CAPÍTULO 2
MILANIA
Mi día sería complicado, algo nuevo para mí vida empezaba hoy. No solía romper mis rutinas porque aunque las personas fuera de mi círculo se les dificulta entender el porqué, para mí era un conflicto interno. cambiar mis patrones diarios, producto de la condición con la que nací. Jamás había sido un impedimento o una excusa para diariamente luchar por adaptarme a la vida cotidiana, por mucho tiempo intente encajar con el resto de los humanos. Solía imitar el comportamiento de las demás mujeres, para lograr camuflajear mi condición entre una sociedad que desconocía que era ser una persona asperger. Hasta que logre entender que me gustaba ser como era, por algo Dios había decidido que viniera al mundo siendo una persona ¨diferente¨, así lo dicen los libros, las campañas de concientización, películas y los documentales sobre una persona con autismo.
Pero como lo veo yo es bastante distinto, soy un ser humano como cualquier otro solo que miro el mundo de distintos colores, incluso suelo pensar que mi CPU posee un sistema operativo más avanzado, por eso siempre he sido catalogada como una chica súper dotada, podía memorizar una biblioteca de libros entera, solucionar problemas matemáticos en mucho menos tiempo que cualquier persona, siempre había estado por encima del nivel académico de una niña promedio.
Pero no era lo único en lo que era diferente a los demás, tenía una empatía limitada, y dificultades sociales, poseía una alta sensibilidad, tenía episodios de depresión o ataques de ansiedad.
Nada del terror interno que había vivido desde mi niñez por ser vista ante los ojos de los demás como una niña distinta, me hizo bajar la guardia, pueda que no fuese buena para socializar, bailar, modelar, tener amigos, pero aprendí a ser buena en lo que me permitía mi condición, me gradué muy joven como la mejor de mi promoción estudiando simultáneamente medicina, luego hice mi especialidad en fisiatría y quiropráctico, realice estudios para ser fisioterapeuta, encontré un trabajo en uno de los mejores centros de rehabilitación en la ciudad, y hoy tendría una oportunidad de trabajo distinta, después de tener dos años trabajando con niños que al igual que yo poseían una condición, hoy iría por un trabajo con un adulto, a domicilio.
Me levante a la hora de siempre arregle mi atuendo, volví a escoger mi suéter favorito holgado, y mi pantalón de mezclilla, ese era otro gran problema, la elección de mi ropa, siempre me obsesionaba con alguna prenda, que me costaba soltar o dejar ir, me sentía realmente cómoda con lo que ya conocía y se adaptaba a mi cuerpo, la tela y la textura jugaban un papel fundamental, por mis problemas sensoriales, y no me importaba si combinaba o estaba a la moda, simplemente el sentirme cómoda y que no causara alguna explosión de emociones en mí, era mi mayor preocupación.
La puerta de mi habitación se abrió, sabía que Eva mi hermana mayor no tardaría en llegar, era mi psicóloga, y mi mayor terapeuta en la vida, cambio sus sueños por mi diagnóstico, el cual fue un balde de agua fría para mi familia, ¿Qué era el autismo?, ¿Qué significaba ser asperger? En esa lucha por encontrar respuestas Eva decidió cambiar la arquitectura que era su pasión, por la psicología, en ese momento era más importante entender que patología tenía su hermana menor, y la mejor manera de ayudarla.
—Buenos días, otra vez ese horrible suéter? Recuerdo haberlo lanzado a la basura la semana pasada—moviendo su cabeza y buscando algo diferente en mi closet—hoy es un día importante, tienes que ir vestida de forma profesional, y en este closet sigue persistiendo la ropa con la que te sientes cómoda tú
—Ese es el punto, las personas deben sentirse cómodas con lo que son, con lo que llevan puesto, con lo que sienten, la vida no es como las demás personas quieren que seas, no es mi ropa lo que me define, son mis conocimientos, y eso es lo que debería importarles ¿no crees? —enfatice, mientras clasificaba nuevamente la ropa de mi armario por color
—Hemos tenido millones de veces esta conversación, como psicóloga y como hermana. Eres profesional, inteligente, y capaz, pero la sociedad no es como tú quieres que sea, o como deseas que sean las personas, siempre se fijan en la apariencia, la ropa define a un profesional, no llevas pegado los títulos como un accesorio—trata de no tener la mirada tan perdida, pensaran que no te interesa en lo absoluto la conversación
—Seré autentica, no tengo que vestirme como tu llamativa, buscando en tu oficina llamar la atención de Alan, no necesito llamar la atención de nadie para ganarme un trabajo, se exactamente cuáles son los diagnósticos que debo tratar con mis pacientes, deja de tratarme como si aún tuviera 10 años, es mi trabajo y me ocupare yo de el—mirando lo bonito que estaba el día por la pequeña ventana de mi habitación.
—vaya, estas aprendiendo a ser menos empática y más directa, por eso suelen decir que no tienes filtros tus compañeras de trabajo, y sabes que ese es un gran problema soy tu hermana y tu psicóloga, se filtrar los mensajes que trasmites, los demás te ven como una persona mal educada, y excéntrica—tomo mi cepillo y lo pasaba por su larga y hermosa cabellera rubia—siempre te he entrenado para que salgas al mundo y triunfes, para que aprendas a sobrellevar la sociedad actual, seguimos luchando por un mundo donde la inclusión sea parte de la cotidianidad, pero lamentablemente sigue habiendo gente ignorante del tema, solo deseo lo mejor para ti siempre—sentándose a mi lado—. He sido dura contigo, lo sé, y tú sabes el porqué, siempre he creído en ti, no parare de hacerlo
—Lo se Eva, también me conozco, y deje de pedir a gritos que la sociedad me aceptara hace mucho tiempo, me gusta lo que soy, me acepto, no soy un bicho raro simplemente soy una mujer con asperger y eso no ha sido impedimento para lograr cosas importantes en mi vida—levantándome, y saliendo hacia la cocina—me contrataron para ser la fisiatra y fisioterapeuta de un hombre adulto de 35 años, quien tuvo un accidente y quedo paralitico de sus miembros inferiores.
Sonia, la segunda de mis hermanas me tenía listo el desayuno, a ella le debía la independencia que había adquirido estos años, era estilista, pero se había vuelto mi terapeuta de forma empírica, muchos de mis miedos y frustraciones durante mi niñez y mi adolescencia las deje atrás gracias a su auténtica forma de ver la vida.
—hoy inicia una nueva etapa profesional mila. —mientras serbia mi desayuno, unas panquecas con miel y un zumo de naranja—sé que lo harás bien, esa familia rica quedaran enamorados de tu trabajo
—Eva no está segura que logre quedarme con el trabajo porque llevo la ropa con la que me siento cómoda, y no se da cuenta que es la ropa con la que no tengo problemas sensoriales—poniéndole más azúcar al jugo
—Eva siempre actúa como la psicóloga de la familia, no te preocupes, tu ropa es horrible lo sabes pero a ti te gusta y estas cómoda y eso es lo que realmente importa —aseguro Sonia mientras se burlaba de mi suéter
—No ayudas, mila tiene que entender que debe lidiar con su ropa, no pasa nada, a mí también me pica algunas telas, también me molestan algunas texturas, el encaje me da alergia, y no por eso evito usarlo—aseguraba, después de servir su café— y tu Sonia eres peluquera no psicóloga. Háblale de esa horrible coleta que se hace todo el tiempo—volteando sus ojos, con evidente gesto de desaprobación
—Y tú eres psicóloga ¿qué sabes de moda? Mila es excelente profesional, ellos la contrataron para tratar un paciente no para modelar en su casa, relájate, es su comodidad y no la recargare más sensorialmente solo por complacerte —tomando una manzana y dándole un gran mordisco—sé que lo harás bien nena—picándome el ojo
Nuestra madre, recorrió el pasillo pequeño de nuestra casa, de su habitación hasta la cocina, la mujer que me trajo al mundo, y la que más sufrió por no saber exactamente ¿que tenía su hija, ¿acaso era ser asperger una enfermedad?
Desde que recibió mi diagnóstico, trato por todos los medios posibles de ayudarme, eso pensó que hacia durante muchos años, buscaba soluciones como loca por todas partes, leyendo libros asistiendo a campañas, mirando películas o documentales que nunca lograba entender, siempre estando en pánico y pasando por estados de negación constantes, pase de ser su hija a ser su proyecto, termino perdiendo el enfoque y la conexión conmigo esa que tanto necesitábamos.
No entendía que su intención de ayudarme era en realidad su desesperación por no querer aceptar la realidad, esas dos partes que chocan entre sí, esa parte que grita dentro de una madre, le voy ayudar, y la otra que lucha por aun estar en negación, suele contar ahora después de muchos años que durante mucho tiempo perdió su norte como mujer y sobre todo como madre por vivir en ese caos mental después de mi diagnóstico.
Hasta que un día entendió que la única ayuda que yo necesitaba era su aceptación y su amor, yo deje de ser un proyecto y me convertí en su vida, buscaba tratamientos y métodos que me ayudaban pero siempre con el corazón abierto.
Constantemente me sobreprotegía, seguía mirándome como una niñita que puede matar un carro a cruzar la calle sola, pero aprendió a soltarme y a sentirse orgullosa de todas las cosas que lograba día a día.
— ¿Puedo darte un abrazo cariño? —Pregunto, sentándose a mi lado—negué con mi cabeza, mientras terminaba mi desayuno
No me gustaban los abrazos, ni los gestos de cariño, entendía perfectamente que era amar a mi familia, porque en lo más profundo de mi alma lo eran todo para mí, pero jamás se me ha dado bien las demostraciones de cariño o afecto, ni siquiera sabría cómo explicar la explosión sensorial y emocional que me causaba un simple abrazo, lo bueno es que nadie mejor que ellas tres entendían cada faceta de mí.
Me levante de la mesa recogí mis cosas y me marche, eran ellas que siempre decían adiós mila, no sabía cómo despedirme ni en qué momento despedirme, solía simplemente irme, desde mi punto de vista era menos complicado, siempre pensaba si era de mal educación decir adiós en medio de una conversación.
Fui hasta el centro de fisiatría, antes de mi paciente nuevo a domicilio, tenía que trabajar con algunos niños, terminaba exhausta al tener que hablar mayormente con mucha personas al mismo tiempo, evitaba ese tipo de conversaciones, pero en mi trabajo había aprendido a imitar las conversaciones grupales, mayormente con los familiares de pacientes y en reuniones de trabajo.
Mire mi reloj, era hora de partir a mi nuevo empleo, me había tenido nerviosa durante toda la noche lo que causo insomnio, tome un bus que me dejo a tres cuadras de la urbanización, al llegar el portero me recibió amablemente y busco mi nombre en la lista de visitantes a la mansión Francesco, nunca había estado frente a una casa tan grande, respire profundo y antes de tocar analice muy bien si era conveniente cambiar mi sistema, debía respirar profundo, mi profesor de yoga solía decírmelo desde que tengo 10 años, la puerta se abrió sin yo tocar, quizás tiene algún tipo de tecnología avanzada esta entrada, o hay cámaras por todos lados, no era de extrañarse, tomando en cuenta que en esta zona solo Vivian personas ricas e influyentes.
Quien estaba detrás de la puerta era una señora mayor, vestida de forma elegante con un vestido rosa de encajes y lindos zapatos blancos, tenía una linda aura y hablaba de forma tierna y pausada.
— Eres Milania González?. —pregunto mientras me dejaba pasar a su lujosa casa
—Buenas tardes, si ese es mi nombre y apellido un placer soy médico fisiatra, quiropráctico, con estudios en fisioterapeuta y vengo para tratar al señor Rodrigo Francesco de 35 años, quien tuvo un accidente automovilístico hace 1 año, desde entonces esta paralitico de sus miembros inferiores —hable tan rápido que parecía un robot—ella sonrió y me paso la mano por la espalda, que hizo cerrar mis ojos y dar un salto hacia el otro extremo
— ¿Estás bien cariño? —pregunto sorprendida por mi reacción—no estés nerviosa, solo con mirarte y escucharte sé que mi rodrí quedara encantado contigo, ven acompáñame te llevare hasta su habitación, deseas algo? Un café un té un zumo? —entrando a un ascensor
Era muy analítica y supuse inmediatamente que ese lujoso ascensor dentro de una mansión aunque fuera así de grande, seguro era para poder movilizar al joven en silla de ruedas, al salir del ascensor caminamos por un largo pasillo, cada sitio de la casa parecía más lujoso y de revista, ella se detuvo frente a una puerta de madera con detalles en dorados, como si se tratara de una casa de la realeza, toco par de veces y al no escuchar ningún tipo de respuesta abrió, el cuarto estaba oscuro, solo se veía la silueta de alguien sentado frente al computador, más de cerca se veía una luz tenue proveniente de una lámpara, la señora rompió el silencio
—Cariño llego tu fisiatra—encendiendo la luz de la gran habitación, era quizás del tamaño de la mitad de mi casa —pasa milania, te dejo a solas con tu paciente
Ella salió rápidamente, no sin antes pedirle que se portara bien, me recordó a mi mama cuando me pedía no meter la pata cuando salía de casa diariamente, el movió su silla de ruedas y con voz ronca y firme empezó la conversación
—No quiero ser grosero pero no necesito terapeutas me han visto los mejores médicos del mundo y me han dado muy pocas probabilidades de levantarme de esta silla, así que, no quiero perder mi tiempo ni hacerte perder el tuyo—yo empecé abrir las pesadas cortinas que tapaban el ventanal—acabo de decir cordialmente que te vallas.
La luz del sol iluminaba aquella hermosa habitación, tenía frente a mí la vista al jardín más bonito que había visto jamás en mi vida, ese era otro de mis problemas solía distraerme y perderme en lo que realmente me gustaba o me importaba y tenía una conexión muy cercana con la naturaleza
—señorita acaso no escucho que le he pedido con esta tres veces que se retire de mi habitación? No necesito sus servicios y me disculpo por tener que venir en vano hasta mi casa
—¿Piensa que se le acabo el mundo solo por estar sentado en esa silla de ruedas? Sabe usted cuantos niños están en estos momentos tomando la mano de sus padres mientras ellos lloran porque son los últimos suspiros, pidiendo a dios un milagro para que su pequeño no muera de una terrible enfermedad que los ha hecho sufrir por meses, incluso por años, ¿ha leído cuantas personas están en una lista esperando un órgano que necesitan para seguir aferrados a la vida? —lance mis preguntas analíticas mientras me perdía en las hermosas flores plantadas en su jardín
— ¿Perdón? No entiendo a qué se refiere, solo le pedí amablemente que se retirara de mi casa—hojeando un libro
—Si lo entiende, se nota que es un hombre inteligente y preparado, que le gusta leer, analizar a las personas, que es exitoso, amable y le cuesta ser despectivo o grosero, es muy educado y culto, y entiende perfectamente a lo que me refiero, usted cree que lo ha perdido todo por estar sentado en esa silla, pero en el mundo real hay personas que no tienen nada y aun así siguen luchando, ¿sabe porque? Tienen algo muy poderoso que se llama FE, y conozco una persona en especial que muchos doctores le dijeron a su madre, que no podría hacer cosas tan simple como atarse las trenzas de sus zapatos o abotonarse una simple blusa, pero esa mama nunca perdió la fe y su hija puede que siga con algunos problemas pero supero todo lo medicamente dicho porque el único que tiene el control de nuestras vidas es dios, y solo él sabe porque pasamos por todas las pruebas que tengamos que pasar—respirando,
Hable tan rápido que no sabía si él había entendido mire de re ojo me costaba fijar por mucho tiempo la mirada con otra persona, él sonreía mientras bajo su cabeza analizando lo que acababa de decirle, así que continúe
—Hoy empezaremos con una evaluación médica, basándonos en su informe y estudios médicos, después pautaremos el cronograma de masajes y ejercicios—sentándome en un sillón cómodo y bonito que decoraba la habitación cerca del ventanal
—Eres bastante diferente a las antiguas fisiatras que han venido a verme—mientras acercaba su silla un poco más, gracias, por los cumplidos, que rápido me analizaste—cerrando el libro que tenía en sus piernas
—En una noche estrellada—comente sobre el nombre del libro
—Veo que también te gusta la lectura—hojeando nuevamente el libro—se me ha hecho un pasatiempo en este último año, es una bonita historia
—prefiero la fantasía, pero amo leer entonces leo muchas cosas, y si la historia de cómo Jenny inspira a Stuart aun siendo ciega, describir desde la oscuridad el paisaje y a volver su musa para pintar es realmente conmovedor—mientras leía su informe médico—¿te duele la espalda y el cuello?
Sonrió mientras me miraba analizando mi respuesta
—debes recomendarme algún libro de fantasía, se nota que tienes buen gusto en la lectura, soy mejor con las finanzas y los negocios, ¿dolor? Sí, me duele todo, pero las inyecciones me lo hace más fácil—poniendo el libro en la mesa de noche
Me levante y me puse tras él, necesitaba evaluar su cuello y su espalda, le pedí que relajara el cuello mientras le hice crujir varias veces y el evidentemente dio muestras de dolor aunque trato de esconder detrás del caparazón de hombre sus ganas de llorar
—Puedes llorar, sé que duele pero te iras sintiendo mejor mientras vallamos descomprimiendo las vértebras de tu columna cervical—sentándome en el piso para evaluar sus piernas—cuando duela solo avísame y paro
—Wao, siento que me quitaste un peso de encima con esos crujido en el cuello, primero pensé que me dejarías ahora sin cuello—sonriendo—te avisare si duele
La evaluación tardo solo unos segundos, era lógico después de un año él no había tenido movimiento alguno en sus miembros inferiores por su negación a recibir terapias o tratamientos con masajes y aparatologías, recogí mis cosas y camine hacia la puerta
—Hasta mañana milania, gracias
Salí por la puerta rápidamente, no sabía cómo despedirme de una persona, decir adiós se me dificultaba y lo había practicado millones de veces, pero siempre lo veía como de mala educación, aunque todos decían que la mala educación era no despedirme, entre en conflicto en ese momento si seguir como siempre o regresarme y decir adiós, tropecé con una persona, mi torpeza era una extensión de mí, siempre terminaba tropezando con todo, pero en esta ocasión no era mi culpa, aquel hombre venia distraído con su teléfono, y propino este choque, como si de dos autos se tratara y uno de los dos en este caso el, ocasiono el accidente por irresponsabilidad de usar su teléfono celular.
Era despectivo y abusivo, muchas veces me costaba entender las burlas, los chistes, incluso los insultos de primera mano, tardaba mucho más tiempo en analizarlos y procesarlos que otros, pero la personalidad de este joven era antipática, le hice saber que no tenía que disculparme porque el choque había sido culpa suya, me retire antes, no me interesaba discutir lo evitaba.