El control prenatal

1738 Words
Debía hacer catarsis, lo necesitaba, desde que abandoné la casa de Gael era vital que sacara todo lo que mi alma sentía, creo que con tantas lágrimas saqué todo lo que me atormentaba. Compre una rica tarta de manzana, pese a lo sucedido celebraría mi embarazo, este bebé no tiene la culpa de que su padre sea un grandísimo imbecil, así que cambie mi actitud, ya no me dejaría humillar por nadie. Llegue a casa y doña Flor me esperaba, había llegado algo de correspondencia, me invitó a tomar una taza de té, perfecto para la tarta que llevo, su esposo don Joaquín estaban viendo televisión, hace años sufrió un derrame así que no es muy consciente de la realidad. -¿Lloraste?- preguntó sirviendo un poco de té -Así es doña Flor, hoy me enteré que estoy embarazada.- -Eso es una buena noticia.- -En verdad lo es.- -¿Y el padre?- -Lo cuestionó.- -Que mal, el padre es el hombre que viene todas noches ¿verdad?- -Lo es.- -Pensé que tenían un linda relación, siempre era atento, me ayudaba con mis bolsas, incluso en un par de ocasiones saco mi basura, muy apuesto y elegante.- No sabía que ellos había interactuando, aunque claro que debía pasar, Gregorio se la pasaba aquí. -¿Marcus lo sabe?- -¿Lo del hombre?- -Si.- -No, es tu vida querida lo que hagas con ella es tu problema, se supone que Marcus te arrendó el departamento, no es el dueño de ti.- -Gracias.- mencioné tomando su mano.- -Bueno ahora debemos pensar en el bebé ¿programaste controles? ¿Todo está bien?.- -¡Si! Eso me tiene feliz, también por el trabajo, ahora como administradora puedo ganar más y estoy casi todo el tiempo en la caja, no debo estar corriendo de un lado a otro.- -Me alegra mucho.- Terminamos la tarta y me fui a mi departamento, revise mi celular habían cientos de llamadas de Gregorio y un par de mensajes, en todos decía lo mismo, que por favor habláramos, pero no había nada que decir. Saqué la computadora, una nueva historia se tejía en mi cabeza, sería sobre mi vida, un esposo maltratador al que llamaré Gabriel, una hermana que siempre me envidio y se convirtió en amante, la llamaré María, una suegra que era la propia bruja llamada Sara, adicional un hombre que apareció fingiendo ser un príncipe azul pero terminó siendo un villano, lo importante de este libro es que la mujer aún quedando embarazada logra reponerse y salir adelante sola, siempre con ayuda de personas maravillosas a su lado. Juro que relataré todo, cada uno de los golpes recibidos, los castigos, también mencionaré el buen sexo del villano, debo darle crédito a lo que me ha enseñado y por la bendición que llevo en el vientre. Con lágrimas en mis ojos comencé a relatar la espantosa boda, el abandono y el primer golpe de Gael, ver mi ojo lleno de hematomas me daba a entender que así sería toda mi vida. Mientras tecleaba con lágrimas en mis ojos las puertas del departamento se abrieron, era Gregorio quien ingresaba, no quería discutir con él, estaba en un enredo sentimental recordando mi vida en la mansión que no desean hablar. Lo vi llenar la alacena, trajo comida china y la dejo en la mesa, se acercó a mi, no sé qué pretendía pero juro que le lanzaría un golpe. Me dio un beso en la frente, después habló. -Lamento lo de hoy, sé que me pediste que me fuera de tu vida pero no lo haré, te daré el espacio pero quiero que sepas que estaré cerca.- tomó las llaves y salió, yo seguí en el mar de llanto, no lo entiendo, se supone que yo lo engañé, ¿qué hace aquí?- Un par de horas más escribiendo y me fui a dormir, la vida continuaba así que yo también debía hacerlo, al menos el trabajo en la cafetería me distraía, en las tardes iba de compras y después a escribir, lo positivo es que Marcus había vuelto a la ciudad, me visitó en el trabajo y charlamos un poco, era un hombre muy ocupado. Era hoy mi segundo mes de embarazo, debía ir al control así que me puse un lindo vestido verde, un saco tejido finamente que medio cubría, aún llevo tacones pues el embarazo no se me nota, cepille muy bien mi cabello, maquillaje suave y decidí ponerme un labial rojo, me gustaba como veía. Salí de casa, hoy era mi día de descanso así que no tenía afán alguno, doña Flor se había ido de viaje por unos días donde su hija, me hacía falta no escuchar su voz, solo esperaba que volviera pronto. Llegue puntual a la cita, escuché cuando mencionaron mi nombre, justo cuando iba a ingresar Gregorio pareció, él abrió la puerta por mi. -¿Qué haces aquí?- pregunté -Es el control de mi hijo, debo estar aquí.- -¿Tú hijo?- mencioné con los brazos cruzados.- -Lo es, no hagas esperar a la doctora.- mencionó poniendo su mano detrás de mí cintura, empujándome adentro, la doctora estaban en su escritorio. -Hola Laura ¿cómo estás hoy?- preguntó -Buen día doctora, estoy muy bien.- -Supongo que eres el padre.- -En verdad él es…- -Soy Gregorio Mellers el padre así es.- -Me alegra que estén juntos, los embarazos con los padres unidos son más sanos.- mencionó la doctora.- -Estaré acompañando a mi mujer en todas las citas, por favor pueden compartir el calendario para enlazarlo con el mío.- -Claro que si señor Mellers.-Yo solo lo observaba, hoy vestía igual de guapo, un traje de tres piezas con estilo italiano, su aroma me alborotaba por completo, la manera como sonría me recordaba cada que teníamos sexo, siempre mostraba sus dientes de una manera sensual.- Me pasaron a la camilla, levanté mi vestido, la doctora puso gel en mi abdomen y comenzó a proyectar unas imágenes, ahí estaba mi bebé, su corazón latía con fuerza. -Bueno papitos, tiene un bebé perfecto para 8 semanas, todo está muy bien, siga con las indicaciones y los controles, el primer trimestre es el complicado pero va por buen camino, felicitaciones.- Escuchaba su palpitar, creo que es el sonido más hermoso que puede existir, mis lágrimas bajaban por mis mejillas, Gregorio me limpiaba con delicadeza. Me ayudó a retirar el gel y ponerme de pie, me entregaron la lista de vitaminas y cuidados, ahora los dos abandonamos el consultorio. Pise en falso y por poco me caigo, Gregorio me sujetó de la cintura, quedé tan cerca de sus labios que pensé en besarlos, malditos impulsos primitivos, debo controlarlos. -Te llevaré a comer algo.- mencionó -No deseo hacerlo, ya puedes dejar de fingir.- -Dije que iremos a comer.- -Y yo dije que no.- Gregorio me tomó de la mano y me sacó del centro médico, al frente había una cafetería, los dos ingresamos y pedimos una mesa, yo tomé la carta con desagrado.- -Si no pides lo haré yo por ti.- mencionó -Un pedazo de tarta de manzana y un café, solo eso quiero.-respondí -Bien.- Una chica nos atendió, tomó el pedido y se marchó, yo quería evitar verlo pero era imposible estaba justo al frente. -¿Cuál es tu juego?- pregunté -No juego a nada Laura.- -¿Ah no? Me dices que no es tu hijo, has estado yendo a mi departamento cada día por un mes, me dejas comida, también regalos, me das besos en la frente y te marchas, ahora también vienes a la cita de control de tu No Hijo.- -Es mi hijo, no hay duda.- -¿No la hay? Explícame cómo un hombre con vasectomía tiene un hijo.- -Es mi hijo Laura, eso es todo.- Llegó nuestro pedido, comencé a devorar mi tarta con agrado, Gregorio solo me observaba sin perder detalle, una vez terminamos pidió que lo acompañara a un lugar. -¿Y si no quiero?- mencioné -Te llevaré en brazos Laura, tú me dirás si por las buenas o por las malas.- -Por las malas entonces.- Gregorio se acercó y me levantó en sus brazos, solo vi como mis pies se alejaron del suelo, su conductor abrió la puerta del auto y me subió, yo iba a su lado pataleando pero él me inmovilizó. -Lastimaras al bebé.- mencionó, él tenía razón así que me senté y no volví a moverme. Llegamos a un gran edificio, sé que solo los más acaudalados vivían aquí, Gregorio me llevó al ascensor. -Mi piso es el 16, la clave del ascensor es 3789, te llevará directo.- -¿Por qué me lo das?- pregunté pero no respondió Llegamos a su departamento, quedé maravillada por el lujo, viéndolo bien no entiendo por qué pasaba las noches conmigo.- -¿Qué hacemos aquí?-pregunté -Aquí vivo yo, quise traerte para mostrarte algo de mí, también deseo veas algo.- mencionó tomándome de la mano, me llevó hacia una habitación, al abrirla me maravillé, estaba decorada de blanco, era para un bebé.- -¿Qué es todo esto?- -Es para nuestro bebé, no quiero presionarte, te dije que te daría tu espacio, pero quiero que sepas que este departamento está disponible para ti y mi hijo, quiero que sean parte de mi vida.- -Deseo irme.-No me sentía cómoda, sé que el planeaba algo, sus buenas intensiones no me las creía.- -Te llevaré.- -No, conozco el camino.-mencioné caminando hacia el ascensor, Gregorio iba a mi lado, una vez la puerta se abrió el me dio vuelta, tomó mi rostro con fuerza para después unir sus labios con los míos.- -Te extraño.- mencionó mientras me devoraba los labios, sus manos comenzaron a tocar mi cuerpo, creo que ya estaban mis bragas mojadas pero debía reaccionar.- me aparte de él con un empujón y me marché, estoy segura que si duro un minuto más terminaré desnuda en su cama. Mientras iba en el taxi recibí una llamada de Manuel. -Hola.- saludé -Laura que bueno que me respondes, tengo buenas noticias, la próxima semana el libro saldrá a la venta, ya hicimos algunos lanzamientos de capítulos y ha sido un éxito, haremos un evento donde por supuesto que contamos con tu presencia.- -Claro que si, por favor envíame la dirección y hora, yo iré.- -Perfecto, en un momento lo haré.- Colgué la llamada y sonreí, una noticia positiva me había dado Manuel, por fin seré reconocida como escritora.
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