BASTIAN
Estamos tan cerca que nuestros cuerpos prácticamente se están tocando, puedo sentir la electricidad que aún corre entre nosotros y sé que ella la siente también, porque parece tan sorprendida como yo por la reacción de nuestros cuerpos a la cercanía del otro, el doctor Phillip probablemente tenía razón acerca de que nuestro vínculo no se rompió por completo, y aunque yo ya sospechaba de esto desde hace mucho tiempo, lo que estoy sintiendo ahora me demuestra que es cierto y nuestro vínculo aún permanece allí, dañado, pero aún existe.
“Bastian…” ella murmura con voz temblorosa y mi erección aumenta al escucharla pronunciar mi nombre.
“Lo sientes también, ¿no es cierto?” le digo con voz ronca por el deseo mientras mis manos rodean su cintura.
“Me deseas tanto como yo a ti,” añado cuando percibo el olor de su excitación y ella frunce ligeramente el ceño mientras sacude su cabeza.
“No, claro que no,” ella responde, evitando mirar a mis ojos, pero su cuerpo deja entrever su mentira, así que bajo mi mano hacia su entrepierna y ella ahoga un grito.
“¿Entonces por qué estás tan mojada?” le pregunto mientras mis dedos acarician su intimidad.
El gemido que escapa de su boca es suficiente para romper cualquier vestigio de autocontrol que pudiera haber quedado en mí, y usando mi mano libre para rodear la parte de atrás de su cabeza, enredando mis dedos en su cabello, presiono mis labios contra los suyos y la beso como si fuera la primera vez, con tanto amor y deseo que incluso si al principio ella simplemente se quedó completamente rígida, ahora ha empezado a responder a mi beso y abre su boca para permitir que mi lengua dance con la suya, mientras mis dedos continúan trazando círculos en ese punto mágico que la hace gemir sin parar al tiempo que ella me besa.
Y cuando deslizo uno de mis dedos dentro de ella, ella se sobresalta ligeramente, pero no le doy tiempo de reaccionar antes de inclinarme y tomar uno de sus pezones entre mis labios, pero antes de continuar mi ataque en su otro pezón, siento su mano posicionarse en la parte de arriba de mi cabeza y empezar a empujarme suavemente hacia abajo, así que sin demorarme más tiempo, obedezco la orden silenciosa y voy bajando mi cabeza lentamente, trazando una línea de besos por su abdomen hasta llegar al lugar en el que mi mano ha estado trazando círculos, y reemplazo la palma de mi mano con mi lengua al tiempo que continúo moviendo mi dedo dentro y fuera de ella, haciéndola gemir en voz alta mientras sus dedos se enredan en mi cabello.
Si alguien me preguntara cómo me siento en este momento, mi respuesta sin lugar a dudas sería que estoy en el maldito paraíso, creí que nunca volvería a besarla o tocarla de esta forma, creí que no podría volver a probar su dulce sabor, ni que la escucharía gemir mi nombre de nuevo, y en lo único en lo que puedo pensar ahora mismo, es en que no quiero que este momento se termine jamás; quisiera tomarla a ella y a los bebés e irnos juntos a un lugar lejano en el que no existan guerras, ni tronos, en que no hayan odios, ni esposos molestos que se interpongan entre nosotros, que seamos solo nosotros, amándonos y follándonos por el resto de nuestros días.
Renunciaría a todo ahora mismo si ella me lo pidiera, y no me arrepentiría de ello ni por un solo instante.
Cuando siento que ella está cerca de alcanzar el clímax, introduzco otro dedo y aumento la velocidad del movimiento de mi lengua, siento sus dedos jalar con fuerza mi cabello mientras ella echa la cabeza hacia atrás y gime con tanta fuerza que cualquier persona que esté cerca la podría escuchar, hasta que finalmente ella alcanza el orgasmo con un grito que suena casi como ni nombre y su cuerpo se sacude con los espasmos.
Continúo besando cada centímetro de su cuerpo mientras ella se recupera del orgasmo y puedo jurar que la escuché murmurar “Al fin un orgasmo,” pero no quiero preguntarle nada para no dañar el momento, pues aunque estoy disfrutando cada segundo de este maravilloso instante congelado en el tiempo, de alguna forma sé que no durará mucho y no quiero arruinarlo antes de tiempo.
No obstante, justo cuando me he levantado por completo, la he tomado por las caderas y me he posicionado en medio de sus piernas, con mi erección rozando su entrada, cometo el gran error de besar mi marca en su cuello y su reacción es inmediata, su cuerpo se tensiona completamente y Elina parece salir del trance en el que se encontraba, sus ojos caramelo se convierten en frío oro en un instante mientras ella frunce el ceño hacia mí, y antes de que pueda decirle algo, ella me empuja y se aleja de mí unos pasos para después transformarse por completo en su forma de lobo, y entonces ella se marcha a toda prisa por el bosque, desapareciendo de mi vista tan solo unos segundos después.
Mierda.
Debí haber sabido que todo era demasiado bueno para durar.
Al menos logré que escuchara mi explicación sobre lo que pasó con su padre hace un año, y aunque sé que eso no exculpa mi error de no haber ido con ella directamente para decirle sobre mi decisión de darle a él una opción, espero que lo que le dije sea suficiente para que ella al menos piense un poco sobre nuestro futuro juntos, y es que no me importa el tiempo que pase, seguiré insistiendo para que ella me crea y logre cambiar de opinión respecto de toda esta guerra absurda.
Y con esa explicación fuera del camino, ahora necesito realmente concentrarme en encontrar pruebas contundentes para demostrar que no tuve nada que ver en el ataque de su familia, debo demostrarle a Elina que no tiene razones para desconfiar de mí y que tampoco necesita de ese imbécil al cual llama esposo, podemos buscar alguna solución a todo esto, sé que podemos, nuestro vínculo es tan fuerte que no hay nada que pueda romperlo, ni siquiera nosotros mismos y eso quedó demostrado hoy.
Sólo espero que lo que acaba de pasar entre nosotros no la haga alejarse más de mí, sino todo lo contrario.