—Confío en que Amelie estará bien aquí Bella, te la encargo, mientras tendré que trabajar en recomponer la empresa, arreglar el desastre que Christopher dejó antes de morir, además planeo cambiar el nombre a la empresa, no pienso dejar que un minuto más lleve el nombre de los Becker.
Bella sonrió con maldad.
—Por Amelie no te preocupes, le daremos un trato especial, estará en las habitaciones de nuestras consentidas, espero este sea sólo el inicio de lo que hemos planeado durante años —Bella alzó la copa de vino blanco que tenía en las manos.
—Que así sea —ambas chocaron las copas —por cierto, que Amelie sea entrenada para ser sumisa, lo he pensado bien y mi hija no nació para ser un líder como nosotras, así que mejor pensaré en ofrecerla a algún hombre importante que viva muy lejos
