Capítulo 7 De mala en peor

1624 Words
Al día siguiente Paula Me despierto por el crujir de una puerta, intento abrir los ojos, pero un dolor terrible de cabeza, hace que un quejido salga de mis labios, me intento mover en la cama, pero literalmente un cuerpo que yacía encima de mí me lo impedía, supe inmediatamente que era él, su calor era abrazador y se sintió de maravilla su respiración en mi cuello, sus manos rodeando mi cintura y ese rico aroma que emanaba de su cuerpo, me enloquecía. Con un susurro mientras se acomodaba y me pegaba más a él dijo- a mí también, me encanta tenerte cerquita, mi princesa. - Para inhalar con fuerza y profundamente el aroma de mi cuello, Maldigo mentalmente mientras intento mantener la calma, como me escucho. Horas más tardes Alpha Neita Me despierto y lo primero que capta mis fosas nasales es ese estupendo aroma, Dios era exquisito, pasaron apenas segundo cuando la erección que yacía debajo de las sabanas era palpable, “suspiro y maldigo bajo porque sé que la madre luna no descansara hasta cumplir su cometido, será inevitable que no sienta algún tipo de atracción por ella” Escucho unos murmullos y con cuidado de no despertar a la cría, la deslizo suavemente por las sabanas y salgo de la cama abro la puerta y ahí está Elizabeth tratando de convencer o más bien discutiendo con carolina. - Alpha- dice con asombro Elizabeth - ¿Qué está pasado aquí? –Digo con autoridad al encontrar el escándalo en el pasillo. - Amor, resulta que esta señora, no me deja verte, podría decirle a esta…. - le interrumpo - ¿Decirle qué? Sabes que nadie puede entrar aquí, es la habitación central. - Recalco con obviedad. Estaba asombrada y con desprecio musito - si no tienes que decirlo, es la habitación de la luna, pero aún no la encuentras, y quiero que sepas que me sentirá muy honrada de servirte mi Alpha, hazme tu luna Alpha Neita mars - mientras se inclinaba - No hagas esto carolina. - Espera, estas con otra mujer y ese aroma, no me dejas entrar porque “es para la señora luna” y ahí estas con la otra zorra - grito, estaba enfadada y dolida, estaba malinterpretando la situación. - Me estás tomando del pelo, Neita. - Baja la voz carolina joder. -digo alejándola de la puerta. - no quiero verte más vete de aquí - le ordene esta vez. - No te vas a deshacer de mi Alpha Neita, no lo harás tan fácil, vas a pagar por esto - amenazo con rabia. - Maldita zorra, pagarás por esto -intenta entrar, pero la detengo, antes de que llegue a la puerta, a lo que reacciona golpeándome. - Maldita sea, carolina basta, ya no te quiero un segundo más en esta casa - le grite esta vez, enojado. - Esa estúpida zorra, TE ARREPENTIRÁS DE HABER NACIDO Y DE VERTE FIJADO EN Él, EL ES MÍO -grito en el pasillo. La saque arrastra - Qué MALDITA PARTE, DE LO QUE HE DICHO NO HAS ENTENDIDO. -ERES…. – se contuvo. - CUIDADO, con lo que dices, recuerda que sigo siendo tu Alpha y no me temblara la mano para hacer pagar tus faltas. Con lágrimas en sus ojos, musito - esto es solo el comienzo Neita - Se marchó. -Señor lo siento. – se disculpa Elizabeth. - Que no vuelva a pasar - sentencie. - si Alpha - Marchándose Entro a la habitación gracias a la DIOSA Luna la cría no había escuchado tremendo escándalo, aún se encontraba plácidamente dormida, pues era evidente que no poseía nuestras habilidades de audición, en fin me dirijo al baño dejo que todas las preocupaciones y problemas se esfumen por el hoyo de la regadera, me doy una ducha y salgo nuevamente me coloco un bóxer bien podría vestirme, pero me encanta ver la cara de la cría cuando ando con poca ropa, me gusta presumir mi cuerpo tan bien trabajado, el desayuno yacía a los pies de la cama me dirijo hacia donde ella con la intención de despertarla. - buenos días, Paula, Paula oye despierta, bonita. - mmm…. Murmura en respuesta. -Es hora de comer, levántate, vamos Paula, no me hagas enojar. -Pero, si todo el tiempo estás enojado- Dice adormilada y de una manera tan tierna -no creo que sea posible más – mientras bostezaba. - No agotes mi paciencia pequeña, créeme que aún no has visto nada. - vale ya voy- se remueve e intenta incorporarse, grita y se queja del dolor. -. Lo siento sí. – me disculpo con ella - No tienes porque, no es tu culpa, es normal, todo el tiempo me pasa. – repone sin más - Sonrió con tristeza- Quizás yo sea la causa de tu mal – conteste esta vez. - Quizás si me dejaras ir - repuso con cuidado. - Ni lo pienses- dijo con enojo - Me tendrás el resto de mi vida de… lo que queda aquí encerrada porque, no me cuentas la verdad, que es lo que realmente está pasando, ¿por qué insistes en tenerme aquí? – me cuestiono. -Te quedarás él esto de tu vida, a mi lado es lo que te corresponde por ser mi mate, eres mi alma gemela, el amor de mi vida –digo con ironía- estamos destinados a estar juntos y si esa unión no se lleva a cabo, si nos alejáramos uno del otro moriríamos, pasa que eres mía y te quedaras todo el tiempo conmigo y junto a mí, no permitiré que te alejes de mí o que te alejen, se supone que sabes que somos lobos? – cuestione. Con voz apenas audible, intentando procesar todo lo que me dijo, que tenía que permanecer junto a él el resto de mi vida, así de lo más normal - si como olvidarlo, como olvidar que, personas como tú mataron todo lo que ame alguna vez- dijo entre sollozos y lágrimas - qué clase de criaturas… - Lo siento, está muy temprano para entrar en detalle de ese tema, desayunemos y hablemos luego de esto. - El desayuno paso tranquilo, ninguno de los dos dijo una sola palabra, nos limitamos a mirarnos o mirar el vacío. - Tengo que resolver unos asuntos, date un baño, te llevaré fuera un rato. Horas después - No puedo ponerme algo más conservador- digo con un vestido hasta arriba de mis rodillas y una botas que compensaban el espacio faltante, con una camisa de neita que servía de abrigo “dizque por si hace frío” - Entendiste las reglas, saldrás siempre y cuando yo diga y conservaran ese derecho siempre y cuando no hagas nada tonto, no hables con nadie, no salgas de la zona marcada. - Si entendí - mientras giraba los ojos Paula No podía creerlo por fin afuera, luz, aire, la felicidad que sentía en ese momento no tenía comparación alguna, era genial, después de disfrutar la vista y el aire, las flores, corrí hasta donde mi liberador le rogué como niña en sus pies, le suplique, con lágrimas. - Por favor, te lo pido, haré lo que quiera, solo no vuelvas a encerrarme, no me iré, seguiré tus órdenes, haré lo que quieras. - De pie, solo tienes que hacer lo que te diga, pórtate bien y disfrutaras de esto una hora al día. 2 semanas después Me encontraba en el jardín disfrutando de mi poca libertad, había conocido a un chico que mantenía el jardín, era guapo, siempre preparaba un arreglo para mí, Todo esto sucedía cuando Neita y la seguridad bajaban la guardia, él se acercó y nos hicimos amigos es muy simpático y agradable, apenas cruzábamos palabras era aventurero y soñador, me había obsequiado un libro de imágenes debido a que no sabía leer mucho, aún debía practicar mi lectura, me había criado en un calabozo, y Elizabeth me estaba dando lesiones, aprendía muy rápido. - Que dichosas las flores que pueden disfrutar cada día de la belleza que transpirar, y de la melodía más dulce de estos bosques, tu voz – musito Larry - Hola Larry- digo con una mímica -Hola princesa, reina mía – él era un buen chico, algo loco pero muy bueno. -No haga eso, sabes que no pueden ver- susurro- me tengo que ir - me paro del banco y camino hacia el otro extremo, había algo que no cuadraba en él, estaba actuando muy raro, si seguía me metería en problemas. -Espera una, por favor, una flor para otra flor. -dijo mientras interrumpía mi paso, me dirigía adentro. Sonrió mientras colocaba la flor y daba un beso en mi muñeca, haciendo una reverencia, sonreí ante tanta estupidez, era un chico dulce y divertido, solté rápidamente mi mano, pero ya era tarde los guardias lo habían visto, el lugar se empezó a llenar de ellos lobos por todo el lugar, mi respiración se empezó a volver irregular, el miedo se apoderó de mí, lágrimas caía si previo aviso por mi rostro, no sabía por qué, pero podía sentirlo algo malo iba a pasar, los lobos empezaron abrir paso y ahí estaba él, sus ojos llenos de aquel amarillo carmesí, que representaba la furia, del mismísimo infierno, mis piernas empezaban a flaquear bajo su mirada penetrante acercarse. – Maldición -estaba frustrado- MALDITA CRÍA, JODER PAULA, COMO PUDISTE - me halo del pelo esta vez - ¿Cuál ES LA MALDITA PALABRA QUE NO COMPRENDES?, ERES SOLO MÍA, MMMIIIIIIAAAAA -grito fuerte a mi oído. Lloraba aterrada - no hice nada malo, solo AHAHhh- grité a sentir su agarre, intensificarse. - NO SOY IDIOTA ESTABAS COQUETEANDO CON Él, te comportas como una zorra a mis espaldas. - claro que no, yo solo ...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD