Un frío invierno

1027 Words
- ¿Está todo en orden? ¿Llegaste sin ningún contratiempo?.- Aquella voz se escuchó al otro lado de la línea. - ¿Cuántas veces vas a preguntar lo mismo?.- Suspiró con cierto fastidio. - Solo quiero que tu viaje sea tranquilo y sin complicaciones. - ¿Qué?.- Sonrió con ironía.- Temes que experimente una crisis nerviosa. -..... - No empieces a exagerar. Por esa razón no me gusta hablar muy seguido contigo. - Wint, solo estoy preocupado por ti. Como tu hermano mayor es imposible no hacerlo. - Lo sé.- Su expresión se tiñó con melancolia.- Lamento que hayas tenido que responsabilizarte por mí durante todo este tiempo. Si nuestros padres aún estuvieran vivos… - Seguiría siendo el hermano mayor y protector que ahora soy. Me preocupo y te cuido porque te amo, eres mi única familia. - Lo sé.- Soltó otro suspiro.- Ya debo abordar. - ¡Wao! Acabo de decirle a mi hermanita que la amo y ella sólo pasó de mí. - No es eso…- Hizo una pausa para pensar correctamente en las palabras que quería decir a su hermano. - Está bien Wint, no tienes que esforzarte. Ten buen viaje. Estaré en el aeropuerto para recibirte. - Gracias, nos vemos pronto. Winter Wright tenía un perfecto conocimiento sobre los sentimientos de su hermano mayor. Entendía a la perfección el como este la cuidaba, protegía y se preocupaba por cada aspecto de su vida. Desde muy joven había tenido que pasar de ser un hermano mayor a convertirse en la única figura paterna presente en su vida. Tuvo que ver como su hermano mayor maduraba antes de tiempo y solo para llevar en su espalda el peso de una responsabilidad la cúal de alguna manera no le correspondía del todo. Sabía lo que significaba para él, conocía el grado de amor que este sentía hacía su persona y también tenía claro que tales sentimientos eran del todo correspondidos por parte de ella pero desde un tiempo le ha sido un tanto difícil el poder hablar claramente sobre las cosas que siente. No solo le es difícil transmitir con palabras algún sentimiento afectivo, sino también por medio de actos. Todo esto fue debido a incidentes pasados, situaciones tristes y duras que terminaron no solo cambiando sus pensamientos sino también su corazón. Sus padres la habían nombrado Winter porque su nacimiento había sido en medio de una de las más fuertes nevadas de invierno. Recuerda cómo su padre siempre le contaba cuando era pequeña, la travesía que ambos tuvieron que experimentar para poder conseguir que llegara al mundo sin ningún problema. Había nacido en la parte trasera del coche de su padre en medio de un atascamiento en el tráfico. Esa noche la nevada era tan fuerte que ni siquiera se podía ver la carretera, era imposible llegar a tiempo al hospital donde esperaban por la madre. Todo parecía apuntar a que sería un desastre. Recuerda la sonrisa de su padre al mencionar que aún con todas las cosas en su contra ella había luchado y había decidido salir a ver el mundo. La llamaba su pequeña tormenta de invierno porque había llegado de forma tan tempestiva a sus vidas. Ahora puede darle la razón a su padre al haberle otorgado aquel nombre porque con el tiempo se había vuelto cada vez más fría que el propio invierno. Mientras observa por la ventanilla como las nubes van cubriendo el montañoso y verde paisaje Suizo, su mente se va sumergiendo en recuerdos, tantos tristes como los que una vez consideró felices. Se está poniendo en marcha lo que algunos de sus conocidos llaman una nueva vida. Ella prefiere llamarlo un regreso a la realidad. ………. Jenna Harper llevaba menos de 1 año de casada con Emmett Wright, aún así había llegado a conocerlo a la perfección. El leve fruncimiento que provocaba el acercamiento entre sus negras y tupidas cejas mientras golpeaba en repetidas ocasiones sus dedos contra la mesa era un claro indicio de que su esposo tenía una gran preocupación a cuesta. A pesar de ser un hombre que ya se encontraba en sus cuarentas, Emmett solía tener un comportamiento relajado e incluso alegre. Su profesión lo empujaba aún más a tener este tipo de actitud, siendo un médico especializado en pediatría, era normal que este siempre tuviera una sonrisa pintada en sus labios para aquellos que se acercaban a él. Por esa razón sabía que en aquel momento, su esposo se encontraba siendo consumido por la preocupación. - Cariño.- Se acercó y empezó a masajear los hombros de su esposo.- Todo va a estar bien. - ¿Eso crees?.- Tomó una de las manos de su esposa y la llevó a sus labios. - Si tenías dudas ¿Por qué la hiciste regresar? - Su tratamiento había finalizado.- Suspiró.- Además no quería que estuviera tan lejos. Han pasado 2 años. - Su terapeuta aseguró que no había problemas en que regresara.- Sonrió.- Además, nosotros cuidaremos de ella. - Ni siquiera se conocen personalmente y ya quieres cuidarla.- Se giró y envolvió sus brazos en la cintura de su esposa.- Eres la mejor esposa y cuñada del mundo. - Creo que podremos llevarnos bien.- Tarareó.- Bueno, solo espero que no sea una hermana celosa. - Wint solo se quedará un tiempo con nosotros.- Suspiró.- Sé que querrá buscar un lugar para ella. - Pero mientras tanto cuidaremos bien de ella. ¿Puedo ir contigo a recogerla? - Me gustaría.- Sonrió.- Por cierto ¿Ya le dijiste a Rain? - Llega esta noche de Japón, así que se lo comunicaré. - Bien. Wint llega mañana.- Frunció levemente su ceño. - ¿Ahora qué?.- Sonrió al ver la expresión en su esposo. - ¿Crees que todo marche bien? - Ya te dije que… - Hablo de Winter y Rain. A fin de cuentas esta casa es tuya y de tu hijo. Mi hermana y yo somos como extraños. - Son parte de la familia.- Lo abrazó.- Eres mi esposo y Winter es mi cuñada por lo que para Rain será como una tía. - Espero que se lleven bien. - Estoy segura de que así será.
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