Cuando ella lo llamó se alteró aún más, ya se había dado cuenta que Candy solo contestaba cuando alguien le hablaba, si no, se mantenía en silencio. — Amir. — No tuvo necesidad de gritar, ya que él estaba al pendiente de cada sonido que saliera del baño. — ¿Qué? ¿Qué sucede? — Me duele, aquí. — Solo bastó con que Candy tocara su bajo vientre para que él la levantara en brazos y la llevara a la cama, ahora sí Amir estaba nervioso e inquieto. — Tranquila, por favor respira lento, el médico ya debe estar por llegar, respira conmigo Candy, debes tranquilizarte. Amir decía esto y acariciaba el lugar donde estaba su hijo, rogando de que no fuera nada grave, este hombre amaba a su hijo, incluso antes, cuando solo era una suposición su existencia. Candy cerró sus ojos, el contacto de la m

