Capítulo IV
— Llegamos al lugar donde se llevará a cabo el evento, hay muchísima gente acá y pensar que dentro de poco yo tendré que hacer lo mismo con mi empresa. Pasamos a un recibidor y luego nos ofrecen unas copas las cuales recibimos con gusto. Mi padre saluda a un par de amigos y me los presenta y por último saluda a una familia que nunca había visto por acá, la familia Alberttsson, no presté mucha atención a las presentaciones hasta que la hija del señor Alberttsson llamó mi atención.
– Leif Alberttsson un placer —dice—.
– El placer es todo mío, Darío, Darío Olsson.
– Hijo, ellos son los anfitriones del evento y dueños de la nueva empresa de modelaje de aquí de Gallivare, son nuevos por acá, viajan mucho atendiendo sus empresas.
– Así es —dice el señor Alberttsson— no nos quedamos estancados nunca en una misma ciudad, siempre vamos montando sucursales en distintos lugares, por eso le digo siempre a Leif que no se enamore mucho de las ciudades, ya que solo estamos de paso, siempre volvemos claro, pero solo momentáneo o a algún evento especial de alguna de mis compañías.
– Claro, entiendo.
– Me dijo tu padre que eres su mayor orgullo.
– Así es, lo soy, futuro diseñador gráfico y pintor, pienso construir mi propio imperio.
– Me gusta como piensas, en eso te pareces mucho a tu padre y si que ha llegado lejos.
– Y lo que falta —añade mi padre—.
– Lo se Olsson, lo sé, Darío, espero que tú y mi hija Leif se hagan muy buenos amigos.
– Si viajan sin rumbo fijo, es difícil establecer una amistad así.
– Difícil más no imposible, mi Leif necesita hacer amigos.
– Entiendo, entonces si me permite, le invitaré una copa a su hermosa hija, ¿Puedo?
– Adelante.
– ¿Vamos señorita? —le ofrezco mi brazo—.
– Claro.
— Toma mi brazo y nos vamos a tomar una copa, nos sentamos en una mesa alejados un poco de la multitud.
– Y bien Leif Alberttsson, ¿Estudias, trabajas?
– Bien Darío Olsson, estudio y no, aún no trabajo, ¿Y tú?
– Estudio y trabajo desde casa, por el momento, pero ya pronto empezaré desde otro lugar. ¿Qué estudias?
– Diseño fotográfico.
– Interesante, yo estudio diseño gráfico, ¿Eso significa que quieres ser fotógrafa?
– Así es, y lo tuyo, ¿Significa que quieres ser diseñador gráfico?
– Me gusta si, pero mi sueño es ser reconocido como pintor, con respecto a mi profesión, me gusta si, y quiero y voy a tener mi propia empresa de diseño gráfico y de allí también saldrán mis pinturas.
– Que buena perspectiva tienes, me gusta, quizás lleguemos a ser buenos amigos.
– ¿Y tienes novio Leif?
– No, no tengo, ¿Tú si la tienes?
– No, aún no ha llegado la chica que robe mi corazón como es.
– Guao, interesante entonces.
– ¿Por qué interesante?
– Ambos somos solteros y con un buen futuro por delante.
– Tienes razón, estaré aquí por un par de días más, puedes tomar nota de mi número y podemos quedar luego, te invito un café.
– ¿Cómo así? ¿No vives aquí?
– No, vivo en el centro de Norrbotten, me cambié de ciudad cuando ingresé a la universidad.
– Oh, entiendo.
– Pero eso no es impedimento, ¿O si?
– No, no lo es.
– Bien, —le digo mi número y me da el de ella —Cuéntame Leif, ¿Qué es lo que más te gusta?
– La lluvia, el frío, los paisajes, la naturaleza.
– ¿La lluvia? ¿De verdad?
– Amm, si, me encanta la lluvia, el clima frío.
– Extraño, pero si te gusta, está bien.
– Es extraño lo sé, pero así soy, ¿Te gustaría pintarme?
– Me encantaría, pero aquí no tengo todo lo necesario, lo tengo en mi casa.
– ¿Y vives solo?
– Así es, mis padres me regalaron una casa cuando cambie de residencia.
– Genial, te visitaré para que me pintes, ¿Cuándo puedes?
– Cuando tú quieras.
– Cuando regreses a Norrbotten iré contigo, me pintas y me regreso luego.
– Depende de la pintura, necesitaré un par de días para terminarla.
– Me quedaré en un hotel mientras finalizas los detalles.
– Mi casa es bastante grande, puedes quedarte el tiempo que me lleve en terminar el cuadro.
– Genial entonces.
– ¿Otra copa?
– Claro.
— Leif es muy hermosa, piel blanca, rasgos finos, se ve que es bastante delicada, tiene el cabello n***o, bastante largo y tiene ojos verdes, tiene un cuerpo perfecto y repito, es hermosa. Compartimos un par de copas más, luego pasamos ya que iniciaría la inauguración, quedamos en vernos otro día. La noche fue bastante agradable, pero alrededor de las dos de la mañana le dije a mis padres para marcharnos a casa y no se opusieron.
— A la mañana siguiente despierto muy temprano, le hago una llamada a Mathias y a Paúl, me indican que todo marcha bien, les digo que ya tenemos el lugar para montar la compañía y se emocionan al igual que yo, les digo que estaré allí el lunes en el transcurso del día y finalizó la llamada, hoy pasaré parte del día en casa con mis padres y luego invitaré a Leif Alberttsson a tomar un café.
– Hijo, ¿Estás despierto? —mi madre llama a la puerta de mi habitación—.
– Si madre, dame un minuto.
– Te espero abajo.
– Vale madre.
— Escucho como se marcha, le envío un mensaje a la hermosa Leif, dejo el móvil en la cama y salgo de la habitación.
– Buenos días madre, padre.
– Buenos días hijo, ¿Dormiste bien?
– Si padre, fue muy grata la noche.
– Buenos días hijo mío —mi madre se acerca, me abraza y besa mi mejilla—, como extrañaba tenerte en casa.
– Gracias madre —beso su frente—.
– Desayunemos o se enfriará todo.
– Se ve delicioso madre
– Lo hice por ti cariño.
– Nuevamente gracias, ¿Desayunamos y vamos a dar el paseo que no dimos ayer?
– Claro.
– Pero vamos los tres —miro a mi padre—.
– Claro hijo, está bien.
— Acabamos con el desayuno, nos arreglamos y salimos a disfrutar de una hermosa mañana, salimos en el coche de mi padre, conduzco yo por supuesto, mi padre va a mi lado y mi madre en el asiento trasero. Estacionó en el centro de Gallivare.
– ¿Qué haremos? —pregunta mi madre—.
– Sólo quiero caminar, recordar el lugar donde vivi gran parte de mi vida.
– Caminemos entonces.
— Caminamos durante mucho rato, visitamos algunas tiendas, compré varias cosas para llevarlas a mi nueva casa y así tener más recuerdos de Gallivare. Alrededor de las dos de la tarde regresamos a casa, como invite a mis padres a comer pizza llegue directo a darme una ducha rápida y le dije a mis padres que saldría nuevamente, lo tomaron por sorpresa pero no preguntaron, algo que siempre me ha gustado de ellos es que respetan mi privacidad. Leif respondió mi mensaje, quedamos en vernos en el café que está cerca del parque principal de Gallivare.
— A las cuatro de la tarde salgo a encontrarme con esa hermosa mujer que creo que me flecho mi corazón, nunca había sentido algo tan intenso por una mujer, si he tenido varias chicas, pero nada más que sexo, en cambio con Leif, no siento esa necesidad. Tomo mi coche y emprendo la marcha, el lugar no está muy lejos por lo que solo me lleve veinte minutos de camino. Estacionó el coche frente a la cafetería, bajo de este, entró al lugar y allí está ella, —suspiro— definitivamente es hermosa.
– Hola —saludo— ¿Llevas mucho tiempo esperando?
– Darío, ¿Cómo estás? —se sonroja— no, de hecho, acabo de entrar.
– Estás hermosa.
— Gracias.
– ¿Tomamos algo?
– Yo ordene chocolate caliente.
– Ordenaré lo mismo.
– Me tomé el atrevimiento y lo hice por los dos —medio sonríe—.
– Perfecto entonces, mientras esperamos, cuéntame de ti.
– Ya te dije lo principal de mi, quisiera estar en un lugar estable para poder centrarme en mis cosas, pero con mi padre no es fácil, cambiamos de residencia siempre.
– ¿Y su residencia principal donde la tienen?
– Está en Estocolmo, bastante lejos, se que aquí estamos de paso, siempre regresamos, pero en mucho tiempo.
– ¿Sueñas con algún lugar en específico?
– Estocolmo me gusta y mucho.
– Entiendo, ¿Por qué no sólo te quedas allí?
– Mi padre dice que cuando viajo con él, se siente más seguro en todo y por él lo hago.
– Oh claro —nos traen lo que ella pidio—.
– Siento que en algún momento dejaré de hacerlo, quiero ocuparme en lo que quiero, viajando de un lado a otro en los negocios de mi padre no lo haré.
– Entiendo. ¿Vas a querer que te pinte o cambiaste de opinión?
– Claro que lo quiero.
– ¿Te irás conmigo o lo harás por tu cuenta?
– Contigo —me emociona escuchar eso—.
– Genial, pasaré por ti a primera hora, ¿En qué hotel te alojas?
– Me alojó en el BellaBell, a primera hora estaré lista.
– Perfecto, ¿Te gustaría dar un paseo por el parque?
– Claro, vamos
— Cancelo las bebidas, salimos del establecimiento y caminamos hacia el parque.
– ¿Venías a este parque de niño? — pregunta—.
– Mis padres siempre me traían si.
– ¿Eres hijo único?
– Así es.
– Yo tengo un hermano mayor, pero poco lo veo.
– Oh, que mal.
– Me da igual, él nunca está.
– Me gustaría conocerte más Leif.
– ¿A qué te refieres con más?
– Te seré sincero Leif, me gustas, me gustaste desde el primer momento en que te vi y siento que no es sólo por un rato y ya, me gustaste y mucho.
— Se queda en silencio y solo me mira, quizás apresure las cosas.
– Pensaba que solo me había pasado a mí —me sorprende su respuesta—.
– ¿De verdad?
– Si Darío, es la verdad.
– ¿Eso quiere decir que tú y yo podemos intentar algo?
– Creo que si, pero paso a paso, ya que no se exactamente qué es, nunca había sentido nada así.
– ¿Ni con tus novios anteriores?
– Nunca he tenido ningún chico a mi lado.
– ¿Estás jugando conmigo verdad?
– Para nada. Cómo te dije, siempre ando viajando, así que no había pensado en eso hasta que te vi.
– Oh Leif, no dejas de sorprenderme.
– Lo se.
— Me quedé totalmente sorprendido con lo que me dijo Leif, paseamos durante largo rato por el parque, luego dimos el paseo por terminado ya que cada uno debe regresar a empacar para el viaje de mañana, ya luego continuaremos nuestra gran conversación.
– Llegas temprano hijo.
– Si madre, debo descansar, recuerda que mañana regreso a Norrbotten.
– Si lo recuerdo —cambia su hermoso rostro—, ¿Ahora cuando volveré a verte?
– Pronto madre, se que son muchas horas de viaje, pero si me necesitas aquí estaré.
– Lo se hijo, lo sé, ahora ¿Vas a cenar algo o ya lo hiciste?
– No lo hice, pero tampoco tengo apetito, si me apetece algo encargaré una pizza.
– Yo puedo preparartela.
– Entonces preparala ya.
– ¿No qué no tenías apetito?
– De pronto me dio —reímos—.
– Te adoro tanto hijo.
– Y yo a ti madre —nos abrazamos—.
— Mi hermosa madre me preparo una rica pizza, comimos juntos y me fui a mi habitación, empaque lo poco que traje, tomé una ducha y me fui a la cama.
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— A la mañana siguiente me despido de mis padres, mi madre esta un poco triste y la entiendo, trataré de regresar pronto, les doy un abrazo y subo a mi coche. Emprendo la marcha al hotel BellaBell para pasar por Leif. Pasados unos minutos llego y allí me está esperando, estacionó el coche, bajo de este y voy hacia ella.
– Hola Leif.
– Darío —tomo su pequeña maleta y caminamos hacia mi coche—.
– ¿Llevas mucho tiempo esperando?
– No, ¿Vamos?
– Claro, —abro la puerta para que suba al coche, lo hace, cierro y me dirijo al puesto del chófer para ponernos en marcha—, tus padres saben a dónde irás y con quién?
– No, no lo saben, sólo le dije a mi padre que me ausentaré un par de días, ¿Y tus padres saben que tendrás una invitada?
– Claro entiendo, ¿Pero y si esos días se convierten en meses? Y no, mis padres no lo saben.
– Veremos que pasa, de convertirse en meses se lo haré saber a mi padre.
– Está bien entonces.
– ¿Nos vamos ya?
– Claro.
— Ahora sí pongo el coche en marcha y salimos rumbo a Norrbotten.