Capítulo 1

1055 Words
Un diario con muchos secretos. Alice. Es diferente el sentimiento que puede despertar un hombre en una mujer sin conocerlo. Había visto al chico del estacionamiento mucho antes y creo que toda Alemania también. Era uno de los millonarios más polémicos, más brillantes y más jodidamente buenos. Era deseado por todas las mujeres y cualquier tipo, sentiría envidia de él. Tenía tanto dinero y era tan impresionante y potente. Sí, lo admiraba más de lo que debería, pero es que siempre soñé con tener en mi vida a alguien como él. Encontrar su diario, conocer sus intimidades, para mí, era la fantasía más excitante que podía haber soñado. Un hombre perfecto para mi imaginación hacerla volar. Hola, me presento. Me llamo Alice, trabajo en un bar desde hace dos largos años y tengo 30 años. No pude terminar mis estudios universitarios por falta de dinero. Mi sueño era ser veterinaria o licenciada en idiomas, pero la matrícula era muy costosa. Además, mi familia siempre dijo que moriría de hambre si estudiaba eso. Y aquí me tienen. Una persona de 30 años sin ningún tipo de estudios y trabajando en un bar de mala muerte para llevar dinero y sustentar los gustos exigentes de mi familia. Es horrible sentirse utilizada por ellos y lo peor es darte cuenta de que eres un bonito banco. No tanto mis padres. Ellos han sido los que más me apoyaron y realmente me dieron todo lo que pudieron, solo que el dinero nunca les alcanzaba. Pero mi hermana y su esposo son harina de otro costal. Se aprovechan de mí porqué no quiero que le falte nada a mi sobrina. No tengo hijos, esposo o novio. Así que todo es para ellos. Quisiera tener mi propio hogar, mi propio nidito de amor con mi hombre, pero no puedo. Todos los sujetos me buscan por mero sexo o, para que los mantenga. Ninguno se ha tomado la delicadeza de conocerme verdaderamente y a quien le di la oportunidad, me jodió para siempre mi vida y mi corazón. Hoy, él está completamente feliz con otra mujer y a pocos meses de ser padre. —La vida es dura con quien no debería serlo —suspire, mientras guardaba mi ropa en el closet. Ahora mismo me encontraba en mi habitación ordenando mi desorden. Me sentía mal, esta mañana me di cuenta de que me puede amar mucho mi hermana, pero ella y su esposo solo quieren sacarme dinero. Ponerles un límite en cuanto a lo que yo les daba para la niña, fue el causante de su enojo. A mi hermana el dinero no le alcanza y yo la ayudaba. Su esposo no gana lo suficiente para mantenerse los tres y por eso había decidido ayudar. El amor y el interés se fueron al parque un día, pero más pudo el interés que el amor que te tenía. —Por lo menos tengo mi propio espacio aquí. Puedo relajarme para ser yo misma y huir de mi cruel realidad —sonreí, al verme en el espejo. Era una chica bonita. Nada comparado al prototipo de belleza que tenemos en estos tiempos. Media 1.60, tenía el cabello castaño, ojos marrones claros, cejas un poco pobladas, morena de cabello rizado castaño oscuro y pesaba unos hermosos 63 kilos. Esto último lo supe esta mañana al ir al chequeo de rutina. Cierro el closet, voy hacia la puerta y le paso seguro, camino hacia mi cama y me acuesto. Estaba en pijama, mis pantaloncillos eran cortos y de tirantes finos, encendí el aire porque moría de calor y tomé el diario que estaba en la mesita de noche. Sonrío cuando lo abro y empiezo a leerlo. Sé que me traerá muchos problemas tener esta clase de libros más adelante, pero no creo en nadie más que estás hojas para confiar en lo que he venido haciendo desde hace muchos años. No, no es mi primer libro escribiendo mis intimidades, pero me gusta recordar en cada inicio de página lo que puede salir mal y lo mucho que me puede afectar. Por favor, si consigues mi libro, regresarlo y no sigas leyendo. Soy Oliver Sausgruber, hola. Soy conocido en toda Alemania por ser un empresario muy importante. El dinero siempre será reconocido, no importa de dónde provenga. Tengo 42 años y aunque no lo parezca, no tengo esposa, pero sí una hermosa hija de 7 años. Nadie sabe de ella porque mi vida privada es eso, privada. Los medios de comunicación han respetado a mi hija Violet durante todos estos años. En cuanto a mis relaciones íntimas, no han podido encontrar nada. Muchos hasta llegaron a pensar que era homosexual, pero no. Solo tengo muchos amigos adictos al sexo. Al igual que yo. Por eso he decidido escribir esto. Porque a ninguno de ellos les puedo confesar las delicias que hice en mi privacidad. Aquí vengo a confesar lo que se hace y lo que no se hace. Sean maduras, jóvenes, por delante o por detrás. Para mí son la perfección con dos piernas con falda y pantalón. Ellas quieren y yo también. Solo pido una cosa y sé que no la voy a tener si sigo viviendo esta vida. Quiero volver a casa y encontrar a mi hija con una madre. Pero también comprendo que no todos nacimos para ciertas responsabilidades y amarres. Querido diario, te doy la bienvenida a mis más oscuras intimidades. Solo recuerda que al terminar de leerme, tratarte con delicadeza y pasión. Con amor, Oliver. Sonreí al terminar de leer su presentación y con muchísimas ganas de seguir leyendo lo que venía en la siguiente hoja, pasé la página y me sorprendió ver una foto de un brasier pegada en ella. Recuerdo de hoy. Solo decía eso y empezaba a relatar lo que había sucedido. Este hombre escribía y describía con una hermosa letra, cada acto que hizo durante esa noche. Yo, por primera vez en mucho tiempo, deseaba ser esa mujer. Yo quería y deseaba a Oliver. Me gustaba un hombre que no me conocía y que solo había visto en las revistas y la televisión. El amor a primera vista existe. Al igual que la lectura y el sexo. Yo a él lo quiero completo. ¿Preparadas para leer El Diario de un Millonario? Vamos a desatar pasiones prohibidas, cariño.
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