Trabajo

660 Words
El la sigue, suben las escaleras y ella frena el paso hasta una habitación. Abre la puerta y lo invita a pasar. –No es muy espaciosa pero te vas a sentir cómodo. –Si, por mi esta muy bien. –Podes ver lo que quieras en la televisión pero nada de tener el volumen muy alto. –Bien. –A las nueve de la noche es la cena, vas a comer en la cocina. –El asiente. –Es un día lleno de órdenes pero así nos vamos a entender. –Camina hasta el baño. –Acá es el baño, por si te queres dar una ducha. Ella se retira de la habitación, dejándolo solo. Bajo las escaleras y se sentó al lado de su marido. – ¿Cómo va todo? –Por suerte, todo bien, tengo que seguir practicando el guión. – ¿Necesitas ayuda? –No, solamente tengo que repasar. Agarra el guión que estaba en la mesa del comedor y sale al jardín. Marcos entra al baño y se da una ducha de unos minutos. Esos minutos los uso para pensar que debería hacer. No tenia mucho tiempo para pensar, tenia que aceptar si o si mañana. Si lo hacia, va a tener más chances de perder el trabajo que consiguió, hace mucho que no peleaba, tenia que entrenar pero tampoco tenia el tiempo para hacerlo. Cerró los ojos y se dejo llevar por el agua caliente chocando contra su piel. Salio del baño, tenía una toalla envuelta en su cintura y se puso otra ropa que tenia en sus pertenencias. Una idea se cruzo por su mente, si todo sale como el espera, podría tenerlo en secreto. Saliendo cuando el matrimonio este durmiendo. –Si. –Pensando. –Eso podría hacer. Su mente se cruzo con Diana, tenia que trabajar para ella y la verdad que no le disgustaba, le cayó bien, aunque era estricta. Le parecía atractiva cuando la vio, también tenia esa belleza misteriosa que le gustaba. “Esas motos las colecciona mi marido, no deja que nadie las toque, aunque siempre fantaseaba con robarle alguna moto y salir a pasear pero no se manejar una moto”. Al recordar esa frase, una risa apareció y sonríe. No pensaba que era así, se dio cuenta que esa mujer le iba dar más de una sorpresa. Espero hasta el horario de la comida y bajo las escaleras. No encontró al matrimonio por ningún lado y camino hasta la cocina, donde tenía la comida puesta en la mesa. Se sentó y empezó a comer. Termino de comer y se acostó en su cama. Se puso el despertador y cerro los ojos. Al otro día, el despertador sonó y Marcos se despertó de golpe. Se dio una ducha y se puso la ropa de trabajo. Bajo las escaleras con rapidez. Ve que solamente estaba Diana desayunando. –Buenos días, señora Kahn. –Buenos días. –Tomando café. –Sentate, podes servirte lo que quieras. – ¿No tengo que ir a la cocina? –Podrías pero no quiero desayunar sola. El acepta y se sienta, se sirvió un poco de te con medialunas. – ¿Cómo durmió? –Muy bien, ¿Y usted? –También, me alegro de que cumplió con el horario. –Me alegro, señora Kahn. Terminaron de desayunar y ella se fue al baño a lavarse los dientes. El hizo lo mismo y la espero en la entrada. Ella camino hasta la salida y el le dio paso para que salga. Ya afuera, le abrió la puerta del auto y ella entra en el asiento trasero. Cierra la puerta y a los segundos ya estaba adentro. Le dio la dirección del estudio de grabación del canal y arranca el motor. El camino reino el silencio, llegaron al estudio y le abrió la puerta. –Podes hacer lo que quieras pero a las seis de la tarde te quiero acá. –Como usted diga. Ella estaba por entrar al canal cuando Marcos le dice. –Mucha suerte. Da media vuelta y le sonríe. –Gracias. El le devuelve la sonrisa y Diana desaparece de su vista. La mañana había comenzado muy bien para Marcos. Y estaba agradecido que la señora era buena con el. Diana entro a las grabaciones y la maquilladora la estaba esperando. –Señora Kahn, acompáñeme a su camarín. Ella la acompaño y entraron a su camerino.
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