Estamos en el averno, el averno es la entrada al Infierno. Dicen que si los hechizos para invocar a demonios mayores los haces aquí tendrán mayor éxito y éxito es mi segundo nombre.
—Zee, no es buena idea, recuerda lo que pasó, si vuelvo a fallar en medio de la invocación ¿Quien te cubrirá?
Ruedo los ojos ante las palabras de Azazel, él perfectamente sabe que ni Satán me haría cambiar de parecer, la prueba es en unos días y necesito saber que tengo el control para retener demonios poderosos.
—Azazel, basta tienes que hacerlo y te saldrá bien ¿Confías en mí?—le preguntó extendiendo mi mano y él la toma rápidamente.
—¡Grand démon, je t'invoque, viens en ma présence et accepte-moi comme l'un de tes frères!—empezamos a decir las palabras de invocación en unisono.
La tierra empieza a vibrar incontrolablemente, haciendo que nos alejemos un poco. La cueva del averno se postra en total oscuridad, solo puedo sentir las manos de Azazel que sigue de frente mío.
El vibrante suelo cruje en medio de nuestros pies y de la nada se empieza abrir la tierra, una luz negra y brillosa invade la cueva; de ella sale una onda de fuego a su alrededor y de repente una oleada de poder nos avienta de extremo a extremo de la cueva.
El cuerpo me arde por la magia oscura que me impacto, volteo a ver a Azazel pero no puedo ver más allá de la luz negra.
—¡la télépathie Azazel! —invado en sus pensamientos por medio de telepatía, pero no encuentro nada ¡Mierda!
La bola negra ha tomado una forma humanesca pero no deja de ser una forma abstracta. Esa cosa extraña se para frente a mi y veo fuego emanando de ella.
—Criokinesis—trato de manipular hielo con mi poder,
pero un golpe me azota tan fuerte que me hace jadear de dolor.
La figura extraña está delante de mí y trato con todas mis fuerzas crear ondas telequinéticas.
Lo logro, me la apartó con las ondas de energía que pude sacar, pero la cabeza me duele, es un dolor palpitante, no tengo fuerzas y me siento estúpidamente débil.
Un líquido caliente recorre mi cuello y levantó mi mano para agarrar mi cabeza, siento que se humedece rápidamente y veo que mi mano está llena de sangre.
¡Por Satán!
—Zeena ¿Dónde estás? — escucho a Azazel llamándome del otro lado de la cueva, suspiro derrotada y cierro los ojos envolviendome en la oscuridad.
(...)
Me despierto en mi habitación, me duele la cabeza, me tocó rápidamente la zona dónde el dolor se extiende.
—¡Auch!—exclamó en protesta por el dolor.
—A ver si así, aprenden a comportarse como los brujos que deben de ser, este tipo de actitudes los espero de una joven bruja inexperta, pero de ti Zeena ¡Que satán se apiade!
La voz de mi madre resuena en mi cabeza, ¡Por Satán! Mátare a Azazel cuando lo vea, que difícil era decir que me caí.
Escucho unos pasos subiendo a mi habitación y veo a Azazel entrando como cachorrito regañado, inmediatamente lo fulminó con la mirada.
—Ahora que los dos están aquí, me van a escuchar —dice mi madre y yo ruedo los ojos— ¿Que hubiera pasado si no hubieran controlado a ese demonio? Les recuerdo que hay demonios mayores que quieren el trono de satán y pueden usarlos a ustedes para poder encontrar al sigil.
Volteo a ver a Azazel y él se encoge de hombros.
¡Traidor!
—Zeena por Satán, estás a punto de cumplir tus 19 calaveras, comportate. Y tú Azazel con 22 calaveras y sigues haciendo las estupideces que está niña quiere.
Me acaba de decir vieja por mi edad y ahora me dice niña, en fin la hipotenusa.
—Basta madre, la próxima..
—La próxima nada— me interrumpe, está demasiado irritada— ¡Por satán! Los gusanos me comerán antes, por culpa de ustedes— dice saliendo de la habitación en un hilo de voz.
Rápidamente le lanzó un cojín a Azazel y él lo esquiva. Se acerca a mi con seguridad y se recuesta en mi cama abrazándome.
—No quiero, estoy enojada—le digo en un puchero y él me aprieta más fuerte.
—No lo suficiente para negarte a mis abrazos.
Entrecierro los ojos y lo miro furiosa, sé que tiene razón, pero él sabe que jamás lo aceptaré.
—Azazel—lo llamo curiosa.
—Dime, bonita.
—¿Que paso contigo en el averno?—no puedo dejar de pensar que no lo vi en ningún momento y pensé que se había muerto.
—Estaba cerrando el portal qué se formó en el piso, habían demonios como pulgas queriendo salir, perdona por no ser tan rápido.
—Si prácticaras, serías más rápido—le digo con una sonrisa o intentando una.
Él toma mi mentón alzando mi cara, me encuentro con su mirada y tengo que contener el aire porque cuando me mira de ese modo, pierdo cualquier tipo de oxígeno que exista en este mundo, su mandíbula se tensa enmarcando sus facciones varoniles.
—No se que hubiera pasado, si te hubiera perdido—dice preocupado.
—Serias el mejor de la clase—le digo con diversión.
Él sonríe negando con la cabeza y puedo contemplar mejor sus facciones; tiene el cabello azabache, el cuerpo bien trabajado, los ojos de color avellana claro y los labios gruesos. Trae una chaqueta de cuero que cubren sus tatuajes de sigilo (sellos mágicos) nunca se lo he dicho pero esos tatuajes lo hacen lucir muy sexi.
Claro que nunca lo escuchará de mi.
—¿Por qué estás colorada, Zee?—me pregunta intrigado.
—Nada—sonrió inocentemente y el esboza una sonrisa.
Debo dejar de echar a volar mi imaginación, nuestras miradas se conectan por un leve segundo y la forma en que mira me pone de nervios.
—¿Tienes hambre?—me pregunta rompiendo el silencio.
—No.
—Bonita.
—Az.
Relamo mis labios y me acerco a él, él baja su vista de mis ojos a mis labios y la respiración me comienza a faltar, un carraspeó del otro lado nos hace girar. Mi madre aparece muy entusiasmada en la puerta de la habitación.
—¿Que pasa, madre?—pregunto curiosa.
—Va a ver un sabatt —dice alegré.
El sabbat es la reunión de las brujas y hechiceros, es algo perturbadora para los humanos, pero es la mejor reunión de los brujos, no solo es poder, también representa diversión sin pudor.
—Tu madre es fan de los sabbat—me dice divertido.
—Es la mejor parte de estar del lado oscuro.
Él esboza una sonrisa traviesa y asiente, me acerco a él y pongo mi cabeza sobre su pecho, él me pasa sus dedos por mi brazo y traza unos pequeños círculos.
—Para mi, el que seas mi mejor amiga es la mejor parte—susurra animado.
Mejor amiga.
Auch.
Sonrió algo incómoda, me muevo sentándome y él hace lo mismo, se levanta y se quita la chaqueta de cuero que trae puesta, queda con una polo básica, haciendo que sus brazos se vean más marcados, observó sus tatuajes y me intentó levantar, pero la cabeza me da vueltas y mejor me recuesto junto a Az.
Empiezo a trazar sus tatuajes y él me observa atentamente.
—¿Qué significan?—le pregunto.
Nunca me habla del tema, solo un día apareció con ellos y se le veían tan bien que no le dije nada.
—Que estaba aburrido—responde en burla.
Azazel y yo nos miramos, yo relamo mis labios y él observa mi gesto, se levanta rápidamente de la cama y se frota su cabello azabache.
—Te dejaré descansar, bonita.
—Az, quedate conmigo.
—Hoy no—responde algo tenso, sin mirarme.
—Pero me puedo caer, aún me siento muy débil.
—Bueno, pero solo hasta que te duermas.
Sonrió y me acomodo para que se acueste conmigo, él se acerca y me abraza, pongo mi cabeza en su pecho y él me besa la frente tiernamente.
Me despierto con la respiración agitada tuve un extraño sueño, Azazel está dormido junto a mi, lo observó atentamente y no puedo evitar sonreír.
Pego mi cara junto a la suya para verlo mejor, las manos me pican por acariciar sus facciones, estoy apunto de hacerlo pero el abre los ojos y me observa.
Le sonrió y él me regala una sonrisa de lado, me alejo un poco y me levanto de la cama, él hace lo mismo y agarra su cazadora.
Me meto al baño y me echo agua en la cara, me lavo los dientes y me acomodo el cabello.
—¿Te quedas a desayunar? —le digo cerrando la puerta del baño.
Él se ve muy tenso, tiene la cazadora pegada a él y no la mueve.
—Otro dia— me dice y abre un portal rápidamente.
Siempre hace lo mismo, se va y ni siquiera me mira, es como si saliera de prisa, ni siquiera se molesta en decir algo, simplemente desaparece.
Me boto en mi cama y comienzo a pensar que ponerme para el Sabbat.
Recuerdo el pequeño vestido n***o de tirantes que me compre hace unos meses, es un buen momento para usarlo, después de todo es el último Sabbat al que asistiré como simple bruja.
Después de mi iniciación todo cambiara para mí.
Para todos.