Luke la observó tan decidida, que por un momento le pareció ver una vez más, a una persona distinta, y a pesar de eso causarle una mezcla de curiosidad, admiración, también le produjo satisfacción, porque eso significaba que por lo menos lo deseaba y no le era tan indiferente como ella aparentaba serle. —¿Es esto un ultimátum? —preguntó, mientras ella seguía con su cuenta regresiva—. Este no es el sitio adecuado, además puede vernos algún policía y allí si estaríamos metidos en un grave problema —, trató de justificar el hombre su negativa. Ella empezó a simular que era una gallina y a cacarear, moviendo los brazos como si fueran alas. —Coc co co coc —decía para provocarlo. Él la sostuvo de la cabeza con decisión y con los ojos oscurecidos del deseo expresó. —¿Me estás

