver mucho por la lluvia que ha empezado a caer y el suéter sucio que llevo no me abriga mucho.
Me acuesto en una banca y cierro los ojos. Sueño que estoy en el jardín de una hermosa casa, el olor de la hierba y algunos frutos de los árboles me tranquiliza...*
Me despierto cuando tocan a la maldita puerta de mi habitación. Quiero seguir durmiendo. Recuerdo el sueño que empezó mal y luego cambio a un ambiente totalmente diferente, hasta un niño con algunas facciones mías estaba allí
Escucho el ruido incesante de Las Vegas a lo lejos, es por eso que moví la casa colina arriba y todos los alrededores terminaron siendo propiedad privada Walton.
Entonces la puerta se abre y entra ella.
- Nick...
"- hola pequeño, ¿estas perdido? - pregunta una señora morena muy bonita acercándose - ¿como te llamas? - parece ser muy amable
- Nicolás
- Nicolás, que bonito nombre. Yo soy Amanda. ¿Estas perdido? ¿Puedo ayudarte?"
- hola Nana.
- ¿Que haces todavía en la cama? Si tuvieras una chica aquí pasaría por alto la grosería de dejarme plantada, pero como no hay ninguna compañía femenina te voy a castigar - está de pie frente a mi cama de brazos cruzados esperando una respuesta
¡Carajo!
Amanda es una mujer de 55 años, muy atractiva para su edad, que me ayudó a llegar con mis abuelos luego de esa horrible noche, ella y mi abuela Irene se hicieron amigas desde entonces y también sabe todo acerca de lo que sucedió ese día. Ha sido un gran apoyo para nosotros.
Toda la mierda que Barry tiro sobre mi familia ese día no la puedo borrar de mi mente y juré sobre la tumba de mis padres que pagaría por el daño causado. No le irá nada bien cuando decida ir por él.
Mi estomago gruñe sin que pueda ocultarlo y decido levantarme. Obviamente ella lo escuchó ya que sigue riñendome
- exacto, me dejaste plantada en nuestro desayuno.
- perdóname. Llegue esta madrugada y no he dormido muy buen. - la veo poner los ojos en blanco
- ¿Para que tienes a Austin si no es para cuidar ese lugar? Tú deberías estar en la empresa ya - y está totalmente en contra de mi club - ¿pesadillas?
- como cada jodida noche
- esa boca, Nick. - suspira - Como sea. Vamos, me debes un desayuno.
Por alguna razón ella me inspiró confianza desde el principio. Su mano era suave, cálida y tenia las uñas pintadas de color rosa. Mi abuela quedó muy agradecida con ella por encontrarme y llevarme con llevarme de vuelta a casa.
Alejandro fue el encargado de los tres funerales mientras yo solo rezaba en silencio y juraba Barry tendría una muerte peor, y por supuesto nos veríamos en el infierno para seguir torturándolo una y otra vez.
Caminamos en dirección a la cocina donde María ya tiene listo un desayuno cargado. Está Mujer tiene la mejor sazón, a parte de mi abuela por supuesto
- buen día señor. ¿Café?
- buenos días María. Sí por favor
- enseguida.
Me voy con Nana al jardín y allí ella misma sirve todo para los dos. Hay fruta, huevos, beicon, jugo, mi café, y un sin fin de cosas más.
- ¿Alimentaras a un batallón?
- come, estás muy delgado.
- ¿No me ves? no estoy para nada delgado. - Mi cuerpo está lleno de músculos y tatuajes, soy de piel trigueña, ojos miel. Seria un maldito modelo si quisiera pero elegí tener una doble vida.
- sí te veo. ¿Cuándo traerás una chica a casa?
El hecho de que sea el hombre que soy no quiere decir que no crea en el amor, pero no es la hora ni el momento
- ¿Cuándo dejaras tú de insistir con lo mismo? Que llegue cuando deba llegar, Nana - la verdad es que en estos momentos en que Barry está de nuevo en la ciudad, no tengo tiempo para novias, nunca he tenido una porque no la quiero lastimar, de todas maneras sólo hacen dramas y quiero que mi relación no sea tóxica. Además tendría que protegerla.
- ok, en eso te doy la razón cariño. Mejor disfrutemos de este día maravilloso y está deliciosa comida - ella hace una oración en agradecimiento
- amén - decimos.
***
El ascensor se abre en mi piso y lo primero que veo al salir, es a mi mejor amigo coqueteandole a mi secretaria.
Maldito idiota, no tiene remedio.
- ¿que crees que haces Austin? Deja de estar endulzándole el oído a mi secretaria. Y tú Meredith, no alimentes mas su ego y confianza o lo primero que hará será co... - me callo antes de que la grosería que estaba apunto de soltar, me haga quedar como un irrespetuoso - lo siento Mery, pero lo conoces tan bien como yo
- lo siento señor - responde nerviosa y sonrojada.
- ¿Que tal, Nick? ¿te caíste de la cama? - palmea mi espalda - No ya sé, lo que necesitas es una buena follada y te tengo la candidata perfecta para eso. He contratado carne fresca en el club y tienes que conocerla - susurra para que solo yo lo escuche y entramos al despacho - aunque quizás pueda conseguirte una mujer permanentemente, ya sabes, una novia, la necesitas
- ¿A que viene ese comentario?
- a nada, olvida lo que te dije.
Austin es una de las pocas personas que me conoce bien, sabe lo que me gusta y lo que no, y siempre tiene una mujer caliente y dispuesta a hacerme lo que yo quiera. Sin embargo esto que acaba de mencionar ha llamado mi atención.
- dime ¿Hay algo o alguien más? - me mira sin decir una sola palabra - Austin sabes que no me gusta repetir las malditas cosas. Habla
- pasate de nuevo por el club. - se levanta de la silla - Adiós - no me mira mientras se va
Su semblante ha cambiado de un momento a otro, parecía que estaba dándome pistas, o es algo más.
Me levanto de la silla para servirme un trago, la semana apenas está comenzando y ya me siento cansado. Entre la empresa y los demás asuntos me están pasando factura, es entonces dónde pienso en las palabras de Jasper, delegar este puesto a otra persona. Pero ¿Meredith?