Habían pasado dos semanas desde el día en que Amelie despertó en uno de los dormitorios de Dominatrix, no había salido en ningún momento de esa habitación, al parecer las palabras de Bella eran muy en serio, podía dejarla ahí encerrada para siempre. Seguían llevándole un plato de comida al día y se limitaba a ver por las mañanas a las chicas que entrenaban ya fuera en clases de ejercicio en el jardín, posando para fotos o incluso tomando el sol en la piscina, pero lo que más le llamaba la atención es que esas chicas no parecían sufrir, parecían contentas. Amelie tenía dos opciones, salir y averiguar como podía escapar de ese lugar o quedarse encerrada para siempre. Deseaba con todas sus fuerzas volver a ver a Izan y a su abuela, ellos estarían buscando, ella también tenía que poner de su p
