Me pongo una franela de Zayd, me acuesto a su lado en la cama, no consigo conciliar el sueño. Las imágenes de ese tipo haciéndome barbaridades me atormentan. -Podrías abrazarme.- murmuro en voz baja. No responde, lo siento acercarse, y pasar su brazo por encima de mi cintura, su calor corporal me relaja un poco.- Tengo miedo, esa escena se repite una y otra vez en mi mente..- me sincero. -Can… ahora estas aquí, no pienses en eso. Ya él no puede acercarse a ti.- me tranquiliza. -Lamento haberte dejado, cuando estábamos bailando.- niega sin interés alguno en eso. -No pasa nada, tenías razón, no debí hablar de esa manera. Pero si tengo cosas que hablar contigo.- acaricia mi mejilla cariñoso. -Mañana o cuando tú quieras hacerlo está bien, perdóname por presionarte en eso.- me disculpo. P