Hasta el último suspiro

Mi nombre es Mariam, una chica llena de sueños a quien su último año de universidad le cambiaría radicalmente su manera de ver la vida. Soy hija de padres separados, y realmente no tengo ningún problema con eso, pues era preferible que ambos fueran felices a tener que ver cómo sufrían solo por intentar darme un hogar funcional. Nunca tuve hermanos así que mis amigas suplieron esa necesidad, las tres éramos como una sola, crecimos juntas y estudiamos en las mismas escuelas, nuestras madres eran íntimas amigas y por supuesto que cumplían nuestros deseos de permanecer, viajar, ir de fiesta y disfrutar de todas las aventuras que la juventud ofrecía, a donde iba una allá estábamos todas, y aun cuando teníamos personalidades completamente diferentes, nos llevábamos de maravilla, que hasta decidimos estudiar la misma carrera, pero no solo para estar juntas, sino porque las tres compartimos la pasión por la moda, tal vez con diferentes estilos y criterios y eso hacía que nos complementáremos de una mejor manera. En cuanto a mi vida amorosa, la verdad es que no había tenido demasiada suerte, por el contrario de quien me enamoraba terminaba por decepcionarme, por lo que había decidido mantenerme alejada de ese extraño sentimiento que nos ponía el mundo de cabeza, pero el destino es tan impredecible que nunca se sabe lo que podría tenerte preparado. El día comenzó con bastante movimiento, tendríamos una importante exposición, donde los más destacados empresarios de la moda estarían presentes para evaluar nuestro desempeño. Como podrán imaginarse los nervios estaban a flor de piel, para todas esto era como un sueño convertido en realidad, especialmente para mí. –No chicas, esos colores no combinan, siento que están muy sobrecargados –dije. - Ya decídete Mariam, hemos cambiado la presentación cinco veces –contestó Annie. - Todas estamos muy nerviosas pero tenemos que tranquilizarnos y tomar una decisión –intervino Natalia haciendo gala de su serenidad. - Sí chicas tienen razón, reconozco que estoy de un humor insoportable, discúlpenme, vamos a ver, si le ponemos el vestido azul, estos accesorios podrían funcionar mejor –puntualicé. Así fue como poco a poco la tensión se fue disipando. Y cuando todo parecía marchar correctamente, él apareció, era el chico más lindo que jamás hubiera visto, parecía salido de un cuento de hadas. Tenía unos ojazos azules que me dejaron sin aliento con tan solo verlos, y que decir de su sonrisa, era encantador a más no poder, lo tenía todo, y por si fuera poco, también se comportaba de una forma muy educada. - Hola, ¿puedo sentarme con ustedes?–. –Sí, claro, estamos planeando la presentación de mañana, pero si no tienes inconveniente de escuchar cosas de moda te puedes quedar sin problema-señaló Annie con doble intención. - Al contrario, admiro a las personas que se preocupan porque nos veamos bien, y no es que yo sea el mejor en seguir modas, pero como a la mayoría, me gusta lucir bien, y veo que a ti también Mariam –dijo mirándome de una forma que me hizo estremecer. - Cómo sabes mi nombre?-. - Todos en esta universidad saben quién eres-contestó sorprendiéndome una vez más. -Creo que tenemos que ver unos detalles que nos faltaron, pero no te preocupes Mariam vamos Nat y yo, tú ya hiciste bastante toda la mañana –soltó Annie dejándome sin argumentos para salir corriendo. - Ya empiezan a caerme bien tus amigas, nos dejaron solos a propósito y eso me gusta-. - No entiendo-pregunté incrédula ante lo que acababa de escuchar de sus labios. - Quería quedarme a solas contigo, desde hace mucho que quiero hablarte, pero siempre estás tan ocupada y rodeada de gente, que me había resultado imposible acercarme–. - No exageres, ni que yo fuera una celebridad, bueno pero ya estás aquí, ¿qué es lo que quieres decirme?–. - Que quiero conocerte, en otro ambiente, algo más personal, que tal una cita, ¿aceptas?–. - Ay, veo que eres bastante directo –le dije. - Cuando alguien me interesa sí, ¿entonces, aceptas?–. - Porque no-le contesté arrepintiéndome al instante por precipitarme. -Que maravilla, voy a salir con la chica más linda de toda la escuela, entonces paso por ti después de la presentación, así aprovechamos para celebrar, porque estoy seguro que te irá de maravilla –exclamó. En ese momento, Alan se levantó, me miró directamente a los ojos, se acercó para despedirse con un beso en la mejilla y pasó su mano acariciando mi cabello. Me quedé como suspendida en el tiempo, estaba en shock, no podía creer lo que acababa de pasar. Y como era de esperarse casi de inmediato llegaron mis amigas para que les contara todo con lujo de detalles. - Haber pequeña, de aquí no sales sin que nos lo cuentes todo–presionó Natalia. - Anda mujer que nos tienes en ascuas–. - Pero que chismosas son jaja, pues me invitó a salir, dijo que quería conocerme en un terreno más personal–. - Wow –gritamos todas al unísono. Salimos de la escuela y me dirigí a casa, donde me esperaba mi mamá con una comida deliciosa, tal como si supiera que tenía algo que contarle, me miró de una manera muy perspicaz, mi mami siempre ha tenido esa intuición digna de un detective, no se le escapaba nada. - ¿Cómo te fue hoy? estás muy nerviosita, anda cuéntale a la mamá–. –Eres una bruja, te odio porque no te puedo guardar ningún secreto –refunfuñé. -Pues claro que no, y no me cambies de tema, dime que o quien te dibujó esa sonrisa de oreja a oreja que traes–. - Se llama Alan y es el chico más espectacular del universo mami, siento que me enamoré nada más de verlo, y cuando me invitó a salir imagínate me sentía en las nubes-. - Me da mucho gusto verte tan ilusionada mi amor, Dios quiera que ese muchacho valga la pena y que vivas un amor bonito de esos que siempre soñaste, vez como si es posible mi niña, que solo era cuestión de tiempo-. - dios te escuche mamita, tú sabes que después de esa desilusión que sufrí, no quise volver a arriesgarme, pero él, él es diferente lo presiento, no sé, su forma de ser, tan galante, tan atento, creo que encontré lo que estaba buscando, y mañana voy a salir con él, estoy súper emocionada –relaté. Nos quedamos charlando un buen rato, mi madre se sentía tan feliz como yo, pues hacía tanto tiempo que no me veía así de contenta e ilusionada con ningún chico. Por su parte, Alan había llegado a su casa, y con tan solo verlo su padre se dio cuenta de que había pasado algo especial. - Y esa carita de borrego a medio morir que tienes –le dijo. - No te burles papá, mira que te dejo con la duda-. -Ah no, nada de eso, te me sientas aquí y me cuentas quien es esa maravilla de mujer que te quita el sueño, porque conociéndote seguro es una niña no solo bonita sino también inteligente-. - Es lo máximo papá, no solo es hermosa sino talentosa, inteligente, simpática, es maravillosa-. - Espérate tantito creo que estás yendo muy de prisa, si quiera ya son novios-. - No que va, si apenas la invité a salir, desde hace tiempo la conozco, pero hasta hoy me atreví a hablarle, y créeme que fue la mejor decisión que he tomado en toda mi vida-. - Me da gusto por ti galán, ya era hora que cupido te flechara, a ver qué día la traes a la casa para conocerla-. - Menos mal que no querías que fuera de prisa –bromeó Alan. El día de la presentación llegó, todo salió mejor de lo que pensábamos, los empresarios de la moda que fungieron como jurado nos dieron excelentes críticas. - Tienen mucho talento muchachas, les auguro una gran carrera –dijo uno de los jueces. - Mariam, cuando te gradúes búscame, o si ya quisieras iniciar no dudes en acudir a mí, las puertas de mi empresa están abiertas, tienes un gran talento y vas a llegar muy lejos –señaló otro de los jurados. Nos fue increíble, los máximos exponentes hablaban maravillas sobre nuestro trabajo, y la marca más importante de la industria de la moda me estaba invitando a trabajar con ellos, definitivamente mis sueños se estaban cumpliendo uno tras otro. Ese día no podría haber estado mejor, y todavía faltaba lo más importante, la cita con el bombón de Alan, que por cierto se acercaba a mí con una rosa en la mano y con una sonrisa que me derretía con solo verlo. - Hola preciosa, estás más hermosa que nunca, estuviste genial en la presentación –me dijo. - Ay muchísimas gracias, estoy muy feliz, por fin el fruto de tanto esfuerzo se ve reflejado-. - Estaba seguro que triunfarías, así que señorita, vamos a festejar –dijo emocionado. - Nos dirigimos al coche tomados de la mano, él abrió la puerta para que subiera, encendió la música, sonaba un tema romántico que amenizaba la ocasión-. Llegamos al restaurante, era uno de mis lugares favoritos, uf, definitivamente ese hombre si sabía cómo conquistarme, tenía los detalles más lindos, eso aunado a su extraordinaria forma de ser lo convertían en el chico perfecto para mí-. - ¿Te gusta el lugar?-. - Sí mucho, de hecho es uno de los lugares que más me gustan-. - Y a mí me gustas tú –exclamó dejándome sin aliento. - Lo dicho, eres bastante directo, y además vas muy rápido-. - Tal vez pero ya esperé mucho tiempo para acercarme a ti, y ahora que por fin logré invitarte a salir, no quiero dejar pasar la oportunidad de intentar ganarme tu corazón, mira que cualquiera podría adelantarse y no, eso sí que no –añadió. - Ok, ¿y porque tendría que elegirte a ti?-. - Muy simple, porque yo soy el más guapo, simpático, macho alfa y todos los atributos que te puedas imaginar-bromeó. - Olvidaste decir modesto también-. Las horas pasaban y los dos descubríamos que teníamos muchas cosas en común, éramos como esas almas que se encuentran después de haber esperado tanto tiempo para estar juntos, sí, como dos almas gemelas. Comimos delicioso, charlamos, nos reímos a más no poder con sus ocurrencias, fuimos por un helado y para terminar la cita llegamos a un mirador con una vista hermosa y nos empezamos a tomar fotografías. - Eres una chica increíble, y hermosa, increíblemente hermosa, me encantas –susurró. - Jaja y tú, eres muy gracioso-contesté bastante nerviosa. - Ya vez, más a mi favor, siempre tendrás a alguien que te haga reír, pero anda ya dime, ¿te intereso aunque sea un poquito?-. Me quedé paralizada cuando me hizo esa pregunta, lo miré, y de pronto Alan se desvaneció, me quedé en shock, no sabía cómo reaccionar, tenía mucho miedo, no quería perderlo, apenas lo había encontrado y la vida me estaba jugando esta mala pasada, me aterraba que otra vez la triste historia de mi vida se estuviera repitiendo, ¿por qué siempre tenía que perder a las personas que eran importantes para mí? ¿Por qué?.