Me tomé la libertad de comunicarme con la directora de la secundaria donde había estudiado, y le ofrecí hace dos días ser una voluntaria de educación s****l en las distintas aulas, no iba a dar clases como tal, sólo unas breves charlas. Tuve varios recuerdos cuando era una simple estudiante con buenas notas, no me imaginé que pasaría varias situaciones tensas, pero me hizo lo que hoy soy.
-¿Dar charlas a los mocosos? – me dice Jessica por teléfono.
-Sí, ya sabes… Cuando uno es adolecente normalmente nos direccionamos a donde no se debe de ir, por eso seré el día de hoy su consejera.
Me encuentro en un taxi hacia la preparatoria, mientras habló con Jessica sobre lo que planeo en hacer.
-Desde que tenía quince años me había interesado en las pasiones sin compromiso, salía con chicos de mi edad y en ciertas ocasiones con mayores de edad – me aclara.
-¿Mayores de edad? ¿Cuánto exactamente?
-Bueno, me atraían los hombres de cualquier tipo, con tal que fuesen de mi sexo opuesto.
-No sabía ese dato de ti, me impresionas…
-Desde ese entonces, he seguido así – su voz se había vuelto neutra – ahora mi vida cambio de rumbo.
-El de todos cambia – afirmo – necesito colgarte, te llamo después.
-Está bien, me cuentas como te fue con aquellos mocosos – me cuelga.
Me había puesto un traje formal, falda blanca, una camisa blanca y sobre él un jerssey color beige. Aunque, antes no era una señorita con presencia, porque era descuidada consigo misma. Recuerdo que me la pasaba estudiando en las aulas, no estaba pendiente de los demás, e incluso no era muy sociable en el aula de clases. Pero esta vez, seré quien pueda brindar mis conocimientos en la sexología hacia chicos jóvenes, que apenas deben de estar locos por entrar en ella o que se sienten confundidos ante estos temas.
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-¿De qué temas empezará en hablar? – juega con su bolígrafo en su mano.
-Bueno, quiero primero empezar con la sexualidad en la adolescencia, quiero hacerlo en varias aulas si me lo permite.
-Sí, claro, ya sabes que estos jóvenes sin la ayuda respectiva de un adulto, se pierden en cualquier instancia del camino – suspira – la tasa de embarazadas en la adolescencia está aumentando considerablemente.
Hice una mueca con mis labios.
-Puedes empezar con los de séptimo y así sucesivamente – junta las manos – hemos tenido varios problemas con ciertos chicos de bachillerato, hacen muchas obscenidades en las aulas de clases, especialmente en las señoritas que apenas no entienden lo que significa respetarse a sí mismas.
-Lo que pienso es que simplemente debemos de brindar el contenido, y que después puedan procesarlo y cuando quieran sean lo que quieran hacer, ya lo demás se sale de nuestras manos.
-En mis tiempos esto antes no se veía, eran épocas más conservadoras, las chicas se vestían acorde, ahora no entiendo porque todo cambió – eleva las brazos.
-Bueno, no se enfoque solamente en las féminas, sino también en los chicos, porque es favorable a que también se haga – opino.
Creo que ella no está de acuerdo con lo que decía, pero es la simple verdad. Porque típicamente quieren sobre juzgar a las mujeres y a los hombres alabarlos por sus debidos actos de “hombría”.
-Tú habías sido una buena estudiante, eras una señorita tranquila, culta e inteligente… Ahora no entiendo porque todo cambió. Cuento contigo para esta obligación que pide el Estado, la verdad que con anterioridad no me conformaba con el contenido que daban, pero quizás tú puedas controlarlo – se levanta del escritorio – la acompaño hasta un aula.
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Caminé con la directora por los pasillos de la preparatoria, siguen estando los antiguos profesores que me había dado clases, los había saludado y ellos respondieron con animosidad. Estoy viendo a través de mi mente viejos recuerdos que pensaba que estaban desechos. Aunque, hay algunos que considero importantes, pero la mayoría de ellos son difíciles de superar. Aun así, prefiero vivir con la idea de que todo ha sucedido por simple reflexión, donde uno menos entiende la razón del porque sufrimos de ciertas situaciones, pero que después todo tiene sentido.
Entré al primer aula de los estudiantes de séptimo, justamente donde había estado antes en mi niñez. Creo que falta cinco horas para que sea la hora de receso en la institución, por lo tanto, espero que ellos quieran escucharme, porque no cualquier profesional lo haría, ni mucho menos gratis. Sin embargo, hay padres que no quieren hablar de sexualidad con sus hijos, debido a que algunos les avergüenzan hacerlo, otros piensan que es para que todavía no incurran en ello, por eso tantos jóvenes se sienten confundidos en la etapa de su adolescencia.
-Buenos días, jóvenes – dice la directora.
Visualicé a los estudiantes, completamente interactivos, ingenuos y otros no tan inocentes. Pero al verme todos aquellos permanecieron en silencio, al estar en compañía de la directora quizás lo hicieron por eso, pero cuando se vaya espero que estos sigan así como los encontré, cada quien en sus puestos y sin volverme loca.
-El día de hoy tenemos a una especialista de psicología, especialmente en el área de la sexología.
Escuché entre un grupo de chicos exaltarse con lo que habían escuchado, hasta emitieron el típico sonido que hacen con sus labios, como si estuviera en el aula una mujer playboy. Además, ¿Qué se puede esperar de estos seres inmaduros? Apenas se menciona “sexología” y ellos se animan en escuchar y no de seguro una clase de matemáticas.
-Relájense, ella hablara de temas educadores… Quiero respeto por parte de ustedes, están ustedes en la recién pre – adolescencia, así que es importante a que escuchen este tipo de contenido – agrega – los dejo en buenas manos.
Me sentí como si yo fuese un pequeño y tierno ratón, entre un grupo de feroces gatos.
-Bien, me llamo la doctora Patterson, estoy aquí para resolver unas cuantas preguntas que quieran realizarme – junto las manos.
No veía el mínimo interés en estos alumnos, pero buscaba una nueva estrategia para que estos se integren.
-¿Alguien tiene idea que lo significa las siglas ETS? – me siento en el escritorio vacío.
-Sí, son las enfermedades de transmisión s****l – me dice la señorita más cercana.
-Bien, eso es correcto, ¿Alguien más? – elevo más la cabeza - ¿Qué son las enfermedades de transmisión s****l?.
-Pues, son las enfermedades que se transmiten por medio de las relaciones sexuales – me dice irónicamente un joven.
-Respondiste bien, ahora ¿Cuáles son esas especificas enfermedades? – vuelvo a preguntar.
-Sé que son varias, como el SIDA, el VIH, el hepatitis B, la gonorrea, la sífilis…
-Wikipedia, tan típico de él – él se burla de su compañero.
Sé quiénes aquí son los típicos molestosos del aula y los estudiantes que le fascina el estudio, pero no permitiré que estos ingratos ser burlen de quienes son aptos para la sociedad. El alumno que se burlaba del quien es intelectual está sentado en la final de la fila de los pupitres, situado en el fondo del aula, típico chico con mala conducta en la preparatoria.
-Bueno, si te estás burlando de él, se supone que debes de ser el más inteligente del aula – lo miro directamente.
-Pues, no me interesa estudiar, no vale la pena, tarea y tarea – pone los ojos en blanco.
-Entonces, ¿Qué pretendes hacer con tú vida? – arqueo una ceja.
-Disfrutar de los videojuegos, tener más amigos y muchos placeres – él estira los labios.
-En conclusión ser un parasito para tus padres – suspiro.
Los demás chicos se rieron del comentario que había dicho, pero este no reacciono muy bien.
-¡No debes de burlarme de mí! ¡Tú no sabes quién soy! – se golpea el pecho, como lo hacen los primates.
-Niño, apenas eres alguien poco intelecto, ¿Con un arma de juguete me intimidarás? – le sonrío.
No pensé que hoy pelearía con un adolescente con tendencia a la violencia. Aunque, este permaneció en silencio, como que maquinara algo en su mente.
-Bien, ¿Quieren hablar de otro tema? ¿Qué les parece el noviazgo en la adolescencia?
-No estaría mal – me dice una alumna desde lo lejos.
-Bueno, ¿Quiénes ya viven en una relación de noviazgo? – junto las manos.
La mayoría de los alumnos se interesaron en mi pregunta, debido a que es muy común en las pláticas cotidianas sobre el tema del noviazgo, sobre todo en los jóvenes. Conté en total treinta y cinco alumnos, lo que sólo quince son féminas, mientras que veinte son varones, pero que esto va dependiendo de la razón del porque ya lo están.
-Bien, sólo veo que siete de quince niñas ya tienen novio, mientras que los varones son de diecinueve de veinte son quienes tienen una novia – elevo la cejas – ya me imagino que saben lo que es cuidarse – inclino la cabeza hacia un lado.
Quería reírme de la gracia, porque veía a muchos sonrojarse y otros creo que aún no entendían.
-Durante una relación de pareja se ven muchos tipos de conducta, aparte de ir acompañado de acaricias, besos, abrazos, agarrada de manos y entre otros tipos de afecto. Se tiene un tema demasiado controversiado – me levanto del escritorio – sobre “si amas me los demostraría” induciéndolos a tener un acto s****l a pesar de corta edad, ¿Qué piensan de ello?
-Bueno, es normal, es amor – me dice la alumna más tímida.
-Pues, claro que el amor puede ser demostrado, pero en el mundo no puede a ver tontos, pero los hay y cada quien puede llegar a equivocarse. Aunque, lo más razonable es ser precavidos e incluso cuestionar a quien según quiere estar con nosotros… Pero muchos tienen dulce en la boca y veneno en el corazón, no se confié de cualquier quien les promete amor eterno, muchos no saben ni lo que es ser fiel – relajo los hombros.
-¿Cómo saber cuándo es amor de verdad? – me pregunta una chica con lentes.
-Es sencillo, cuando no te conduce hacia donde no quieres ir, mucho menos pedirte algo que tú no darías por honradez – coloco mis manos sobre la caderas.
-Yo quisiera contar mi anécdota.
Miré a la chica sentada en alrededor de los alumnos con problemas de conducta, típicamente se consiguen en el fondo del aula, pero que siempre son los que dificultan las clases y retrasan a sus otros compañeros, que cualquier reconocería que es coqueta, simpática y atrevida, quizás ya haya incursionado en una vida s****l abierta, porque su aptitud me dice que lo ha hecho.
-Bueno, si quieres, puedes hacerlo – contesto.
-Tengo dos novios y un día había salido con uno de ellos, fuimos de paseo y me besó, sentí que el mundo era quien giraba a mí alrededor – sonreía – pero lo que no entendía porque las personas que estaba en nuestro alrededor nos miraba de una forma no agradable – arruga los labios.
-Es porque ustedes los jóvenes no deberían de incursionar en un mundo donde no les corresponde, no digo que no se enamoren, ¿A quién engañamos? Siempre nos puede gustar alguien, es inevitable y no se puede obviar, pero es recomendable a que no lo hagan, aparte de que son una de las normas que se ve en la sociedad – me masajeo la frente – los jóvenes, como tal, no saben lo que es el amor de verdad, no lo entenderán en fin.
-Creo que sí, ya que, nos produce felicidad y tenemos ganas de estar al lado de quien nos produzca esa alegría sana – se abraza a sí mismo.
Eleve las cejas, porque estos alumnos puedan que tengan entre doce y trece años, pero cada día me sorprenden por su debida forma de pensar, son como adultos en cuerpos de niños.
-Aunque, muy pocos lo entienden, no todo el mundo lo hace… A su edad muy difícil de hacerles comprender ciertas situaciones, los hace conducir por un camino no muy bueno, en realidad el amor es un sentimiento que pocos saben manejar – concluyo.
Sé que comencé con temas muy pocos peculiares, pero es necesario iniciar con algo común, ya que, de allí pate todo, como es el noviazgo en la temprana edad que debe manejarse con meticuloso cuidado, estando de acuerdo que se necesita de mucha orientación hacia estos jóvenes… Todavía me queda trabajo por hacer y aulas por visitar. Aunque, estos son algo fáciles de manejar, no me quiero imaginar los de bachillerato.
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