NUESTRO BEBÉ 4

1870 Words
Una semana Antes. ALEX. Salgo de la casa de Elizabeth, la nueva secretaria de Aithana quien es mi socia en varios proyectos, debo confesar que no me sentía tan cómodo con alguien desde hace tiempo como hoy con Elizabeth, estoy un poco cansado de las mujeres que se preocupan solo en su apariencia, siento que les falta esencia, les falta algo más que solo mostrar sus figuras delgadas enfundadas en ropa de diseñador, desde hace tiempo deje de sentirme atraído por ellas, creo que esa es la razón por la que llegue a enamorarme de una mujer que en su momento creí sería posible, imagine que tenía la oportunidad de conquistarla, con lo que no contaba era con el hecho de que ella tenía sentimientos por el que hoy es su esposo; sin embargo, hoy, al ver su oficina rodeada de rosas y el brillo en su mirada me hicieron ver la verdad, una para la que no estaba listo, ella definitivamente lo ama, ama a alguien que nos soy yo. Llego a mi apartamento y saludo a Selene, mi ama de llaves, noto como ya están listas las dos maletas que llevaré a mi viaje, me dirijo al baño y mis labios se estiran en una sonrisa al ver mi traje aun empapado y al recordar la carita sonrojada de Elizabeth, es una chica muy dulce. Voy a la ducha y tomo un baño, arreglo mi cabello, me pongo un jean, una camisa azul claro y un suéter azul oscuro, zapatos deportivos casuales blancos. Bajo al primer piso y veo la hora en mi teléfono, tengo el tiempo necesario para ir a casa de mi madre e ir al aeropuerto. —La señora Violet llamó mientras usted estaba en la ducha, pidió que le recuerde que debe ir a despedirse de ella antes de ir al aeropuerto, y que James está esperando abajo en el auto de la familia —me informa mientras tomo un trago y siento como este quema mi garganta. —Iré, ahora mismo —tomo un abrigo y lo pongo sobre mi brazo. —Buen viaje —me regala una sonrisa. —Gracias, te veré en unos días —me despido para después salir con mi equipaje y tomar el ascensor, como dijo Selene ya me está esperando el auto, James se encarga de subir las maletas. Ya en el auto reclino mi cabeza en el asiento, comienzo a pensar en que Aithana es feliz y que no debo interferir en su historia, si es verdad que mis sentimientos por ella se hicieron fuertes durante este tiempo y sentía la necesidad de protegerla del que era mi mejor amigo, también es verdad que no puedo mandar en su corazón, solo espero que Sebastián sepa hacerla feliz, porque aunque debo dejar de sentir lo que siento por ella, eso no significa que dejará de importarme lo que le suceda, pero por ahora debo tomar distancia, por eso decidí alejarme de ellos y hacer este viaje por Europa para cerrar tratos en los proyectos que tenemos con Torres y torres y con Williams CORP. Y también me servirá para hacer conexiones importantes con algunos empresarios. Ingreso a la casa de mis padres y desde la puerta puedo ver que están en la sala y con ellos se encuentra mi prima Ángela es la hermana mayor de Damien, camino a paso rápido para llegar hasta donde están, mi madre siempre pide verme antes de salir de viaje, así que aquí estoy, solo podre dedicarle unos cuantos minutos. —Hijo de mi vida —pronuncia mi madre poniéndose de pie. —Mamá —me da un beso en la mejilla y me regala un reconfortante abrazo —. Papá —digo y mi padre me da un abrazo y, palmea mi espalda —. Angie —me acerco a abrazarla. —Primito —responde apretando mi mejilla juguetonamente, Ángela es un poco cercana a mí, aunque mis padres y yo solo somos tres, el resto de mi familia es un poco grande contando a tíos y primos. —Vine a ver a mis tíos, al parecer tus visitas últimamente no son muy frecuentes —menciona Ángela al tiempo que tomamos asiento. —He estado muy ocupado, y mi padre lo sabe, se ha encargado de dejarme todas las responsabilidades ahora que va a retirarse y dejara su puesto de CEO de la compañía. —¿Es verdad eso Michael? —reclama mi madre observándolo. —Debe hacerlo si desea el puesto Violet, ser CEO, no se puede tomar a la ligera, pero pierde cuidado, cielo, dentro de poco, cuando este todo en orden, tendrá tiempo para venir a vernos —mi padre le anima tomando su hombro, mi madre no se ve muy contenta. —Estoy dispuesto a asumir el reto mamá, debes ser paciente. —Bueno, si no hay más remedio —habla con poco ánimo. —Debo irme o se me hará tarde, Angie todo queda en tus manos —Ella es gerente financiero de la compañía y se hará cargo mientras estoy de viaje, claro que mi padre estará a su lado. —Los veré en una semana —me acerco a mi madre para besar su cabeza. —¿una semana? Creí que solo serían un par de días —pregunta mirándome fijamente. —No, decidí adelantar algunas reuniones —esquivo la verdadera razón por la cual decidí alargar este viaje. —Algo te sucede hijo, ¿hay algo mas que no me has contado? ¿Ella? —recuerdo haberle contado algo de mis sentimientos por una mujer, aunque no me atreví a decirle quien era, ella me conoce muy bien y sabe que mi vida está en orden, excepto por el amor. —No, madre —digo bajando la mirada y aunque yo lo haya negado estoy seguro de que sabe que algo sucede, me despido de mi padre y de Ángela, quien me observa con curiosidad debido al intercambio con mi madre. Voy al auto y le pido a James que me lleve al aeropuerto, llego al avión de la compañía y un sobrecargo toma mi equipaje, me despido de James, subo al avión y tomo asiento en uno de los cómodos muebles, veo a través de la ventana como la ciudad se hace mas y mas pequeña y me pregunto si fue buena idea hacer este viaje solo, creo que mis pensamientos serán aún más intensos, lo que me hará más difícil sacarla de mi sistema. Dos días después. He llegado a Paris después de pasar un par de días en Madrid. en este instante tengo una reunión con Emmanuel Lacroix, su compañía será la encargada de proporcionar las redes eléctricas a las edificaciones en estados unidos y Latinoamérica, son los mejores en ello, vine porque aquí se fabricaran los insumos que serán exportados, ellos requieren la presencia de alguno de los socios para que sean aprobados y estar seguros de que tendrán todas las características que requerimos. —Alexander Black —me saluda Vincent, es una sorpresa verlo aquí, imagine que estaría en los Ángeles, es muy poco lo que nos hemos visto desde que lo conozco, se casó muy joven y después perdió a su esposa. Se acerca para darme un apretón de manos. —Vincent Lacroix—digo con ánimo, a su lado está su mano derecha Phillipe, quien me saluda también —, imagine que estarías en los ángeles. —No, mi padre me ha pedido venir, ya que seré en el encargado de recibir tu orden, sabes cuando son proyectos tan grandes es importante estar presente —puedo notar un cambio en él, lleva años siendo alguien sombrío, pero hoy parece otra persona y sea lo que sea lo que le esté sucediendo, me alegro por él, cruzamos unas cuantas palabras más a la espera de los ingenieros que traen los diseños y las muestras, un rato después los vemos entrar y junto a ellos entra alguien llamando mi atención, este toma asiento y me saluda asintiendo con la cabeza y no acabo de entender que es lo que hace aquí. —Adelante, por favor —nos pide Emmanuel señalando la mesa de juntas, todos tomamos asiento y comenzamos a escuchar los detalles de la reunión, donde nos presentan cada uno de los elementos del pedido, la reunión finaliza en lo que los ingenieros resuelven mis dudas y toman nota de los pequeños cambios que es necesario hacerle a un par de artículos, estos no requieren mayor trabajo, y la orden estará lista para su fabricación. Me pongo de pie y tomo mi teléfono. —Alex —pronuncia mi primo cuando llega a mi lado, es innegable que somos familia, tiene mi estatura, es rubio y sus ojos son azules, solo que es un poco menos fornido. —Daniel —pronuncio su nombre mirándolo de lado —, ¿Qué haces aquí? —me doy media vuelta, para quedar frente a él, nunca nos hemos llevado bien, tiene algo de resentimiento porque mi abuelo no eligió a su padre, sino al mío para controlar la empresa, siempre hemos tenido cierta rivalidad, por la preferencia que tiene mi abuelo por mi padre y por mí, hace varios años y gracias a la insistencia de mi tía, mi abuelo decidió darle una oportunidad al señor Walker y le ofreció un buen puesto en la compañía que nos pertenece en Reino Unido, así que vinieron a vivir a Europa, mi querido primo aquí presente no estaba muy contento el cambio de vida. No puedo negar que han hecho un buen trabajo, sin embargo, por alguna razón mi abuelo no confía del todo en el señor Walker, mi tía también tiene una pequeña rivalidad con mi madre, es como si nos vieran como competencia y no como familia. —Mi abuelo, pidió que viniera a esta reunión, necesitaremos esos insumos cuando comiencen las construcciones en Europa y Asia —menciona levantando el mentón y cruzándose de brazos, como siempre tan altivo, levantó mis cejas ante su afirmación. —Creí que Asia era arriesgado para un proyecto como el que estamos implementando. —No lo es, mi padre y yo hemos investigado el mercado y pensamos que será una excelente inversión —habla muy seguro y yo no creo que sea buena idea, es un gran riesgo debido a la gran competencia que tendríamos. —Debo hablar con mi abuelo en cuanto regrese. —Hazlo, te dirá lo mismo que acabo de decir —me muestra una sonrisa ladeada llena de arrogancia. Salimos a almorzar con los Lacroix, la relación con ellos siempre ha sido muy buena, puedo ver que mi primo se mueve bien el círculo, le ha sacado provecho a su trabajo, estudio en Londres y al finalizar su carrera se ubicó bien en la compañía. En cuanto el almuerzo termina vuelvo al hotel y recuerdo que no he enviado las notas a Elizabeth, las prepare anoche antes de ir a la cama, pero olvide enviarlas, doy clic en enviar y poco después aparecen las rayas azules y un tímido, "gracias", sonrió para el teléfono, desde que la conocí encontré cierto encanto en su personalidad tranquila.
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