—¡Amelie…! ¡Ame… Amy…! — Ella miraba fijamente hacía la puerta de su oficina mientras Manolo parecía que le hablaba a la pared. —¿Qué dijiste? —preguntó ella algo atontada. —Desde la mañana haz estado muy rara, muy callada, pareciera que algo te preocupa, ¿Qué es? —le pregunto. Amelie sacudió un poco la cabeza en negativa. —Nada, estoy distraída sólo eso… no te preocupes, ya se me pasará. Pero Amelie no podía dejar de pensar en la llamada que había recibido ayer por la noche, La voz era de Demián Morell pero se parecía tanto a la de Izan, cuando la llamó “venadita” su piel se erizó. No podía ser coincidencia que justo cuando Suzette llegó a Manhattan también Demian Morell tenía que haber una conexión y ella lo iba a descubrir —tengo algo que hablar con Suzette, ahora vuelvo. En e

