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Asistente de doble turno.

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intro-logo
Blurb

El éxito tiene nombre y apellido: Elliot Smith, empresario exitoso de treinta y seis años que pronto contraerá matrimonio con su bella novia Olivia Styles. Todo parecía bastante maravilloso y próspero, pero todo comienza a tomar un rumbo diferente cuando se ve arrastrado por sus dos mejores amigos a un club nocturno bastante peculiar. Entonces Elliot se ve seducido por el lugar y atraído por un bailarín que no despertaba el interés de nadie.

Pero si el suyo.

Y el bailarín menos popular del club pensaba que aquel hombre guapo y bien vestido era un cretino pervertido por mirarlo más de la cuenta sin dejarle paga.

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Capitulo 1
--Nunca creí que te volverías tan aburrido una vez que te comprometieras.--…--Niega abriendo la puerta del copiloto de aquella gran camioneta negra que tenía su viejo amigo.— ---Ya era hora de sentar cabeza. No puedo ir por la vida de fiesta en fiesta acostándose con la primera mujer que se me presente.— --¿Cómo que no? Dominique y yo vivimos en esa fabulosa rutina y estamos mejor que nunca ¿No es así, Domi?— --Exactamente, Natt.--…--Apoya el hombre sentado en el asiento del copiloto . Nathaniel  hablaba a desde los asientos traseros.— --Y por ver el disparate de vida que llevan es que quiero algo serio. No quiero terminar como ustedes dos.--…--Se sube a su camioneta sacando las llaves.— --Auchs.--…--Los hombres dramatizan dolor.--…--Elliot, no hace más de tres meses tu formabas parte de nuestro “disfrute de vida”--…--Nat hace comillas con sus dedos. Dominique y Elliot lo ven por el retrovisor.--…--Las personas cambian ¿Sabían eso?--…--Enciende el auto.— --Si para ti cambiar es dejar de divertirte y proponerle matrimonio a la mujer que no conoces de hace más de un año, pues hombre déjenme como estoy que no quiero cambiar nunca.— Dominique y Elliot sonríen, bueno Elliot fue el único que lo hizo ya que aquel castaño de cabello algo desaliñado estaba carcajeándose. --No he dejado de divertirme.--…--Echa el auto a andar saliendo del estacionamiento de su empresa.--…--Tan solo me voy enfocando en otras cosas.— Hace poco conoció a Olivia; una belleza de mujer por la cual vale la pena arriesgar cada fibra de cuerpo, dejar cualquier cosa, así que Elliott dejaría su vida desordenada en el olvido nada más para permanecer al lado de Olivia y hacerla la mujer más feliz de toda Inglaterra. --Hombre, que puedes enfocarte en tu prometida, en la empresa y divertirte con tus amigos.— --Natt tiene razón, eh, mira que he conseguido un lugar maravilloso para… --No.--…--Habla Elliot cortante.--…--Los dejaré a cada uno en sus casas y luego iré a la mía a dormir porque este señor trabaja hasta los sábados ¿Y qué día es mañana? Si, sábado exactamente.— --Oh vamos no seas tan aguafiestas. El lugar es estupendo.— --No.— --Déjalo Natt, aceptemos que Elliot ya se ha convertido en un viejo amargado.— --Ah ¡Claro que sí! Nuestro Elliot nunca rechazaría una invitación de sus queridos amigos.— --Menos un viernes.--…--Asiente Dominique.— Elliot detiene la camioneta frente un puesto de comida rápida. --Bien payasin y bufonsin de la diversión.--…--De sentó de lado para mirar a sus amigos.--…--¿Qué se supone que he cambiado tanto par que me llamen aburrido?— --No sales con nosotros.--…--Empieza Natt.— --Ya no respondes en nuestro grupo de WhatsApp.--…--Le sigue Dominique.— --Rechazas cualquier invitación nuestra.— --Hasta la salida de los martes.--…--Elliot los mira sin articular nada. Pareciera como si se pusieran de acuerdo para lanzarle en cara todo lo que ha dejado de hacer.— --¡Eso! j***r, ni cuando fue el cumpleaños de mi hermana deje de asistir a nuestras comidas.— Las comidas de los martes consistía en un almuerzo en el restaurante “la escala” no muy lejos de la empresa. El restaurante favorito del trío de hombres, pues a ellos les encantaban la comida mediterránea y para ellos ese restaurante tenía la mejor comida de este tipo. Para ellos comer los martes era como una tradición que mantuvieron en pie desde hace unos cinco años y que ahora se veían dañada porque Elliot dejo de asistir. Natt abrió su boca para continuar pero Elliot alzó su mano haciéndolo callar. --Suficiente.--…--Suspira.--…--Bien si, tal vez los haya dejado de lado, un poco.— --¿Solo un poco?— Elliot cerró los ojos deseando obtener paciencia. --Ya, ya, los he dejado de lado pero con esto del compromiso y el lanzamiento de los nuevos modelos no he tenido tiempo para otra cosa.— --Nosotros lo entendemos , Elliot pero nunca habías dejado de divertirte sin importar el trabajo que te tocara hacer.— --Si, verte tan ausente es extraño – Los amigos asienten tranquilos. --Bien, tal vez podamos divertirnos un poco.--…--Sonríe ladino.--…--Pero solo un rato, recuerden que ahora soy un hombre comprometido y si Olivia se entera me mata.--…--Vuelve a si posición erguida.— --Al fin el trío NED se une de nuevo.--…--Dominique da un aplauso.— --Nunca nos hemos separado, solo que ustedes son unos dramáticos de primera.— --Habla por ti mismo. Como no fue a ti a quien dejaron embarcado por casi dos meses en el restaurante.— --Mejor cállense antes de que cambie de opinión.--…--Enciende por segunda vez en esta noche el motor de su camioneta.--…--Y para que les quede claro solo iremos por unos tragos ¿Ok? Nada de mujeres ni encuentros casuales.— --Lo que diga usted, señor dominado.--…--El par colocan sus manos en las esquinas de sus frentes como cuan soldados.— --Imbéciles.— Había cedido ante sus amigos pero se mantendría firme con lo de no involucrarse con alguna mujer porque debía respetar a Olivia, respetar el compromiso que ha sido marcado por unos anillos de bodas. Elliot no sería un mal hombre. No es ningún insensible ni infiel que aprovecha cualquier oportunidad para meterse en la cama de mujeres desconocidas. Pero era algo de lo que él mismo estaba seguro, sin embargo la vida da muchas vueltas y ocurren cosas que no imaginamos ni de cerca que pasarían. El reloj marcaba las nueve con cincuenta, el trío de amigos estaban entrando en un lugar bastante ruidoso, con un letrero grande iluminado de color verde neón  marcando el “In Fall" y a Elliot le había gustado el nombre dado a un lugar no muy bien arreglado, de música ruidosa y olor a cigarrillos. Elliot quería preguntar un poco más sobre el lugar pero conocía tan bien a Dominique que sabía que su amigo no le diría ni una sola palabra nada más para aumentar su curiosidad. Porque para bien o para mal Nat y Dominique lo conocían tanto como él lo hacía con ellos. --Estoy seguro que este lugar te encantará.--…--Dominique paga al tipo moreno y alto encargado de la entrada. Una vez listo eso el hombre los deja pasar sin decir ni una sola palabra.--…--Hacen un cóctel tan bueno. Ni te imaginas.— --Y unos espectáculos maravillosos.— --Ustedes al parecer han estado paseando mucho por aquí. Conocen mucho el lugar.--…--De no ser por la sonrisa en su boca sus palabras hubieran sonado con reproche, tal vez.— Para cuándo Elliot miro a sus amigos caminando a su lado con aquellas expresiones tan aburridas. Él supo que no podía ponerse en ese plan aún queriendolo o no. Quien ha estado alejado de sus amigos es él. Correcto. --Y unas bailarinas tan hermosas con esos pechos tan…--…--El gesto que Natt hizo con sus manos le hizo a Elliot rodar los ojos El castaño de ojos azules sonríe nervioso recobrando la compostura.--…--¡Tan talentosas! j***r, que son unas mujeres con verdadero talento.— Al terminar de caminar por el largo pasillo con luces rojas ellos llegaron al fin a aquel disturbio de hombres animados, bombillas de color celeste, lo que le quedaba perfecto al mediano lugar. Gracias a esa buena iluminación Elliot dio rápidamente con la barra al fondo, los muebles de cuero sirviendo de asiento para los visitantes. Frente los mismos una pequeña mesa redonda de cristal. Pueda que el lugar no fuera tan grande como debería, pero Elliot no mentiría al decir que el espacio pasaba al segundo plano una vez que notabas el ambiente animado. Es más, a Elliot le parecía una excelente idea sentarse en uno de aquellos muebles y beber un par de tragos, nada fuera de lugar. Todo tranquilo. Dominique y Natt guiaron a Elliot hacia unos muebles que no quedaban muy lejos de la entrada. Una chica los atendió de inmediato y ellos pidieron un whisky puro con hielo. --¿Y bien?— --Bueno pero nada sorprendente.--…--Se recuesta de espaldas del mueble.— --Debes estar bromeando hombre.--…--“No Domi, no lo hago” respondió internamente Elliot.--…--Mira a esas preciosas mujeres. No me vas a negar que bailan de puta madre.— Elliot miró con más paciencia hacia aquellos pequeños escenarios con tubos conectados al techo; Las mujeres que movían sus caderas al ritmo de la música no le llamaron demasiado la atención, ni siquiera por sus vestidos íntimos tan provocativos que iban desde el disfraz de enfermera sexy hasta una tierna colegiala. Aunque a Elliot le pareció atractiva la bailarina de la esquina, se movía con ganas, el trajecito tan delgado como diminuto de policía no dejaba nada a la imaginación. Ella tenía un cuerpo espectacular y para cerrar con broche de oro la mujer tenía un rostro digno de sus atributos como el traje revelador que portaba. Pero no más hermosa que su preciada Olivia. --Bailan bien.--…--Fue lo que dijo luego de analizar con cuidado a cada bailarina. Habían siete en total y dos hombres con calzoncillos bastante apretados a la vista pero a Elliot le importó muy poco los masculinos.--…--Me gusta el concepto del lugar pero no es algo para exaltarse.— No, claro que no. --Espero un rato más y ya verás.— Y como con ello parecieron estar de acuerdo decidieron hablar de sus viejas vivencias para pasar el rato. Sus revoltosos y algo inmaduros amigos eran todo un caso difícil de tratar. Natt con 34 años recién cumplidos y Dominique con 36 igual que el, pero Elliot siempre fue el más maduro de los tres pero la responsabilidad nunca le impidió ser tan disparatado como si se hubiese quedado en sus diecisiete años. Pero ahora no estaba tomando las cosas como lo haría un adolescente con dicha edad, no quería cambiar no, pero era consciente de que al menos debe sentar cabeza como el gran empresario que es. Aunque estar en este lugar no es muy consciente de su parte. --Allí viene mi favorita.--…--Elliot miró hacia el fondo del lugar donde entraba una rubia alta y esbelta, hermoso cabello largo recogido en una cola de caballo.--…--Según averigüé es Rusa. Es muy sexy.--…--Domi relame sus labios mirando a la mujer con su mini traje de enfermera.— A ella se le unieron un grupo amplio de mujeres semi desnudas bailando con ganas, unas actitudes dignas de unas modelos tan profesionales que Elliot temía que fueran famosas encubiertas. --A mí me encanta la morena, tiene unos ojos azules que te encantan. Ella me encanta.--…--Dijo mirándola con ganas entre todas las demás.— --Si que lo hace.— Ese fue el principio de un rebullicio tan escandaloso como solo l palabra misma podía definir; las mujeres se restregaban casi de forma obsesiva, los hombres gritaban debido al espectáculo y se acercan lo suficiente para colocar sus billetes en la ropa interior de las mujeres, uno que otro hombre también recibía dinero. Era un espectáculo bastante peculiar, una locura digna del lugar. Ahora Elliot se lamentaba no haber conocido este sitio antes porque él sin duda hubiera venido por poco una vez por semana sin falta. Ahora, solo le queda ver lo más que pueda durante el poco tiempo que dure. --¡Te lo dije, esto es lo máximo!--…--Escuchó la voz de su castaño amigo, su rostro menos tensó.--…--¡Vamos!— Pero aquel par tomó la delantera dejándolo atrás, tan emocionados y primitivos pero ya no le sorprendía el comportamiento desenfrenado e indecente de ellos. Malditos impulsivos. Elliot no se sentiría tan bien como lo hace estando al lado de ellos. Se levantó sin muchas ganas para ir con sus amigos pero algo, o mejor dicho, alguien le llamó la atención. Tal vez fue la cabellera ondulada, larga y abundante que caían sin ningún orden por unos hombros gruesos. Elliot mantenía su vista en aquella esquina donde ningún cliente prestaba atención, tal vez luego culparía al rojizo cabello del muchacho, a los bonitos movimientos del mismo o a su propia curiosidad. Joder, el chico no se veía entregado a su trabajo como sus compañeros, siquiera sonreía ¿Siquiera habrá notado su presencia? Elliot lo miró por un poco más de tiempo antes de desviar su atención al desordenado cúmulo de hombres al fondo y fue con sus amigos. No se quiere ni imaginar lo que dirían si le ven prestándole demasiada atención a un muchacho en lugar de las despampanantes mujeres.

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