Capitulo 5-Quince años después.
...Quince años después....
Lulu era una bella mujer, con 23 años ingeniería en telecomunicaciones .Sus cabellos eran largos hasta la cintura, de color rojo y en forma de rulos.
Sus pestañas eran largas, sus ojos verdes como dos faroles. Su rostro era en forma de v, con una pequeña nariz respingada. Con un par de pecas, en el contorno de su nariz.
Sus labios eran finos, su cuerpo escultoral. Con unos prominentes senos al igual que su parte trasera.
Tenía un novio , se llamaba franco. Era moreno con ojos marrones claros, un profesor de educación física. Su cuerpo era de un hombre musculoso, rudo ya pesar de su atractivo de muy mal carácter.
Lulu lo conoció en la universidad. Hacia un año , no había sido su primer novio pero nunca había llegado a tener relaciones con el pp no se sintió completamente segura con el.
Se había recibido, lo primero que hizo fue mandar currículum a cada una de las empresas de televisión. Estaba ansiosa con trabajar de lo que le gustaba.
—mami llego. ¿Mamá? ¿Dónde estás? —le mientras hablaba se quitaba su cartera y la dejaba sobre el sofá.
— aquí mi amor. —se aproxima hacia ella dando un beso en su rostro a modo de saludo.
—¿cómo te ha ido?.
—supongo que bien eh enviado los currículum.
—qué bueno hija vas a ser una gran empresaria
—Ojalá madre.
Fue a comer, y se metió en el dormitorio tras hablar unos minutos con su novio Se quedó acostada en su cama pensando en lo que siempre había soñado, recibirse y casarse con el amor de su vida pero Francia no era más que superficial.
Entre largos suspiros se quedó dormida en su cama. Mañana debió ir a todos los sitios donde había dejado un currículum Vitae.
Será el comienzo de una nueva vida en el ámbito laboral que a ella le gustó y el verdadero amor vendrá a su puerta?
Estaba sentada sobre un sillón me blanco, que se hacía hacia atrás. Ella estiró sus brazos hacia atrás, con los ojos cerrados contenta por su éxito, tenía hasta empleados a su disposición.
Abrieron de pronto la puerta, y Lulu se acomodó rápidamente en su lugar, mirándose hacia sí misma y viendo lo desastrosa que se encontró.
-señorita Díaz en 20 minutos habrá reunión. Que le ha pasado, lo siento no debo entrever en sus asuntos.
-No veo aquí un gusto dime Lulu , tu cómo te llamas.
-me llamo eme.
—hola eme es que no sabes que me, paso me quedé enganchado con el picaporte de la puerta y se me rajo la ropa, mira mi saco .
—Si quiere voy a comprarle ropa cuál es su talle?.
— hay te lo agradecería, talle 100 de arriba , talle m, en la parte de abajo talle 36 .
—ok vengo enseguida.Lo,pondré a su nombre y la cuenta vendrá aquí no se preocupe.
—gracias..
—de nada es mi. Deber soy su, secretaría.
—ah un placer trabajar con vos.
Lulu se vestía de manera simple y ese, día no había sido una excepción. Llevaba un,jeans junto con un saco marrón, que combinaba con,sus zapatos de pie plano .
Tras responder llamados, presentó se vio entrar por la puerta a su secretaría. Era un traje n***o, con una falda y uno zapatos de plataforma con el fondo rojo.
—Es hermosa esta ropa.
—La dejaré a solas a su derecha está el baño para que se cambie con permiso.
Lulu tomó la ropa envuelta en un nailon gris. Entró al baño y tras quitarse su ropa rota, se introdujo en su traje de ejecutivo.
Soltó su pelo y se retocó el maquillaje tras mirarse por última vez mientras acomodada sus reglas, salió de la oficina.
Caminaba con dificultad, ante los tacos, de casi diez centímetros posados en sus delgados pies.
Su secretaría la alcanzó y entraron juntas a la sala de reuniones. Eduardo estaba hablando con los dejas , pero desvío su mirada había la belleza que él veía entrar por esa puerta. ¿Es la misma chica?. No lo podía creer.
-buenos Díaz a todos.
-buenos Díaz y bienvenida siéntese por favor.
-gracias muy amable.
Mientras, la ponían al tanto de toda la situación de la empresa, Eduardo no dejaba de mirarla, ella desviando su mirada para no verlo fijamente, le palpitaba su corazón no sabía porque razón.
Una hora después terminó la reunión, todos los,integrantes,saludaban amablemente a la nueva ingeniería .
Cuando sólo quedaron a solas, Eduardo se acercó a ella. Mientras recogía unas cosas-lo has hecho muy bien -hasta, que el último integrante salió.- lástima que tu presencia me irrita, no soporto tanta torpeza en un sólo ser y encima en frente mío.
- adiós-salió por la puerta, completamente irritada, sus mejillas estaban rojas .
-lo odio es el ser más despreciable de la tierra!!!!!
Buscando trabajo..
Lulu caminaba atreves de la ciudad, los enormes edificios de la avenida la empequeñecían en todo su esplandor.El cielo tenía un celeste esplendido junto con sol radiante sin ninguna nube que opacase el hermoso día que había.Una suave brisa le producía escalofríos a Lulu, se cubría con sus propios brazos.
Llegó al edificio, tenía un vehículo pero le quedó cerca este. Miró hacia arriba, dicha construcción era alta de unos 10 pisos llegando al cielo. Tras inclinar la cabeza y mirar hacia el frente se introdujo en el edificio. El piso era de cerámicas de mármol , brillaban y Lulu miraban su reflejo atreves de ellas.
Su vista se fijó en una oficina puesta al fondo, las paredes eran blancas llenas de cuados. Ella apreció el arte y se perdió en ello hasta que algo la despertó de sus pensamientos.
—Hola, ¿usted es la señorita Díaz?
—Si soy yo, estoy esperando el trabajo.
—Bueno venga pase por aqui, ¿usted es ingeniero en Telecomunicaciones?.
—Si soy yo.
—Mucho gusto estoy encantada.
—Gracias, venga pase por aquí.
La llevo hacia un ascensor , Lulu estaba nerviosa y miraba de reojo a la secretaria que estaba sonriente y tranquila sumida en sus pensamientos. Hasta que el mismo llego al piso
—Aqui estamos señorita Díaz, le quiero advertir algo aquí se paga muy bien y más si usted es ingeniera pero el dueño es muy tosco no se asuste. Bueno tiene que seguir derecho atreves de las oficinas. Donde hay una oficina de cristal toca la puerta.
-Gracias por la advertencia- Lulu sonrió y salió atreves del elevador.
Camino atreves de las oficinas como le había indicado la secretaria, caminó lentamente atreves de las mismas y llego a la oficina de cristal, se sentía observada. Cuando golpeó la puerta, le dijeron del otro lado que pasase, así lo hizo pero su saco se quedó enganchado en la perilla de la puerta y cayó hacia atrás.
—De esa manera quiere trabajar. Me llamo Eduardo Platero, pensé que sería una ingeniera mas experta y no tan torpe.
—Disculpe.
—No se disculpe ya me dio mala imagen de torpeza.-Se giró de su sillón giratorio y la miró fijamente.
Pero ambos se quedaron con los ojos de par en par, Lulu no podía creer que fuese tan atractivo y por una razón sentía haberlo visto. En la miraba la consideró muy hermosa y sintió haberla visto.
—Pero, bueno si no me quiere contratar habrá otra empresa que quiera mis servicios- ambos se miraron desafiantes.
—Bueno esta contratada, pero veo otra torpeza de su parte y estará despedida. Por cierto le puedo ver su ropa interior atreves de la remera rota que trae puesta , , cambiese.Valla con Oswaldo le dira donde está su oficina , será jefa de publicidad.
-huyyy- ella se sonrojo y tapo su cara mientras salía por la puerta, detestaba a ese chico, aunque le había dado un puesto importante no sabía si odiarlo o amarlo por tremenda oportunidad.
Salió completamente colorada, y tras tener las miradas de cientos a sus espaldas. Llegó hasta donde se encontraba Oswaldo caminando en el lado izquierdo de donde se encontraba la oficina de cristal.
-Hola
-Hola usted La ingeniera Díaz?
—Si señor.
—Mmm que le ah ocurrido?
—Un tropiezo con la perrilla de la puerta, y me contemplo El jefe.
—MMM la entiendo es rudo ese hombre pero descuide , yo soy El vicepresidente de esa empresa de telemerketing, usted será la jea del sector de publicidad cierto?
—Si .
—Bienvenida venga por aquí la llevaré donde se encuentra su oficina-Caminamos derecho por un angosto pasillo que era muy alto y nos empequeñecían ante tanta altura.
Entramos y oswaldo salió por dicha puerta, yo contemplaba la hermosa oficina, era blanca con un escritorio de roble y una silla del mismo materila.Me senté y tenía una notebook y un teléfono a mi lado.
Comenzó a sonar —¿hola?.
—Hola señorita iremos aver que necesita.
-—¿Necesito?
—Si de que color va a querer su habitación entre otras cosas no se preocupe . Nos vemos.
Me quede acomodada en el sillón que se hacía hacia atrás, y me estire estaba completamente cómoda en mi nuevo trabajo, pero no sabía porque razón odiaba tanto a esa persona.