Capitulo VI

2141 Words
-¡Dalila! Tenemos que irnos – me dice Jessica. Estoy en mi baño, arreglándome para ir a la casa de Fabián para disfrutar del partido. Por lo menos, Jessica vino a recogerme en su auto nuevo, ya no tendríamos que tomar taxi ya siendo de noche. -¿Cuántos pacientes atendiste hoy? – me pregunta ella. -Sólo cinco, dos en la mañana y tres en la tarde – me pongo un listón en la cabeza. -¿No te da miedo los enfermos mentales? -No, para eso estoy preparada – lo digo al abrir la puerta. -¿Un listón en la cabeza? – señala – normalmente, te he visto seria y todo el tiempo con un traje. -Estoy de buen humor – contesto. Salimos hacia afuera y deje con seguro mi puerta, al voltear a ver el auto de mi amiga me quede sorprendida, parecía de lujo como si fuese de juguete, teniendo el color rojo brillante y el de los asientos una perfecta tapicería negra, excelentes neumáticos, en fin cada detalle es admirable. Pero me impresiona el simple hecho de que apenas tiene una tienda de pastelería y puede costear un auto, debería también de dedicarme a ese oficio. -¿Cómo lo haces? – le digo a ella. -¿De qué hablas? – abre la puerta. -Tienes un auto lujoso, apenas yo puedo costear ciertas cosas – le digo. -Llevo varios años reuniendo el dinero, hasta que consideré comprarlo. -¿No quieres una asistonta en la tienda? – le sonrío. -¡Ja! No quiero asistontas, pero me conformo con la amistad que sostenemos. Deje de permanecer en la acera y entré al hermoso coche, desde adentro es impresionante y hasta quisiera ir al autocine cualquier día. Cuando me desperté de mis pensamientos, platiqué plácidamente con Jessica respecto a su nuevo embarazo, nos reíamos entre sí por la simple idea de imaginar cómo llegaría a ser su maternidad, totalmente desastrosa y muy agotador. Pero al hablar de este tipo de tema, no evité imaginarme con un bebé en brazos, siendo mamá por una instancia de mi vida, pero borro esa idea inmediatamente, aún no puedo llegar a ser madre, por la principal razón y mucho más importante que todavía no he conseguido un padre ideal con quien tuviese un hijo. Pero no puedo negar que mis hormonas me digan lo contrario, tener las ganas de ser madre pareciera ser natural, quizás inconsciente y que aún te preguntas por este dicho deseo. -¿Nunca has querido un hijo? – me pregunta ella. -Sí, no te lo niego, pero aún no es la debida ocasión. -¿Cuándo lo consideraras así? -Así como aún seguimos en auto, yo todavía sigo en esa instancia de ser madre – me abrazo a sí misma. -Bueno, creo que podrás ser una excelente madre – posa su mano sobre mi hombro. -Igualmente – le regalo una de mis mejores sonrisas. Habíamos llegado hacia la casa de Fabián después de una hora de ruta, en realidad yo no sabía cuál era su dirección pero mi amiga creo que ha venido con anterioridad, pero al ser un escultor tiene un buen gusto en la decoración de interiores, su casona es bien decente y lo mejor es que está en una de las mejores ubicaciones de la ciudad. -Pensé que vivía en un departamento de soltero, pero es todo lo contrario de lo que me imaginé – dice ella. Nos habíamos bajado del coche y ya Fabián nos había esperado con su mascota desde el porche. Está vestido como todo un hombre guapo y una felicidad que él mismo irradiaba al vernos, observé que usaba una camiseta negra y una bermuda ajustada en sus piernas torneadas… Sí, se me fue los sentidos, típico en todo ser vivo con órganos sexuales, ya nuestras hormonas nos condena ser así, como la oxitosina, el andrógeno, la serotonina, la progesterona y entre otras, ya por medio de allí nos conecta con las emociones, pero el placer siempre es opcional, a pesar de que muchos no saben cómo controlarlo. Sin embargo, siempre he pensado que cada quién es capaz de controlar su cuerpo, pero no todos saben dominarlo. -Te ves muy guapo – le dice Jessica a Fabián. -¿Todos los días no me veo así? – él disimula estar ofendido. -¡Ja! Siempre de buen humor – le digo. Tuve que parpadear varias veces, porque me sentía atraída hacia mi amigo. -¿Qué tienes? – me pregunta él - ¿Te parezco atractivo? -¡Ah! No, no para nada – doy un paso hacia adelante – no perdamos tiempo. -Te parezco atractivo – me dice en voz cantarina. -Eh, sí, me pareces atractivo, tengo ser sincera – levanto de hombros. -¡Lo sabía! – me dice – despues de todo, no estas hecha de cemento, porque me pregunto todavía como haces para controlarte. -Claro que no estoy hecha de cemento, también puedo sentir y tener aventuras. -No aparentas ser una mujer de aventuras pasajeras – posiciona sus manos sobre sus caderas. -No, no lo soy, pero eso no quiere decir a que nunca me he sentido atraída por un hombre – aclaro. -Pero vino tú amigo Fabián y enloqueció tus hormonas. Mientras que él hacia un baile de victoria, nosotras nos reíamos de él, porque pareciera ser un niño pequeño con una imaginación amplia. -Te digo que como sexóloga, todos somos esclavos de las hormonas, ¿Por qué te imaginas que no conociéramos el orgasmo? No tuviese sentido el sexo -Ni lo digas – él levanta los brazos – gracias Dios por ser bondadosos con nosotros. -¡Sinvergüenza! – le doy un manotón en el brazo. Entramos a su hogar, totalmente reconfortable y me atreví en sentarme en su sofá, típico cuando llego a un sitio ajeno y Jessica me fulmina con la mirada por eso. -Tenía previsto este encuentro, así que compré una buena botella de whisky para disfrutar del juego – nos dice Fabián. -A Dalila nunca le ha interesado el béisbol – dice mi amiga. -Es cierto, en realidad a cualquier deporte no me ha llegado a llamar la atención – añado. -Estás con un beisbolista, que irónico – regresa con tres copas y una botella de licor. No evite bajar la mirada, justamente me mencionaron a alguien que quisiera olvidar. -Ah, Dalila y Joaquín ya no están juntos – dice Jessica. -Ah – él coloca una mano sobre su cabeza – no lo sabía, que imbécil soy amiga – se siente a mi lado. -No te preocupes – me cruzo de piernas – lo que quiero es tomar. -¡Así se habla! – me alienta – beberemos como los grandes amigos que somos – vierte el espumoso liquido en las copas. Entre Jessica y yo habíamos intercambiado miradas, ya que, ella está embarazada y no puede tomar licor. -Tomen ustedes, yo no puedo tomar – dice ella. -¿Por qué no lo harás? – responde él. -Quiero ir a la cocina, puedo preparar la botana, ¿Puedo ir? – se levanta del sofá. -Ah, sí claro – deja la botella en la mesita de estar. Jessica camina tranquilamente hacia la cocina, quizás como una forma de olvidar el tema que había tocado Fabián. -Amigo – me acerco a él – ella no puede tomar porque está embarazada. Fabián se había sorprendido, no se lo esperó como lo hizo ella. -Ah, entonces, debo de felicitarla – me sonríe – aunque, ella no se ve feliz por su embarazo – ladea la cabeza. No quería decirle a que fue abusada sexualmente, pero creo que no es necesario a que lo sepa. -Ah, ya sabes, no es fácil para una mujer concebir un bebé, la maternidad cambia totalmente el estado de humor… -Ya comprendí, debí de suponerlo – me interrumpe. El televisor de Fabián es amplia y creo que se puede manipular con la voz, me gustaría uno así en mi casa. Dos horas despues había comenzado el juego, teníamos ya preparado la botana como decimos en mi país, quien lo había cocinado era Jessica y yo la ayudaba a mi manera (pellizcando la comida), ella se había enamorado de la cocina de Fabián, hasta él tenía mini esculturas en su casona de diferentes personajes e incluso inspirados desde su imaginación. Antes no me había llamado la atención las esculturas, pero en realidad me parece todo un arte, cada tallada es con suma paciencia y gusto. -¿Te gusta? – me dice él. Estaba parada sobre una imagen, donde una mujer con alas frondosas tiene en sus manos un ramo de flores, con un vestido largo y tenía los pies descalzos, su cabellera era larga y con ojos grandes. Al verla como una estatua majestuosa y brillante, decidí acercarme a ella. -Cada fin de semana llego a encerar la imagen, es mi favorita y por eso lo había hecho con barniz – se cruza de brazos – lo coloque sobre una mesa de vidrio para que se viese más estético. -En realidad, todo tú hogar está lleno de arte – admiro cada rincón del lugar. -Me hubiese guastado tener más, pero a pesar de lo grande que es la casona, creo que es suficiente tener solamente veinte en el sitio, es mucho trabajo tratar de mantenerlas – agrega. -Sólo he visto diez, ¿Dónde están las demás? -Una en mi recamara, uno en el baño, tres en el jardín, dos en el pasillo de la segunda planta, uno en mi jacuzzi y dos en mi área de trabajo – da la media vuelta – ¿los quieres ver? Mientras que Jessica prepara la comida. -Sí, ya veo porque eres el escultor de la ciudad – le digo. -Es mi vida – se coloca una mano sobre el pecho. Prácticamente me siento en un museo, hay bellezas alrededor de mí y nunca antes había apreciado este tipo de obras antes, más que todo es por haber sido exentica en las artes plásticas. Aunque, creo que esto no se sale del margen hacia la obsesión, que es considerable ser un amante de las estatuas. -¿Qué piensas de esta belleza? – abre ampliamente sus ojos. Estamos en el pasillo de la segunda planta, ante una de las últimas obras de Fabián que había hecho hace varios meses. Pero es completamente en blanco, una figura femenina con un delicado porte, su rostro angelical me inspiraba paz y me sorprendí de lo real que casi se podía ver, como si sólo faltase un alma para que pudiese habitar en ella. Intenté en acercarme a ella y tocar su extraña piel, pareciendo tener una textura suave, creo que fue hecho pacientemente por varias semanas, con una longitud de un metro y sesenta centímetros. -Ella es la mujer de mis sueños, literalmente – me dice. -Es inmensamente hermosa, ¿Cuánto tiempo te ha tomado hacerlo? – pregunto al acariciar la mano de la escultura – es una perfección. -Tres meses – me dice. > -Entonces, ¿Estás enamorado de la estatua? – lo observo. -Ah, no, sólo es una imagen que refleja mi mente, pero en ciertas ocasiones me gustaría a que estuviese viva y tuviese la oportunidad de salir conmigo – me sonríe ingenuamente. -Ah, por lo menos, no la tratas como si estuviese viva, porque ya eso se vuelve enfermizo – agrego. -Quizás… Pero sólo lo hice, porque en ciertas ocasiones he soñado con ella y me hubiese gustado conocerla – suspira lentamente – pero como todo se ve mejor en la imaginación. -¡Ja! Tienes razón en ello. -Me imagino que estabas evaluándome – me escanea con sus ojos – debes de ser así con tú amiga. -Pues, creo que con todo el mundo. -¿Cómo es el hombre de tus sueños? – da la media vuelta. -A diferencia de ti, no suelo imaginármelo, sino que espero por ello. -Todos nos imaginamos como llegaría a ser la persona ideal que estará al lado de nosotros por el resto del camino, a lo que llamamos vida – se detiene al decirlo. -Bueno, en realidad no exijo un físico extraordinario – señalo su estatua. -Ah, respeto tú postura – me dice. Me había enseñado el resto de sus queridos trabajos, pero se trata de imitaciones que realizó a las demás obras de ciertos artistas plásticos de la época renacentista, pero en miniatura. Al parecer, le gusta el género de la fantasía, porque he visto sus favoritas en figuras femeninas con delicado porte y lo más notorio es que están con alas… Quizás le atraiga las modelos de Victoria Secret´s, ya que, en cada pasarela no se pierde ese tipo de evento con ese hermoso detalle. g
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