Capítulo XXVI — La noche pasa demasiado rápido o es lo que creo yo, siento que no descanse absolutamente nada, llamaré a Leif a ver como pasó la noche mi hijo, busco mi móvil y le marco, no contesta la primera llamada y vuelvo a insistir hasta que contesta. Darío, buenos dias. Buenos días Leif ¿Cómo estas? Bien, ¿Liam? Está jugando. ¿Cómo paso la noche? Mejor, no le dio fiebre. Genial, tomo una ducha y salgo para allá. perfecto, se lo haré saber. Gracias, adiós. — Quizás soy un poco cruel con Leif, pero como dije, en este momento no tengo otro modo de tratarla, en fin, tomaré una ducha y voy a ver a mi hijo. Un rato después... – Hijo, ¿No vas a desayunar? – Ahora madre, voy a ver a Liam y regreso, quizás lo traiga a casa. – ¡Oh!, que bueno saber eso. – Aún no es seguro, deb

