—¿Rubí? —preguntó Cyrus, cuando se quedó en repentino silencio. Parpadeando, el chico bonito contempló aquellos ojos grises que le observaban con atención cuidadosa, obviamente esperando una respuesta a lo que le había dicho. —Eso es genial —anunció, plantando una sonrisa en su rostro—. ¿Es realmente cierto? ¿Pudiste terminar todo anoche? —preguntó. —Sí, tenía una motivación para volver pronto a esta casa —sonrió, llevando un mechón de su cabello detrás de su oreja. —Cursi —se burló y con sus dedos delineó aquella sonrisa completa que no había presenciado hasta ese momento. Sí, había visto varias sonrisas pequeñas y otras ladinas, unas cuantas solo de labios, pero nunca una completa sonrisa donde mostraba sus dientes perfectos con sus colmillos levemente más pronunciados que los de un

