bc

Love and Art

book_age18+
84
FOLLOW
1K
READ
HE
independent
drama
no-couple
office/work place
surrender
like
intro-logo
Blurb

La historia se basa en Darío Olsson, empresario, millonario, pintor, entregado a lo que le gusta, cerrado para el amor, Darío junto a sus grandes amigos llevan la empresa de su vida, lo que soño desde niño, siente que con eso tiene su vida realizada. Darío arrastra un pasado triste, el cual trata de omitir enfocándose en sus pinturas, a pesar de ser un hombre familiar, se cerró a toda posibilidad en el amor, prefiere trabajar, producir dinero, ir de fiestas con sus amigos y así de esta manera el dice que está completo, cosa que no es así, porque por mucho dinero que tenga, o por muy feliz que el diga que es, siempre, pero siempre hace falta una persona al lado para hacernos felices. el complemento siempre es bueno, sus amigos se lo repiten una y otra vez, y en un momento dado el lo va a notar. Acompañame durante el desarrollo de esta historia y sabremos más sobre la vida del millonario Darío Olsson.

chap-preview
Free preview
Love and Art
Suecia, Norrbotten. — Con tan solo veintidós años, Darío Olsson, un chico adinerado, aplicado en su empresa y en sus pinturas ya que es a lo único a lo que le pone seriedad, dice que mujeres van y vienen, sólo tiene dos amigos en una ciudad tan grande como lo es Norrbotten, con ellos va de fiestas, con ellos disfruta, con ellos es feliz, con ellos siente que su vida es perfecta. Mathias y Paúl, son los mejores amigos que un hombre podría tener, siempre están cuando los necesita, lo apoyan en grandes decisiones y proyectos de trabajo y el acepta sugerencias, pero cuando le mencionan que ya es tiempo de establecer una relación, automáticamente responde que no, dice que las mujeres son una distracción, él prefiere estar así. — Mathias y Paúl si tienen novias o mujeres, aún no tienen una definición exacta de sus relaciones, pero son felices, ellos opinan diferente a Darío en este aspecto pero no hayan manera de convencerlo, lo que ellos no saben es que Darío, detrás de esa fachada de macho millonario, arrogante y dominante arrastra un pasado, una mujer sí, una mujer que llegó a su vida, lo enamoró y jugó con él, o eso le hizo creer ella. — Desde ese momento hace tres años atrás, Darío optó por manejar su empresa, hacer dinero y aplicarse a sus pinturas, de esta manera trata de olvidar esa etapa que aunque fue un buen momento de su vida, prefiere no recordarla, ya que cuando lo hace acaba borracho y en la cama de cualquier mujer. — Es inevitable recordar a Leif, la hermosa Leif Alberttsson, una chica que llegó a su vida cuando tenía diecinueve años, se enamoró locamente de ella, sentía que con ella lo quería todo, ella amaba los días lluviosos, para él era extraño pero por estar con ella lo aceptaba, Leif se marchó un día sin decir nada, sólo se marchó y aunque Darío la busco sin darse por vencido nunca la encontró, sólo necesitaba saber ¿Por qué? Ó ¿Qué hizo mal? Preguntas que se repite sin obtener respuestas, él pensaba que todo estaba perfecto y no era así o eso piensa ahora. — Pasados dos años se resignó a que Leif no volvería, y aunque alberga la esperanza de volver a verla, de momento solo se aferra a su empresa artística y a sus pinturas. Cuando quiere dibujar, espera a que el día este totalmente nublado ó en su defecto lluvioso, dice que su concentración es mayor ya que siente que Leif está a su lado motivándolo y así el resultado de la pintura es el deseado. — Darío Olsson es el típico chico que muchas mujeres quisieran tener a sus pies, pero su corazón está roto y es difícil de reconstruir, prefiere sólo complacer a las chicas solo una vez y no saber más de ellas. Lo que Darío no sabe, ni se espera, es que la vida lo sorprenderá de una manera muy especial. — Uno de los mejores pintores de Norrbotten, hermoso físico, millonario, lo que depara su vida es algo a lo que deberá abrir mucho su mente para aceptarlo y una vez que lo acepte deberá hacer lo imposible para recuperar lo que creía perdido. Capítulo I — Me encuentro en mi oficina pensando, mi único acompañante es un vaso de whisky, lo uso cuando no quiero pensar pero es inevitable no hacerlo, no se si el alcohol es para olvidar o para recordar, sólo sé que a veces funciona y otras veces no, tengo muchos proyectos por hacer, pinturas por terminar, pero hoy solo quiero embriagarme y acabar como siempre, últimamente se ha convertido en rutina y de una u otra manera estoy bien así. – Oh vamos viejo, ¿tan temprano y ya estás pensando en emborracharte? – ¿Nunca llamarás a la puerta antes de entrar? – Cuando tenga el pestillo lo haré ¿Qué haces? – Tomo un vaso de whisky, ¿No ves? Sírvete uno y acompañame. – Lo siento viejo, tengo un personal que dirigir –Paúl trabaja para mi empresa, es uno de mis mejores amigos y delega parte de mi empresa–. – Vamos viejo, eres mi amigo y aparte soy tu jefe, y como jefe te ordenó que te tomes una vaso de whisky conmigo –rie–. – ¿Qué vamos a hacer contigo Darío? – Lo mismo de siempre –respondo– es viernes, así que ponte cómodo y toma conmigo. – Sabes que aunque sea viernes igual debemos trabajar, hay mucho trabajo por hacer. – ¿Te recuerdo quién es el jefe? – No es necesario, sólo te recuerdo que debemos enfocarnos en lo realmente importante, vamos Darío, no todo es alcohol, fiesta y mujeres. – Ya casi es fin de semana, así que por ahora sí es alcohol, fiesta y mujeres. – Como digas, algún día te darás cuenta que eso no está bien. – Algún día sí. – ¿Celebran algo sin mi? –Entrá Mathias a mi oficina, también sin tocar la puerta antes, es mi otro mejor amigo, con ellos dos siento que tengo mucho más de lo que necesito, son esos amigos que la vida te regala y con el tiempo se convierten en hermanos, nunca me dejan sólo, con ellos tengo todo el apoyo del mundo, tanto en lo laboral como en lo personal, no se que haría sin ellos–. – No hay nada que celebrar –dice Paúl–. – Claro que lo hay –respondo y este alza una ceja–. – ¿Ah sí? ¿Qué? Porque no recuerdo que me lo hayas dicho. – Estaba esperando que Mathias llegará, ya que sabía que no tardaría, sírvete un trago Mathias y pongámonos cómodos. – Genial, espero sea una buena celebración para que estés así –inquiere Mathias–. – Lo es si, me acaban de decir que compraron mi última pintura. – Eso merece un brindis. – Ah, ¿Ahora sí quieres hacerlo? – Claro hermano, hubieses empezado por ahí desde que entre y ya hubiésemos acabado con la botella. – ¿Y celebraban sin mi? – ¿Estás celoso? –le pregunta Paúl a Mathias–. – Para nada –responde y yo río–. – ¿Cuál es la gracia? – Vamos Mathi, para ambos hay –ríen–. – Hay que celebrar, le diré a Emil que prepare una cena y vamos a mi casa, ¿Les parece? – Me parece buena idea –responde Paúl– Anne estará encantada de ir conmigo y ver a Emil. – ¿Y yo? Bueno yo iré con dos botellas hermosas para celebrar, serán mis acompañantes. – Si te decidieras, pudieras tener a la mujer que quisieras. – ¡Eh no! Así estoy muy bien y por favor no insistan con lo mismo. – ¡Oh vamos Darío! ¿Hasta cuando hermano? Los años pasan y no pasan en vano. – Lo sé Paúl, pero no me siento preparado para tener una relación con alguna mujer, mejor sigamos con la celebración ¿Sí? – Llamaré a Emil para que planee una buena cena. – Genial, recuerda que comemos por dos o más, que prepare un buen banquete. – El millonario eres tú. – ¿Cuánto dinero necesitas para que Emil prepare una cena para nosotros? –río–. – No necesito tu dinero, me refiero a que en casa no tengo un chef, sólo es Emil, y aunque prepara unas comidas deliciosas quizás no sea lo que esperas. – Así sea una tortilla creeme que estará divina. – Genial, serán tortillas entonces –reímos–. – No te pases, tampoco así, es más, que no prepare nada, encargamos comida del mejor restaurante y cenamos en casa. – Acepto la idea de Paúl –digo– que lo pongan a mi cuenta. – De eso nada, yo cancelo la comida. – ¿No que el millonario era yo? – Lo eres si, pero Paúl y yo podemos darnos ciertos gustos siendo tus empleados. – Antes de ser mis empleados tengan siempre presente que son mis mejores amigos, mis hermanos. – ¿Es el momento donde nos abrazas y nos besas? –dice Mathias y reímos sin parar–. – De verdad, ¿Qué haría sin ustedes? – No querrás saberlo. – No necesito hacerlo tampoco. – ¿Entonces en casa de Mathias? – Si, le marcaré a Emil para que esté al tanto, igual estará encantada de tenernos a todos en casa. – Por cierto, ¿Ya se fue a vivir contigo? – Aún no, sólo pasa tiempo conmigo. – Se están como tardando ¿No? – ¿Tú me estás hablando en serio? – Amm, si. – ¿Hermano tú? ¿El que no quiere tener una relación? – Son casos distintos viejo, yo aún no me he enamorado, en cambio ustedes llevan mucho tiempo juntos, igual que tú con Anne Paúl. – Yo ya estoy en eso, realmente pienso que ya es tiempo de llevar mi relación más allá. – Genial, al menos ya tienes los padrinos de boda. – Eso lo saben muy bien. – ¿Cuándo es la boda? –pregunta Mathias–. – Pronto, aún estoy pensando ¿Cómo y dónde? Hacerle la propuesta a Anne. – ¿Te ayudamos a escoger el lugar? – ¡No! Y tampoco los voy a invitar cuando lo vaya a hacer, quiero que sea algo entre ella y yo –Mathias y yo ponemos cara de sorpresa y nos llevamos la mano al pecho en modo dramático–. – Hieres nuestros sentimientos, ¿Cierto Mathi? – Así es, nunca antes me había sentido tan herido. – Esto no lo voy a olvidar nunca –hago gesto de llanto–. – Ni yo –empezamos a reír y Paúl está muy serio–. –En realidad, creo que empiezo a entender porque no tienes novia Darío –paro de reír– y tú Mathias, tómame serio viejo, esto de pedirle matrimonio a Anne me tiene nervioso. – Ya pues, ¿Y si la llevas de viaje a Grüna Lund? ¿Y en una de esas atracciones le pides que sea tu esposa? –propongo–. – Necesito tiempo para eso, Grüna Lund está algo lejos y no tengo tiempo libre. – De eso nada, tómate el tiempo que necesites, para eso eres mi amigo y como amigo y tu jefe te doy una semana libre, cuando tú quieras, para que hagas lo que tengas que hacer. – Gracias hermano, cuando hayamos resuelto algunos pendientes aquí en la empresa lo haré. – Hazlo cuando quieras, sabes que puedes hacerlo, y nos llevas –se pone serio–. – ¿Van a seguir? – Sólo jugamos –Mathias y yo reímos, llaman a la puerta– adelante. – Señor Mathias, lo solicitan en su oficina –informa Eva, mi secretaria–. – Gracias Eva, enseguida voy. – Bien señor, permiso. – Adelante –digo–. – Me retiro, nos vemos en mi casa a las ocho para la celebración de tu éxito, por cierto, esa pintura la quería para mi casa, ¿En quién te enfocaste tanto? ¿Por qué tanta inspiración? – Sólo me gusta el arte, por eso tenemos a Love and Art ¿No? El arte es mi pasión y lo sabes. – No me convences, a veces siento que nos ocultas algo, pero te repito, quería esa pintura para mi. – Haré una igual y te la regalaré, te lo prometo. – Eso espero entonces, me retiro, nos vemos en casa. – Creo que también me iré a trabajar. – ¿Me dejarás solo? A ti no te necesitan, yo si te necesito. – Estás cómo dramático hoy. – Sólo estoy feliz, ¿Sabes lo que significa que hayan comprado esa pintura? – ¿Mucho dinero para tu cuenta bancaria? – ¡Oh vamos viejo! El dinero no me importa y lo sabes, me importa que a alguien le haya gustado justo ese dibujo, no tienes idea de lo que significa para mí. – Por el empeño que le pusiste, creeme que me lo puedo imaginar, y estoy como Mathias, no me convences de un todo, ¿Nos ocultas algo? – ¿Crees que pueda ocultarles algo? ¿A ustedes? – No lo se viejo, pero muchas veces pienso que sí, eso de que no pienses en tener una relación con tanto dinero que tienes, que no tomes a las chicas enserio o que te provoque embriagarte solo porque si, no termina de convencerme, antes no pensabas así. – Basta ya, mejor ve a ver si te necesitan en tu área, me iré a casa. – ¿Tan temprano? Apenas son las once del día. – Si, puedo hacerlo ¿No? Quedas a cargo. – Claro que puedes, eres el jefe, me marcho, nos vemos en casa de Mathias. — Paúl sale de mi oficina, acabo con el vaso que tengo en las manos de un solo trago, marco el código de mi secretaria y le informo que me marcharé, que cualquier inconveniente no dude en llamar a Paúl o a Mathias y ellos solucionaran, dejo todo en orden y me marcho de la oficina. +++++ —Decido no ir a casa, me voy a dar un paseo por la orilla de la playa, necesito pensar, en casa tengo toda la paz que necesito, pero se que me traerá más recuerdos de los que ya llegaron a mi mente. ¡Oh Leif! ¿En qué fallé? ¿Cómo es posible que después de tanto tiempo, aún te tenga presente? Te marchaste sin siquiera despedirte, sólo te fuiste, dejándome vacío, sólo, como quisiera volver a verte, tenerte entre mis brazos, te he extrañado tanto, si, ha pasado ya mucho tiempo, pero calaste muy profundo de mi, te llegue a amar como no lo había hecho nunca. –Paúl y Mathias tienen razón, quizás si busco una novia estable pueda olvidar todo de una vez, pero en el fondo no quiero olvidar, ellos no saben nada de esa relación, la mantuvimos en secreto durante seis hermosos meses, los meses más felices de mi vida a su lado, ¿Por qué te fuiste Leif? ¿Por qué? —Me enamoré de Leif apenas la conocí, ¿Cómo olvidarlo? Fue un amor a primera vista y creo que fue de parte y parte, ella me entrego mucho, confío en mi, fui su primer hombre y eso es maravilloso, ame tanto a Leif y estoy seguro que ella a mí también, pero su partida me hizo daño, quisiera verla si, a veces para abrazarla y pedirle que regrese a mi, pero luego reflexionó y me digo que sólo quiero verla para reprocharle el motivo de su abandono. Me quedo mirando un punto exacto en el mar, es tan infinito, de pronto me siento perdido en él, pensamientos van y vienen, creo que ya es tiempo de ir a casa al parecer lloverá y es buen momento para hacerle la pintura a Mathias, se lo merece y así pasaré tiempo mientras se acerca la hora de ir a su casa. Capítulo II — En casa los recuerdos van y vienen, vivo totalmente cómodo ¿y cómo no? Con los padres que tengo es imposible no hacerlo. No tengo cosas lujosas, sólo tengo lo necesario, eso sí, todas mis cosas son negras, adoro ese color aunque a mi madre no le agrade mucho, ella es más de colores vivos, me cambio de ropa y voy a habitación favorita, donde creo mis pinturas. Busco todos mis lienzos y preparo todo para pintar el cuadro que le obsequiare a Mathias, no tengo una copia ya que lo tengo grabado en mi mente, se que no lo acabaré hoy ya que requiere de muchos detalles, al menos lo adelantaré. Lo recuerdo perfectamente, es la silueta de una mujer de medio lado, con el cabello n***o muy largo, ella tiene la mirada fija en una dirección exacta, llueve y es difícil definir si llora o no, pero si, llora de alegría ya que eso causa la lluvia en ella, está pronto a adentrarse en el bosque para llegar a la cima de una montaña y llegar a una cabaña desde donde podrá apreciar la lluvia mucho mejor, el lugar es totalmente hermoso a la vista y a mi pensar, la chica de la pintura sueña con vivir en un lugar así. — Mientras lo recuerdo empiezo a dibujarlo paso a paso, detalle a detalle para que quede exactamente igual al vendido. Es mi pintura favorita, ya que esa chica es mi amada Leif Alberttsson. Si, así es, casi todas mis pintura están inspiradas en ella, por eso trato de que queden lo más perfectas posible, porque así es ella o era, ni siquiera sé si aún viva, ya que fue como si se la hubiese tragado la tierra, nunca más la volví a ver, nunca quice preguntarle a mis padres por su familia ya que quizás podrían sospechar algo, aunque quizás si busco una buena forma no sospechen nada, lo pensaré bien, recuerdo que fue un cinco de octubre cuando decidió marcharse sin despedirse y nunca volví a saber de ella, ¡Ah Leif!. Observó la pintura y noto que va quedando igual al cuadro original, lo único que este cuadro no tendrá es la misma fecha de creación ni la leyenda, ya que no quiero que el comprador del cuadro original piense que aquel es una copia, por eso también haré este más pequeño, se que Mathias lo apreciará igual. — Pasado un rato decido parar con el cuadro y voy a arreglarme para salir a casa de Mathias, me voy a la ducha y como dije, acá en casa pienso más en Leif, cada rincón de la casa me recuerda a ella. Después de la ducha me visto con algo cómodo, tomo dos botellas de mi bar, ya que como estarán Emil y Anne brindaremos con vino y así como ellos dicen, no me embriagó y no acabo en la cama de alguna mujer extraña. Diez minutos después bajo en el ascensor hasta el estacionamiento, decido ir en mi Audi A5 Sporttblack ya que en el me siento más cómodo para salir a pasear y salgo en el rumbo a casa de Mathias, no está muy lejos por lo que paso antes a comprar unas pizzas con extra de jamón y queso, si, se que habra mucha comida pero la pizza no puede faltar y no se si encargarían alguna –sabes que si– si, se que lo hicieron ya que saben que es mi comida favorita, también compro unos dulces de chocolate con fresa para Anne y Emil y luego continuó mi camino, escucho algo de música para entretenerme y no pensar. Pasados veinte minutos estacionó el coche en casa de Mathias, llamo a la puerta y aguardo a que venga a abrir. – Darío que guapo, llegas pronto, ¿Cómo estás? – Emil, tú también estás muy guapa. ¿Paúl aún no llega? Estoy muy bien, gracias. – Aún no, llamo a Mathi y le indico que llegará un poco tarde, ¿Y qué es eso? ¿De verdad trajiste pizza? –ríe– – Así es, quería asegurarme. – Todos sabemos cuánto te gusta la pizza, ¿Crees que no la íbamos a incluir en el menú? – Era mejor asegurar –reímos– igual creeme que no se va a perder. Si no la quieren yo me la podría comer toda. – Eso lo sé muy bien, ven entremos. – Tardaron como mucho ¿No? – Claro viejo, estaba cortejando a tu mujer antes de entrar –reímos y nos damos un abrazo– ¿Me extrañaste? – Tanto como tú a mí, te lo puedo asegurar ¿Por qué te fuiste de la empresa hoy? – Me fui a caminar un rato por la playa y luego me fui a casa, necesitaba descansar, aunque no lo hice porque al final empecé a pintarte el cuadro, ya que como te gustó tanto si te lo regalaré. – No es necesario hermano, me imagino que lleva mucho trabajo y sobre todo tiempo. – Tú y Paúl merecen eso y más. – ¿Es el momento donde lloro? –reímos– – A veces se pasan de verdad. – Querrás decir, nos pasamos Darío, nos pasamos. ¿Y te hizo bien la caminata por la playa? – Claro, siempre lo hace. – ¿Algún día nos dirás tú secreto? – No hay ningún secreto. – Te conocemos bien, y sabes que sufres por algo, ¿Sabes qué cuentas con nosotros verdad? – Lo se muy bien. – ¿Entonces cuando te sientas preparado, lo harás? – Ya te dije que no hay nada viejo. – Como digas Darío. ¿Pasamos a la mesa y esperamos a Paúl allí o quieres una copa mientras llegas? –Mejor una copa. – Cariño, ¿Tú quieres tomar algo? – No amor, iré por un vaso de jugo. – Como desees. — Mathias lleva más de un año de relación con Emil y se ven bastante felices, me alegra mucho que sea así, al igual que Paúl con Anne, ellos merecen a las mujeres que les tocó –me da la copa–. – ¿Cómo acabó el día en la empresa? – Sin novedad, acabamos con algunos pendientes y recibimos algunos pedidos y propuestas, el lunes lo evaluaremos bien en tu oficina, son propuestas bastante interesantes para expandirnos un poco más. Love and Art va a ser reconocida en el mundo y no solo por lo que hacemos, si no porque su dueño es uno de los mejores pintores del momento. – Vamos viejo, me lo voy a creer. – Créelo, así es, sólo que debemos enfocarnos más en lo que hacemos y todo nos saldrá cómo llevamos meses planeando. – ¿No nos afectará en nada que Paúl tomé los días que le dije? ¿O si? – No lo creo, igual su departamento tiene un muy buen delegado, él se ha encargado de eso, así que no, no afectará en lo absoluto. – Genial entonces, el lunes evaluaremos esa propuesta. – Perfecto hermano, ¿Otra copa? Paúl se está como tardando. – Le marcare a ver. — Le marco a Paúl y responde al cuarto timbrazo. ¿Dónde estás? De camino, sólo me retrasé un poco –responde–. ¿Un poco? Casi una hora después, tengo hambre, apresúrate o empezaremos sin ustedes. Diez minutos y llegamos. Vale. – ¿Y bien? – Que en diez minutos estarán aquí. – Genial –me entrega la copa–. – ¿Nos podemos adelantar al comedor? – Creo que si, igual ya llegará. – Caminemos entonces. — De camino al comedor algo llamó mi atención, pero ya luego veré. Llegamos al comedor y nos sentamos. La casa de Mathias es bastante grande y cómoda, él también puede darse los gustos que desee y no porque sea mi empleado o mi amigo, si no porque desde muy joven él, al igual que Paúl han sabido ganarse la vida, y puedo apostar que su cuenta del banco cuenta con varios ceros y también son chicos a los que les gusta ahorrar el dinero, gastan en cosas realmente importantes, así que si, todos nos podemos dar los lujos que querramos. – ¿Puedo comer de mi pizza? – La compraste tú, así que si –ríe–. – Permiso. – ¿Le sucede algo a Emil? –pregunto–. – No lo sé, voy a abrir. — Se va y me deja solo, aprovecho para agarrar una rebanada de pizza y comerla, mmm está deliciosa, las pizzas son tan divinas. – Vamos Darío, ¿De verdad no podías esperar? –pregunta Paúl llegando a mi lugar–. – No, no podía, la pizza me pedía que la comiera y eso hago –ríen, le doy un abrazo a mi amigo y luego saludo a Anne–, que guapa estás. – ¿También cortejaras a Anne, y en las narices de Paúl? – Mejor hacerlo de frente ¿No? – Claro –reímos- ¿Nos sentamos? – ¿Emil? –pregunta Anne– – Voy por ella –responde Mathias y se marcha a buscarla–. – ¿Y bien? ¿Supieron quien adquirió mi pintura? Quisiera saber porque le gustó. – ¿Eso es necesario? – Para mí sí. – Lo averiguaremos entonces. – Gracias –llegan Mathias y Emil, Anne le da un abrazo a Emil–. – ¿Te sucede algo? No te ves bien. – No lo sé, desde hace días no me encuentro bien, ha de ser un virus. – ¿Fuiste al médico? – Mañana la llevaré –responde Mathias–. – Genial, iremos todos si es necesario –digo–. – No es necesario –responde Emil, y todos reímos–. – Comamos o se seguirá enfriando la comida. – Sabemos que tienes hambre Darío, pero preocúpate un poco por Emil. – Lo hago, sólo que la comida se enfriará más. Desde que llegué note que Emil no está bien, ¿Y quieren saber que creo que es? – Es un virus Darío. No nos asustes más. – ¿Y si es un virus de esos que hablan? – ¿A qué te refieres? – Oh vamos Mathias, no seas ingenuo, ¿Toman precaución cuando están juntos? – Claro, con eso hemos sido muy cuidadosos, Emil usa la inyección anticonceptiva. – Siempre puede fallar, y el que saliera corriendo apenas abrí la pizza, es muestra de que pueda estar embarazada. — Abre mucho los ojos. – No me asustes viejo. – Prepárate para cualquier diagnóstico, yo me pondría feliz, seré tío. – Yo también seré tío, que genial. Eso merece un brindis antes de comer. — Chocamos nuestras copas y Emil quedó muda. – Vamos Emil, cambia esa cara. Un bebé es lo mejor que puede pasar en la vida de una pareja que se quiere tanto igual son solo cosas mías, eso solo se sabrá cuando Mathi te lleve al médico. – Mañana a primera hora lo haré, lo prometo. Ahora comamos o realmente la comida se enfriara. – Gracias por la cena. – Te lo mereces, quiero que sepas que no todo lo gasté yo, fui a comprar con Paúl, los gastos fueron compartidos. – Gracias igual, nunca dejan de sorprenderme. – Bien, quiero mostrarte algo. – ¿Una sorpresa? – Podría ser. – Vamos entonces. — Pasamos a la sala de estar y allí Mathias sirve varias copas. – Brindemos, por ti Darío, nuestro hermano, por tu éxito, por ser uno de los mejores pintores de Norrbotten, salud –todos alzamos nuestras copas–. – Gracias hermano, gracias –los abrazo a ambos– ¿Y cuál era la sorpresa? – Bueno viejo verás, soy tu amigo, tu hermano, y debo reconocer que tu fan numero uno –camina hacia la ventana y no comprendo–, me encanta tu trabajo, lo que haces y el empeño que le dedicas a todo, por ese motivo no quería que Lluvia –así se llama mi cuadro– cayera en manos equivocadas. – ¿A qué te refieres? ¿No me digas que fuiste tú? – Si hermano, fui yo quien compro tu cuadro –quita una cortina revelando así la pintura más hermosa que he podido crear–. – Te devolveré todo lo que pagaste por él. – Ni se te ocurra, ese cuadro vale lo que pediste por él, así que no me tienes que devolver nada –río sin parar–. – ¿Qué causa tanta gracia? – Hermano, en la mañana me dijiste que tú te habías enamorado del cuadro y cuando me fui de la oficina, al llegar a casa empecé a pintar el cuadro exactamente igual para ti. – ¿De verdad ibas a hacer eso por mi? – Claro que si viejo, lo empecé ya. – No hay problema, me lo das a mi, ya que también me gustó Lluvia. – Genial, apenas lo acabe te lo llevaré a casa, y tú Mathias, mañana mismo tendrás tu cheque de vuelta, gracias por tanto apoyo, de verdad que son los hermanos que nunca tuve. – Serás el mejor pintor a nivel mundial y nos encargaremos de eso. Ahora cuéntanos, ¿En quién te inspiras tanto para hacer tan maravillosa obra? ¿Y qué significa el escrito que está en la parte baja del cuadro? "Infinita como el mar" " Hermosa como las estrellas" "Gotas de lluvia caen en tu rostro" "Aún así, no dejas de ser hermosa" " La lluvia siempre será parte de ti" L.A. Darío Olsson. – Si viejo ¿Qué significa, o a quién va dirigido? ¿Y esas iniciales que significan? – ¿Tú también sabías que Mathias había comprado el cuadro? – Claro que lo sabía –ríen–. – ¿Cuándo pensaban decírmelo? – Por eso planeamos la cena aquí, pero no omitas nuestras preguntas ¿Vas a seguir ocultándolo? ¿Tan poco confías en nosotros? – A ustedes les confío mi vida, pero es una parte de ella que no quiero recordar. – ¿No quieres recordar y creas pinturas de esta magnitud? – señala el cuadro–. – Hermano, sabemos que sufres, lo notamos siempre, Paúl y yo solo queremos que seas feliz, puedes tener todo el dinero del mundo, ¿pero de qué vale si no eres feliz? ¿Eso es suficiente para ti? Nos tienes a nosotros que siempre vamos a estar cuando nos necesites si, y eso también incluye, si quieres hablar o llorar, ahora, ¿Quieres hablarlo, o prefieres seguir callando? – Está bien Mathias, les contaré.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
51.0K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.1K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.6K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.5K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
24.7K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook