Capítulo 3 "Infierno"

613 Words
El almuerzo fue un aburrimiento, mi madre intentando entablar una conversación con mi papá, pero se lo veía de tan mal humor que solo habla de la persona que lo choco. –Es una atrevida. –Ya pasó papá. –Ahora tengo que arreglar el auto. –¿Sabes la cantidad de plata que tengo que gastar ahora? –Papá, en serio, lo que nos sobra es plata. –Lo mire seriamente. –Déjate de joder. Termine de comer y me levante de la mesa, dejando la plata de lo que consumí. Atrás escucho a mi madre llamándome. –No seas así con tu padre. –¿Qué intentas hacer mamá? –La miro. –Ya no están juntos, no lo vas a poder cambiar. Ella agacha la cabeza y suspira. –Lo siento, ya no volverá a pasar. A veces pienso que él va a cambiar su humor, su manera de ser, pero eso es imposible. –Te llevo a casa mamá. Ella asiente y nos vamos del restaurante. Vemos un taxi que pasa por la cuadra y lo paramos. Narra Leonor. Estoy sola, ordene algunas cosas de la cocina y escucho el timbre de la casa. Camino hasta la puerta y abro la puerta. –Hola. –Me saluda. –Hola Julia. Entra a la casa y vamos hasta el comedor. –Perdón por venir tarde, había un tráfico. –Suspira. –No pasa nada. –Le digo. –¿Queres tomar algo? –Necesito un café. –Yo también necesito uno, ahora hago. Preparo los cafés y minutos después vuelvo al comedor, le entregó una taza y toma un sorbo. –Contame como te fue. – Por suerte todo salió bien pero… –¿Pero qué? Suspiro. –Al salir de la empresa, choque sin querer y le di a un auto, el dueño se puso como loco, no le hice nada al auto, solo una pequeña abolladura. –Hay cada uno, puede pasar no te preocupes. Tomamos el café y cambiamos de tema, le pregunté por su marido y me preocupo al ver como se puso. –Está trabajando. –Seria. –¿Y esa cara? –Nada. –Baja la cabeza. –Me agarro un poco de sueño, el café no me sirvió de nada. La miré atentamente, no dije nada pero prefiero esperar a que ella me lo diga.   Narra Lorenzo.   Estoy en mi casa y escucho el sonido de mi celular, es mi papá y atiendo la llamada. – Hola papá. –Hola hijo, perdón por lo de hoy, ya me disculpe con tu madre, me comporte muy mal con ustedes. –Ay papá, no me gusta cuando te pones así, al principio me dio gracia, vi el auto y no es nada, no me quiero imaginar las cosas que le dijiste a esa mujer. –Lo se pero ella también fue grosera conmigo. –Eso me alegra, que haya alguien que no te tenga miedo. –¿Me perdonas? –Si papá, nos vemos mañana. –Espera, ¿cuando va estar la nueva? –Mañana. –Está bien, quiero conocerla, al menos no quiero que te equivoques. –Vas a ver que no papá, hasta mañana.   Narra Julia.   Estoy por entrar a mi casa, enciendo las luces y camino hasta el comedor. Mis ojos se abren como platos al ver a mi marido. –¿Dónde estabas? –¿Y esa pregunta? –Nerviosa. –Estuve con mi hermana, hable un rato con ella. –¿No me estas mintiendo? Mire sus ojos, los tenia desorbitados. –No Luis, no te estoy mintiendo, podes llamarla. Estoy tan asustada, me asusta verlo así. Su cara cambia, esta triste y me abraza. –No te quiero perder. No digo nada, no le respondo al abrazo y sé separa. –¿Qué te pasa? – A vos que te pasa. –Lo miro. – Me haces estas escenas cuando lo único que hago es estar aquí o ver a mi hermana. Al segundo siento un golpe en mi cara y me sostengo para no caerme. –A mí me hablas bien. –Enojado. Las lágrimas amenazaban por salir de mis ojos, me aleje de el y entre a mi habitación. Esto es un infierno, no aguanto más
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