De regreso a casa Paula y yo estábamos muy callados, solo se escuchaba el sonido de nuestra respiración, ambos permanecimos sumergidos en nuestros pensamientos, en el auto, no sé qué me tenía más desorientado, el hecho de sentir todo lo que sentía por Paula en tan poco tiempo, o aquella interrogante que aún no conseguía responder, ¿Por qué me sentí así con ella? ¿Acaso será ella mi compañera? Y si mi madre tenía razón y mi lobo no la reconocía, Diosa, todo esto es tan confuso, una cosa había quedado claro en la cena, Neita seguía interesado en ella y ella aunque lo ocultaba le seguía queriendo, y yo no estaba seguro de quererme meterme en este lío amoroso.
Una voz me saca de mis pensamientos abruptamente.
- Siento lo ocurrida en la cena, no sé cómo no me imagine que Neita, estaría ahí y
